- El investigador Nicolás Arancibia, del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA), dilucidará si los suelos de origen volcánico de nuestro país están más propensos a contaminarse por la acción de nanopartículas en las napas subterráneas; esto permitirá recoger información relevante tendiente a prepararnos ante eventuales daños, o bien, aprovechar de manera inteligente las características de este tipo de suelos.
La nuevas tecnologías aplicadas al diario vivir han logrado que ciertos procesos sean más eficaces, inclusive los domésticos. Un ejemplo es la incorporación de nanotecnología a las lavadoras, donde las nanopartículas (NP) de plata ayudan, por su capacidad bactericida, en el proceso de lavado fluyendo luego por las cañerías. Sin embargo, y a pesar de la mejora en la calidad de vida que producen estos avances, pocos se han detenido a analizar el daño que producen, por ejemplo, en el comportamiento de los suelos.
En Europa se han desarrollado estudios en la materia, donde señalan que las NP de plata y hierro movilizan tanto nutrientes como contaminantes a las profundidades, afectando las propiedades hidráulicas. No obstante, dichas investigaciones se han desarrollado en suelos denominados Molisol e Inceptisol, ambos muy distintos al chileno.
Desde esta incógnita comienza la investigación del experto en fisicoquímica de la Universidad, Posdoctor Nicolás Arancibia, quien lidera el proyecto Fondecyt de Iniciación “Papel de las nanopartículas como nanovector de elementos traza en suelos de origen volcánico: Efecto de las propiedades físico-químicas del suelo”.
A través de este proyecto se busca determinar cómo el uso de las NP puede afectar los suelos chilenos, clasificados como Andisoles y Ultisoles, los que se originan por la actividad volcánica, conteniendo material piroclástico, como cenizas y vidrios volcánicos. Debido a estos componentes, el suelo chileno es altamente poroso, ligero, lo que repercute considerablemente en su fertilidad, haciéndolo apto para la agricultura.
“La idea es ver qué tipo de características físico-químicas y tipo de suelo podrían afectar en mayor medida la movilidad de contaminantes transportados por nanopartículas a nivel trazas. Buscamos diferenciar posibles rutas de contaminación para después, llegar a predecir qué determinada característica del suelo con este ingrediente, genera una bomba tóxica en el tiempo, o al contrario, estabiliza el sistema. Estoy buscando conocer el sistema en términos generales”, explica el académico.
Dicha tarea se desarrollará durante los próximos cuatro años, fragmentados en tres instancias de trabajo. En la primera, se realizará un estudio del sistema en un ambiente controlado de laboratorio, en la segunda se desarrollará el mismo estudio pero con la presencia de los suelos, y, por último, la tercera etapa corresponde a las caracterizaciones.
Según el doctor Arancibia, está última etapa es la más interesante y novedosa, reconociendo que en “las caracterizaciones de suelo en Chile se usan técnicas no muy avanzadas. En este proyecto se realizarán pasantías en Francia, donde podremos determinar mecanismos y caracterizaciones con las técnicas de sincrontron”.
Respecto de la contribución de este estudio, el investigador remarca que “la información generada puede servir para prepararnos ante posibles eventos, como tratar contaminantes en determinado suelo o producir un fertilizante inteligente que permita mejorar el rendimiento del cultivo, etc.”
Agrega el Dr. Arancibia que su interés es “generar conciencia en las personas que se están formando, mostrándoles que las cosas no son lo que parecen, ni tan maravillosas, ni tan malas, y que para determinarlo, es preciso hacer un análisis crítico y objetivo. A su vez, la incorporación de estudiantes en el estudio producirá a la larga mejores profesionales en el área, siendo este también un objetivo del proyecto”, expresó el académico.