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Vacuna contra bacteria que amenaza producción salmonídea nacional

Vacuna contra bacteria que amenaza producción salmonídea nacional

Con exportaciones que superan los US$ 4.000 millones, según el informe de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura correspondiente al año 2016, el salmón continúa ubicándose como uno de los principales productos más exportados del país.

Pese a los constantes virus y patógenos que han afectado a la industria, ésta ha logrado sobreponer su producción, sin perder el escaño. Sin embargo, desde hace unos años, después del virus ISA y la Necrosis Pancreática infecciosa, apareció la bacteria “Piscirickettsia Salmonis”, actualmente responsable de un 90% de la mortandad de la especie.

La bacteria que daña el tejido a nivel intracelular, provoca inapetencia extrema en el pez, lo que puede generar una disminución en su producción y afectar la calidad del producto, debido a que presentan erosiones cutáneas, extensas áreas descamadas y problemas en sus órganos internos. 

En palabras de la Dra. Brenda Modak, directora del departamento de Ciencias del Ambiente, de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago,  la investigación cobra especial relevancia para la industria ya que “la salmonicultura es una de las principales entradas económicas de nuestro país, que compite directamente con Noruega en cuanto a producción de salmones a nivel mundial. De tal forma, todo lo que signifique avanzar en el control de enfermedades de salmones es de alta importancia”, explica.

 

Estudios previos

 

El estudio surge cuando la investigadora química, especializada en productos naturales y aplicaciones biológicas, analizaba la planta “Heliotropium”, que crece de manera silvestre en el desierto de Atacama, la cual reproduce un exudado resinoso, que la recubre y lo utiliza como mecanismo de protección. Al percatarse de sus propiedades antioxidantes y anti-microbacterianas, la académica se propuso averiguar si el mecanismo sería útil para la defensa de animales.

En ese contexto, y tras un par de años desde que se desatara la crisis en la industria acuícola, tras los problemas derivados del virus ISA, la Dra. Modak junto a un equipo multidisciplinario de la Facultad de Química y Biología de la Universidad, comenzaron a realizar pruebas de laboratorio en peces, obteniendo resultados positivos. Los estudios continuaron con otros virus, como es el caso de la necrosis pancreática infecciosa que también producía una alta mortalidad en la industria salmonera, en donde también obtuvieron buenos resultados.

Tiempo después apareció la bacteria Piscirickettsia Salmonis, siendo la responsable de causar un 90% de mortandad en las salmoneras debido a la dificultad de atacarla con antibióticos sintéticos de uso común.

Teniendo en consideración las propiedades antibacterianas de algunos compuestos de la planta, cuya actividad antibacterial y bioestimulante había sido comprobada con anterioridad, la académica presentó un nuevo proyecto Fondecyt, que inició en marzo del año 2014, con el objetivo de probar estos componentes en salmones ya infectados.

 

Combate de Piscirickettsia Salmonis

 

Han transcurrido 3 años desde que comenzaron las pruebas con un selecto equipo de investigadores de los laboratorios de química de productos naturales, inmunología y virología. Según explica la Dra. Modak, los estudios partieron con pruebas simples, seleccionando los compuestos puros que podrían combatir el desarrollo de la bacteria.

“Nos fue relativamente bien y tomamos los compuestos que habían sido buenos. Como se trata de una bacteria intracelular no basta solo con probar si los compuestos son activos directamente sobre la bacteria, sino también hay que ver si son activos en la bacteria dentro de la célula”, indica la académica.

Luego, desarrollaron el crecimiento celular de la bacteria, para dar paso al trabajo in vitro, en donde obtuvieron varias pruebas positivas. Con los resultados obtenidos, dieron paso a las pruebas In Vivo en peces de agua dulce.

“Suele ocurrir que los adyuvantes, (la sustancia que aumenta la formación de anticuerpos), cuando se le inyecta al pez deja una aureola marcada, que no es malo, pero es feo, y como los salmones se exportan, a los consumidores no le gusta que llegue con esa calidad. Entonces, lo primero que vimos cuando inyectamos bacterias con Filifolinona (extracto de la planta), es que no deja ninguna marca, lo cual era un gran resultado”, sostiene la investigadora.

Agrega que pese a que ya cumplía las expectativas, descubrieron otros factores no esperados, “además los salmones se ponen con la piel más brillante y bonita, ese era un plus que no estábamos buscando, y hemos visto que con este compuesto, las bacterinas (vacuna a base de células inactivadas), han aumentado también el efecto inmuno-estimulante frente a la infección de Piscirickettsia Salmonis”, explica.

Tras comprobar la efectividad de los compuestos resinosos, que demostraron una reducción del tamaño y desaparición total de la formación de células de bacterias en estudios in vitro e in vivo, la investigación atraviesa su etapa final, esperando concretar durante este semestre un acuerdo con alguna empresa de salmones para probar la inyección en salmones de cultivo en agua salada.

La investigación es financiada por un proyecto Fondecyt Regular con una asignación de 160 millones de pesos y una proyección de 4 años. Mientras que la investigadora no descarta patentar la vacuna y crear consensos con la industria para utilizarla una vez finalicen los estudios.

En empresa de inteligencia artificial “The Not Company”: Egresados del Plantel innovan con creación de mayonesa vegetal

En empresa de inteligencia artificial “The Not Company”: Egresados del Plantel innovan con creación de mayonesa vegetal

Arvejas, almendras, champiñones, albahaca o romero son sólo algunos de los productos con los que un grupo de jóvenes profesionales innovan el mercado de lácteos y embutidos, cambiando la percepción de la industria alimentaria, a través de mayonesas sin huevo; leche, yogures, quesos o chocolates sin leche animal o salchichas sin carne.

Esta tecnología que es posible gracias a un emprendimiento de inteligencia artificial que usa un algoritmo matemático con forma humana denominado “Giuseppe”, permitiendo seleccionar distintas plantas y frutos almacenados en su base de datos, con los cuales crea réplicas exactas de alimentos animales.

El sistema computacional único en el mundo que desarrolla labores de food scientist (científico de los alimentos), cuenta con un colaborador humano, Sergio Aguilera, Tecnólogo en Alimentos de la Universidad de Santiago, quien destaca el secreto de la iniciativa cuando sus creadores comenzaron a idearlo.

“Desde la entrevista a cuando empecé a trabajar todo cambió. Buscaban un profesional que se manejara en ciencias, que creara recetas escalables a nivel industrial, atractivas comercialmente, con precios bajos y vida útil necesaria. Se convirtió para mí en un desafío muy atractivo”, explica.

Primero pasos de NotCo

Todo partió en enero del año 2015, cuando Matías Muchnick, Ingeniero Comercial de la Universidad Católica apostó por revolucionar la industria alimentaria luego de haber logrado posicionar en el mercado una mayonesa a base de soya.

Con el desafío de cambiar la producción animal por producción vegetal sumó al proyecto al Bioquímico egresado de la U. de Santiago Dr. Pablo Zamora,  y luego al doctor en Ciencias de la Computación y creador del algoritmo matemático Guiseppe, Karim Pichara, quien en ese entonces desempeñaba funciones en la NASA.

En el camino, según indican sus fundadores se fueron sumando las “Mentes Maestras” con fuentes de conocimiento distintas y esenciales para el proyecto, entre ellos nuestro egresado y profesor del departamento de Ingeniería en Alimentos, Sergio Aguilera (Food Scientist); Isidora Silva (Bioquímica);  y Camila Sepúlveda (Head of Sensorial Innovation), creando la empresa The Not Company.

El co-fundador del proyecto, Pablo Zamora, quien es además egresado de la Facultad de Química y Biología del Plantel y Director Científico de la Universidad de California, explica que estuvo 7 años en Estados Unidos, en donde los últimos tres trabajó en la multinacional Mars, a cargo de marcas como M&M, Pedigree y Whiskas. “En ese entonces, por mi background fui contactado por Matías para comenzar a diagramar lo que sería NotCo, que surge como un vehículo para entregar nutrición a la población de una manera inteligente, sustentable, y sin necesidad de utilizar insumos animales”, explica.

“Desde la entrevista, el proyecto ha sido muy entretenido. Al comienzo no me pudieron adelantar nada respecto a lo que se dedicaba la empresa porque era de carácter secreto. Sin embargo, la idea me resultó atractiva, es algo que no se había hecho. Si bien se hace investigación, hacer trabajos multidisciplinarios no se ve mucho, entonces, cuando te dicen que puedes ser parte de algo innovador a nivel mundial se vuelve muy atractivo y me motivó a que sin tener información acepte el riesgo”, cuenta el bioquímico Sergio Aguilera.

Alimentación del Futuro

“Hemos tenido un exposición muy grande que no esperábamos. Esto luego de una entrevista publicada por el medio internacional Al Jazeera,  quien se dio cuenta que estábamos haciendo algo muy disruptivo, cambiando un paradigma de cómo generar alimentación. Actualmente estamos trabajando con muchas ganas en ventas online, queremos impactar socialmente con estos productos”, sostiene nuestro egresado Pablo Zamora.

Mientras que para nuestro Científico de los Alimentos en la compañía, Sergio Aguilera, su formación académica ha sido vital para contribuir en los distintos procesos. “No sólo entrega conocimientos, permite resolver problemas de forma fácil, ser un profesional arriesgado, que debe estar en todas, que no abandona los desafíos. Una carrera con profesores que te entregan todas las herramientas para que puedas desempeñarte bien”, sostiene.

Actualmente la compañía termina de ejecutar la primera ronda de inversión para operar la empresa, y esperan en el siguiente nivel comenzar una producción que sea masiva y llegue desde supermercados hasta los negocios de barrio, para lo cual ya se encuentran levantando recursos financieros, y en un futuro comenzar venta en el extranjero.

Mientras que a través de su sitio web: www.thenotcompany.com, ya se encuentra a la venta su primer producto comercial: se trata de una mayonesa vegetal sin huevo, soya, ni elementos transgénicos, en tres sabores distintos y al mismo valor de mercado que ofrecen las mayonesas tradicionales.

Nuestro egresado Sergio Aguilera invita a los estudiantes que se insertan al mundo laboral a “ser jugado, no temerle a lo que no es tradicional, sobre todo en la industria; no tener miedo a tomar desafíos, y creerse mucho el cuento de que soy capaz, que afuera la competencia es fuerte, y que contamos con un sello único profesional de la Universidad de Santiago”, sostiene.
 

Prueban con éxito vacuna contra bacteria que amenaza producción salmonídea nacional

Prueban con éxito vacuna contra bacteria que amenaza producción salmonídea nacional

  • La investigación liderada por la directora del Departamento de Ciencias del Ambiente de la Facultad de Química y Biología de nuestra Universidad, Dra. Brenda Modak (en la fotografía, primer plano), combate la alta mortalidad de salmones en Chile, fenómeno que, según los últimos estudios realizados por la industria, se debe en un 90% de los casos a la presencia de la peligrosa bacteria “Piscirickettsia Salmonis”.

 





Con exportaciones que superan los US$ 4.000 millones, según el informe de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura correspondiente al año 2016, el salmón continúa ubicándose como uno de los principales productos más exportados del país.

Pese a los constantes virus y patógenos que han afectado a la industria, ésta ha logrado sobreponer su producción, sin perder el escaño. Sin embargo, desde hace unos años, después del virus ISA y la Necrosis Pancreática infecciosa, apareció la bacteria “Piscirickettsia Salmonis”, actualmente responsable de un 90% de la mortandad de la especie.

La bacteria que daña el tejido a nivel intracelular, provoca inapetencia extrema en el pez, lo que puede generar una disminución en su producción y afectar la calidad del producto, debido a que presentan erosiones cutáneas, extensas áreas descamadas y problemas en sus órganos internos.  

En palabras de la Dra. Brenda Modak, directora del departamento de Ciencias del Ambiente, de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago,  la investigación cobra especial relevancia para la industria ya que “la salmonicultura es una de las principales entradas económicas de nuestro país, que compite directamente con Noruega en cuanto a producción de salmones a nivel mundial. De tal forma, todo lo que signifique avanzar en el control de enfermedades de salmones es de alta importancia”, explica.

Estudios previos

El estudio surge cuando la investigadora química, especializada en productos naturales y aplicaciones biológicas, analizaba la planta “Heliotropium”, que crece de manera silvestre en el desierto de Atacama, la cual reproduce un exudado resinoso, que la recubre y lo utiliza como mecanismo de protección. Al percatarse de sus propiedades antioxidantes y anti-microbacterianas, la académica se propuso averiguar si el mecanismo sería útil para la defensa de animales.

En ese contexto, y tras un par de años desde que se desatara la crisis en la industria acuícola, tras los problemas derivados del virus ISA, la Dra. Modak junto a un equipo multidisciplinario de la Facultad de Química y Biología de la Universidad, comenzaron a realizar pruebas de laboratorio en peces, obteniendo resultados positivos. Los estudios continuaron con otros virus, como es el caso de la necrosis pancreática infecciosa que también producía una alta mortalidad en la industria salmonera, en donde también obtuvieron buenos resultados.

Tiempo después apareció la bacteria Piscirickettsia Salmonis, siendo la responsable de causar un 90% de mortandad en las salmoneras debido a la dificultad de atacarla con antibióticos sintéticos de uso común.

Teniendo en consideración las propiedades antibacterianas de algunos compuestos de la planta, cuya actividad antibacterial y bioestimulante había sido comprobada con anterioridad, la académica presentó un nuevo proyecto Fondecyt, que inició en marzo del año 2014, con el objetivo de probar estos componentes en salmones ya infectados.

Combate de Piscirickettsia Salmonis

Han transcurrido 3 años desde que comenzaron las pruebas con un selecto equipo de investigadores de los laboratorios de química de productos naturales, inmunología y virología. Según explica la Dra. Modak, los estudios partieron con pruebas simples, seleccionando los compuestos puros que podrían combatir el desarrollo de la bacteria.

“Nos fue relativamente bien y tomamos los compuestos que habían sido buenos. Como se trata de una bacteria intracelular no basta solo con probar si los compuestos son activos directamente sobre la bacteria, sino también hay que ver si son activos en la bacteria dentro de la célula”, indica la académica.

Luego, desarrollaron el crecimiento celular de la bacteria, para dar paso al trabajo in vitro, en donde obtuvieron varias pruebas positivas. Con los resultados obtenidos, dieron paso a las pruebas In Vivo en peces de agua dulce.

“Suele ocurrir que los adyuvantes, (la sustancia que aumenta la formación de anticuerpos), cuando se le inyecta al pez deja una aureola marcada, que no es malo, pero es feo, y como los salmones se exportan, a los consumidores no le gusta que llegue con esa calidad. Entonces, lo primero que vimos cuando inyectamos bacterias con Filifolinona (extracto de la planta), es que no deja ninguna marca, lo cual era un gran resultado”, sostiene la investigadora.

Agrega que pese a que ya cumplía las expectativas, descubrieron otros factores no esperados, “además los salmones se ponen con la piel más brillante y bonita, ese era un plus que no estábamos buscando, y hemos visto que con este compuesto, las bacterinas (vacuna a base de células inactivadas), han aumentado también el efecto inmuno-estimulante frente a la infección de Piscirickettsia Salmonis”, explica.

Tras comprobar la efectividad de los compuestos resinosos, que demostraron una reducción del tamaño y desaparición total de la formación de células de bacterias en estudios in vitro e in vivo, la investigación atraviesa su etapa final, esperando concretar durante este semestre un acuerdo con alguna empresa de salmones para probar la inyección en salmones de cultivo en agua salada.

La investigación es financiada por un proyecto Fondecyt Regular con una asignación de 160 millones de pesos y una proyección de 4 años. Mientras que la investigadora no descarta patentar la vacuna y crear consensos con la industria para utilizarla una vez finalicen los estudios.
 

Centro en Medicina de Precisión Pfizer Chile colabora con Dirección de Gestión Tecnológica

Centro en Medicina de Precisión Pfizer Chile colabora con Dirección de Gestión Tecnológica

  • El proyecto tiene como propósito realizar un trabajo conjunto orientado a potenciar las fortalezas de ambas instituciones, comenzando por identificar aquellas tecnologías que puedan ser abordables dentro de las líneas de investigación de la Universidad. El convenio de colaboración permitirá a nuestra Casa de Estudios incrementar el desarrollo y la investigación en el área de la biotecnología y en las  temáticas en las que este centro se especializa.

 






El Centro de Excelencia de Medicina de Precisión Pfizer Chile y la Universidad de Santiago de Chile, a través de la Dirección de Gestión Tecnológica de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, se encuentran desarrollando acciones ejecutivas para identificar dentro de las líneas de investigación de la Universidad, aquellas  tecnologías que puedan ser escalables junto al Centro de Pfizer,  estas acciones ejecutivas se formalizaran a través de un convenio de colaboración que permita a esta Casa de Estudios fortalecer el desarrollo y la investigación en el área de la biotecnología y las  temáticas en las que este centro se especializa.

El pasado jueves 19 de enero, investigadores, representantes de Pfizer y directivos de la DGT se reunieron para conocer las fortalezas y aportes de las partes involucradas, permitiendo al Centro conocer un conjunto de investigaciones que lideran académicos de esta Universidad en áreas centradas en el “core business” del Centro y otras funcionales al ecosistema con quienes el Centro mantiene relaciones. Las investigaciones presentadas por investigadores USACH se orientaron a soluciones en cáncer, dolor, biosíntesis de nano-estructuras, neurociencias, A/B y técnicas de atomización ultrasónicas y complementos nutricionales.

Los académicos que expusieron sus investigaciones en esta oportunidad fueron: Claudio Acuña, Luis Constandil, Claudio Vásquez, Andrea.Mahn, Eduardo.Morales, Felipe Arenas, Patricio Rojas y Renato Galleguillos.

Por el Centro Pfizer, Ricardo Ávila Galindo, Director Ejecutivo del Centro, señaló que, “sin excepción, las presentaciones fueron inspiradoras con muy buen soporte científico y estamos dentro del próximo mes comenzando a decidir cuales investigaciones apoyaremos directamente y cuáles serán referenciadas a la red de Pfizer”.

“Desde el Centro de Excelencia, buscamos contribuir a mejorar las capacidades en investigación e innovación en el campo de la biomedicina en Chile. Como lo mencionamos en la reunión, creemos en la colaboración como pieza clave para el avance en el campo del conocimiento biomédico”, expresó Ávila.

Según indicó la colaboración entre ambas instituciones puede darse de diferentes maneras. Desde el desarrollo de actividades académicas, hasta en desarrollo de proyectos de investigación conjuntos, agregando que “esto requiere de trabajo y dedicación. No se obtienen resultados de un día para otro”.

Los próximos pasos es que las dos entidades trabajen en el marco de referencia que sirva de base para colaboraciones futuras. Labor que desde la DGT está siendo liderada por el Ingeniero Comercial, Osvaldo Quiroz Leyton, Gestor de Transferencia Tecnológica y Redes, quien indica: “ una forma de potenciar la transferencia tecnológica es fortalecer la vinculación con entidades internacionales como este Centro, por cuanto, las tecnologías USACH requieren fortalecer vínculos activos dentro de un ecosistema de innovación que permita escalar las tecnologías de la Universidad lo más rápido posible, por lo tanto, este es un paso que se sumara a otras acciones donde se van focalizando los esfuerzos de gestión tanto, agrupando una cartera de tecnologías para un sector industrial, como en acciones ejecutivas que promueven tecnologías específicas para empresas individuales”.

Centro de vanguardia en Biomedicina 

El Centro de Excelencia de Medicina de Precisión Pfizer Chile, ubicado en Santiago, es el primero que la reconocida empresa instala en Latinoamérica gracias a fondos adjudicados por Corfo.

Utilizando tecnología de última generación, su trabajo está orientado a la investigación de diagnósticos más eficientes y menos invasivos del cáncer, además de hacerlos más precisos.

La investigación que se desarrolla en el centro de Pfizer Chile contribuirá a la consolidación de Chile y la región como un polo de investigación en biomedicina para el resto del mundo.


 

Convierten residuos ambientales de termoeléctricas a carbón en nuevo material para la agricultura

Convierten residuos ambientales de termoeléctricas a carbón en nuevo material para la agricultura

  • El proyecto que es parte de la línea 2 de I+D Aplicada de la Corfo a cargo de las académicas del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad, Dra. Luisa Sepúlveda Cuevas (der. en la fotografía), María Luisa Saavedra Quintana (izq.) y Elsa Contreras Villacura (centro), soluciona el problema de contaminación de las termoeléctricas a carbón, a partir de la reducción de pasivos ambientales que generan las cenizas volantes emitidas a través de la chimeneas de este tipo de empresas.

 

En su fase final se encuentra el proyecto “Síntesis de materiales zeolíticos a partir de cenizas volantes” de las profesoras del Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de nuestra Universidad, Dra. Luisa Sepúlveda Cuevas, María Luisa Saavedra Quintana y Elsa Contreras Villacura.

La iniciativa, que comenzó a ejecutarse a fines de 2014, busca entregar soluciones concretas a las empresas termoeléctricas a carbón para que reduzcan los pasivos ambientales provocados por los residuos de las cenizas volantes que son generadas en las plantas ubicadas principalmente en las regiones de Atacama y Antofagasta.

En nuestro país, la generación eléctrica a carbón continúa siendo relevante dentro de la matriz energética. A febrero de este año, la participación del mineral alcanzaba en el Sistema Interconectado Central un 24 por ciento mientras que en el del Norte Grande un 79 por ciento.

Además, se estima que en Chile dentro de los próximos ocho años la producción de cenizas volantes que son lanzadas por las chimeneas de las termoeléctricas a carbón se empinará desde 1,1 millón de toneladas hasta 1,6 millón de toneladas.

Es por ello, que las académicas del Departamento de Ingeniería Química plantearon usar las cenizas como materia prima para la producción de materiales zeóliticos, altamente captadores de humedad, para ser aplicados en el sector agrícola y en el tratamiento de las aguas.

El proyecto, que es parte de la Línea 2 de I+D Aplicada de la Corfo, y que cuenta con la colaboración de la eléctrica Engie, es la continuidad del trabajo “Valorización de cenizas volantes de termoeléctricas para la fabricación de zeolitas” de 2013, también financiado por la Corfo, que estableció las bases y las ideas para la concreción de esta nueva investigación.

La Dra. Luisa Sepúlveda Cuevas, directora del proyecto, explica que el proceso de transformación de las cenizas o residuos generados por las termoeléctricas a carbón es posible por sus componentes.

“Las cenizas volantes de carbón bituminoso, que es el que se utiliza en estas centrales termoeléctricas, contienen óxido de sílice, óxido de aluminio y fierro en altas proporciones, es decir, superior al 70 por ciento, denominadas cenizas tipo F, y estas son factibles de ser transformadas desde un material amorfo hacia un material cristalino”, señala.

De acuerdo con la académica, este proceso de transformación se define como hidrotermal, puesto que es “una síntesis en fase acuosa, en condiciones térmicas superiores a las ambientales”.

En estas condiciones térmicas hidrotermales en un medio alcalino, es posible solidificar la sílice y el aluminio, materiales que posteriormente formarán los cristales que constituirán las zeolitas.

“Como la sílice y el aluminio están en fase sólida, porque son cenizas, se disuelven y luego entran en un proceso de recristalización, y por la alta proporción de estos minerales, se favorece la formación del material zeolítico”, recalca.

Las investigadoras ya realizaron las primeras pruebas a nivel de laboratorio cuyos resultados confirmaron la factibilidad de uso.

Cabe destacar que las zeolitas son minerales microporosos tanto naturales como sintéticos, con una gran capacidad de adsorber líquidos.

 

Termoeléctricas del norte

En tanto, la profesora María Luisa Saavedra Quintana comenta que escogieron las plantas termoeléctricas a carbón del norte del país para el proyecto debido a las condiciones del suelo de esa zona. En el norte, son casi inexistentes los valles agrícolas, por ello originalmente la idea de las académicas era potenciar el uso de los materiales zeolíticos e intentar incrementaran el uso del suelo en Atacama como en Antofagasta.

“En el norte hay suelos semiáridos que tienen poca capacidad de retención de agua y las temperaturas también evaporan el agua. Las zeolitas mejoran el suelo desde esas dos características, porque es un material poroso con alta capacidad de intercambio de cationes”, argumenta la académica.

Por tanto, agrega, “eso significa que tiene la capacidad de retener bastante agua y de retener nutrientes que se mantienen en el suelo, evitando que se pierdan en la agricultura por los riegos, o por evaporación por las temperaturas”.

En esta etapa de la investigación, las profesoras de Ingeniería Química realizan justamente los estudios de cultivo para determinar cuál es el impacto de la zeolita sobre estos suelos categorizados como semiarenosos o francoarenosos.

A modo de ensayo, instalaron en el Plantel un invernadero con cultivos como acelgas y tomates cherry, humedecidos con zeolitas naturales y sintéticas, resultados que son comparados con otros anteriores.

Asimismo, la profesora Elsa Contreras precisa que como la mayoría de la energía proviene de plantas termoeléctricas a carbón una cantidad importante del total de las cenizas se concentran en esa zona del país.

“Ese considerable residuo de cenizas constituye pasivos ambientales y esa zona requiere mucha agua y energía, pero el recurso hídrico se concentra en el sur del país, entonces para ellos es importante que esos pasivos ambientales se transformen en zeolitas y se aprovechen en la agricultura y en el tratamiento de los residuos industriales líquidos (Riles) mineros ubicados en la misma zona”, subraya.

Por otro lado, aclara la académica, las empresas operadoras de termoeléctricas también resultan favorecidas con el proyecto porque en su totalidad han planteado dirigirse hacia una gestión integral o de sustentabilidad del punto de vista de la producción energética, por lo que “la búsqueda de usos de cenizas volantes les permite reducir sustancialmente sus pasivos ambientales y la disposición de las cenizas”.

Durante este año, el último del proyecto, las académicas realizarán los estudios de mercado correspondientes y en una nueva investigación esperan ampliar las indagaciones hacia otro tipo de cenizas, y de profundizar la aplicabilidad del material zeolítico resultante en el tratamiento de las aguas por su vasto espectro.

 

Otros proyectos

Las investigadoras también tienen en carpeta la posibilidad de fabricar con zeolitas materiales absorbentes con fines comerciales, mientras se estudia la aplicación del material zeolítico como catalizador de combustión, principalmente en los biocombustibles como el biogás y el biodiesel.

Junto con ello, esperan instalar en el corto plazo una planta piloto al interior del Plantel, además de iniciar una nueva investigación centrada en zeolitas naturales.

“Estamos en la fase de desarrollo de una planta piloto definiendo las condiciones de operación. Esperamos finalizar pronto el diseño y que pueda ser instalada pronto en la Universidad, probablemente encapsulada dentro de un conteiner para que tenga movilidad”, concluye la Dra. Luisa Sepúlveda.

Estudio afirma que afroamericanos fundaron industria vitivinícola de Chile y Argentina

Estudio afirma que afroamericanos fundaron industria vitivinícola de Chile y Argentina

  • Un trabajo del investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de nuestra Universidad, Dr. Pablo Lacoste revela que la industria del vino chileno - argentina, habitualmente asociada a las élites europeas como fundadores, en realidad surgió gracias al trabajo de los afroamericanos, tres siglos antes de la llegada de italianos y franceses.
     





Una tesis que derriba el mito del inmigrante europeo como fundador de la industria vitivinívola en Chile y Argentina propone el doctor en Estudios Americanos e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de nuestro Plantel, Pablo Lacoste, quien lideró la investigación en el marco del proyecto Fondecyt “Denominación de Origen de productos agroalimentarios chilenos”, cuyos resultados fueron publicados recientemente en un artículo indexado en la prestigiosa revista Scielo y que contó con colaboración de la investigadora argentina, Marcela Aranda.

El tema cobra especial relevancia en Chile y Argentina, por tratarse de los principales productores en América. En Chile, la vitivinicultura es la industria emblemática nacional y principal exportación industrial; y en Argentina el vino ha sido declarado "bebida nacional". Como exportador, Chile es el primero de América y el cuarto del mundo; como productor, Argentina es el primero de América Latina y uno de los seis mayores a nivel internacional.

En palabras del también académico de la Universidad de Santiago, “la evidencia documental muestra cómo, desde mediados del siglo XVII hasta comienzos del XIX, los afroamericanos aportaron una parte significativa en las diversas tareas culturales necesarias para cultivar la viña, elaborar el vino y el aguardiente, envasarlo, transportarlo a los mercados y comercializarlo”.

Principales conclusiones

El investigador plantea que los africanos y sus descendientes tuvieron un papel relevante en el espacio vitivinícola de Chile y Argentina, cuyos sistemas eran similares al peruano, por el hecho de componerse de dos modelos: las grandes haciendas, por lo general en manos de las órdenes religiosas, con numerosos esclavos; y por otra parte, estaban las pequeñas propiedades laicas, que tenían un acotado número de esclavos.

Según el investigador, los afroamericanos aportaron una parte significativa en las diversas tareas culturales necesarias para elaborar el vino, pero “la industria construyó un relato muy blanqueado, muy europeizado sobre la identidad de este sector productivo. Lo que descubrimos, gracias a documentos originales e inéditos, es que hay una identidad propia, en donde los vinos del cono sur cuentan con un enorme protagonismo de los afroamericanos, quienes desarrollaban desde antes esta actividad económica”, explica el académico.

El investigador agrega que "la glamorosa industria del vino de Argentina y Chile, muchas veces asociada a las élites y a la gente rica, en realidad fue moldeada y surgió gracias al trabajo de los afroamericanos".

La primera prueba de su importancia data de 1807, cuando, según relata el estudio, se produjo una rebelión de esclavos en el Convento de San Agustín, en Mendoza, principal polo vitivinícola de la actual Argentina, y hasta poco tiempo antes, capital de la provincia de Cuyo del Reino de Chile.

“Los afroamericanos enfrentaron al convento, lo asaltaron y terminaron en la cárcel. La ciudad se vio sacudida por las tensiones, y la justicia solicitó declaraciones de los afectados. Un referente de la industria del vino manifestó su preocupación, pues los esclavos del convento eran los únicos que fabrican tinajas y botijas, y la necesidad nos pone en la precisión de tratar con ellos”, afirma el artículo.

Origen de la investigación

La nueva tesis del investigador de la U. de Santiago, surge a raíz de una serie de proyectos Fondecyt, realizados en los últimos 13 años, en donde se ha propuesto descubrir los orígenes e identidad de la industria vitivinícola en el Cono Sur de América.

Esta línea de investigación ha permitido desarrollar trabajos emblemáticos para Chile y con alta recepción. Tal es el caso de la comprobación que el pisco es chileno; o las investigaciones sobre productos de origen nacional, como la chicha, el queso chanco, el pajarete, el jamón de Chiloé, entre otros, que según el investigador tienen una profunda identidad chilena, al ser elaborados por los campesinos de nuestro país.

Entre ellos, el Dr. Lacoste, quiso ampliar el rango de investigación, averiguando sobre los protagonistas que dieron origen al vino; quienes trabajaban todo el día en la Viña, cultivaban, cosechaban, filtraban la uva, seleccionaban el vino, fabricaban las tinajas de greda, entre otros. “Haciendo el trabajo real y efectivo con sus manos, surgiendo así el notable protagonismo de los afroamericanos, los esclavos, negros, mulatos”, sostiene el académico.

La investigación se basa en documentos originales inéditos del Archivo Nacional de Santiago, y los archivos de Mendoza y San Juan, y a raíz de ellos, el investigador propone que los nuevos antecedentes implican “recuperar y resignificar el aporte del afroamericano, para lograr elevarlo a la altura de cofundador de esta industria”, sostiene.

Para conocer el detalle de la investigación, puede acceder al artículo indexado publicado en noviembre del 2016 en Estudios Atacameños de la Revista Scielo: Los Afroamericanos como cofundadores de la viticultura de Argentina y Chile.

Utilizan juegos didácticos en preescolares para potenciar su pensamiento lógico-matemático

Utilizan juegos didácticos en preescolares para potenciar su pensamiento lógico-matemático

  • El profesor José Meza, del Departamento de Educación, realiza un estudio experimental en aulas de la comuna de Lo Prado para analizar el uso de ingenierías didácticas por parte de los alumnos. El objetivo del trabajo es determinar si en su etapa preescolar pueden desarrollar la noción de clasificar objetos de acuerdo a criterios de tamaño y forma, así como también comparar elementos, relacionarlos y ordenarlos basándose en  sus diferencias.

 





Ante diversos cuestionamientos realizados por investigadores a nivel mundial respecto a la teoría propuesta por el epistemólogo y psicólogo suizo Jean Piaget, quien propone que para desarrollar el pensamiento lógico–matemático en estudiantes, éstos deben desarrollar diversas nociones (seriación, clasificación, correspondencia uno a uno y de conservación de cantidad) como requisito para ver el número como objeto más que como una herramienta para contar, el profesor José Meza se encuentra analizando su uso en los sistemas curriculares.

“La teoría de Piaget,  es un poco cuestionada hoy por algunas líneas de investigación, dicen que en el fondo no es necesaria. No obstante, las bases curriculares la tienen presente, y además hay algunos planteamientos que dicen que Piaget necesita reinterpretar ciertas cosas para que sus postulados tengan sentido”, sostiene el profesor del Departamento de Educación de la U. de Santiago.

Tras adjudicarse en junio del año pasado un Fondo de Apoyo a la Investigación, otorgado por la Unidad Académica, el profesor comenzó una revisión bibliográfica de las propuestas editoriales existentes en el currículum nacional. Asimismo, consultó investigaciones nacionales e internacionales respecto a la formación del concepto de número en el párvulo y sobre el desarrollo de las nociones prenuméricas, para luego dar paso a estudios experimentales que comenzarán en esta nueva etapa.

Trabajo experimental en aulas

Con el objetivo de que el uso de ingeniería didáctica sea utilizado de manera correcta en las aulas, el profesor realizará trabajos experimentales con estudiantes. Para ello, analizará juegos junto a educadoras de párvulo en ejercicio, quienes colaborarán realizando propuestas y determinando posibles errores y conductas que podrían tener los párvulos durante el juego.

Meza explica que su investigación se enmarca en el campo de la enseñanza de la matemática en el nivel preescolar a través de dos juegos. “Específicamente, observaremos cómo se comporta el aprendizaje de las nociones de clasificación en los criterios de tamaño y forma, y el de la seriación por el criterio de tamaño, bajo una metodología de investigación llamada ingeniería didáctica, la cual modela la situación de aula en un juego para cada noción”, dice.

El primer juego que se utilizará, se denomina “Piratas y Tesoros”. Según explica el investigador, “trata sobre el mundo simbólico, en donde los niños son un grupo de piratas y deben encontrar el tesoro, para lo cual deben ordenar los juguetes dentro de sus cajas clasificándolos por tamaño y forma. Cuando tienen todo ordenado se hace un ciclo de preguntas que les permite reflexionar, con lo que se espera poco a poco construyan conocimiento colectivo”, explica.

El segundo juego, llamado “Puzzle”, trata de una misión secreta: deben armar un puzzle bajo el criterio de seriación y de manera colectiva, sin posibilidades de hablar durante el armado, etapa en la que cada integrante del equipo tendrá cinco piezas.

Finalmente se compara lo observado con lo previsto, junto al grupo de educadoras que participaron en la primera fase. “He observado que los textos escolares sugieren una actividad que si bien es lúdica, está basada en una exploración guiada, lo que evita que los párvulos se comporten como verdaderos investigadores y matemáticos frente a ciertos problemas”, asegura el profesor.

Agrega que “la investigación chilena, por otra parte, ha dado cuenta de ciertos avances en la formación inicial de educadoras de párvulo tanto en matemática como en otras áreas, lo que hace necesario precisar en experiencias de aula que sean analizadas y observadas”.

Trayectoria del investigador

El profesor José Meza es licenciado en Pedagogía en Educación Básica de la Universidad Arturo Prat y Magíster en Didáctica de la Matemática de la Universidad Católica del Maule.

La investigación se titula “Microingenierías didácticas sobre las nociones prenuméricas de seriación y clasificación por dos criterios” y surge a raíz de la experiencia del profesor, después  detrabajar con niños en educación inicial.

El investigador afirma que “según la ley vigente, parte de los procesos curriculares establecen lo que se debe enseñar en los diferentes ciclos. Uno de los contenidos es la seriación y la clasificación, por lo tanto, existe algo que ver y entender, comprender desde dónde las bases curriculares lo toman y  velar por éstas se ejecuten de manera correcta en las aulas”.

En cuanto al Fondo de Apoyo de la Investigación del Departamento de Educación de la U. de Santiago, surge con la finalidad de fortalecer y consolidar su quehacer en el área de investigación, incrementando tanto el número de estudios llevados a cabo por sus académicos (de jornada completa y parcial) como las publicaciones a ellos asociadas, inserto en su Plan de Desarrollo Estratégico del Departamento de Educación (2014 -2017).

Notables avances en proyectos de alimentación saludable y equitativa

Notables avances en proyectos de alimentación saludable y equitativa

  • Tres investigaciones impulsadas por el Departamento de Gestión Agraria de la Facultad Tecnológica y el Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Cecta), dan cuenta de importantes resultados; entre ellos, la elaboración de un biopesticida en base a los residuos del grano de quinoa, así como también el uso comestible de la hoja de este pseudocereal. El profesor de esta Unidad Académica y director de las iniciativas, Luis Sáez Tonacca, explica que “nuestra preocupación se centra en tratar de mejorar la distribución de los alimentos, más que en el rendimiento de la producción”.

 

Importantes avances muestran los proyectos impulsados por el Departamento de Gestión Agraria de la Facultad Tecnológica y el Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Cecta), que fueron adjudicados a fines de 2015, y que tienen como propósito alimentar a la población en forma saludable y equitativa.

El primero de ellos, “Biopesticidas en base a saponinas de quinoa”, proyecto FIC (Fondo para la Innovación de la Competitividad) 30343624-0 por tres años, se desarrolla en la región de O’Higgins cuyo objetivo es aprovechar los residuos del grano del pseudocereal para luego, a través de un proceso, generar un pesticida natural que ayude al cultivo de las vides.

Para ello, la Universidad se asoció con la empresa procesadora de quínoa Promauka, que ha facilitado los residuos de la planta, los que normalmente son desechados.

El académico del Departamento de Gestión Agraria, Luis Sáez Tonacca, y director de la iniciativa, explica que actualmente se logró aislar la saponina, que es una sustancia amarga muy similar al jabón o los detergentes, y ya se comenzó el período de pruebas.

“Dentro de la etapa de hacer el prototipo, estamos probando, sacando los extractos. El extracto vamos a probarlo in vitro con un modelo de nematodos (parásitos de plantas), y después en terreno con un modelo de viña, que es un rubro relevante en la región de O’Higgins, que además tiene serios problemas de nematodos”, precisa.

Asimismo, sostiene que “estamos seguros que el biopesticida va a matar los nematodos, no obstante, es totalmente agroecológico, no tiene uso de químicos, por tanto, es amigable con el medioambiente. Ahora estamos indagando cuáles son las dosis que vamos a tener que aplicar para que tenga efecto en las plantas”.

El profesor Sáez aclara que la iniciativa es inédita y solo había precedentes de investigaciones similares con el quillay.

“Solo hay un producto similar a partir de la corteza del quillay, pero a diferencia de este árbol, que está en peligro de desaparecer, la quínoa tiene mayor disponibilidad. En nuestra investigación encontramos cultivos de quínoa en la región de O’Higgins a nivel del mar, como Pichilemu y Paredones, incluso hemos encontrado cultivos en la Araucanía y Chiloé”, subraya.

Según el investigador, los primeros beneficiarios van a ser los cerca de 60 pequeños agricultores productores de quínoa de la zona, que tendrán la posibilidad de recibir un mejor precio por su producto.

“Después, los pequeños o medianos productores de viñas o de vides, que son entre 30 y 50, van a ser beneficiarios del producto final, que les va a ayudar a reducir uno de los grandes problemas que tienen actualmente que es el ataque de nematodos, que les hace caer fuertemente la producción”, asegura.

Ensalada con hojas de quínoa

El segundo proyecto, “Valorización agroindustrial de subproductos de la quínoa” (FIC 30429825-0, por tres años), también desarrollado en la región de O’Higgins, intenta fomentar el cultivo del pseudocereal, dándole nuevos usos, además del grano, al usar, por ejemplo, la hoja de la planta para ensaladas.

“Las investigaciones están centradas sobre la producción de grano de quínoa, entonces nos preguntamos qué pasa con el resto de la planta, si es posible consumir la hoja como una hortaliza. Y nos dimos cuenta que tiene un sabor agradable, parecido a la rúcula y el berro, pero a diferencia de la semilla no hay que procesarla. De hecho, la hoja basta con lavarla”, indica el profesor Sáez.

De la misma manera, el investigador puntualiza que de acuerdo con estudios preliminares propios, la ensalada de quínoa es “muy atractiva”, y la gente está dispuesta a consumirla. “Además, según el análisis nutricional tiene del orden del 25 a 26 por ciento de proteínas, porcentaje superior a las que tiene el mismo grano”, recalca.

Actualmente la investigación se centra en qué época del año o cuál es el momento adecuado para cosechar la hoja y en qué zona del país se puede cultivar. “Hemos investigado que se puede cosechar la hoja en las primeras fases del desarrollo de la planta, pero tenemos que determinar cuándo dejar de cosechar la hoja y seguir con el grano”, precisa.

En nuestro territorio,  la quínoa se siembra a principios de la primavera entre septiembre y octubre, y crece solo con el agua de las lluvias, sin necesidad de riego. El grano cosecha entre febrero y marzo, pero luego hay un periodo de seis meses sin cultivos.

“Entonces esperamos que los agricultores pudieran hacer un segundo cultivo, en ese mismo suelo. Con ello se valoriza más el suelo, la finca o predio, y al mismo tiempo la planta”, comenta el profesor Sáez.

Posteriormente, los investigadores indagarán la factibilidad de que el tallo, el rastrojo, y las raíces de la planta también sean comestibles. A su vez, ya realizaron pruebas con la harina de la hoja de quínoa.

“Procesamos las hojas y la harina que resultó, que mantuvo altas cantidades de proteínas, la incorporamos con harina de avena en galletas, y funcionó bastante bien. Por tanto, estamos evaluando la harina de hoja tanto para consumo humano como animal, y todos los usos gastronómicos que puedan tener la harina y la hoja fresca”, recalca.

En ese contexto, el profesor Sáez enfatiza que “entonces la planta ahora tendrá un doble propósito, la hoja y el grano, por tanto los productores de quínoa tendrán más fuentes de ingresos”.

Capacitación a pequeños agricultores

El tercer proyecto, “Habilitación de productores hortícolas de la región Metropolitana para la elaboración de productos IV gama” (GORE BIP 30442786-0, por 18 meses), es la continuidad de un proyecto desarrollado por investigadores del Cecta (“Diseño de un sistema de desinfección y envasado que permita aumentar la vida útil de hortalizas procesadas en la Región Metropolitana”, de 2011), que probó distintos protocolos para reducir la carga microbiana de hortalizas, como las lechugas, el repollo y las zanahorias.

En línea con las anteriores investigaciones, el proyecto pretende que los pequeños productores agrícolas de la zona central, en este caso de comunas como Colina, Lampa, Til Til, Talagante, El Monte, Melipilla y Buin, puedan ofrecer al mercado hortalizas saludables.

Cabe señalar que los productos de IV gama son hortalizas frescas mínimamente procesadas listas para consumir, que habitualmente se pueden encontrar en bolsas plásticas en las ferias libres.

El profesor del Departamento de Gestión Agraria, y gestor de innovación de las iniciativas, Carlos Díaz Ramírez, explica que el propósito es capacitar a los pequeños agricultores traspasándoles la preocupación por la inocuidad durante toda la cadena de producción y distribución de las hortalizas, hasta llegar al consumidor.

“Queremos enseñarles que lo que están haciendo es innovación y cómo la pueden seguir realizando, además de cómo realizar la comercialización de sus productos, a través de una metodología de mercados simulados”, expresa.

Junto con ello, comenta que esperan generar grupos de agricultores dentro de la región, y que puedan conectarse. “Que sientan que no están aislados, que hay otros agricultores con problemas similares. Posteriormente queremos incorporar a profesionales y asesores técnicos, para que trabajen con ellos y le den sustentabilidad a estas redes, una vez finalice el proyecto”, puntualiza.

Cabe destacar la participación en los proyectos de los académicos del Cecta, profesores Lina Yáñez Catalán, Dr. Claudio Martínez Fernández, y Dr. José Luis Palacios Pino.

Otros proyectos

Del mismo modo, el equipo que dirige el profesor Luis Sáez mantiene una amplia cartera de proyectos que aprovechen al máximo las cualidades de la quínoa, entre ellos, la elaboración de un “snack” con la harina del grano del pseudocereal, que entre sus cualidades no contiene gluten.

“En el proceso de extrusión se comprime la harina con o sin calor, lo que produce cambios funcionales. Se puede combinar con distintos tipos de harinas e ingredientes, y presentar de diversas formas, salada, dulce, hojuelas, o barras de cereal, y eso es lo que vamos a probar y a evaluar la aceptabilidad de los consumidores”, señala el profesor Carlos Díaz.

El proyecto ya fue aprobado por el Fondo para la Innovación de la Competitividad, y tendrá una duración de 18 meses. Igualmente, trabajan para definir los “desiertos agroalimentarios” en las regiones Metropolitana y de O’Higgins. “Son espacios en las ciudades o en las localidades rurales, donde la población, por distintos motivos, no tiene acceso fácil a la alimentación”, indica el profesor Sáez.

En concreto, todas las iniciativas se sostienen en una visión de agricultura sustentable.

“Los proyectos están conectados en cómo generamos circuitos comerciales alternativos, y que a su vez sean más sustentables, que generen menos residuos, que sean más equitativos, y que generen productos saludables que estén pensados en la población, más que en la generación o maximización de rentabilidad”, comenta el profesor Carlos Díaz.

Mientras que el profesor Sáez recalca que el propósito de los proyectos “es alimentar a la población en forma saludable y equitativa, todos tienen que tributar a esa línea de investigación. Nuestra preocupación se centra, más que en el rendimiento de la producción, en tratar de mejorar la distribución de los alimentos”, concluye.

Proyecto del Plantel implica un ahorro para la agroindustria: Reducen contaminación en el tratamiento de aguas residuales

Proyecto del Plantel implica un ahorro para la agroindustria: Reducen contaminación en el tratamiento de aguas residuales

  • Mediante un moderno sistema que incluye un reactor que elimina sustancias tóxicas utilizando el mineral chileno zeolita, el Dr. César Huiliñir, académico del Departamento de Ingeniería Química, logra mitigar la polución de aguas provenientes del sector agroalimentario. El investigador y su equipo, concluyó la fase piloto de manera exitosa. 

 





Una etapa inicial exitosa obtuvo el proyecto de investigación Dicyt 2016 "Remoción simultánea de carbono-nitrógeno-sulfato en un nuevo reactor batch secuencial de biopelículas con azufre elemental y zeolita como soporte", liderada por el académico Dr. Cesar Huliñir con colaboración del Dr. Silvio Montalvo, ambos investigadores del Departamento de Ingeniería Química del Plantel.

En esta primera fase, el proyecto regular estudió la transformación de amonio a nitrógeno molecular gaseoso, a través del uso de un solo reactor aplicando el mineral zeolita. En este proceso, los investigadores obtuvieron resultados positivos, mejorando efectivamente en comparación a sus competencias que eran sistemas parecidos pero sin el uso del mineral, los que además utilizan tres reactores en vez de uno solo.

Según explica el Dr. Cesar Huiliñir, académico del  departamento ingeniería Química y jefe de la Carrera Ingeniería en Biotecnología, “este proyecto busca tratar aguas ricas en amonio, sulfuro (que es el que genera olor a huevo podrido) y materia orgánica. Estos compuestos se toman del agua residual que sale de un digestor y debemos tratarla antes de enviarla a un sistema natural de agua”.

Etapas del proyecto

Gracias a la validación del proyecto regular de parte de la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica, dependiente de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, quien otorgó fondos por tres años para la realización del proyecto, los investigadores pudieron comprobar en su etapa inicial la efectividad en la transformación de nitrógeno a nitrógeno molecular en bajas concentraciones de contaminantes utilizando zeolita.

En los próximos años, los investigadores buscarán definir el rango de concentraciones total que se puede tratar en el reactor.

“La idea es tomar estas aguas residuales provenientes de chancherías, tratarlas en un solo reactor que contenga zeolitas, y que permita el proceso completo de nitrificación, desnitrificación y remoción de materia orgánica. El azufre, en forma de sulfuro, es transformado primero a azufre elemental y utilizado en la desnitrificación autotrófica. Entonces, se trata de un solo sistema que consume las tres cosas”, explica el Dr. Huiliñir.

Si bien el tratamiento de aguas residuales se ha propuesto en otras partes, el proyecto que lideran los académicos del Plantel se diferencia en dos elementos claves. El primero es el uso del mineral zeolita, el que tras los experimentos realizados por los investigadores se pudo comprobar que aumenta la velocidad de reacción en los procesos de nitrificación y desnitrificación, acortando de tal manera los tiempos de reacción de 10 a 6 días. Esto es fundamental, pues permitiría ahorrar costos en oxigenación.

Como segundo elemento diferenciador, el sistema utiliza un solo equipo para tratar todos los residuos, reduciendo la cantidad de lodo generado al tratarse de un proceso autotrófico.

El coinvestigador del Plantel Dr. Silvio Montalvo, explica que mediante el proyecto, “el nitrógeno queda en fórmula gaseosa siendo liberado al aire, el nitrógeno contaminante se transforma en un compuesto inocuo (N2); el sulfuro va a ser transformado por el mismo reactor a azufre elemental, que no hace nada; y la materia orgánica, que mientras más haya genera mayor contaminación, la va a disminuir. Esa es la esencia del proyecto”.

Proyecciones de la investigación

Si los investigadores logran comprobar la efectividad del proyecto a escala laboratorio y piloto, planean proyectarlo hacia la industria de las chancherías, piscicultura o producción de aves, empresas que tienen altas cargas de nitrógeno, sulfuro y materia orgánica. “Si nosotros pudiésemos dar esa solución, independiente de otros sistemas, podría ser aplicado rápido. Creemos que podría ser eventualmente fácil de llevar a reactores más grandes, todo va a depender de los estudios que realicemos acá, pero nuestra impresión en este año es que funciona”, explica el Dr. Huiliñir.

Los resultados esperados por los investigadores consisten en reducción de nitrógeno en menor cantidad de tiempo mediante uso del mineral zeolita, que además es extraído de la Séptima región de Chile.  Otra de las ventajas es el uso de un sistema híbrido que permite la reducción simultánea de nitrógeno, sulfuro y materias orgánicas.

“Por lo general son varios reactores que trabajan en paralelo, consumiendo cada uno de estos nitrógeno, sulfuro y materias orgánicas en diferentes etapas. Nosotros lo unimos en uno solo. De funcionar a gran escala, ahorraría una gran cantidad de costos energéticos, inyección de aire y entregaría una serie de beneficios sociales, tales como la reducción de olores que permitirían una mejora en la calidad de vida de la sociedad”.
 

Urge promover espíritu reflexivo en los alumnos de enseñanza básica

Urge promover espíritu reflexivo en los alumnos de enseñanza básica

  • Luego de analizar las clases de profesores de primero básico de seis escuelas de la comuna de Huechuraba, con diferentes contextos socioeconómicos y culturales, investigadores de nuestra Universidad, quienes indagaron en las prácticas pedagógicas en el aula plantean la necesidad de impulsar la reflexión en el aula. El estudio liderado por el Dr. Marco Villalta, de la Escuela de Psicología, consideró además de las prácticas pedagógicas y su impacto en el desarrollo cognitivo de los estudiantes, la contingencia de éstas en la vida diaria y los propósitos de los educandos.

 





Tras un año de trabajo con escuelas de la comuna de Huechuraba, un estudio liderado por el Dr. Marco Villalta, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, reveló que las docentes desarrollan la clase considerando la contingencia de la vida diaria. También consideran los objetivos y procuran construir las condiciones para que las actividades propuestas permitan la concreción de los mismos. No obstante, se observa la necesidad de introducir acciones que permitan reflexionar y aprender desde la autoreflexión y del aprendizaje.

Los resultados preliminares de este estudio exploratorio fueron dados a conocer el durante el verano a los docentes y autoridades de la comuna y de la Universidad. Las profesionales que trabajan en escuelas de esa comuna se mostraron muy interesadas en sumarse al proyecto para poder mejorar la experiencia de sus alumnos en el aula.

El Dr. Villalta señaló que “es recomendable la reflexión constante de la práctica de aula para develar sus desafíos y posibilidades, pues promueve el aprendizaje de los alumnos y desarrolla la experticia profesional de las profesoras”.

Asimismo, el director del proyecto enfatizó en la necesidad de introducir diálogos de mayor exigencia cognitiva tales como los cooperativos y colaborativos.

Para esta investigación se utilizó una metodología mixta, que combina técnicas cualitativas de observación y análisis de discurso y prácticas pedagógicas en el aula, además de herramientas cuantitativas de medición y asociación de datos de registros categorizados, entre ellas la entrevista semiestructurada con directivos y profesores, entrevista grupal con estudiantes, observación de la interacción en el aula y registro de comportamiento ocular, utilizando el Eye Tracking, y una prueba de desarrollo cognitivo.

En este primer año de trabajo exploratorio participaron seis establecimientos educacionales de la comuna con diferentes contextos socioeducativos, teniendo como unidades de observación las clases de profesores de primero básico.

Aporte para Huechuraba 

En la actividad también estuvo presente Alejandro Silva, ‎Coordinador Técnico Comunal de Convivencia Escolar del Departamento de Educación Municipal Huechuraba, quien indicó que ellos tienen un proyecto educativo a nivel comunal, propuesta que fue levantada a través de los cabildos comunales y del trabajo con diferentes sectores.

“Uno de los objetivos principales es recoger la diversidad de un tipo de estudiantes complejos, en cuanto están muy vulnerados por diferentes factores asociados a la pobreza principalmente, pero también asociados a diferentes prácticas culturales desde la perspectiva de la delincuencia y otra serie de temáticas, que son elementos que distraen los focos donde los estudiantes pueden proyectarse y generar una expectativa de vida distinta”, explicó Silva. 

En torno a este trabajo han  desarrollado una serie de iniciativas, entre ellas, la alianza con la Universidad, que les ha permitido vincularse a través de este proyecto de investigación.

Para la profesora Zaida Galleguillos, del Centro Educacional Huechuraba, es interesante que se entreguen los resultados después de realizar una exploración. “Tengo la experiencia de trabajar con [la Teoría de Experiencia de Aprendizaje Mediado de Reuven] Feuerstein y me ha dado muy buenos resultados. Trabajar desde la motivación con los niños se hace más fácil; lleva mucho a los niños a explorar, a dialogar, analizar, es innovador estas instancias para reforzar lo que se está llevando hace algunos años en la comuna”, sentenció la docente.

Trabajo colaborativo 

Durante esta jornada también estuvo presente el Decano de la Facultad de Humanidades, Dr. Marcelo Mella, quien resaltó la importancia que tiene para esta Casa de Estudios, estatal y pública,  vincularse con el entorno.

En este sentido, la autoridad remarcó que el proyecto propone desafíos, ya que la sociedad está inmerso en un contexto de crisis que brinda una oportunidad para cambiar las cosas, permitiendo instalar la visión de mediano y largo plazo.

En tanto, el Dr. Mario Morales, director de la Escuela de Psicología, invitó a los docentes a tener un diálogo permanente con la universidad para unir esfuerzos que permitan mejorar el sistema escolar.

Este trabajo forma parte del proyecto Fondecyt Regular (1150237) Experiencias de aprendizaje mediado y análisis de la conversación en la sala de clase de escuelas de diverso contexto socioeducativo dirigido por el Dr. Marco Villalta, donde también participan como coinvestigadores el Dr. Sergio Martinic, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Dra. Cecilia Sáez, de la Universidad Diego Portales. 

 

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