- El académico del Departamento de Administración de la FAE, magíster Héctor Toledo Nickels, junto con destacar los cambios a la Reforma Laboral impulsada por el gobierno, y aprobados en el Parlamento, rechaza de manera enfática que la oposición recurra al Tribunal Constitucional para frenar la iniciativa.
El académico del Departamento de Administración de la FAE, magíster Héctor Toledo Nickels, junto con destacar los cambios a la Reforma Laboral impulsada por el gobierno, y aprobados recientemente en el Parlamento, rechaza de manera enfática que la oposición recurra al Tribunal Constitucional para frenar la iniciativa.
“La reforma es un paso adelante. Es obvio que este tipo de cosas no para nunca porque está en el corazón de la evolución de la sociedad. El trabajo es cómo la sociedad se autoconstruye y está ligado a la tecnología, a todo lo que es producir nuestros bienes para poder vivir. Y si los estamos produciendo con una aparataje institucional pésimo, por lo menos es bueno que algunas cosas se hayan podido establecer en esta reforma, como la huelga sin reemplazo”, explica.
Aclara que, “lamentablemente, la voluntad del país, que eligió un gobierno que en su programa incluía la reforma, puede ser ignorada por unos pocos, y eso es inaceptable”.
El Tribunal Constitucional, instancia que decidiría la suerte del proyecto de ley, añade, “debe tomar decisiones sobre cuestiones mayores y no puede dirimir lo que la sociedad ha decidido varias veces, según las encuestas”.
Apoyo al sindicalismo
El académico sostiene que de acuerdo a experiencias internacionales, en gran parte de Europa, Canadá, Japón y Australia, el sindicalismo es sinónimo de desarrollo. “Por ejemplo, los países nórdicos que tienen un sindicalismo fuerte viven mejor que nosotros. Entonces, si nos guiáramos por los análisis de nuestros economistas, tendríamos que decir que en esas naciones están en la miseria más crasa porque hay demasiados sindicatos. Pero es todo lo contrario”, enfatiza.
Especifica que con el sindicalismo hay desarrollo, porque esas organizaciones dan a conocer los problemas de la sociedad -en salud, educación, transportes, entre otros-, y buscan soluciones en el sector privado y estatal.
El experto advierte que “entre los economistas está el mito de que el sindicato lo único que negocia son las subidas de salario; sin embargo, existen otros temas relevantes, como la capacitación”.
“La capacitación, o más gente capacitada, significa más eficiencia en un plazo breve para el conjunto de los trabajadores y la economía chilena; sobre todo, estabilidad en la familia, porque un adulto joven sin trabajo y con hijos, se transforma en un criadero de delincuencia juvenil”, detalla.
Recalca que en Chile “un joven brillante en alguna especialidad, no tiene chances de educarse con los recursos del sueldo de un obrero. En Europa los sindicalistas lo solucionaron exigiendo educación gratuita y de calidad”.
“Sin sindicalismo no hay desarrollo. Lo que puede haber es crecimiento. Es cierto que Chile ha crecido mucho en estos últimos años pero para nada somos un país desarrollado”, puntualiza.
Respecto a la politización de la reforma, el académico concluye que “no es una cuestión de izquierda o derecha, sino algo más profundo que tiene que ver con la estructura de la sociedad”.