Proyecto de remozamiento, financiado con recursos propios, restaura fachadas, pasillos, salas y elementos ornamentales, develando el antiguo rostro de la Escuela de Artes y Oficios y de la ex Universidad Técnica del Estado. El prorrector Pedro Palominos felicitó a los trabajadores por su esfuerzo, en tanto éstos reconocieron sentirse emocionados por recuperar, con su trabajo, la historia arquitectónica de la Universidad.
Un equipo conformado por profesionales, técnicos y trabajadores de la Unidad de Construcciones de la Dirección de Administración y Finanzas y de la sección de Mantenimiento de Administración Campus, está culminando por estos días con un inédito y arduo trabajo de remozamiento de las instalaciones de la U. de Santiago, obras con las que se está recuperando el patrimonio arquitectónico e histórico de nuestra Casa de Estudios.
La ejecución de este proyecto es posible gracias a un esfuerzo financiero de la Universidad, con cargo al presupuesto 2013, por un monto cercano a los 450 millones de pesos.
El principal objetivo de los trabajos es mejorar las condiciones de los distintos inmuebles del Campus, orientado al bienestar de los estudiantes, aún cuando el beneficio es para toda la comunidad universitaria.
Desde enero, y luego durante todo el período de receso del Plantel, el equipo de trabajo ha realizado faenas de remodelación de distintos edificios, restaurando fachadas, muros, pilares y vigas, remozando elementos de ornato y áreas verdes, tanto en la Escuela de Artes y Oficios como en el ala norte del Plantel, en las Salas del Plan Común, Paraninfo y la zona de la ex Escuela José Abelardo Núñez.
En un encuentro breve con gran parte del equipo de trabajo en la Escuela de Artes y Oficios, el prorrector Palominos felicitó a los trabajadores por su esfuerzo, señalando que “esta ha sido una tarea conjunta… y hay un componente emocional importante en este proyecto de remodelación y restauración… no recuerdo un hito de esta naturaleza que haya abarcado la parte antigua de la EAO y la parte norte de la Universidad Técnica del Estado. Los trabajadores se han sacrificado y hoy se ven los frutos, es una alegría para ellos que su trabajo se vea y sea valorado. Están contentos y los felicito por lo que han hecho”.
Restaurar patrimonio
La restauración, realizada con especial dedicación y minuciosidad por los trabajadores -varios de ellos formados en la Universidad Técnica del Estado- ha dejado al descubierto otro rostro de la Universidad, que llama a reconocer su larga historia y particular belleza, escondida bajo capas de pintura, pasta muro o cemento. Es así como reaparecen antiguas molduras, colores y vetas originales de la madera en la Escuela de Artes, cerámicos y ladrillos en los inmuebles de la recordada UTE.
Para el arquitecto Felipe Reyes, jefe del Departamento de Construcciones y a cargo de los trabajos de restauración, “lo que hemos hecho es poner en valor la arquitectura de la Escuela de Artes y Oficios y la Universidad Técnica del Estado, que no todo el mundo conoce y valora, únicamente quitamos las capas que tenían pintura, rayados, para que la comunidad tenga el privilegio de saber que pertenece a una institución con mucha historia. Estamos hablando de una Universidad que data del 1800, con todas su etapas”.
Explica el profesional que la Escuela de Artes y Oficios es monumento nacional, no así los edificios de la ex UTE, no obstante estos inmuebles “tienen un valor implícito, por el tipo de arquitectura modernista muy relacionada con la Villa Portales, y eso también lo hemos rescatado, descubriendo pinturas y materiales originales”.
En opinión del arquitecto Felipe Reyes, este proyecto de restauración tiene un sentido muy profundo para la comunidad universitaria. “En la medida que la gente sabe del lugar donde está, lo cuida, porque esto no es el sitio donde vengo a estudiar o trabajar, sino un espacio donde estoy y ése es un verbo curioso, estar es pertenecer y permanecer, cuando uno toma conciencia de esa pertenencia, se valora”.
Vivencias
Egor Montecinos, asesor del administrador el Campus, Víctor Avendaño, se formó en esta Universidad como ingeniero civil geógrafo y para él ha sido una experiencia de gran significado participar en la restauración de su Universidad. “Para mi ha sido maravilloso participar en la recuperación de muchas cosas que yo vi cuando entré a la Universidad, sus colores, la fuente. He estado a cargo de recuperar el pino oregón, en los pilares, puertas y ventanas y nos hemos sacrificado mucho para hacerlo, pero es algo que me ha dado mucha alegría”.
El profesional recuerda que el año 1985 la fuente de la EAO era “maravillosa”, pero después se transformó en algo muy distinto. “Ahora estamos recuperando esa fuente que tantos recuerdos les trae a algunos académicos. Estar participando de este cambio me llena de orgullo”, señala.
De forma similar piensa el jefe de Mantenimiento, Dagoberto Miranda, quien explica que avanzar en las obras exigió trabajar en horarios extendidos, sábados y domingos, sin embargo recalca sentirse “doblemente orgulloso” de haber participado en el rescate de la historia de la Universidad.
"Durante algún tiempo hubo cambios que a veces no eran del agrado de uno, pero cuando surge este proyecto todo vuelve. Yo estudié acá, mi vida, mi adolescencia están acá. Esta parte es la más linda de la Universidad y cuando se tapó la pileta y sus flores fue triste, por eso cuando empezamos a recuperarla nos produjo un enorme agrado, nosotros revisamos archivos, fotos antiguas, esos recuerdos volvieron y fuimos rescatando la auténtica UTE”.
Dagoberto Miranda afirma que lo más hermoso son los recuerdos de los “cachorros” en la pileta. “Aquí era el cachorreo, porque aparte de ser un adorno era un espacio de diversión, pero ellos la cuidaban, y lo mejor es que ahora la vamos a recuperar”, concluye.