El doctor en educación de esta casa de estudios, Jaime Retamal, enfatiza que se debe “crear una nueva forma de entender la medición de la calidad de la educación en nuestro país”.
Los puntajes del Simce de Lectura en segundo medio fueron por segundo año consecutivo los más bajos en una década. Al respecto, la Agencia de Calidad de la Educación interpretó esta baja al uso de dispositivos tecnológicos que estarían perjudicando su rendimiento.
Para el Director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Silva, más que evidenciar las debilidades en comprensión lectora de los estudiantes, los resultados del Simce dan cuenta de “sus propias debilidades”.
“Seguimos apelando a competencias de lectura y escritura antiguas. En ese contexto, es lógico que los resultados no les cuadren y que la tecnología sea la culpable”, afirma.
Además, señala que “los textos que les colocan ahí no son de su interés. Los temas que los convocan son medio ambiente, cambio climático, protección de los animales, etcétera. Temas más relacionados a lo actual”.
El experto critica el carácter escrito y el formato del test. “Es un quiebre dramático para un chico que está todo el día usando una plataforma donde lee y escribe en las redes sociales, blogs, etcétera”.
“Hay un choque generacional entre lo que se les está pidiendo y cómo se les está pidiendo, y luego se emiten juicios categóricos como que no leen y no comprenden”, agrega.
Por eso, señala que “la comprensión será mucho más amplia en la medida que se les den espacios para eso. Si se les pide un resumen en dos páginas de un artículo, escribirán algo más lineal y menos significativo, y les quedará menos”.
“Si sabemos que son multimediales e hipertextuales, se les debe pedir construcciones en esos formatos”, enfatiza. “Debiera migrarse a una aplicación en formatos digitales y considerar, dentro de las variables de comprensión lectora, la lectura digital que los estudiantes hacen”, postula.
“El Simce debería migrar hacia una evaluación en esos formatos”, concluye, “y la escuela debiera incorporar toda esa lectura y producción que los estudiantes hacen en formatos digitales, dentro de la sala, lo que mejoraría la calidad de lo que leen, producen y escriben”.
Urge reemplazar el Simce
Para el académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Jaime Retamal, “ya llevamos muchísimos años con el SIMCE en general. Creo que es hora de replantearnos la naturaleza de este tipo de mediciones”.
“Son bastante resistidas por las comunidades escolares. Debiéramos buscar alguna fórmula para desplazar el Simce y crear una nueva forma de entender la medición de la calidad de la educación en nuestro país”.
El doctor en educación calificó la prueba de “instrumento retrógrado, que no aporta a las comunidades y tampoco tiene prestigio dentro del profesorado para ser asumido como un instrumento válido de desarrollo educativo”.
Desde esa perspectiva, concluyó: “creo que debiera ser desplazado por un instrumento de mucha más validación social en la comunidad escolar, específicamente en los profesores”.