- Los resultados de la prueba de aprendizaje SIMCE, en los niveles de 2°, 4° y 6° básico, así como los indicadores de desarrollo personal y social, son un complemento importante para los instrumentos de medición de la calidad del aprendizaje. Así lo estima el director del Departamento de Educación de nuestra Universidad, Dr. Saúl Contreras, quien agrega que la convivencia escolar, la retroalimentación docente, la presencia de los padres y el liderazgo directivo son factores que influyen positivamente en el proceso educativo.
Como positivo, calificó el académico y director del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago, Dr. Saúl Contreras, la inclusión de indicadores de desarrollo personal y social al Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (Simce), que a través de la prueba aplicada en 2º, 4º y 6º básico, arrojó que factores como la convivencia escolar, las retroalimentación pedagógica entre estudiantes y profesores, el liderazgo directivo y el involucramientos de los padres son un aporte relevante en los niveles de aprendizaje.
“Lo que hacen las pruebas Simce es medir el nivel de conocimiento y habilidades que tienen los estudiantes. Entonces, obviamente, quien esté en un mejor clima escolar va a rendir mejor”, dice el Dr. Contreras.
Añade que incorporar elementos relativos a la convivencia, al bienestar, entre otros, vienen a relacionar este tipo de instrumentos.
“Complementan el instrumento desde el punto de vista, que se manejan otro tipo de variables que vienen a dar cuenta los contextos en los cuales se está trabajando ahora, el tema de la enseñanza y aprendizaje”, sostiene el Dr. Contreras.
Según los datos arrojados por el Ministerio de Educación, el clima de convivencia escolar se relaciona con mejores niveles de logro en lectura y matemática, siendo un factor principal para entender los resultados de los establecimientos que rindieron la prueba.
La retroalimentación, es decir el proceso en que el docente toma el instrumento de evaluación y resuelve las dudas en torno a éste para dar fin al proceso de enseñanza aprendizaje, tiene concomitancia con mayores niveles de autoestima, hábitos de vida saludable y formación ciudadana, entre otros.
Asimismo, el involucramiento de los padres, y el liderazgo directivo son indicadores que también aportan a generar un mejor clima escolar y avances sustanciales en el área de lectura y matemática.
Para el Dr. Contreras, el tema de la convivencia escolar es significativo, pues tiene impacto directo en los resultados. Cree el experto que en colegios con buenos niveles de ésta, los alumnos pueden obtener mejores rendimientos al realizar con mayor tranquilidad la prueba.
“Un estudiante que esté en un centro educativo que tenga una buena convivencia escolar, lo más probable es que se sienta más seguro, tranquilo y obtenga mejores resultados”, afirma Contreras.
Complementa que, según la última medición del Simce, “en aquellas instituciones con mejores climas escolar los resultados han sido importantes, las diferencias son significativas, sobre los 40 puntos”.
Los centros educativos de carácter vulnerable
Cree el Dr. Contreras que incorporar los indicadores de desarrollo personal y social al Simce, es positivo porque hace visible la diversidad de contextos en que se produce el proceso de aprendizaje en Chile. Por ejemplo, que en establecimientos vulnerables la retroalimentación, el liderazgo directivo y el involucramiento de los padres se dan de forma particular, dependiendo del colegio que se analice.
“Debemos incorporar este tipo de elementos más subjetivos, porque en nuestro contexto real donde se enseñan las distintas áreas, tenemos varios centros educativos que son vulnerables. Por lo tanto esto daría sentido un poco a decir que trabajamos contextos de diversidad donde incorporamos los temas de vulnerabilidad y por lo tanto, la convivencia escolar en un centro educativo vulnerable, a diferencia de otro, va a ser distinta”, subraya Contreras.
Motivar e inyectar recursos
No hubo avances entre colegios de distintos grupos socioeconómicos. El promedio Simce, en escuelas de altos ingresos, en el nivel 6° básico en la prueba de matemáticas es de 300 puntos, 76 más que en establecimientos de estrato bajo. En lenguaje, si bien se estrechan las distancias, no por eso son menos significativas: 48 puntos.
Para el Dr. Contreras, el grado de motivación puede generar cambios en las brechas de calidad. A juicio del especialista, un establecimiento por muchos recursos que posea, pero sin estudiantes y profesores motivados, no obtendrá grandes resultados.
“De ahí que tiene mucho sentido que el tema de la convivencia, el clima en el aula, el bienestar, la vulnerabilidad, se tomen en cuenta, porque finalmente son variables que realmente influyen en los resultados”, estima el Dr. Contreras.
Además- explica el académico- “al considerar las variables de convivencia escolar, bienestar subjetivo y vulnerabilidad, e incorporar las prácticas docentes para obtener buenos resultados, estos se van a potenciar”.
Sin embargo, cree el Dr. Contreras, que si bien la motivación es importante, nunca se debe dejar de lado la inyección de capital en educación. “Para mejorar las prácticas docentes, lo profesores necesitan contar con recursos para la enseñanza. Esto no significa que tengan que ver con una retribución salarial, sino con la docencia. Más recursos de tecnología, más tics, más libros, más bibliotecas, etcétera”.