El Dr. Juan Silva, con más de 15 años de trayectoria en investigación y formación en modalidad virtual, fue invitado por la Comisión Nacional de Acreditación a sumarse a un panel de expertos que definirá los indicadores de calidad de carreras y programas que se imparten en el país bajo este formato de enseñanza, de cara a su acreditación.
El director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC (CIIET) y académico del Departamento de Educación, Dr. Juan Silva, fue convocado por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) para integrarse al Panel de Expertos sobre criterios para la evaluación de la calidad de carreras y programas ofrecidos en modalidad virtual.
“Es un reconocimiento al trabajo realizado en el área de formación virtual, diseñando cursos en modalidad virtual e-learning 100% virtual o b-learning que combina la virtualidad con la presencialidad, formación de tutores virtuales y modelos para el diseño instruccional online. CIIET lleva más de 15 años trabajando en estas materias alcanzando reconocimiento nacional e internacional”, comenta el investigador.
Según explica, actualmente en Chile, hay una diversidad de oferta formativa virtual y no existen indicadores para medir su calidad, por lo tanto, se presenta una complejidad mayor, pues no existe un parámetro para acreditarlos. Escenario que el especialista considera que debe modificarse, replicando modelos de otros países, incluidos algunos latinoamericanos, donde hay estándares para la formación virtual que permiten medir la calidad de esta oferta formativa.
En esta línea, plantea que la principal contribución de este panel de expertos será generar los indicadores que servirán de base para acreditar los programas de pre y post grado que se dicten en modalidad virtual (e-learning o b-learning), certificando esta modalidad de enseñanza y validándola. Además de los indicadores que debería considerarse en la acreditación institucional.
Formación virtual
De acuerdo a los antecedentes de diferentes reportes internacionales, la formación virtual es la educación del futuro, ésta, bajo un adecuado diseño instruccional online, favorece el desarrollo de las competencias del siglo XXI como la autónomia y la colaboración.
Además, “permite flexibilidad en cuanto al acceso a las instancias formativas, porque se puede seguir desde cualquier lugar y en cualquier espacio de tiempo, ampliando la cobertura”, enfatiza el académico.
El Dr. Silva considera que la preocupación de la CNA por este modelo de enseñanza brinda nuevas oportunidades para las instituciones de Educación Superior, pues se espera que esta iniciativa favorezca una oferta de calidad y aumente la cantidad de programas de pre y post grado e instituciones que consideren usar la virtualidad como una alternativa para impartir formación.
“Nuestra Universidad se declara como presencial, por tanto, no tiene oferta formativa de pre y post grado en modalidad virtual, solo existen en el área de educación continua cursos, diplomados o postítulos. En este contexto, las unidades poseen sus propias plataformas, modelos pedagógicos y formas de gestionarlos, no existe una visión centralizada que garantice estándares de calidad y optimice el proceso de diseño e implementación. Creo que hay una gran oportunidad para la Universidad de sumarse a una tendencia mundial seguida por prestigiosas universidades que cuenta con una oferta formativa virtual”, indica.
El académico también señala que la posibilidad de acreditar estos programas será un sello de calidad que atraerá a estudiantes e incentivará a las unidades académicas a embarcarse en el desafío de la virtualidad.
Primera reunión
El panel, conformado por Cecilia Herrera (TELEDUC UC), David Contreras (PUCV), Enrique Hinostroza (UFRO), Juan González (INACAP), Eugenio Severin (Consultor Independiente) y Juan Silva (USACH), tuvo su primera reunión de trabajo, donde se propuso como uno de los primeros indicadores a implementar por las instituciones de Educación Superior que ofrezcan oferta virtual, contar con una unidad de formación virtual integrada por profesionales con formación y experiencia en el área y que investiguen en mejoras en la formación bajo esta modalidad.
Finalmente, se planteó que los programas se acreditan como un todo, por tanto, si se dictan en modalidad presencial y virtual, tendrán que cumplirse los criterios de acreditación para ambas modalidades.