Temporales y falta de sistema de escurrimiento de aguas lluvia: Experto advierte urgente necesidad que el Estado enfrente demandas nacionales

Para el director del Máster Integrado en Diseño Arquitectónico, académico Rodrigo Vidal Rojas, se deben destinar recursos públicos significativos para construir embalses, matrices, desagües, ductos y otros sistemas de canalización para el escurrimiento de aguas lluvia hacia ríos o zonas donde no afecten a la población. El especialista expresa que está muy claro que el tema de la lluvia no ha sido, ni es, prioridad para el Estado, postura que se debe corregir de manera urgente, y para todo el país, considerando que está cayendo agua en zonas desérticas producto del cambio climático. El Dr. Vidal reflexiona que “como los chilenos tenemos memoria corta, cuando pasen estos días complicados con el agua, ya nadie se va a acordar”, pero “el Estado tiene una responsabilidad con todos los habitantes, por lo que quienes lo administran no pueden tener memoria corta”, lo que obliga a realizar una gestión imprescindible para no estar siempre lidiando con las mismas crisis.
Explica que Santiago tenía otro régimen de lluvias, menos torrenciales, distribuida de mayo a julio, pero eso ha ido cambiando. A su vez, en el sur del país, el calendario de precipitaciones también se ha modificado, pero las ciudades están mejor preparadas, porque tienen un diseño acorde con esas características climáticas.

El sistema frontal que afecta al país, desde la Región de Coquimbo hasta La Araucanía -hasta el cierre de esta edición-, ha provocado anegamientos; cortes de energía eléctrica a unas 30 mil viviendas, y desbordes de canales, producto del agua caída (más de 40 milímetros solo en la Región Metropolitana).

En ese contexto, la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, Onemi, declaró Alerta Roja para la Región de Valparaíso y decretó Alerta Temprana Preventiva para la Región de Antofagasta.

El director del Máster Integrado en Diseño Arquitectónico, académico Rodrigo Vidal Rojas, expresa que está muy claro que el tema de la lluvia no ha sido, ni es, prioridad para el Estado, postura que se debe corregir de manera urgente, y para todo el país, considerando que está cayendo agua en zonas desérticas producto del cambio climático.

Añade que “este no es un problema exclusivo de Santiago, porque hay ciudades del norte de Chile que también tienen dificultades, puesto que se producen lluvias en que antes no se registraban”, como en la Tercera Región, con las graves consecuencias conocidas este año.

Explica que Santiago tenía otro régimen de lluvias, menos torrenciales, distribuida de mayo a julio, pero eso ha ido cambiando.  A su vez, en el sur del país, el calendario de precipitaciones también se ha modificado, pero las ciudades están mejor preparadas, porque tienen un diseño acorde con esas características climáticas.

El Dr. Vidal reflexiona que “como los chilenos tenemos memoria corta, cuando pasen estos días complicados con el agua, ya nadie se va a acordar”, pero “el Estado tiene una responsabilidad con todos los habitantes, por lo que quienes lo administran no pueden tener memoria corta”, lo que obliga a realizar una gestión imprescindible para no estar siempre lidiando con las mismas crisis.

“Las lluvias no son el problema, sino el ser humano, ya que modificamos el territorio de manera poco planificada y violenta contra el medio natural; ya sea, en los cauces de los ríos o de los cursos de aguas. Entonces, instalamos asentamientos humanos donde no es aconsejable hacerlo. Por ende, lo primero que debemos hacer es entender el funcionamiento de la naturaleza”, expresa el experto.

Medidas concretas

Subraya que se deben tomar los resguardos en varios aspectos: “Se debe realizar una planificación o un ordenamiento prospectivo del territorio, que permita generar zonas de protección, de reserva, o se tome el riesgo en el lugar que se construya. Pero como eso es utópico, debido a que la ciudad ya está construida y no se pueden desarmar las poblaciones, se deben destinar recursos públicos significativos para construir embalses, matrices, desagües, ductos y otros sistemas de canalización para el escurrimiento de aguas lluvia hacia ríos o zonas donde no afecten a la población”.

Añade que “eso tiene que ver con la construcción, porque hay gente que se gotea en sus casas, pero también las estaciones del Metro, edificios públicos y grandes obras arquitectónicas. Es por esto, que debemos tener resguardo en la construcción, ya que ciertos anhelos estilísticos llevan a cometer errores que impiden protegernos debidamente del agua lluvia”.

“El Estado está en deuda con la sociedad chilena, porque hay una impronta muy fuerte del propietario inmobiliario. Las grandes constructoras, muchas de ellas manejadas por políticos, están más bien preocupadas de la rentabilidad económica al corto y mediano plazo de la construcción de edificio, absorbiendo todo el suelo de Santiago, incluso el terreno de carácter agrícola ya es escaso”, expresa.

Agrega que, “por lo tanto, ahí hay una relación indebida entre lo político y económico, siendo que lo político se tiene que preocupar siempre por el bien público y no lo está haciendo, al privilegiar el bien privado. Eso se ve reflejado claramente en la incorporación del IVA en el inmobiliario nuevo que se aplicará el próximo año con la reforma tributaria”.

Retoma el tema de la urgente necesidad que el Estado enfrente demandas nacionales, porque “el cambio climático es una realidad, y eso se traduce respecto a la lluvia, siendo más concentrada que antes. Por eso es que tenemos que comenzar a repensar nuestras ciudades y construcciones respecto a esta transformación”. 

Autor: 
Tomás Parker Cerda