Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestro país, que durante el presente mes estrenó una nueva advertencia en cajetillas, sigue a la cabeza a nivel continental en esta materia, a pesar de que es el único país que cumple con la exigencia del organismo en cuanto a la aplicación de impuestos.
Al respecto, el médico broncopulmonar de nuestra Universidad, Juan Eduardo Toro, critica el enfoque de las iniciativas impulsadas por el Ministerio de Salud para enfrentar el problema y enfatiza que hace falta una campaña educativa que se anticipe al consumo de tabaco.
“No se saca nada con dirigir los esfuerzos sobre un grupo que ya está fumando. Hay que empezar desde la niñez, como en la campaña para evitar la obesidad, antes de que nazca el hábito tabáquico”, sostiene.
“Los problemas de los vicios son a largo plazo, en términos de patologías orgánicas, y van creando una dependencia psíquica que es muy difícil de abandonar”, complementa.
El especialista en enfermedades respiratorias se muestra partidario de incorporar esta prevención en las aulas escolares a través de un curso o una unidad dentro de una asignatura, enmarcada en una campaña diseñada por equipos multidisciplinarios debido a las “muchas aristas que involucra” la adicción.
Según un informe de la OMS, un 39% de los chilenos mayores de 15 años fuma, siendo el país que destina el mayor gasto en salud por enfermedades asociadas al consumo de la región.
“Las enfermedades pulmonares asociadas al hábito tabáquico han aumentado su costo, aumentado los días cama e insumos. Es un gasto realmente muy alto y está dentro de los primeros gastos que hay en salud”, confirma el facultativo.
“Desgraciadamente, se gasta en las consecuencias que tiene el hábito tabáquico. Ese es el gasto significativo, cuando debiera ser previo a que aparezca la enfermedad”, comenta.
El académico de la Facultad de Ciencias Médicas considera que las políticas impulsadas por el Minsal para enfrentar el consumo dan cuenta de que el ministerio “no ha sido muy eficiente. Si bien puede haber una ligera disminución en el consumo, esta no es tan significativa porque se sigue la misma tendencia. Solo cambia un poco la tangente de la curva, pero aumenta en otros grupos”, afirma.
“Aunque se ha avanzado, falta mucho, porque la gente no toma real consciencia de la enfermedad que puede producir la inhalación de los productos que contiene la combustión del tabaco. Muchos lo asocian con el cáncer pulmonar, pero no solo provoca eso, sino también la oxidación a nivel de los endotelios, la mayor posibilidad de infartos, accidentes vasculares, cáncer de colon, cáncer gástrico, cáncer laríngeo, cuadro de irritación bronquial, bronquitis crónica obstructiva, etcétera. Son muchas las patologías que involucra la inhalación del tabaco”, explica.
Pese a que se muestra escéptico respecto a la efectividad de aplicar impuestos para disminuir el consumo -en Chile representan el 80 por ciento del precio de venta de los cigarrillos-, asegura ser partidario de avanzar hacia un “precio prohibitivo”.
“No se puede coartar la venta, porque es inconstitucional, pero por lo menos se debiera educar y enseñar los ejemplos de las patologías que hay”, concluye.