Luego de más de diez meses transcurridos desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en el país, el Instituto de Salud Pública de Chile autorizó el 16 de diciembre de 2020 el uso de emergencia de la vacuna desarrollada por Pfizer/BionTech para combatir la enfermedad, en medio de la ‘segunda ola’ de contagios que ha comenzado a manifestarse en las últimas semanas.
A la fecha, se han recibido tres cargamentos con 10 mil, 11.700 y 88.725 unidades de la vacuna, los cuales arribaron a Chile el 24 y el 31 de diciembre de 2020 y el 13 de enero de este año. Las personas inoculadas ya suman 29 mil 368 respecto a la primera dosis, mientras que los vacunados con la segunda alcanzan los 8 mil 360,
de acuerdo con los datos del plan Yo Me Vacuno.
Aunque la meta del Gobierno es vacunar a 15 millones de personas a fines del primer semestre de 2021, el académico del Programa Centro de Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas Usach, Dr. Christian García, advirtió que se debe reforzar la trazabilidad de casos positivos de Coronavirus y sus contactos, “aspecto fundamental para cortar la cadena de transmisión”.
Si bien el académico aseguró que Chile está preparado para iniciar una campaña masiva de inmunización, la estrategia de trazabilidad ha sido uno de los principales problemas en el manejo de la pandemia.
García expresó que, aunque se disponga de vacunas, la trazabilidad se debe mantener y reforzar, “con el fin de que los casos que surjan aún teniendo a la población inmunizada sean encontrados. Esto se suma a la estrategia de vacunación. No son reemplazables, sino que ambas se potencian”.
A juicio del experto, las bajas cifras en cuanto al seguimiento de casos son preocupantes. Según los
últimos indicadores publicados por el Minsal hasta la elaboración de esta nota, en regiones como la Metropolitana se encontraron en promedio solo dos contactos por persona contagiada. García explica que en Chile existen en promedio tres o cuatro habitantes por hogar, lo que significa, según el académico, que no se está dando con los contactos de casos positivos dentro de los núcleos familiares.
Una mayor cantidad de trazadores, la generación de estudios de contactos que vayan más allá del ámbito intradomiciliario y lograr el compromiso de todos los sectores para que contribuyan en la búsqueda de estos, son medidas que reforzarían la trazabilidad. “Si uno actúa rápido, puede controlar la enfermedad de manera eficiente”, enfatizó el Dr. García.
Difícil, pero no imposible
Respecto a la vacuna de Pfizer/BionTech que fue autorizada para su uso en Chile, el doctor en Salud Pública afirmó que su distribución será “un desafío logístico importante”, ya que las dosis, al usar el material genético de virus para lograr la inmunización, deben conservarse a una temperatura de -70° Celsius.
A pesar de esto, García señaló que el Programa Nacional de Inmunizaciones cuenta con la infraestructura necesaria para el traslado de la vacuna, añadiendo que el fármaco “se puede tener algunos días a temperaturas más altas, pudiendo conservarse. Por lo tanto, da tiempo para distribuirla dentro de ciertas zonas sin ese frío extremo que se establece”.
No obstante, el experto admitió que “es muy difícil que se logre la meta (de cobertura) antes del primer semestre de 2021”. Esto también dependerá, agregó, de los otros tipos de vacunas que sean adquiridas y que requieren temperaturas mucho más bajas para ser preservadas, tales como las de Sinovac u AstraZeneca. De acuerdo con el Gobierno, se han negociado contratos para adquirir dosis de dichas farmacéuticas.
García subrayó en que las primeras dosis “alcanzan para un número muy reducido de personas”, destacando que lo importante “no es cuando parte la vacunación, sino cuando se termina”. Eso significa inmunizar entre el 60 y 70 por ciento de la población nacional, meta que, según el experto, se irá logrando progresivamente durante 2021 a medida que se adquieran más vacunas.
“Probablemente dentro del segundo semestre lleguemos a esas metas de cobertura más completas y necesaria para lograr la protección de toda la comunidad”, aseveró.
Comunicación transparente y confiable
Una de las preocupaciones de las autoridades sanitarias en el mundo y también en Chile es la población que, por diversos motivos, no quiere inocularse contra el coronavirus. De acuerdo con un
sondeo de Plaza Pública Cadem publicado el 18 de enero de 2021, un 24% de las y los encuestados no recibirían la vacuna contra la enfermedad, mientras que un 30% lo harían más adelante.
Ante esto, el Dr. García sostuvo que, a pesar de que existe un decreto que determina la obligatoriedad de ciertas vacunas, se debe abogar a la razón, a lo importante de este proceso y a educar a la población.
Para el epidemiólogo, lo más importante respecto a lo anterior es “generar la confianza en las mismas vacunas y en las personas que están comunicando e implementando esta medida, para que la población acceda libremente a ellas”.
“Hay un desafío importante, que es cómo lograr una comunicación que sea confiable y transparente”, recalcó el doctor en Salud Pública. “Para lograr aquello, debe haber una mezcla entre una persona o un grupo de personas técnicas, pero también validadas por la sociedad, que no solo comuniquen, sino que hagan que la gente perciba que están siendo transparentes y que tengan real interés en protegerlos”, dijo.
Algunos colectivos indicados para esta tarea, mencionó el académico, son las sociedades científicas, como por ejemplo el Colegio Médico de Chile.
Otras medidas para incentivar la vacunación voluntaria, agregó el salubrista, es que la inoculación sea una condicionante para acceder a ciertos espacios o servicios. “En otros países, por ejemplo, los niños tienen que mostrar su certificado de vacunación para ingresar al colegio”, explicó García. Si bien el foco de vacunación no está en los menores de 16 años, esta misma política se podría implementar para funcionarios públicos o personas que trabajen en ciertas industrias, propuso el experto.