Desde hace al menos un año, los países nórdicos, entre ellos Suecia y Dinamarca, decidieron observar lo que sucedía en varias empresas que redujeron la jornada laboral diaria de 8 a 6 horas, ello ante el escepticismo de los políticos, los grandes empresarios europeos y de gran parte del mundo.
Y los resultados, según el New York Times y la BBC fueron más que positivos: se redujo el absentismo y se mejoró la salud y la productividad de los empleados. Además los trabajadores se mostraban más felices por permanecer más tiempo con sus familias.
Lo que motivó a estos países para disminuir las horas laborales, fue un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que calculó que hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país se pierde producto del estrés laboral causado por las exhaustivas semanas de trabajo.
El académico de la Escuela de Psicología de nuestra Universidad, Dr. Víctor Olivares, precisa que “los países escandinavos están insertos dentro de una perspectiva que es el estado de bienestar, desde casi la mitad del siglo XX”.
Respecto a si esa realidad se podrá aplicar en Chile, el experto señala que “ellos tienen una condición psicosocial muy diferente a la que tenemos nosotros. Nuestro proceso de desarrollo se basa en términos del capitalismo, del mercado, y eso configura que las prácticas de recursos humanos y las organizaciones vivan en un sistema absolutamente distinto a los estados de bienestar”.
En consecuencia, puntualiza, “si bien nosotros deberíamos trabajar menos y generar condiciones como sociedad donde el trabajo “extra” que no se hace en la empresa, pudiésemos hacerlo desde la casa o desde lugares que nos generen mayor satisfacción y bienestar, sería lo ideal, pero no están dadas las condiciones psicosociales”.
Agrega que “tampoco es lo que el mercado busca o lo que nosotros culturalmente validamos como “buen trabajador”, por ejemplo”.
Sin embargo, sostiene que a pesar que nuestra sociedad está conformada en una estructura que hace compleja esa opción, “hay iniciativas, que quieren conversar, que quieren dar mejores condiciones como por ejemplo, la flexibilidad laboral, la conciliación familia-trabajo, la inclusión del género o pausas de trabajo, etcétera”.
Felicidad laboral
Acerca de la felicidad que causaría en los empleados trabajar menos horas, el Dr. Olivares enfatizó que “eso es relativo. Es como una moda que se hable de felicidad. En las organizaciones la felicidad es algo que está en cuestionamiento y en desarrollo de comprender, porque es un concepto bastante complejo de poder determinarlo”.
Acota que la felicidad “es un concepto tan individual y personal que es muy difícil definirlo. Y es más complejo aún definirlo a nivel colectivo, y relacionarlo con productividad”.
Eso sí, subraya, “el trabajar menos bajo condiciones de bienestar mejora la productividad, mejora la seguridad y mejora la salud de la personas. En ese sentido no hablaría de felicidad, hablaría de mejores condiciones y mejor trabajo decente, como la OIT lo establece. Deberíamos abogar por eso”.
Y agrega que “que los trabajadores pasen más tiempo con sus familias es un factor de bienestar más que de felicidad. Otros dirían de satisfacción, pero eso demuestra que ciertas condiciones facilitan el bienestar, y está comprobado”.