- El médico broncopulmonar y académico de la Escuela de Medicina de nuestro Plantel, Dr. Pedro Aguilar, expresa que el frente de mal tiempo provocará que las infecciones respiratorias aumenten de manera significativa, por lo que es necesario adoptar medidas que contrarresten sus nocivos efectos. Sugiere abrigarse bien, pero no en exceso; evitar los enfriamientos y los bruscos cambios de temperatura, así como mantener permanentes normas de higiene y precaución, como el uso de mascarillas y alcohol gel.
Las precipitaciones instalan el debate respecto a los beneficios o problemas que el fenómeno puede producir para la salud humana, sobre todo pensando que la lluvia permite disminuir los altos niveles de contaminación ambiental en la capital y otras ciudades.
Para el académico de la Escuela de Medicina de nuestra Universidad, Dr. Pedro Aguilar, la lluvia tiene efectos positivos y negativos para la salud. “Por un lado contribuye a generar una limpieza ambiental en la medida que arrastra todo el material particulado. Sin embargo, se puede asociar a humedad y frío, que son factores de riesgo para las enfermedades respiratorias”, explica el médico broncopulmonar.
“La gente expuesta al frío y a la lluvia se puede enfriar, y esas son condiciones tradicionales que se asocian al aumento de las infecciones respiratorias”, fundamenta.
Para el Dr. Aguilar es fundamental que las personas se preocupen por enfrentar el fenómeno meteorológico, tomando todas las precauciones necesarias. En ese sentido, es vital -por ejemplo- que la calefacción domiciliaria se realice con estufas en buen estado, puesto que, de lo contrario, las emanaciones del artefacto empleado pueden producir infecciones respiratorias.
“Si la calefacción no está en buenas condiciones, o es de aquellas que elimina material particulado como estufas a leña, también estamos ante otro factor que hace que aumenten las infecciones respiratorias”, señala enfático.
Añade que es necesario mirar profundamente el asunto, pues los efectos nocivos del frente de mal tiempo perduran más allá de lo que oficialmente determinen los organismos e instituciones oficiales.
El Dr. Aguilar ejemplifica que el barro, que generalmente se aloja en las calles de la ciudad, tras las lluvias, constituye un foco de material particulado altamente dañino para la salud humana.
“La presencia de barro, se traduce luego de unos días, en incremento del material particulado. Entonces se produce aumento de la contaminación que sumado al frío, también es factor que produce enfermedades respiratorias. Entonces, son varios los factores que pueden aumentar las enfermedades respiratorias”, concluye.
Población vulnerable
La población más vulnerable al fenómeno climático actual está compuesta por niños, especialmente menores de un año, o que tiene su sistema inmune inmaduro, “sobre todo aquel que ha perdido los anticuerpos que le traspasó su madre durante el embarazo o la lactancia materna, porque se están exponiendo a agentes infecciosos que no conocían”.
A ellos se suman los lactantes recién nacidos o prematuros, y aquellos que tienen enfermedades crónicas respiratorias. Cierran la lista los adultos mayores de 65 años y -en algunos casos- las embarazadas.
La naturaleza establece que después de las lluvias viene el frío. En ese sentido, el frío se transforma en un agente de alto impacto para la población vulnerable, “ya que fomenta el tránsito de agentes que pueden ser perjudiciales para la salud”.
“El frío es un factor de riesgo respiratorio. Se producen alteraciones en los mecanismos de defensa que tiene el sistema respiratorio, favoreciendo que los agentes que están en circulación puedan penetrar y producir más daño”, explica el académico.
Por eso, no tomar los resguardos necesarios, puede producir “infecciones respiratorias altas, como resfrío, faringitis, amigdalitis, otitis y bajas, como laringitis obstructiva, bronquitis aguda y obstructiva, neumonía y bronconeumonía”, expresa el Dr. Aguilar.
Qué hacer
“Las medidas generales son mantener una buena ropa de abrigo y evitar mojarse utilizando vestimenta con sistemas de aislamiento, como botas”, afirma el experto.
Respecto de la calefacción domiciliaria, insiste en que se debe “temperar lo suficiente, evitando utilizar estufas en mal estado”.
Concluye que si se produce alguna afección asociada al frío, lo ideal es que los niños que están enfermos no tengan contacto estrecho con las personas que están sanas, y menos con aquellas que pertenecen a los grupos de riesgo. Asimismo, se deben tomar medidas preventivas para no expandir la patología.
“Si hay una persona resfriada, sería ideal que no atendiera un lactante pequeño que está sano”. De lo contrario debe adoptar medidas precautorias como "usar mascarilla, lavarse las manos y usar alcohol gel para evitar el traspaso de agentes infecciosos”, concluye el Dr. Aguilar.