U. de Santiago: Clases primer semestre 2013 se inician el 18 de marzo

Mortalidad materna: ¿Cómo andamos por casa? Columna de opinión de Gonzalo Leiva

Mortalidad materna: ¿Cómo andamos por casa? Columna de opinión de Gonzalo Leiva

De acuerdo a datos disponibles, el año pasado, en el mundo murieron 273 mil 500 mujeres por causas del embarazo, parto ó el puerperio (período inmediatamente después del parto). Es decir, cada una hora en el mundo fallecen 32 mujeres. Llama la atención que el 65 por ciento de la mortalidad materna mundial se concentre en sólo once países: Afganistán, Bangladesh, Congo, Etiopía, India, Indonesia, Kenia, Nigeria, Pakistán, Sudán, y Tanzania.

Pero, ¿cómo andamos en la Región? América revela cifras muy dispares, por lo que presentar un promedio de la Región no tiene sentido. Chile ocupa el segundo lugar del continente con la tasa más baja de mortalidad materna, 16 por cada 100 mil nacidos vivos, sólo por debajo de Canadá que tiene una tasa de 9 por cada 100 mil. El país con la mayor mortalidad materna del continente es Haití, con 300 por cada 100 mil nacidos vivos.

Es decir, Chile es el segundo país más seguro para ser madre, lo que en ningún caso significa que sea el segundo mejor país para serlo. Más adelante explicaré eso.

Cabe preguntarse: ¿siempre tuvimos estas buenas cifras? Hace poco, un grupo de investigadores chilenos publicaron un estudio en el que analizaban las tasas de mortalidad materna desde el año 1957 hasta el 2008. Chile pasa de una tasa de 270 por cada 100 mil a 16 por cada 100 mil, lo que representa un descenso de un 93 por ciento en 50 años.  Los investigadores señalan que los dos factores que más influyeron en disminuir la mortalidad materna fueron las políticas educacionales y los planes de atención prenatal implementados desde la década de los años 60’. Además, las principales causas de muerte también se han modificado en este medio siglo; ya las mujeres no se mueren mayoritariamente por condiciones propias del embarazo, sino por condiciones previas e indirectas como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, etc.

En esta misma línea, en 2012 el informe anual de “Save the children”, ubicó a Chile en los lugares 15, 20 y 5 como mejor país pasa ser madre, ser mujer y ser niño respectivamente, todo esto en el grupo de los países en vías de desarrollo. Me quiero concentrar en analizar el ranking sobre el mejor país para ser madre, en el que ocupamos un pobre 15º lugar. Además, si hacemos un desglose en Latinoamérica, las sorpresas son peores, ya que sólo nos alcanza para ubicarnos en la séptima posición. La pregunta que surge de inmediato es: ¿cómo podemos ocupar un séptimo lugar como mejor país para ser madre, si en Chile tenemos la tasa más baja de mortalidad materna e infantil de toda Latinoamérica? La respuesta es simple, no sólo se consideran indicadores “biomédicos” para elaborar el ranking sino que también determinantes sociales, y son justamente ésas las que nos castigan. Si analizamos el estudio de “Save the children”, vemos que los siete países latinoamericanos que nos superan (Cuba, Brasil, Argentina, Colombia, Barbados y Costa Rica), tienen mejores indicadores en áreas como escolaridad materna, matrículas en atención primaria y secundaria, diferencia de sueldo hombre-mujer y participación política de la mujer. Es decir, este informe no nos viene a decir nada que no sepamos, las determinantes sociales son claves.

Hoy Chile, en términos biomédicos, ha llegado a estándares muy altos, pero cuando comenzamos a integrar salud y determinantes sociales, descubrimos que realmente las cosas distan mucho de ser óptimas.

Hace poco más de un año en unas jornadas de actualización en Obstetricia, los expositores señalaron que “es muy difícil disminuir las tasas de mortalidad actuales en términos significativos, y estamos llegando al límite de lo que podemos manejar”. Por lo tanto, más que concentrarnos en eso, hoy el foco debería ponerse en aquellos elementos que de manera indirecta afectan la salud y el bienestar de las madres en Chile.

(*) Gonzalo Leiva es obstetra; Magíster en Administración en Salud y académico de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la U. de Santiago.

 

Las universidades tienen que “liderar” la formación científica

Las universidades tienen que “liderar” la formación científica

• Así lo cree el destacado conferencista estadounidense que tendrá hoy nuestro plantel, el Dr Alan Bennett, quien es un convencido de que los avances e innovaciones en nuevas tecnologías que generan las universidades pueden mejorar la vida y la economía de los países.

• El  investigador ofreció su mirada sobre la investigación que se realiza en Chile, a la que calificó “de alta calidad”; aunque sostiene que en términos de transferencia tecnológica hay bastante que avanzar: “El gobierno está interesado pero esto no ha significado una implementación de manera exitosa”, remarcó.

Una completa visión de las maneras en que las universidades pueden traducir sus avances e innovaciones en nuevas tecnologías, como en aplicaciones que mejoren la vida y la economía de las naciones, ofrecerá hoy (24) -a las 14 horas, en el CENI- el Dr. Alan Bennett, quien ha liderado el tema de la transferencia tecnológica en la Universidad de California, Estados Unidos, desde donde han surgido empresas como Google e Intel a partir del trabajo innovador de sus propios investigadores.

A pocas horas de su presentación en nuestro plantel, el destacado investigador, quien es también uno de los autores más citado en el mundo en el área de la biología molecular de las plantas, sostiene que una de  las maneras más eficientes de transferencia tecnológica con que cuenta un organismo público como una universidad “es la formación de estudiantes posgraduados bien preparados. Una universidad tiene que tener la capacidad de liderar y reconocer que la formación científica es una importante función para mejorar la sociedad”.

El académico afirma que la investigación que se desarrolla en Chile “es de alta calidad y ayuda a empujar hacia el progreso”. Sin embargo, en términos de transferencia tecnológica, afirma que hay bastante que avanzar. “El gobierno está interesado pero esto no ha significado una implementación de manera exitosa”, puntualiza el Dr. Bennett, quien con su conferencia “Modelos de transferencia de tecnología en la investigación universitaria: una fuente de innovación”, dará el cierre al curso “Avances en la biotecnología vegetal”, organizado por el Doctorado en Biotecnología de la Facultad de Química y Biología (FQyB), y en el que participaron destacados conferencistas como los Doctores Gustavo Zúñiga y Rodrigo Vidal de la FQyB; Rodrigo Gutiérrez, de la PUC; Carlos Fernández y Humberto Prieto, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias; Martín Moreno, de la UNAB; y el Dr. Wolfang Schuch, del Fraunhofer Research Chile Foundation.

Desde la perspectiva del Dr. Pablo Zamora, graduado del programa de Doctorado en Biotecnología de la FQyB y conferencista del curso, la presentación del Dr. Bennett será una muy buena instancia para enfatizar “que existe una etapa de transición que comprende el desarrollo de investigación científica  e innovación y la generación de productos y negocios que pueden ser beneficiosos para la universidad”.

 

U. de Santiago: Clases primer semestre 2013 se inician el 18 de marzo

Mortalidad materna: ¿Cómo andamos por casa? Columna de opinión de Gonzalo Leiva

Mortalidad materna: ¿Cómo andamos por casa? Columna de opinión de Gonzalo Leiva

De acuerdo a datos disponibles, el año pasado, en el mundo murieron 273 mil 500 mujeres por causas del embarazo, parto ó el puerperio (período inmediatamente después del parto). Es decir, cada una hora en el mundo fallecen 32 mujeres. Llama la atención que el 65 por ciento de la mortalidad materna mundial se concentre en sólo once países: Afganistán, Bangladesh, Congo, Etiopía, India, Indonesia, Kenia, Nigeria, Pakistán, Sudán, y Tanzania.

Pero, ¿cómo andamos en la Región? América revela cifras muy dispares, por lo que presentar un promedio de la Región no tiene sentido. Chile ocupa el segundo lugar del continente con la tasa más baja de mortalidad materna, 16 por cada 100 mil nacidos vivos, sólo por debajo de Canadá que tiene una tasa de 9 por cada 100 mil. El país con la mayor mortalidad materna del continente es Haití, con 300 por cada 100 mil nacidos vivos.

Es decir, Chile es el segundo país más seguro para ser madre, lo que en ningún caso significa que sea el segundo mejor país para serlo. Más adelante explicaré eso.

Cabe preguntarse: ¿siempre tuvimos estas buenas cifras? Hace poco, un grupo de investigadores chilenos publicaron un estudio en el que analizaban las tasas de mortalidad materna desde el año 1957 hasta el 2008. Chile pasa de una tasa de 270 por cada 100 mil a 16 por cada 100 mil, lo que representa un descenso de un 93 por ciento en 50 años.  Los investigadores señalan que los dos factores que más influyeron en disminuir la mortalidad materna fueron las políticas educacionales y los planes de atención prenatal implementados desde la década de los años 60’. Además, las principales causas de muerte también se han modificado en este medio siglo; ya las mujeres no se mueren mayoritariamente por condiciones propias del embarazo, sino por condiciones previas e indirectas como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, etc.

En esta misma línea, en 2012 el informe anual de “Save the children”, ubicó a Chile en los lugares 15, 20 y 5 como mejor país pasa ser madre, ser mujer y ser niño respectivamente, todo esto en el grupo de los países en vías de desarrollo. Me quiero concentrar en analizar el ranking sobre el mejor país para ser madre, en el que ocupamos un pobre 15º lugar. Además, si hacemos un desglose en Latinoamérica, las sorpresas son peores, ya que sólo nos alcanza para ubicarnos en la séptima posición. La pregunta que surge de inmediato es: ¿cómo podemos ocupar un séptimo lugar como mejor país para ser madre, si en Chile tenemos la tasa más baja de mortalidad materna e infantil de toda Latinoamérica? La respuesta es simple, no sólo se consideran indicadores “biomédicos” para elaborar el ranking sino que también determinantes sociales, y son justamente ésas las que nos castigan. Si analizamos el estudio de “Save the children”, vemos que los siete países latinoamericanos que nos superan (Cuba, Brasil, Argentina, Colombia, Barbados y Costa Rica), tienen mejores indicadores en áreas como escolaridad materna, matrículas en atención primaria y secundaria, diferencia de sueldo hombre-mujer y participación política de la mujer. Es decir, este informe no nos viene a decir nada que no sepamos, las determinantes sociales son claves.

Hoy Chile, en términos biomédicos, ha llegado a estándares muy altos, pero cuando comenzamos a integrar salud y determinantes sociales, descubrimos que realmente las cosas distan mucho de ser óptimas.

Hace poco más de un año en unas jornadas de actualización en Obstetricia, los expositores señalaron que “es muy difícil disminuir las tasas de mortalidad actuales en términos significativos, y estamos llegando al límite de lo que podemos manejar”. Por lo tanto, más que concentrarnos en eso, hoy el foco debería ponerse en aquellos elementos que de manera indirecta afectan la salud y el bienestar de las madres en Chile.

(*) Gonzalo Leiva es obstetra; Magíster en Administración en Salud y académico de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la U. de Santiago.

 

Presidenta Bachelet integra a su gabinete a cuatro profesionales formados en la Universidad de Santiago de Chile

Presidenta Bachelet integra a su gabinete a cuatro profesionales formados en la Universidad de Santiago de Chile

  • Se trata de los recién nombrados subsecretarios de Vivienda y Urbanismo, Jaime Romero (Administrador Público); Bienes Nacionales, Miguel Moreno García (Ingeniero en Ejecución mención Electricista); Deporte, Nicole Sáez (Licenciada en Ciencias de Actividad Física y Terapeuta en Actividad Física y Salud) y de Previsión Social, Marcos Barraza (Psicólogo).
  • En entrevista con el diario institucional, el psicólogo Marco Barraza, destacó: “La Universidad de Santiago a uno lo forma en el compromiso por la función pública”.

“Es un alto honor y me siento muy honrado que la presidenta Bachelet haya considerado que puedo ser una contribución para la implementación del programa de la Nueva Mayoría, especialmente porque es un programa ambicioso en materia de transformaciones y creo que la implementación del mismo, supone mucha responsabilidad, esfuerzo y gran dedicación”, sostuvo Marcos Barraza,  el hombre que liderará la Subsecretaría de Previsión Social en el Ministerio del Trabajo.

El recién nombrado subsecretario, es  psicólogo  formado en esta Universidad y en su desempeño profesional tanto en el Consejo de Defensa del Niño, como en la Fiscalía Nacional como psicólogo forense,  destacó por  su  impronta social que es parte del sello institucional. Su capacidad de liderazgo, en tanto, se hizo patente en su desempeño como presidente de la Federación de Estudiantes, como secretario de finanzas de la Federación, vicepresidente del claustro triestamental y hasta como miembro del Consejo Superior durante un periodo.

“Desde que me titulé, mi inclusión laboral ha estado en espacios públicos”, indica agregando que nuestra Casa de Estudios jugó un rol  decisivo en su formación: “Tengo un sello que es propio de la Universidad de Santiago en cuanto a la vocación por la función pública con una perspectiva transformadora, no para sostener lo que hoy existe, sino para mejorarlo”.

El recién anunciado subsecretario de Previsión Social cuenta que se siente ligado al Plantel por todo lo que representa. “La historia de la Universidad de Santiago es la historia de la Universidad Técnica del Estado, de la Escuela de Artes y Oficios, de la Escuela de Ingenieros Industriales y de la Escuela Normal José Abelardo Núñez… La Universidad de Santiago es hoy, en buena medida, el resultado de una historia que siempre ha rescatado el carácter público y su vocación social, orientada al desarrollo del país”, añade.

Desafíos

Barraza está preparado para enfrentar los desafíos venideros gracias, en buena parte, a su desarrollo personal en nuestra Institución, esto porque “siempre tuve interés por la función pública y social, pero creo que  las universidades son decisivas en términos de entregar no sólo conocimiento, sino también un sistema de valores, una ética y una moral definida. En mi caso particular, la Universidad de Santiago me formó en el compromiso por la función pública y mi compromiso es el de un profesional que asume y realiza  tareas, que está en la ejecución del proceso y creo que eso es un sello distintivo, porque siento que la formación que tuve fue muy completa”.

Como militante del Partido Comunista, Marcos Barraza agradece la consideración de la presidenta electa para la conformación del nuevo gabinete. “Nos sentimos muy honrados con que la presidenta nos haya convocado. Hemos tenido históricamente vocación de transformación, enfocados a la justicia social y las dignidades de las personas y de las comunidades. Venimos a contribuir a eso, a hacer de Chile un país más equitativo, menos desigual, más justo y creo que somos considerados porque tenemos esa vocación”, concluyó.
 

Las universidades tienen que “liderar” la formación científica

Las universidades tienen que “liderar” la formación científica

• Así lo cree el destacado conferencista estadounidense que tendrá hoy nuestro plantel, el Dr Alan Bennett, quien es un convencido de que los avances e innovaciones en nuevas tecnologías que generan las universidades pueden mejorar la vida y la economía de los países.

• El  investigador ofreció su mirada sobre la investigación que se realiza en Chile, a la que calificó “de alta calidad”; aunque sostiene que en términos de transferencia tecnológica hay bastante que avanzar: “El gobierno está interesado pero esto no ha significado una implementación de manera exitosa”, remarcó.

Una completa visión de las maneras en que las universidades pueden traducir sus avances e innovaciones en nuevas tecnologías, como en aplicaciones que mejoren la vida y la economía de las naciones, ofrecerá hoy (24) -a las 14 horas, en el CENI- el Dr. Alan Bennett, quien ha liderado el tema de la transferencia tecnológica en la Universidad de California, Estados Unidos, desde donde han surgido empresas como Google e Intel a partir del trabajo innovador de sus propios investigadores.

A pocas horas de su presentación en nuestro plantel, el destacado investigador, quien es también uno de los autores más citado en el mundo en el área de la biología molecular de las plantas, sostiene que una de  las maneras más eficientes de transferencia tecnológica con que cuenta un organismo público como una universidad “es la formación de estudiantes posgraduados bien preparados. Una universidad tiene que tener la capacidad de liderar y reconocer que la formación científica es una importante función para mejorar la sociedad”.

El académico afirma que la investigación que se desarrolla en Chile “es de alta calidad y ayuda a empujar hacia el progreso”. Sin embargo, en términos de transferencia tecnológica, afirma que hay bastante que avanzar. “El gobierno está interesado pero esto no ha significado una implementación de manera exitosa”, puntualiza el Dr. Bennett, quien con su conferencia “Modelos de transferencia de tecnología en la investigación universitaria: una fuente de innovación”, dará el cierre al curso “Avances en la biotecnología vegetal”, organizado por el Doctorado en Biotecnología de la Facultad de Química y Biología (FQyB), y en el que participaron destacados conferencistas como los Doctores Gustavo Zúñiga y Rodrigo Vidal de la FQyB; Rodrigo Gutiérrez, de la PUC; Carlos Fernández y Humberto Prieto, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias; Martín Moreno, de la UNAB; y el Dr. Wolfang Schuch, del Fraunhofer Research Chile Foundation.

Desde la perspectiva del Dr. Pablo Zamora, graduado del programa de Doctorado en Biotecnología de la FQyB y conferencista del curso, la presentación del Dr. Bennett será una muy buena instancia para enfatizar “que existe una etapa de transición que comprende el desarrollo de investigación científica  e innovación y la generación de productos y negocios que pueden ser beneficiosos para la universidad”.

 

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