Según un sondeo del diario La Tercera publicado el 1 de mayo de este año, de los 27 Planteles del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh), solo 15 informaron tener vigente un reglamento que determina procedimientos en caso que los estudiantes sean víctimas o testigos de una situación de acoso. Sin embargo, de acuerdo al Programa de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) de nuestro Plantel, son solo cuatro las que tienen una “política integral” sobre el tema: la Universidad de Chile, la de Valparaíso, la Austral y nuestra Casa de Estudios.
En tal contexto, nuestra comunidad universitaria en conjunto con las autoridades llevan poco más de diez años no sólo reflexionando en torno a la brecha de género, sino actuando de manera decisiva mediante una ruta clara con el propósito de promover y definir estrategias para la transversalidad de género.
Lo anterior ha permitido, entre otras acciones que se han venido desarrollando en estos últimos años, por ejemplo: la creación de una Red de género, el lanzamiento de las Directrices hacia una Política de Igualdad y Equidad de Género; la creación del Punto focal de Género que más tarde da lugar al establecimiento del Área de Género, Equidad y Diversidad; cursos, seminarios, Semana de la No Violencia Contra las Mujeres, diseño e implementación del Diplomado de Transversalidad de Género, así como diagnósticos sobre la situación de la mujer en el Plantel, y una cartografía en torno a la violencia.
Si de hacer memoria se trata, cabe recordar que el primer hito institucional que da lugar a la serie de acciones que hoy conocemos y que culminan con la Política de Igualdad y Equidad de Género, se registra en 2007 a partir del Proyecto MECESUP: “La Igualdad en la Diferencia. Estudio del ambiente estudiantil de género y minorías para la generación de medidas de apoyo integral a los estudiantes de doctorado”.
Emerge el Protocolo
La entrada en vigencia hace ya un año del “Protocolo de Política Institucional de Prevención, Sanción y Reparación frente al acoso sexual, de género y de otras conductas discriminatorias”, ha logrado instalar entre los integrantes de la comunidad una mayor tranquilidad frente a este tipo de prácticas, pues son sancionadas.
Diversos actores de la Universidad hacen un positivo balance de su funcionamiento, ya que a la par de generar conciencia de que existe una normativa que vela por las personas afectadas, establece sanciones concretas para los agresores -académicos, funcionarios o profesionales- que van desde multas, retención de parte de sus remuneraciones o, incluso, la expulsión del Plantel.
“Hemos ido avanzado en que la gente tome conciencia del buen trato y del respeto que debe haber a la dignidad humana, y aquellos que tienden a actuar de manera impropia han ido sintiendo que existe una acción ejemplarizadora al exponerse a sanciones drásticas y sufrir un estigma público de su comportamiento. Naturalmente, esto provoca un rechazo a repetir la conducta reprochable”, sostiene el Secretario General, Gustavo Robles Labarca.
De acuerdo a datos de la Dirección Jurídica, desde que se implementó el Protocolo se han efectuado 24 denuncias, 18 de las cuales corresponden a acoso laboral, 3 a acoso sexual de profesores contra estudiantes y 3 de acoso sexual u hostigamiento entre estudiantes. De estas, 18 se encuentran en etapa de investigación y 6 se encuentran en su etapa final.
Para el Director Jurídico de la Universidad, Ángel Jara Tobar, el protocolo ha permitido dar orden a estas denuncias. “Esta medida ha permitido que se hagan denuncias de situaciones anteriores a la dictación del protocolo y ha dado la señal de que también existen mecanismos para denunciar e investigar. Hay un protocolo que se debe respetar y eso ha permitido que las denuncias que no se formularon, se hagan ahora”, resalta.
Persecutores y nuevo desafíos
Según la Coordinadora de la Fiscalía Universitaria, Elena Galindo Arévalo, para agilizar el proceso de 20 días hábiles para que un fiscal investigue una denuncia, como señala el estatuto administrativo, se dispuso que desde el viernes 4 de mayo los persecutores tengan dedicación exclusiva para todos los actos administrativos que implicaran, eventualmente, un sumario.
Además, la abogada adelanta que en las próximas semanas se propondrán reglamentos para regular tanto la convivencia estudiantil, como la de académicos, funcionarios y auxiliares.
Más allá de los avances, las autoridades universitarias concuerdan en que iniciativas como el protocolo son perfectibles y que, en general, el tema del acoso es un problema cuya solución es de largo aliento. “Tenemos que seguir trabajando desde la prevención y acompañar la implementación de este instrumento como comunidad”, enfatiza la Encargada del Área de Género, Equidad y Diversidad, Andrea Hurtado Quiñones.
Para el Secretario General, la cifra de denuncias es baja si se considera que la cantidad de personas que componen el campus universitario sobrepasa las 20 mil personas, entre estudiantes, académicos, funcionarios y profesionales de la Universidad. A su juicio, esto puede deberse a que aún existe temor por denunciar situaciones de esta naturaleza.
En esa línea, el Director Jurídico considera que “el principal desafío es concientizar a las personas sobre su derecho no solo a ser respetadas, sino que deben efectuar la denuncia cuando se ha perdido ese respeto”.
El abogado Jara insiste en que es primordial que la denuncia se haga lo más cercano posible al hecho en cuestión, ya que “la prueba testimonial se deteriora y esa distancia entre el momento en que ocurre el hecho y es denunciado, afecta finalmente la capacidad del fiscal de poder llegar a la verdad”.
Autocuidado
Finalmente, el Director Alterno del Consejo de Responsabilidad Social Universitaria (RSU), Dr. Carlos Muñoz Parra, señala que el autocuidado también es importante al momento de prevenir situaciones que puedan, eventualmente, implicar acoso sexual. Esto, fundamentalmente por el consumo de alcohol o drogas que, a la postre, terminan sometiendo la voluntad del eventual afectado.
“Cada uno de los actores que está en nuestra ciudad universitaria debe responsabilizarse de lo que pasa con él y su entorno”, enfatiza. El Dr. Muñoz hace especial hincapié en que se debe tener plena confianza en quienes componen el círculo más cercano de una persona.
Finalmente, el Secretario General, Gustavo Robles, remarca que hay que seguir educando a la comunidad universitaria en torno a estos temas. “Hay que erradicar los actos de machismo, que son parte de la cultura del país”, concluye.