El investigador de la FAE, Víctor Salas, afirmó que se requieren este tipo de acciones, y no reducciones o reajustes, para impulsar el crecimiento económico. Por el contrario, advierte que si el Presupuesto se ajusta al 1,5%, “va a ser una predicción autocumplida: creceremos poco, pero estable, y eso no le interesa a nadie”.
La polémica se ha instalado luego de que el ministro de Hacienda invitara a los empresarios a trabajar e invertir más en las posibilidades de negocios que presenta nuestro país, y a levantar menos quejas, lo que generó inmediatas reacciones. Al respecto, un artículo de la agencia estadounidense Bloomberg, publicado esta semana, da cuenta de una “exageración” de parte del sector respecto a las condiciones en que se encuentra Chile y aprovecha de dar un espaldarazo al modelo económico nacional.
Para el economista de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, si bien existe “una leve exageración de parte del sector empresarial cuando reacciona frente a las reformas que se han planteado”, reconoce que existen factores que ameritan la preocupación de parte del sector, como la caída del ciclo minero, por ejemplo.
“Crecemos, pero a una tasa cada vez menor”, explica el experto en macroeconomía y economía de las políticas públicas. “Tenemos una conducta del Ministerio de Hacienda que mantiene los equilibrios macro, pero hay que buscar algún mecanismo que ayude a dinamizar el crecimiento de la economía. Eso significa echar mano a fondos soberanos fuera del país para generar dinámicas productivas más fuertes”, sostiene.
De acuerdo a Salas, los fondos soberanos del Estado que están disponibles para cualquier gasto vinculado con crecimiento son los del Fondo de Estabilización Económica y Social que alcanzaron los MMUS$14.631,09 según el Informe Ejecutivo Mensual a mayo de 2016.
Según el economista, este mecanismo está diseñado para ser utilizado durante los tiempos “malos”, económicamente hablando, como en la crisis subprime. No obstante, ¿debieran ser utilizados ahora? Salas sostiene que sí y argumenta que “estamos con un problema en que efectivamente necesitamos salir de la trampa de la estabilidad y de la desaceleración que nos va a llevar a un estancamiento de la economía”.
Pese a que señala que el uso de estos fondos es una atribución del Ejecutivo, advierte que se requiere respaldo político para utilizarlos. “Si no se le da señales al sector privado empresarial de que se van a poner recursos para el crecimiento, no se va a producir la respuesta del sector. Hay que buscar una fórmula que permita que los recursos sean utilizados, para que el sector empresarial se interese en invertir. Alrededor del 80% de la inversión del país la realiza el sector privado”, apunta.
“La perspectiva con una medida de esta naturaleza -continúa el académico de la Facultad de Administración y Economía del plantel estatal- es distinta a una que reajusta y reduce el Presupuesto para mantener el equilibrio. Ya nos ajustamos para el 2%, y si ahora estamos creciendo al 1,5%, lo que pasará es que vamos a volver a ajustarnos al 1,5% y el crecimiento no va a existir”.
“Lo grave es que eso afecta al próximo año y en una perspectiva más de mediano plazo, de dos a tres años hacia adelante”, insiste.
Agrega que “va a ser una predicción autocumplida: creceremos poco, pero estable, y eso no le interesa nadie. El país necesita dar un brinco de crecimiento y eso es una señal necesaria que el Estado y el Gobierno sin duda debieran dar”.
“En Chile ha habido poca acción respecto a cómo mejorar las expectativas”, recalca.
Para preocuparse
Salas atribuye en gran medida al sector minero las magras expectativas económicas en el país. “Hace alrededor de dos años que se acabó el ciclo minero, lo que significa que los capitales tampoco vienen y las inversiones tampoco se realizarán, porque son más costosos los procesos productivos que los precios del metal”, indica.
“Efectivamente, el ciclo minero nos afecta y eso ha generado la idea de que la economía no va a crecer, eso es lo que se ha instalado en el ánimo de la gente, además de los factores políticos que los empresarios ocupan para manejar el proceso de reformas”, explica.
Finalmente, proyecta que “en unos dos años más, por lo menos, puede haber una perspectiva de crecimiento de la producción de cobre y de la expansión del precio, y empezará un nuevo ciclo minero y fluirán capitales. Todas, cosas de interés para los empresarios. Mientras tanto, estamos en un proceso de caída”.