Bajo el Programa de “Asignaturas Vinculadas” desarrollado por la VIME, el estudiantado del Liceo Bicentenario Hermanos Sotomayor Baeza de Melipilla participó en los talleres de reciclaje de tapas plásticas para la fabricación de materiales arquitectónicos.
Bárbara Acuña Jujihara, directora del Departamento de Vinculación Estratégica de la VIME, destacó la importancia de estos talleres que “fortalecen el desarrollo de la docencia vinculada de nuestra universidad, articulando las necesidades del territorio”, acotó.
Las (os) alumnas (os) tuvieron la oportunidad de compartir con docentes e investigadoras (es) de nuestro plantel, asistiendo a clases presenciales en la Universidad y en su establecimiento para crear productos a partir del plástico reciclado.
La experiencia entregó a las y los escolares nuevas formas de enfrentar los desafíos para el desarrollo de una cultura sostenible, fomentando la idea de recuperar materiales para darles nueva vida útil.
“La Universidad de Santiago les permitió a las(os) alumnas(os) potenciar sus habilidades y descubrir nuevos talentos”, concluyó Caroll Silva Arévalo, directora del Liceo Bicentenario Hermanos Sotomayor Baeza.
Para ver cómo fue esta experiencia, mira este video
La arquitecta Joan Mac Donald, profesora del Máster Integrado en Diseño Arquitectónico (MIDA) de la Escuela de Arquitectura de la Usach, se convirtió en la ganadora del Premio Nacional de Urbanismo (PNU) 2022, cuya ceremonia de premiación se realizará en el mes de enero.
Se trata de la primera vez que una mujer logra este reconocimiento otorgado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en la séptima edición de este premio, el que no se entregaba desde el 2014.
La carrera de la arquitecta egresada de la Universidad Católica ha estado marcada por un alto compromiso con el mejoramiento del hábitat popular, mediante estudios, diseño de políticas y planes para asentamientos y barrios vulnerables en Chile, como también en Latinoamérica y ciudades en África y Asia. Su rol en nuestro país la llevó a ser subsecretaria del Ministerio de Vivienda y Urbanismo entre 1990 y 1994, durante el Gobierno de Patricio Aylwin.
“Fue bonito, me causó una alegría enorme y también sorpresa saber que me iban a honrar con un premio tan importante. Es un orgullo que se reconozca la trayectoria que he tenido, trabajando principalmente con las personas más pobres”, dijo la académica del MIDA.
Respecto al apoyo que le brindó la U. de Santiago en su candidatura, explicó que está muy agradecida. “Me gusta el ambiente y la acogida que tiene el aporte que puedo hacer en base a mi experiencia. Refleja, además, que la Usach entiende que el urbanismo hay que empezar a hacerlo desde la gente, desde abajo hacia arriba”.
El director del Máster de la Escuela de Arquitectura, Rodrigo Martin, señaló que es un “tremendo orgullo para el programa, porque tuvimos dos candidatos al premio”. “Es un honor que dos académicos como Joan y Eduardo Zenteno hayan sido parte, finalmente con ella ganando. Contar con profesionales de ese nivel es un respaldo a lo que estamos haciendo en el programa, confirmando que tenemos un equipo docente de alto nivel”, afirmó.
Por su parte, el rector de la Universidad de Santiago, Rodrigo Vidal Rojas, destacó la trayectoria de la académica. “Nos parece importante, como comunidad universitaria, resaltar que es la primera vez que una mujer obtiene este reconocimiento absolutamente merecido, por su gran experiencia y compromiso social, acorde a todo lo que somos y creemos como Universidad”, comentó.
Finalmente, el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, sostuvo que “a Joan Mac Donald la conozco y es una persona muy particular, con una capacidad muy grande para transformar la realidad y que está constantemente desafiándose en el tema. Tiene grandes competencias para analizar conceptos y un gran conocimiento de lo urbano, que le permite ligarlos a aspectos comunes de la vida diaria. Me impresiona mucho su diálogo con la realidad”.
En la Sala MIDA 860 de la Escuela de Arquitectura, se realizó la ceremonia de entrega del Premio CICOP Chile 2022 Proyectos de Título de Arquitectura “Intervenciones sobre Patrimonio Arquitectónico”.
En su sexta versión nacional y cuarta versión latinoamericana, el galardón recayó en el egresado de nuestro Plantel, Javier Estay Farfán, con su proyecto “Rehabilitación Edificio Central – Escuela de Artes y Oficios”.
La instancia distingue a las mejores propuestas de final de carrera que, en esta ocasión, se realizaron entre el 1 de octubre de 2019 y 30 de septiembre de 2021. El concurso recibió 44 fichas de inscripción de concursantes provenientes de cuatro países latinoamericanos.
La ceremonia de premiación fue encabezada por el rector de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Rodrigo Vidal Rojas, quien además de felicitar a Javier Estay, relevó la importancia de la conservación del patrimonio.
“El reciclaje, la recuperación y la conservación del patrimonio, son también maneras de disminuir el impacto ambiental y poner en valor nuestra historia, nuestra memoria y nuestra identidad”, puntualizó.
Por su parte, el presidente de la Corporación Cultural CICOP Chile, Antonino Pirozzi Villanueva, destacó que el proyecto ganador “tiene una tremenda particularidad, ya que es un proyecto sumamente sencillo y muy efectivo, que logra poner en valor construcciones muy valiosas que tiene esta Universidad”.
En tanto, el director de la Escuela de Arquitectura, Rodrigo Aguilar Pérez, resaltó que en los últimos 14 años, la Unidad ha alcanzado 51 premios en concursos de arquitectura para estudiantes.
“Este premio viene a coronar una tradición de la Escuela respecto a la instalación de los concursos como modalidad de aprendizaje. Además Cicop es una institución preocupada del patrimonio arquitectónico, un ámbito que justamente hemos venido potenciando en la Escuela”, remarcó el director Aguilar.
Galardones
Javier Estay Farfán se tituló en 2020 de la carrera de Arquitectura de nuestra Universidad y actualmente se desempeña como arquitecto en Tandem Limitada, empresa dedicada a proyectos de patrimonio y restauración.
Su proyecto ganador plantea la restauración del Edificio Catedral de la Usach, que actualmente es el Laboratorio de Maderas y se encuentra en desuso post terremoto de 2010 por daño estructural. “La idea es abrir este espacio y darlo a conocer, pero además propone una intervención subterránea que respete y dialogue con los edificios patrimoniales que corresponden a la EAO”, explicó.
“Me hace muy feliz el reconocimiento y poder representar a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, que se difunda y dé a conocer la calidad de las y los profesionales que se están formando acá”, expresó el flamante ganador.
En su discurso, el galardonado agradeció a su profesora guía, la académica y doctora en Conservación de Bienes Arquitectónicos, María Victoria Correa Baeriswyl, quien lo motivó a presentar su trabajo en el concurso.
“En el caso de este proyecto, hay una significación social también para la Universidad porque Javier propone abrir un edificio parcialmente abandonado a la comunidad universitaria y generar un espacio público habitable, conectado con las calles, hacia la Villa Portales, es decir, entregar un pedazo de historia a la ciudad para resignificarlo”, afirmó la Dra. Correa.
Cabe destacar que en la oportunidad también estuvieron presentes y fueron premiadas dos de las tres menciones honrosas: Ayelén Soldevia de Díaz, y Emilia Melendi, ambas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata.
El miércoles 28 de septiembre se inició la cuarta versión del diplomado gratuito “El Arte en su Representación Territorial”, iniciativa organizada por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, en conjunto con el programa Red Culturas y Ciudadanía Cultural del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio y la Corporación Cultural Usach.
Está dirigido a personas que realizan actividades de promoción social en el área artística cultural a nivel territorial, comunitario o en instituciones públicas o privadas sin fines de lucro, en especial, a quienes trabajen o propongan proyectos con comunidades vulneradas.
Rodrigo Aguilar Pérez, director de la Escuela de Arquitectura sostuvo que la unidad académica se siente orgullosa de contar con una iniciativa que comulga con la importante labor de generar conocimiento a través de la docencia que se extiende a la comunidad.
“Este diplomado es un curso que tiene como objetivo generar una instancia de reflexión, de formación y de acción sobre el arte como una construcción social que despliega en las diversas dimensiones en la que se edifica la comunidad en el mundo contemporáneo”, señaló la autoridad.
En este mismo sentido, el arquitecto Rodolfo Jiménez Cavieres, director del diplomado, expresó que el programa seleccionó a personas que irán desarrollando sus proyectos a lo largo de todo el curso, complementándolo con diferentes módulos de carácter transversal y teórico, para así ir enriqueciendo la propuesta de trabajo de los estudiantes.
“Este un proyecto que incorpora aspectos de formación. Nos interesa que las y los participantes junto con adquirir competencias con el desarrollo del proyecto, también alcancen conocimientos que puedan ser profundizados con el ámbito artístico cultural”, explicó.
Luego de dos exitosas versiones on line, en donde se logró reunir a más de 1.000 participantes a lo largo del país, volver a la presencialidad ha sido todo un hito para el programa. “Esto no implica que en un futuro podamos realizar nuevas versiones no presenciales, dado que muchas personas quedan fuera del Diplomado, porque son muchas las que postulan”, enfatizó el profesor Jiménez.
Primer día de clases
El programa cuenta con 50 estudiantes y propone una metodología mixta de taller y entrega de conocimientos mediante exposiciones de expertas/os. El enfoque es participativo y dinámico. Son 120 horas pedagógicas repartidas en sesiones que se realizan durante 39 semanas presenciales incluyendo trabajos no presenciales, además de clases expositivas, trabajos individuales y en grupo.
Son siete los módulos en donde se podrá revisar relevantes temas como: la elaboración de proyectos; los escenarios, actores y debates para la ciudadanía futura; el mundo social y comunitario como material del arte contemporáneo; las posibilidades expresivas de los nuevos medios de la tecnología de la virtualidad; las interpretaciones de lo que es comunidad y territorio, patrimonio barrial y cultura local; como también, la poética y política de la autorepresentación en el audiovisual comunitario y finalmente las competencias teóricas y metodológicas en la definición de un “Artivista”.
María Sepúlveda Cid, gestora cultural de Fundación Mawen y estudiante del diplomado, comentó que para ella es importante acudir a este programa porque la entidad donde se desarrolla profesionalmente promueve los procesos inclusivos a través de las artes con personas con discapacidad cognitiva, vinculándose con las comunidades y colectivos en espacios que visibilicen la potencia de las artes.
“Estoy acá porque este espacio es una posibilidad de promover un proceso reflexivo importante en torno a los compromisos sociales y de cambios que esto significa, y me parece que la Usach es una institución que se liga con estos valores de la sociedad”.
Daniela Vivar Álvarez, fotógrafa y cineasta de la Cooperativa de Fotógrafos y la Cooperativa Casa Artista, indicó que siempre buscó contenidos como los de este diplomado, en donde las herramientas que ofrece pueden ser llevadas a los territorios.
“Para mí el arte es para las comunidades y los territorios, y no vengo de un concepto del arte elitista. Creo que hay mucho que traspasar, mucho que aprender y que dentro de los mismos territorios la gente pueda expresarse a través de herramientas del arte, y nosotros tenemos la obligación de estregarlas para que puedan generar una autorepresentación y no que venga un afuerino a presentarlo con otros conceptos errados” enfatizó.
Te invitamos a ver el registro audiovisual de esta inauguración:
Bidireccional, focalizado en áreas de mutuo interés en el campo de la arquitectura, el diseño y los estudios urbanos para luego ampliarse sobre la base de otros intereses; y la consideración del intercambio de grupos de trabajo para explorar oportunidades de investigación de mutuo beneficio, estos son los tres principios en los que se basa el Convenio de Cooperación Académica firmado entre la Universidad de Santiago de Chile , a través de la Escuela de Arquitectura, y la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA).
El objetivo del acuerdo es el desarrollo de actividades de colaboración académica, científica y tecnológica entre nuestra Casa de Estudios y la organización. Para dar inicio a esta alianza se realizó una reunión, a la cual asistieron Rodrigo Aguilar, director de la Escuela; David Cabrera, jefe de carrera; Constanza Ipinza, coordinadora de Vinculación con el Medio; Carlos Richards y Sebastián Vizcarra, encargados de prácticas; mientras que por parte de la asociación asistieron el presidente, Pablo Jordán; la directora, María Inés Buzzoni; y la secretaria ejecutiva, Lucía Ríos.
En la jornada, se estableció como acción prioritaria e inicial, articular prácticas profesionales remuneradas y el seguimiento de obra para los y las estudiantes del ciclo superior del plan de estudios, lo que impactará “positivamente en la formación académica de nuestras/os alumnas/os”, destacó el director de la unidad académica. Con respecto a la alianza, el arquitecto indicó que la unidad que dirige está permanentemente en la búsqueda de relacionarse con diversos actores y articuladores externos a la Universidad, sobre todo en la línea del objetivo general que plantea el convenio. En ese sentido, “creemos que la Asociación de Oficinas de Arquitectura es un excelente aliado para conseguir ese tipo de objetivos”, puntualizó.
Sobre las expectativas que genera el convenio, el magíster en Historia y Teoría de la Arquitectura aseguró que son altas, ya que “estamos convencidos que podremos establecer una variedad de actividades que beneficien a ambas partes, iniciando con la organización de actividades vinculantes de extensión, también charlas, conferencias y seminarios; así como la promoción de nuestros programas de educación continua y postgrado, entre otras”.
El convenio de cooperación tendrá una vigencia de dos años y podrá prorrogarse automáticamente por el mismo tiempo, si ninguna de las partes manifiesta su intención de término.
El área de Educación Continua de la Escuela de Arquitectura invitó a participar de la primera versión del Diplomado de Arquitectura Contemporánea en Tierra.
El programa surge en la necesidad de abrir la enseñanza de la arquitectura y la construcción en tierra, debido al interés creciente de las últimas décadas en el material y en la búsqueda de alternativas ambientales sostenibles y de bajo impacto en el contexto de la crisis climática actual.
Se inscribe, además, dentro de la misión de seguir formando personas comprometidas con el diseño y la producción sustentable del espacio habitable en el contexto de un desarrollo democrático y equitativo del país.
El diplomado se realizará en modalidad B-Learning (semi presencial) con clases online jueves y viernes de 18 a 21 horas y con clases presenciales durante enero. Las postulaciones están abiertas hasta el 2 de octubre
Carolina Valdés, coordinadora académica del programa, explicó que este se inició luego de un largo periodo de incubación de alrededor de 3 años, en el que a través de conversaciones con el director del Área de Educación Continua, Rodolfo Jiménez, “fuimos moldeando los contenidos, el enfoque, los objetivos hasta dar el primer paso de presentar la propuesta al Consejo de Escuela, instancia en la que fue aprobado”.
Luego de esto, se inició un proceso administrativo que culminó en julio de este año, con la aprobación por parte de rectoría. Junto con esto, se llevó a cabo el ajuste de los contenidos y el cuerpo académico, proceso en el que colaboraron 2 profesores de la Escuela con experiencia en la materia, Carlos Muñoz Parra y Amanda Rivera.
Valdés remarcó que el resultado fue un cuerpo docente de excelencia, la mayoría con vasta experiencia académica y construida (con sistemas constructivos de tierra), y además, con profesores especializados en temas de sostenibilidad ambiental y bioclimática.
Sobre la convocatoria, la coordinadora docente espera que el diplomado se proyecte para que se pueda impartir anualmente de manera indefinida.
“Creemos que este es el inicio de un área de especialización importante dentro de la carrera de arquitectura de la Usach, que además tiene mucha vinculación con el área de edificación y de patrimonio. Esperamos que la Escuela se transforme en un referente a nivel nacional en torno a la enseñanza de la construcción con tierra”, precisó.
El programa está diseñado para todos/as quiénes deseen iniciar, profundizar o validar sus conocimientos en la materia; tanto profesionales y técnicos de carreras afines o autodidactas con una experiencia constructiva relacionada al material. Se recomienda también a profesionales de municipios, encargados de oficinas técnicas de vivienda o patrimonio.
“El mayor desafío que tendremos que enfrentar será condensar en un período más bien breve (de alrededor de un mes), las clases presenciales prácticas con el material tierra, en un periodo que aún podríamos considerar como "postpandemia", a pesar que ya llevamos un semestre de vuelta en la Universidad”, relató.
Los egresados de este programa serán capaces de abordar proyectos de diseño, ampliación y/o mejoramiento de edificaciones de tierra, con sistemas constructivos mixtos y de características innovadoras, desde una óptica contemporánea y de compromiso con la sustentabilidad ambiental.
Con respecto a la importancia de realizar este diplomado, la coordinadora académica del programa, la calificó como muy relevante debido a que en la práctica hubo un crecimiento importante en la demanda e interés por este tipo de construcciones, más sostenibles, más amigables con el medio ambiente y más humana que representa también una vuelta a lo tradicional, a una identidad, a un sentido de pertenencia , a una cultura y una forma de habitar integrada e informada por el contexto, el territorio, el clima, la topografía y por las características únicas de cada localidad.
Añadió que es “un poco una vuelta de tuerca a la cultura consumista, a la arquitectura desarraigada del territorio, al hacer por hacer; una vuelta también al oficio de la arquitectura, que no puede estar desligado del trabajo práctico en obra, del comprender su estructura, la técnica y en definitiva, de la comprensión de las diferentes dimensiones del material tierra; un material antiguo, pero con muchas posibilidades de desarrollo en la arquitectura contemporánea”.
Actualmente, Europa recicla el 25% de sus plásticos y Chile, cerca del 10%, lo que sin duda es una problemática que tiene tres variables: una es la poca capacidad instalada para la revalorización y recuperación de los plásticos con el objetivo de darles un nuevo uso; la segunda es la cultura desde la perspectiva de los desechos, ya que el reciclaje y la revalorización son conceptos que implican un cambio en nuestra manera de relacionarnos con los desechos para que no sean basura; y la tercera tiene que ver con las pocas sanciones asociadas a la contaminación.
Tenemos que entender el reciclaje, la revalorización y todo lo que tiene que ver con el tratamiento de residuos, como procesos productivos que encadenan actores, procedimientos e investigación. Entonces, no se trata solamente de la simple acción de reciclar, sino que es necesario fortalecer este ciclo virtuoso, porque hay que pensar en lo que se produce, pero desde una perspectiva circular, entendiendo que la materialidad que nos rodea es transitoria y debemos saber trabajarla.
Actualmente, la Usach cuenta con el Laboratorio de Exploración en Materiales Arquitectónicos Ambientales (LEMAA), en el que desarrollamos prototipos de escala reducida vinculados a generar materiales para la arquitectura mediante diferentes investigaciones. En el laboratorio están todos los componentes de una fábrica recicladora, pero a menor escala. Esta aproximación nos ha ayudado a entender la complejidad de la red de actores involucrados y es en esa línea donde va nuestro objetivo a largo plazo, que es generar alianzas para hacer un aporte multidisciplinar en estas temáticas.
Entonces, están las capacidades instaladas dentro de la Universidad, pero falta una coordinación para dar soluciones concretas dentro de la misma, no solo conceptualmente, sino que mediante acciones concretas y, desde ese punto, generar un aporte a la comunidad cercana, por lo que estamos en una instancia en la que hay que fortalecer esas redes para generar proyectos que incidan tanto al interior de la Casa de Estudios, como en el exterior.
El concepto de la sostenibilidad es muy amplio, entonces, la idea es tratar de entenderla como el punto de partida del Plan Estratégico Institucional para llevarla a la práctica, porque es necesario crear herramientas de vinculación concretas con el sector productivo y el país.
Lo importante es entender que hay que ser responsables con nuestro rol, tanto individual como colectivo, para dar nuevas soluciones, porque a partir de una problemática nacen oportunidades para hacer nuevos materiales y producir más respuestas orientadas a los asuntos medioambientales y de gestión de residuos. Todas y todos somos parte en la generación de estas nuevas soluciones, y el ámbito académico, investigativo, tiene que dialogar con el sector público institucional para generar soluciones concretas que incluyan a la sociedad civil, y ese es el cambio cultural.
Esta iniciativa se enmarca en un proyecto Fondart Nacional adjudicado por el equipo en 2021, en la línea de Diseño que buscaba desarrollar un producto útil, potenciando la línea de reciclaje y revalorización que hay en la Escuela.
La idea se articuló a partir de la tesis para optar al grado de Magíster Integrado en Diseño Arquitectónico (MIDA), que el arquitecto titulado por el Plantel, Daniel Escobar Carrillo, realizó en LEMAA, que implicaba la creación de un innovador ladrillo ensamblable en base a residuos plásticos, manufacturado a partir de procesos de prensado y termo conformado.
Buscando fortalecer y complementar aún más estos procedimientos productivos, parte del equipo del laboratorio desarrolló la postulación al Fondart a finales de 2020, adjudicándoselo con la más alta puntuación.
Bajo la asesoría de la profesora Constanza Ipinza, del Laboratorio de Acústica de la Escuela de Arquitectura, las/os profesionales diseñaron tres paneles a los que llamaron SUMI. Para su elaboración se reciclaron residuos PEAD de desbaste industrial de la fábrica “Plásticos Los Cerrillos”, -empresa que manufacturó con un proceso de inyección las propias unidades que configuran cada panel-, y residuos PET de botellas, manufacturados por la empresa “Desafío Ambiente”, en un material de relleno para las unidades llamado AISLAPET.
El equipo diseñó los paneles para que sean móviles, considerando la solicitud del museo respecto a lo versátil de sus actividades al interior de las instalaciones.
“Lo que hicimos nosotros no se ha visto antes, es algo completamente inédito. Se han hecho paneles, separadores de ambiente, pero con reciclados de textil”, sostuvo el investigador de LEMAA, Daniel Escobar.
Educar a la comunidad
Con el producto terminado y entregado, el grupo ahora se prepara para el desarrollo de cápsulas informativas sobre la importancia de la revalorización y el reciclaje, las que irán dirigidas principalmente a establecimientos educacionales.
“El tema del reciclaje y el plástico es un tremendo desafío. Siendo conocido el problema que existe al respecto, la educación de la comunidad es muy relevante. Debemos apuntar a tener claridad respecto del material específico o tipo de plástico del cual están hechos los envases o productos que consumimos para asegurar que, una vez ocupados, sean ubicados en los contenedores correctos, facilitando la introducción y administración del ciclo productivo del reciclaje”, puntualizó el docente Hugo Pérez.
Agregó que “esa es la figura y la importancia de comunicar que hay distintos tipos de plásticos y que es distinto reciclar uno y otro”.
Coincide con esta apreciación el investigador Daniel Escobar: “creo que es importante que las/os niñas/os sepan que el residuo se puede transformar en algo útil nuevamente”.
Arquitectura Usach
Sobre la relevancia de este proyecto para la Escuela de Arquitectura, Pérez apuntó que “la más importante es que salimos a vincularnos con la industria en una relación sinérgica (…) Si queremos generar acciones de transformación, debemos vincularnos con otros sectores productivos”.
Otro aspecto tiene que ver con el problema del plástico. “Se están realizando grandes esfuerzos para hacer un giro hacia la economía circular y nosotros como Laboratorio hemos abierto un territorio necesario de investigación”, remarcó el docente.
Incluso Daniel va más allá, asegurando que el panel SUMI sería una excelente opción para solucionar problemas acústicos en la Universidad. “Podría funcionar como separador de ambiente, revestimiento para muros o para cielos. Es una alternativa presumiblemente más barata y sostenible”, destacó.
“Nuestro panel es un objeto complementario a un diseño de ambiente interior, por lo que, si hacemos algunos ajustes en el proceso de fabricación, sus posibilidades son muchas”, subrayó la diseñadora María Paz Jiménez.
Equipo completo
Al finalizar, las/os profesionales quisieron destacar a todas/os quienes fueron parte de este proyecto. Desde el equipo de LEMAA, a Alexandre Carbonnel, director del Laboratorio; Carla Chacón, Roxana Masferrer, Yanara Formandoy, Mauricio Loyola y Dayana Gavilanes.
También al ayudante Ángel Morales, y a los profesionales acústicos Diego Carrillo y Giovanni Bernini (Acusonic E.I.R.L.), junto con la académica Usach y encargada del Laboratorio de Acústica, Constanza Ipinza.
Además, agradecieron a las/os estudiantes del curso electivo Arquitectura Plástica, primer semestre de 2021: Julissa Campos, Jeremy Campos, Cristóbal Guerrero, Camilo Uribe, David Velásquez, Antonio Bustos, Catalina Espinoza, Anais González, Constanza Mir, Víctor Riveros, Vernes Contreras, Jaely Dinamarca, Guillermo Downing, Jeannova Iturra y Sebastián Núñez.
Se suman otras/os estudiantes de Arquitectura Usach que participaron como colaboradoras/es, como: Edgardo Barrios, Bastián Pinto, Yener Rodríguez, John Carvajal, Caleb Yáñez, Diego Escalona, Claudia Brieba, Esperanza Rodríguez, Sara Armijo, Gabriel Alcarraz, Abraham Herrera, Rafaela Rivera, Javiera Barriga y Alonso Leiva
Por último, destacaron el trabajo de las empresas colaboradoras “Diseño ambiente”, proveedora de Aislapet (relleno del panel SUMI) y “Plásticos Los Cerrillos”, ejecutora del panel.
El programa Incubadora de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, presentó su reporte 2021, en el que se exhiben las acciones realizadas por Incubarq y el área de Vinculación con el Medios de la Unidad, a través de las experiencias concretadas por los académicos, estudiantes y profesionales que se desempeñan en este servicio de compromiso social, técnico y ambiental con la comunidad.
La Incubadora es la encargada de actualizar, sistematizar y gestionar nuevos compromisos con instituciones públicas, de la sociedad civil y privadas logrando vincular a la comunidad académica con el medio externo.
El proceso que se lleva adelante ha generado contactos con importantes instituciones como ministerios, municipalidades, fundaciones, centros de padres y apoderados y comités de viviendas entre otros, pero también encuentros académicos, de socios comunitarios, informes de satisfacción y el de proyección para el 2022.
“El proyecto confirma, a partir de la evidencia de las asignaturas con metodologías A+S, que estudiantes y docentes se sienten más involucrados cuando desarrollan actividades que van a formular proyectos que sirvan a alguna comunidad en particular, recalcando su compromiso con la sociedad y otorgando sentido de pertinencia a los procesos de enseñanza- aprendizaje”, afirmó el director de la Escuela, el arquitecto Rodrigo Aguilar.
Tiempos de Incubadora
La Incubadora nace con el terremoto del año 2010, cuando la Escuela de Arquitectura comenzó a trabajar la metodología de Aprendizaje + Servicio en el contexto de la responsabilidad social, en momentos en que las autoridades de la Usach solicitaron a la Unidad voluntarios para realizar contención en el Valle de Colchagua, particularmente a la localidad de Peralillo.
A esa actividad social asistieron estudiantes de diferentes carreras, como Ingeniería, Construcción y Arquitectura y fue la primera avanzada para desarrollar la responsabilidad social en términos de vinculación con el medio.
En esa acción estuvo presente el profesor Carlos Muñoz, quien hoy dirige la Incubadora de Proyectos y es uno de los académicos más involucrados con esta metodología de enseñanza que estimula el trabajo investigativo de los estudiantes de Arquitectura con el contexto real.
Profesor Muñoz, ¿Cuáles fueron las conclusiones más importantes de este reporte 2021?
_Lo más importante fue la sistematización de la información y cómo organizarla para entregarla a todos los actores que se involucran en esto: estudiantes, profesores y la comunidad, es decir, ordenar, sistematizar y canalizar los requerimientos. La actualización a tiempo real, también fue relevante, porque por ejemplo, el año pasado hubo cambio de gobiernos comunales y hay muchos que no siguen, entonces hay que reestablecer esos contactos para ir manteniendo vivas las redes comunitarias.
¿Cuáles son las proyecciones que tiene el proyecto Incubadora de Arquitectura para este 2022?
En cuanto a las proyecciones, es poder optar a financiamiento para que alguien pueda hacerse cargo de la parte administrativa que le dará mayor rodaje y mantención a la Incubadora. De la misma forma, tener alumnos en práctica o becarios, de tal manera que la página web funcione de manera actualizada y que entregue los insumos necesarios para las y los profesores que desarrollan los proyecto. Por otro lado, la Escuela de Arquitectura tiene el propósito de que a corto plazo todos los titulados se gradúen con esta metodología, y ojo con esto, porque el profesor David Cabrera, jefe de carrera de Arquitectura, hizo un cálculo en el que aseguró que si no hiciéramos las cosas como las estamos llevando a cabo, estaríamos botando a la basura cerca de un millón de dólares en trabajo, dedicación, horas de profesores, horas de estudiantes y los tiempos que acarrean los administrativos y la personas involucradas al proyecto. Por eso es tan importante que el trabajo que nuestros estudiantes desarrollan, sea una externalidad positiva que sirva para otros actores de la sociedad que son vulnerables o tienen menos posibilidades de acceder a proyectos, dando mayor rentabilidad.
¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad a estos proyectos presentados por estudiantes y académicas/os de la Escuela de Arquitectura?
Los socios comunitarios señalan que en un primer diagnóstico los proyectos presentados por las y los estudiantes han aportado con proyectos que atienden de manera innovativa a los requerimientos que se les plantearon como problemáticas a resolver, proponiendo ajustar el punto de vista hacia nuevos desafíos para el 2022, muchas de ellas enfocadas en el espacio público. Asimismo, han expresado satisfacción por la realización de los proyectos, pero es relevante incorporar en el futuro, jornadas de presentación de las propuestas y recepción de ideas de la comunidad. Para que haya credibilidad las expectativas tienen que estar limitadas por una situación muy simple y compleja a la vez. Simple, porque esto es parte de lo que queremos como perfil de egreso de la Escuela, y complejo, porque estos proyectos al pasar, por ejemplo, al Sistema Nacional de Inversiones, exige otros pasos que nuestros estudiantes no manejan. Ahí es cuando debemos detenernos y explicarles a nuestros socios comunitarios que nosotros llegamos hasta aquí, y que de ahora en adelante deben acercarse a la Secretaría de Planificación de su comuna o a alguien que prepare la etapa siguiente y convertirlo en una ficha EBI, para presentarlo al Sistema Nacional de Inversiones en donde se evaluará como proyecto aprobado, rechazado o pendiente, si es que existe alguna mejoría por realizar. De ahí pasa a financiamiento para la etapa a la que se postula en el Fondo de Desarrollo Regional o a proyectos de carácter comunal.
Para obtener mayor información de los proyectos de la Incubadora ingresa a:
El titulado de nuestra Universidad, Giancarlo Acosta, forma parte del equipo de las destacadas arquitectas Cecilia Puga y Paula Velasco, que se adjudicó recientemente el concurso público que edificará el nuevo Archivo Regional de Valparaíso.
El proyecto pondrá en valor las fachadas del edificio-manzana (ex Palacio Subercaseaux) que quedó en ruinas a causa de una explosión y posterior incendio el año 2007 en la ciudad Puerto.
Asimismo, albergará el depósito externo del Museo de Historia Natural de Valparaíso, lo que permitirá custodiar colecciones de alto valor derivadas de hallazgos arqueológicos, paleontológicos, botánicos, zoológicos y documentales. Mientras que, en el otro nivel, se encontrarán las oficinas administrativas de la Dirección Regional del Servicio del Patrimonio y la Oficina Técnica Regional del Consejo de Monumentos Nacionales.
Para María Victoria Correa, coordinadora de investigación de la Escuela de Arquitectura Usach, esta participación es un logro muy importante para la unidad académica.
“Es una contribución de un egresado de arquitectura y del programa MIDA, master de la Escuela, a la recuperación del patrimonio, en un proyecto emblemático. Es una propuesta contemporánea que busca recuperar una edificación histórica en abandono en el barrio puerto de Valparaíso. Giancarlo colabora con un equipo que posee una experiencia de alto interés en el área de patrimonio en Chile”, confirmó la académica.
La investigadora reconoció que en la actualidad la conservación del patrimonio y la rehabilitación de edificaciones son parte de las líneas de investigación que está desarrollando la Escuela de Arquitectura. Además, la unidad académica ofrece un taller de título y un electivo en patrimonio. En el programa de Máster también se incorpora una introducción a estas materias y es posible desarrollar una tesis ligada a la especialidad.
“La formación de los estudiantes de arquitectura en patrimonio es muy importante. Es posible que a través de ello puedan generar un positivo impacto en nuestra sociedad. Se necesitan aún muchos profesionales comprometidos con esta área en el país”, aseguró.
El proyecto
Para Emilio de la Cerda, integrante de la comisión evaluadora del concurso, “el proyecto entrega un primer nivel con programas de uso público que vitaliza el Barrio Puerto, define un núcleo de archivos protegido al centro del edificio y propone una cubierta leve y contemporánea como quinta fachada.”
En este sentido, el arquitecto y egresado por nuestra Universidad, Giancarlo Acosta, indicó que el proyecto busca incorporar al nuevo Archivo Regional dentro de la cubierta del ex Palacio Subercaseaux que quedó deteriorada luego del siniestro.
“Con la explosión de este edificio quedaron solamente los muros perimetrales y unos machones que dejaron el registro de las ruinas del palacio en su interior, entonces, nos enfrentamos a esta cáscara patrimonial y a una edificación que tuvo una historia importante, que tiene que ver con la lógica en que se construía en la Europa del siglo XIX”, indicó Acosta.
El proyecto propone una cubierta habitable, terraza que incorpora un espacio de trabajo para el Servicio Nacional de Patrimonio. “Poder trabajar con la preexistencia, con una pieza que se inserta en el siglo XXI, un edificio completamente contemporáneo; mantener la historia para dialogar con la fachada interior, y así conservar la lógica constructiva que tuvo la obra buscando la analogía entre viejo y lo nuevo”, aseguró el arquitecto.
Oficina Puga-Velasco
Una de las oficinas de arquitectura más destacadas del país y que cuenta con reconocimiento internacional, además de exhibir un alto nivel de diseño, fueron algunas de las singularidades que exalta el interés de Giancarlo Acosta por este proyecto: “Pensar en una arquitectura que fuera más allá de la lógica de la inmobiliaria o de la del mercado que responde a repetir sin cuestionar”, comentó.
“Mi interés personal siempre ha sido preguntarme cosas, y a través de ese proceso, responder desde el diseño, y obviamente esta oficina tiene esa línea y lo ha podido demostrar con anterioridad en el Palacio Pereira, en proyectos privados y más, que han sido publicados a través del tiempo”, afirmó el también Magíster por nuestra Universidad.
En cuanto a la trama urbana, Acosta indicó que Valparaíso presenta un potencial urbano-arquitectónico impresionante, a pesar del abandono que ha sufrido en las últimas dos décadas. “Pienso que este proyecto y muchos otros que se están pensando a futuro, son una manera de realzar lo que en algún momento fue esta ciudad Patrimonio de la Humanidad; mejorar el entorno inmediato no solamente para el turismo, sino más enfocado en las personas que la habitan a diario”, enfatizó.
Agregó que “para mí, es muy importante que esta idea se realice. También lo es para mi carrera profesional, porque es el proyecto más emblemático que me ha tocado y quizás sea el más importante que me toque hacer en toda mi carrera profesional”, aseguró el arquitecto.
Alma Máter
Giancarlo Acosta, también tuvo palabras para la Universidad de Santiago, de la cual ya se encuentra titulado hace dos años. Indicó que la formación en las aulas de la Escuela de Arquitectura le ha servido para inscribirse en las discusiones del proyecto a nivel de patrimonio y de construcción.
“La Escuela fue muy importante en mi desarrollo y le tengo mucho cariño a excelentes profesores como: David Cabrera, Constanza Ipinza, Rodrigo Aguilar, María Victoria Correa y Jorge Atria, profesor de Patrimonio, docentes clave en mi vida y formación académica”, concluyó.