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Día Mundial de los Refugiados: ¿cómo los Estados están aplicando la protección internacional?

Día Mundial de los Refugiados: ¿cómo los Estados están aplicando la protección internacional?

En las últimas décadas, la movilidad humana mundial ha sufrido transformaciones considerables. Además de los consolidados desplazamientos hacia el norte global, se observa un tránsito creciente de personas entre países del sur global, donde América Latina no ha sido la excepción. Con esto, el número de migrantes intrarregionales en Latinoamérica se acerca de manera notable al de sudamericanos residiendo en otras partes del mundo [Cerruti 2020]. Considerando la naturaleza espacial, compleja y multifacética de la migración —que incorpora dimensiones sociales, políticas y culturales [Samers y Collyer 2017], las transformaciones de las trayectorias migratorias convencionales se pueden atribuir a motivos variados. Actualmente no existe una teoría única que explique motivaciones para salir de un país de origen; por ende, el éxodo masivo de personas desde Colombia, Venezuela y Haití puede abarcar razones personales y/o del contexto político local. En consecuencia, la complejidad de los procesos migratorios se ha hecho evidente no sólo en términos de migración voluntaria, sino también en la migración forzada que puede involucrar conflictos políticos, económicos, sociales y/o efectos del cambio climático [Palomera 2022; Coraza 2019]. 

La Convención de Ginebra define como persona refugiada a quien “debido a fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y […] no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él”. Junto a ello, la región latinoamericana, a través de la Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984, presenta una definición ampliada, según la cual los refugiados son “las personas que han huido de sus países porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público”. Si bien, la Declaración de Cartagena es un instrumento no vinculante, cristaliza la visión de las causas que configuran el otorgamiento de protección internacional a grupos diversos por parte de los países firmantes, a su vez que los Estados de la región han incorporado los principios y definiciones de la Declaración en sus legislaciones nacionales.

Teniendo en cuenta lo anterior, en 2022 aproximadamente 352.000 personas en América Latina estaban en situación de protección internacional, amparadas bajo categorías administrativas especiales como “refugio humanitario”, “protección temporal” u otras formas subsidiarias de protección. Considerando el contexto de movilidad humana en la región y el caso específico de Venezuela, con 7.774.494 desplazados al 3 de junio de 2024es necesario reflexionar sobre la protección internacional y cómo los Estados la están aplicando. La situación de este grupo de población en Chile, evidencia desafíos a partir de la información presentada en la Cuenta Pública Participativa 2024 del Servicio Nacional de Migraciones (Sermig).  Durante el año 2022, hubo en nuestro país 5.142 solicitudes de refugio, de las cuales sólo 59 fueron reconocidas; mientras en 2023 hubo 3.626 solicitudes, de las cuales 201 fueron reconocidas. Si bien se observa un aumento en la aprobación de aquellas solicitudes, éste es mínimo respecto a las solicitudes, y convoca a revisar los criterios y procedimientos que emplea el Departamento de Refugio del Ministerio del Interior. 

La Comisión Nacional de Reconocimiento de la Condición de Refugiado es la instancia encargada de asesorar y proveer información necesaria para sugerir al Subsecretario del Interior respecto del otorgamiento, rechazo, cesación, cancelación y revocación de la condición de refugiado. Pese a que el principal insumo utilizado corresponde a informes elaborados por profesionales que entrevistan a los solicitantes, es necesario destacar dos aspectos importantes: (i) las decisiones para el otorgamiento de protección están supeditadas a una autoridad política que es transitoria (solo está en el cargo durante el gobierno de turno, lo que tiende a generar un sesgo ideológico); (ii) el abordaje de seguridad nacional otorgado al asunto de los refugiados carece de un carácter humanitario, en el que se involucren otros actores (como los Ministerios de Desarrollo Social o Mujer y Equidad de Género, por ejemplo). 

Es evidente que los Estados hacen su propia interpretación de la definición del refugio, principalmente sobre el sensible criterio del “fundado temor de persecución”, que puede incluir situaciones como el riesgo de perder la vida en caso de retornar a los países de origen. Con esto, es importante señalar que existen ciertos matices al momento de diferenciar el refugio de otras formas de movilidad. 

En términos administrativos, existen personas que han debido huir de sus países de origen sin alcanzar a obtener la debida documentación que les reconoce como desplazados, ya sea por conflicto armado, violencia territorial barrial o regional, violencia de género, vulnerabilidad económica y/o imposibilidad de llevar condiciones de vida adecuadas. Personas relatan agresiones, amenazas e incluso persecución dentro de la región latinoamericana, obligándoles a cambiar el trazado de sus desplazamientos además de mermar su salud mental. Pese a ello, sus solicitudes de refugio tienden a ser rechazadas por la autoridad, sin contar los largos periodos de espera para conocer el veredicto final de la tramitación. ¿Cómo el rechazo a estas solicitudes afecta un adecuado y próspero asentamiento en Chile?; ¿cómo influye en la narración de las personas sobre sus propias trayectorias migratorias? Son habituales los testimonios donde se plantea que las motivaciones para llegar a Chile fue la búsqueda de nuevas oportunidades; no obstante, aquello esconde historias de desplazamientos forzados individuales o familiares que no han sido reconocidos institucionalmente. 

Por otro lado, entre las escasas personas que obtienen el reconocimiento de refugiado, no existe la percepción de cambios considerables en sus condiciones de vida y proceso de integración, pues hay quienes continúan viviendo bajo condiciones precarias y no logran acceder a un trabajo formal. Un ejemplo concreto es la ausencia de políticas para el caso de refugiados que no hablan español, según la cual refugiados afganos han debido encontrar otros espacios de integración (como el curso de español para Migrantes, impartido por la Facultad de Humanidades de la Usach). Esto nos lleva a preguntarnos: ¿es la condición de refugiado una garantía para personas en situación de vulnerabilidad?

En febrero de 2024 se modificó la Ley sobre Protección de los Refugiados con propósito de evitar solicitudes infundadas, mirando hacia fuera de la institucionalidad, sin considerar la forma en que el Estado aborda el tema. Esta medida, ¿busca disminuir administrativamente los elevados números de solicitudes para mejorar sus índices de gestión?; ¿o más bien busca efectivamente el otorgamiento adecuado de la condición de refugio? Es evidente que quedan muchos desafíos pendientes, por esto la conmemoración del Día Mundial de los Refugiados es un momento que debe convocar a las partes involucradas a reflexionar. 

 

Investigador del CEM, Byron Duhalde: “Los medios tienen mucho que ver con la sensación de inseguridad asociada a migrantes”

Investigador del CEM, Byron Duhalde: “Los medios tienen mucho que ver con la sensación de inseguridad asociada a migrantes”

Primera generación de su familia en ingresar a la Universidad, Byron Duhalde Valenzuela estudió Licenciatura en Estudios Internacionales entre 2014 y 2018 en la Usach y obtuvo el premio al mejor rendimiento de su promoción. No fue extraño entonces que siguiera la maestría tras postular y adjudicarse la Beca Magíster Nacional del Programa de Formación de Capital Humano Avanzado ANID.

Recuerda que se interesó en esta carrera por “lo multidisciplinario de la malla curricular y porque te permite abordar distintos fenómenos desde múltiples miradas”. Además, subraya que entró directamente a la Usach por su sello de compromiso con la sociedad. “Es un Plantel ligado a su entorno y que aporta un diálogo bastante activo con las comunidades”, comenta.

Duhalde es actualmente profesor de nuestra Universidad e investigador del Centro de Estudios Migratorios (CEM), al cual se integró en 2017 cuando todavía cursaba su estudio de pregrado. Su primera designación fue como ayudante de investigación. Ha publicado en revistas indexadas, como tambien capítulos de libros en Chile y Brasil. Ha participado en congresos en Chile y España sobre la temática de la migración. En agosto viajará a Alemania junto a la Dra. Adriana Palomera para formar parte de The Migration Conference, evento organizado por universidades de Europa, que se llevará a cabo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Hamburgo, donde presentarán resultados de investigación de un artículo sobre la gestión del refugio en nuestro país.

¿Cómo ha sido trabajar como investigador del Centro de Estudios Migratorios de la Usach junto a personalidades académicas tan destacadas?

-Trabajar con ellas y ellos ha permitido insertarme en un área académica y profesional respecto a lo que es la migración. Valoro mucho el quehacer de la Universidad, porque en términos formativos es una muy buena Institución, pero también impulsa el desarrollo académico y  profesional desde sus distintos espacios. Destaco el papel de la profesora Carmen Norambuena liderando los estudios migratorios desde hace más de tres décadas en el Plantel. Además, pude participar del Programa de Regularización de Estudios para Migrantes, donde seguí de cerca el proceso de acompañamiento a la escuela. También integré el cuerpo docente impartiendo un taller de formación ciudadana a sus estudiantes, donde la mayoría eran personas provenientes de Haití. 

Es imposible no consultar su opinión sobre el estereotipo recurrente que se genera hoy en día entre migrantes y la delincuencia…

-Existe bastante prejuicio al respecto, me encuentro trabajando una base de datos de Carabineros sobre las detenciones por delitos de mayor connotación social entre 2010 y el 2023 y solo el 3,08% corresponde a personas extranjeras. Si bien, en los últimos dos años se evidencia un aumento de las detenciones, este es ínfimo comparado al de connacionales. Lo que si ha cambiado, son los tipos de delitos a causa de las bandas criminales que han ingresado, generando un mayor impacto en la sensación de inseguridad, pero está relacionado al papel que ejercen los medios en la manera de cómo comunican. La delincuencia se ha puesto en la agenda de la prensa a causa del estallido social y los dilemas con las policías, generando un cuestionamiento a Carabineros que tiene efecto en cómo percibimos la delincuencia. En medio surge el problema de la crisis migratoria que se ve afectado por esta sensación de inseguridad. Los ingresos irregulares se asocian a delincuentes, pero la gran mayoría de aquellas personas (no todas, pero la mayoría) llegan en condicion de vulnerabilidad. Si bien se ha detectado extranjeros que portan drogas, en muchos casos es debido a que son victimas de bandas criminales que a cambio de  aquello los guían para cruzar la frontera. Si el Estado brindara una respuesta humanitaria adecuada, para que estas y estos migrantes en situación de vulnerabilidad no cayeran en manos de dichas redes criminales, sería una forma más de abordar los fenómenos delictivos en la frontera. 

Entonces, ¿hay una falencia del Estado?

Efectivamente, desde una perspectiva humanitaria. Si bien, se han tomado medidas de seguridad como la militarizacion por ejemplo, deben estar acompañadas de otras de carácter humanitario, para velar por la proteccion de derechos de las personas en situación de vulnerabilidad, y así no sean propensas a caer en manos de redes criminales que operan en las fronteras, asociadas al tráfico y trata de personas, por mencionar algunas. 

Byron, usted estudió su pre y postgrado en la Usach, es profesor de nuestro Plantel e investigador del CEM, ¿cuál es su sentir de esta que es su alma mater?

-La Usach ha sido parte de mi vida, es un lugar que me ha permitido crecer académica y profesionalmente. Esta Casa de Estudios la componen personas muy valiosas en lo que hacen y como seres humanos. Nuestra universidad es un espacio de encuentro académico y profesional con la sociedad. Es un lugar muy rico para aprender, crecer y construir el país que queremos para el futuro.

CEM-Usach difunde nuevo Informe sobre migración y medios de comunicación

CEM-Usach difunde nuevo Informe sobre migración y medios de comunicación

El Centro de Estudios Migratorios de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, (CEM-Usach) en su misión de contribuir a la promoción del conocimiento sobre procesos y problemáticas migratorias a nivel nacional y global, puso a disposición de la comunidad universitaria el informe “Migración y Medios de Comunicación: Encuadres noticiosos sobre migración en la prensa chilena. Enero a marzo de 2022”.

En palabras de la Dra. Adriana Palomera Valenzuela, coordinadora Académica del organismo, este informe elaborado por el equipo de investigadoras/es y ayudantes de la Unidad  “busca informar, de forma sucinta y con base en evidencia, determinadas áreas de la situación migratoria contemporánea, con el propósito de entregar a la sociedad insumos para la discusión acerca del tema”.

La idea es llegar a más personas para no esgrimir argumentos basados en discursos desinformados y saturados de prejuicios. “Este aporte del CEM-Usach, permite que personas que no tienen acceso a revistas y libros académicos, reciban información basada en evidencia, de manera práctica. Asimismo, es un trabajo de investigación que puede ser de utilidad para otros investigadores e interesados en la temática migratoria”, enfatizó la académica FAHU-Usach.

Estructura del estudio

El estudio fue elaborado por el equipo de investigadoras/es del CEM, liderado por la Dra. Ljuba Boric, quien contó con la colaboración de los ayudantes de investigación: José Carrera, Simón Herrera y Alonso Martínez, quienes desarrollaron el levantamiento y análisis de la información periodística. 

Las categorías utilizadas fueron seleccionadas sobre la base de una revisión de literatura asociada al análisis de prensa sobre migración. Estas corresponden a: nacionalidad, status legal, género, grupo etario, etnia, religión, clase social, criminalidad, sujetos de derecho, organización criminal, trata de personas y refugio.

Se recopilaron 245 noticias de medios de prensa de alcance regional y nacional entre los meses de enero y marzo de 2022, lo que permitió realizar un análisis con una evidencia empírica consistente.

Resultados

La Dra. Ljuba Boric, señaló que el estudio observa que la cobertura de determinadas áreas por sobre otras, no implica la inexistencia de otros problemas, como es el caso de la población refugiada y solicitante de refugio, la cual posee muchísimas adversidades y trabas administrativas, que no son abordadas por los medios de prensa, así también lo que refiere a la trata y tráfico de personas. 

“El informe da cuenta que en la muestra obtenida existe una preferencia de parte de los medios de comunicación por abordar temáticas asociadas a la seguridad con un 43%, contribuyendo a construir una mirada securitaria de la inmigración y dejando de lado aspectos como lo es la vulneración de derechos de las personas migrantes y solicitantes de refugio”, enfatizó la investigadora CEM.

Asimismo, la académica de nuestra Universidad reveló que el informe a través de la Teoría del Encuadre, permitió dar un sustento teórico a lo que sucede en nuestro país con la cobertura noticiosa respecto a la inmigración y su tratamiento. 

“En este sentido, frente a la crisis migratoria, se constata en este estudio una tendencia focalizada a la existencia de un discurso público ‘pro comunidad nacional`, apareciendo una suerte de asociación natural entre inmigración y amenaza”, indicó la académica.

Finalmente, como una actividad más para la difusión de los temas que aborda la migración en el país y el mundo, desde el Centro de Estudios Migratorios Usach, informaron que el próximo 5 de agosto, las académicas Adriana Palomera y Ljuba Boric, como también el investigador Byron Duhalde, participarán en las XXVIII Jornadas de Estudios Migratorios que organiza el Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Para revisar los detalles del informe CEM-Usach ingresa AQUÍ 

Académica del CEM-Usach cuestiona proceso de expulsión de extranjeros de nuestro país

Académica del CEM-Usach cuestiona proceso de expulsión de extranjeros de nuestro país

El pasado domingo, un avión comercial despegó desde Iquique con 55 pasajeros de nacionalidad venezolana, quienes fueron expulsados del país causando controversia en algunos sectores.  
 
El operativo corresponde al primero de 15 que gestiona el Gobierno en el marco de la nueva ley de migraciones, y busca retornar a su país de origen a los inmigrantes que ingresaron a Chile por pasos inhabilitados o que tengan una causa judicial pendiente.
 
Para la coordinadora académica del Centro de Estudios Migratorios de nuestra Universidad, Dra. Adriana Palomera, esta "es una más de las desacertadas decisiones que se toman no solo por parte de este Gobierno, sino que también de otros, pero ahora es mucho más profunda a propósito que estamos en un momento de crisis".
 
"Me parece que es una especie de sobreesfuerzo del Estado para demostrar que se está haciendo algo al respecto, y en este caso a expulsar a aquellos 'indeseados', algo que a mí juicio es parte de una política permanente de Chile sobre la temática migratoria", agregó. 
 
En ese sentido insistió que aun cuando existe una crisis pandémica pareciera no importar, puesto que hay una serie de recursos económicos que se gastan también en esa expulsión. "La forma que tiene el Gobierno de resolver, siempre es con parafernalia, demostrando que se está haciendo algo", puntualizó.
 
La Dra. Palomera hizo hincapié en que cuando se habla de expulsiones dentro de las migraciones, siempre se espera que los retornos estén en acuerdo con los países de origen. "Tú no mandas afuera a un migrante a bordo de un avión y luego que él decida, pero todas esas cosas están ahora en una nebulosa a partir de la posición que tiene el Gobierno y esta nueva ley", argumentó.
 
"La idea del Ejecutivo es la de una migración segura, ordenada y regular, y en el fondo demostrar al resto que el que venga a Chile y que no pase por donde corresponde será expulsado, porque somos un país serio", apuntó.
 
Crítica internacional
 
"Migrar es un derecho humano, y debemos reconocer que no existe la inmigración ilegal, tú entras por un lugar no habilitado, pero eso no te convierte en un delincuente, te convierte en una persona que entra o que está en un país de forma irregular o indocumentada", explicó la académica. 
 
Desde esa perspectiva, enfatizó, cuando no se toma en consideración este aspecto, el Estado está atentando contra los derechos de las personas migrantes o de las migradas. 
 
Sin embargo, aclaró que esto no es sólo de las migradas voluntarias, pues hay un porcentaje importante de la población que "se está moviendo de manera forzada, ya sea por razones políticas o económicas, y entran al país esperando obtener refugio, pero al no ser reconocida su calidad de refugiado, son expulsados".
 
Lo anterior, agregó la Dra. Palomera, atenta contra la ley internacional y contra la nuestra. "Perfectamente podría haber una acusación internacional respecto a este tipo de materia", detalló.
 
Por último, la investigadora del Centro de Estudios Migratorios precisó que "nosotros promovemos y creemos en la regularización migratoria, pero a través de mecanismos en las fronteras o en los lugares pertinentes". 
 
Para continuar abordando esta temática, la académica e integrante del CEM-Usach, Dra. Carmen Norambuena, dictará la clase "Migrantes, dos caras de una misma medalla: ¿Rechazo o acogida?". Esta se realizará hoy jueves a las 11 horas vía zoom, y las y los interesados deben registrarse aquí. 

Opinión de Adriana Palomera, coordinadora CEM-Usach: Inmigrantes e indocumentados frente a la barbarie civilizatoria moderna

Opinión de Adriana Palomera, coordinadora CEM-Usach: Inmigrantes e indocumentados frente a la barbarie civilizatoria moderna

En el actual contexto de crisis sanitaria mundial miles y millones de seres humanos se encuentran -mientras escribimos estas líneas- desplazándose a otros continentes, regiones o países. Ni el miedo a la pandemia, ni las dificultades en los trayectos, cierre de fronteras o falta de oportunidades en los destinos de acogida han logrado evitar que un sector de la población mundial continúe saliendo de sus hogares, territorios y comunidades. Múltiples son las razones humanitarias por las cuáles en caravanas o de forma particular, familias, niñas, niños, jóvenes, hombres y mujeres de distintas edades prefieren el desarraigo que provoca abandonar sus vidas a quedarse en el terruño, aunque ese haya sido el suelo que los vio nacer y que debió brindarles cobijo y protección.

En el último mes las noticias nos han mostrado la cruda realidad de los inmigrantes que están ingresando en la zona norte del país. Colchane e Iquique se han repetido a diario en los portales informativos y hemos observado la incomodidad inicial y la posterior severidad de la autoridad al expulsar a un grupo de estos seres humanos por haber ingresado de forma irregular, evidenciando la dificultad que presenta para Chile la inmigración.

Luego de casi dos décadas de continuo incremento en la llegada de inmigrantes, en especial latinoamericanos, las autoridades de turno no han logrado actuar humanitariamente y despejar las complejidades de la inmigración, convirtiéndola preferentemente en un problema administrativo vinculado a la seguridad pública. Del mismo modo, y a pesar de los impedimentos que se esgrimen para muchos inmigrantes en las fronteras del país, sectores de la ciudadanía ven con regocijo estas determinaciones basados en el principio de la legalidad y ordenamiento jurídico que obliga al migrante a ingresar con papeles oficiales como un correcto y buen ciudadano extranjero.

Como pocas veces en nuestra historia, esta crisis migratoria nos ha tocado con fuerza y nos recuerda que no basta con que nos declaremos una sociedad humanitaria o con autodefinirse pro migrante, intercultural o un buen y compasivo ciudadano, cuando en la práctica nos desagrada el inmigrante pobre, nos molesta la diferencia cultural de los que llegan, o bien, nos incomodan aquellas/os que ingresan sin pedir permiso, aunque sea por razones humanitarias.

Cuando sostenemos que queremos un tipo de migrante modelo, al que no se asocie una condición de vulnerabilidad, que ojalá traiga dinero, sea laborioso, y que ingrese de forma regular para ser bienvenido a nuestro territorio, evidenciamos una dimensión de una especie de barbarie civilizatoria moderna; aquella que permite y obliga que un inmigrante indocumentado quede imposibilitado de ingresar al territorio cualquiera sea su condición de riesgo, peligro y desesperación, que admite -con cínico desconsuelo- la imagen de un niño muerto e indocumentado en las aguas del mediterráneo, que asume como rutinario que una mujer agonice en la ribera del Río Grande de México y que tolera, y hasta se vanagloria de la eficiencia por la expulsión de un ser humano de cualquier edad y sexo que ha cruzado las frías noches del altiplano chileno boliviano en busca de un nuevo futuro, aunque su vulnerabilidad sea indiscutible. 

En esta crisis humanitaria, resulta paradójica la situación de los inmigrantes que buscan ingresar a Chile, un país donde se sostiene públicamente lo acogedores que somos y donde la política pública sustenta discursivamente los principios humanitarios del Estado y del Gobierno.

En esta ruta, programas de estudio de las distintas etapas educativas, espacios intelectuales, proyectos concursables financiados por el Estado y la misma ciudadanía, han incorporado en las últimas décadas una serie de conceptos relativos a la urgencia de una sociedad más integradora, solidaria e igualitaria.  En esta “nueva” humanidad, la interculturalidad, integración, inclusión y antidiscriminación se han convertido en paradigmas requeridos para el discurso público, en particular cuando se refieren a los pueblos originarios, opciones de género y por supuesto, a los inmigrantes.

Era frecuente escuchar a distintos actores de la sociedad civil y política o a la opinión pública en general, posicionándose desde esta vereda alineados, por cierto, en el camino de lo correcto y lo ético, más aún cuando se trataba de los inmigrantes virtuales e incorpóreos que poblaban los noticieros, los convenientes jornaleros y los simpáticos niños con sus coloridos bailes y comidas típicas.

A la hora de la verdad, lo acontecido estas semanas en la frontera norte del país, nos enrostra nuevamente que, frente a la urgencia humanitaria de la inmigración y el refugio, las autoridades chilenas y una parte de la sociedad no se encuentran preparadas o no están disponibles para evidenciar los principios humanitarios que tanto se defienden discursivamente. Constantemente, se cae el velo de la integración y aparece el miedo al vulnerable, obviando, que los Estados deben ser capaces de dar cuenta de procesos históricos de crisis como el actual, periodos que conducen indiscriminadamente al aumento de la movilidad humana.

Pareciera ser que para Chile tanto en el pasado decimonónico, en el convulsionado siglo XX como en el presente, la construcción civilizatoria de país se nutre de una barbarie que olvida su propio origen, identidad y diversidad cultural, rasgos que reconozco como parte de la barbarie civilizatoria moderna, que niega el derecho de migrar, la solidaridad entre los pueblos y la urgencia de tender la mano a los más vulnerables como son en este caso, las y los migrantes, y en particular, las y los refugiados del mundo.

Estudiantes de la Usach desarrollan índice que mide la calidad de vida de la población migrante en el Gran Santiago

Estudiantes de la Usach desarrollan índice que mide la calidad de vida de la población migrante en el Gran Santiago

Preocupados por conocer las verdaderas condiciones en las que habita la creciente comunidad proveniente desde el extranjero en el Gran Santiago, dos estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil en Geografía de nuestra Universidad desarrollaron, como trabajo de tesis, un indicador de calidad de vida del inmigrante latinoamericano.
 
Andrés González Pulgares y Priscila Riquelme Avilés -ahora titulados de su carrera- no solo construyeron el indicador, sino que lo aplicaron en base a datos de 34 comunas de la Región Metropolitana, concluyendo que 24 de ellas poseen una calidad de vida mala o deficiente para el inmigrante latinoamericano, destacando las comunas de mayor población (Santiago, Recoleta, Independencia, Estación Central) y teniendo a las nacionalidades venezolana, haitiana, peruana y colombiana como las más afectadas.
 
Por otro lado, seis comunas alcanzarían, de acuerdo con el análisis, el nivel de vida de“regular” a “muy bueno”: Providencia, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Ñuñoa y La Reina.
 
Respecto a las motivaciones para realizar esta investigación, Andrés González sostuvo que en Chile hacen falta indicadores de este tipo, que sean específicos para la población migrante. 
 
“Si nosotros miramos hacia Europa, allá existen trabajos más elaborados en el tema de la situación de los migrantes. Nosotros quisimos desarrollar algo similar en nuestro país. Considerando, además, la gran cantidad de migrantes que ha llegado al país, especialmente en los últimos diez años, tras las crisis de varios países latinoamericanos", señaló Andrés González.
 
El coautor de la tesis dijo esperar que los resultados de este trabajo “se consideren en las políticas públicas a corto y largo plazo, porque este es un problema que se está produciendo ahora y que con la pandemia recrudeció. Para eso hay que entender distintos parámetros y definir cuáles son las mejores medidas para tener una mejor convivencia".
 
En tanto, Priscila Riquelme recalcó que un estudio de este tipo podría aplicarse en distintas regiones del país y a diferentes escalas. 
 
"Este indicador se puede ocupar a nivel comunal pero también a nivel vecinal, y con eso orientar mejor los recursos destinados a la población inmigrante. También se puede replicar en cualquier región de Chile”, señaló la ahora ingeniera civil en geografía de la Usach.
 
Aporte a la sociedad
 
El académico de Ingeniería Civil en Geografía y profesor guía para esta tesis, Francisco Morales-Peña, coincidió respecto a la factibilidad de aplicar este estudio en otras regiones del país, y felicitó a los estudiantes por su interés en un tema de gran urgencia y relevancia. 
 
A juicio de Morales-Peña, esta investigación “permite el desarrollo de políticas públicas en el ámbito municipal y a nivel de gobierno, en áreas de salud, transporte, educación, etc.”. 
 
“Además, es un tema sumamente atingente y que tiene que ver con la dignidad de las personas”, puntualizó el profesor.

Opinión del académico Jorge Brower: Una ley de migración para los tiempos actuales. Exigencia ética al Estado de Chile

Opinión del académico Jorge Brower: Una ley de migración para los tiempos actuales. Exigencia ética al Estado de Chile

Actualmente, en nuestro país, vivimos un nuevo cambio en los flujos migratorios, con el estancamiento de la población peruana y un incremento sostenido -desde el año 2000- de la población dominicana, colombiana y haitiana (Departamento de Extranjería y Migración (DEM), 2015). A su vez, la población venezolana en el último lustro ha ido en gran aumento, de hecho, según los actuales datos oficiales, la diáspora venezolana se ha transformado en sólo dos años en la comunidad de inmigrantes más grande de Chile, dejando por primera vez en una segunda posición a la comunidad peruana. Le siguen haitianos (179.338 personas) y colombianos (146.582 personas), ubicándose como la tercera y cuarta comunidad más numerosa del país (Instituto Nacional de Estadísticas y DEM, 2018).

En este escenario, la legislación vigente, (Decreto Ley N°1094) , corresponde a una legislación insuficiente, la que no se condice con las transformaciones migratorias en el país, al no dar respuesta adecuada a las necesidades que plantea el contexto nacional y regional.

En consecuencia, se han generado variadas problemáticas respecto a la incorporación social, económica y cultural que enfrentan los grupos de inmigrantes que están en condiciones de mayor pobreza y vulnerabilidad. En respuesta a ello, desde la vuelta a la democracia los gobiernos modernizaron la gestión administrativa y suscribieron acuerdos internacionales de protección de derechos humanos.

Para garantizar los derechos que estipulan los tratados internacionales suscritos por el Estado de Chile, se han instaurado una serie de instrumentos, como circulares, oficios o decretos en materia de salud, trabajo, vivienda y educación, destacando solo la promulgación de la Ley Nº 20.430, sobre protección de refugiados y la Ley Nº 20.507 sobre tráfico y trata.

En este proceso de producción normativa, se destaca el Instructivo Presidencial N°9/2008, aprobado durante el primer Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet (2006-2010). Dicho documento tenía por objeto sentar las bases de la futura política migratoria, definiendo a Chile como un país de acogida y visualizando las migraciones desde una perspectiva de integración.

Expuesto el reciente trabajo legislativo, en el ámbito de la generación de decretos para normar el fenómeno migrante, llegamos al año 2013, cuando Sebastián Piñera presenta en su primer Gobierno, un nuevo proyecto de ley de Extranjería y Migración después de 40 años.

La iniciativa ha sido duramente criticado por las organizaciones académicas y de la sociedad civil por carecer de un enfoque de derechos humanos y por limitar el acceso a derechos fundamentales como la salud y la seguridad social. La controversia sobre dicho proyecto, queda reflejada en el informe de ese año (2013), sobre Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, donde se manifiesta que esta ley “ignora la capacitad estatal para autorizar la residencia de extranjeros en el país, desconoce los instrumentos internacionales suscritos por Chile en materia de integración regional y omite varias obligaciones internacionales en materia de derechos humanos” (Olea: 127).

Finalmente, sufrió un estancamiento en su tramitación parlamentaria y se dejó abierta la posibilidad de ingresar un nuevo proyecto de ley que tomara en cuenta la discusión que había hecho la sociedad civil al respecto.

Es así como durante los últimos siete años, desde que se presentó por primera vez el proyecto de ley (2013), se han generado más de 465 indicaciones y planteado otras iniciativas legales para avanzar en una ley migratoria. Dentro de estas iniciativas destaca, en el segundo Gobierno de Bachelet (2014), el proceso de encuentros consultivos para la nueva Ley Migratoria, convocada y organizada por el Departamento de Extranjería y Migraciones (DEM) y la División de Organizaciones Sociales (DOS).

La valiosa información recogida a partir de este conjunto de acciones nos pone frente al imperativo ético de dar forma a una Ley de la República que recoja estas indicaciones, pero que además tenga como contenido sustancial, el derecho a la migración, entendido como un derecho humano superior consignado en nuestra Constitución. En otras palabras, como afirma Bauman (2016), no podemos seguir siendo condicionados por una ideología de Estado, que finalmente nos produce pánico frente a la migración, impidiendo que un imperativo categórico se paralice por el miedo irrefrenable hacia el otro/extranjero que representa un peligro, una amenaza permanente.

Efectivamente, La máquina legisladora en Chile, respecto a la migración, en la segunda parte del siglo XX y primeras décadas del siglo XXI, ha mantenido de forma dominante un sustrato ideológico en el que subsiste el concepto/idea del extranjero como amenaza que altera la seguridad del país, poniendo en tensión permanente los dispositivos de control legal y social.

La legislación migratoria del presente y particularmente del futuro, debe hacerse cargo en Chile y en el mundo de las personas sin Estado, que han sido desnaturalizadas y privadas de la protección de una comunidad jurídica, que debe reconocerlos como miembros de dicha comunidad.

La expresión de Arendt: el derecho a tener derechos, tiene que ver precisamente con lo esencial de la problemática de aquellos que se han quedado a la intemperie de la humanidad, es decir, desamparados de ciudadanía y huérfanos de pertenencia a una comunidad jurídica en la que se les reconozca una participación y un ámbito de interacción significativos. Al respecto, la misma filósofa nos señala que la verdadera realización humana exige una participación en la esfera de la reciprocidad en la que convive la pluralidad de los individuos dentro de una organización colectiva que instaura la igualdad. Dicha igualdad, antes que una realidad sensu estricto, se despliega a través de la creación de una comunidad política que otorga protección jurídica a sus miembros.

Finalmente, el reto ético al que nos referimos en el título de esta columna, se orienta a la validación de los migrantes, como sujetos de derecho que, en el espacio de la existencia jurídica, establecen un compromiso vinculante con la sociedad en la que viven (derechos y deberes).

Se trata de una exigencia ética, precisamente porque interpela a los legisladores y a la sociedad en su conjunto para otorgar el estatus de subjectum iuris al migrante.

Dicha validación social, discursiva y legal, implica el reconocimiento de ese estar en el espacio jurídico, por tanto, la posibilidad de beneficiarse de una protección legal. De este modo, el migrante puede ser considerado sujeto de derecho, en su situación insoslayable de ser humano, siendo reconocido como tal por la ley.

En esta instancia y a partir de esa condición jurídica, pensamos que se hace muy necesario en estos tiempos de horizontes distópicos, volver sobre el sujeto como otro-humano con el cual sostenemos la experiencia ética de la responsabilidad para con ese otro, superando la alienación que significa la clausura en el sí mismo y el olvido del otro. Vivimos en una cultura en la que el Yo se absolutiza y por tanto se proyecta enajenado/distorsionado, incapaz de vincularse a la realidad comunitaria.

No podemos quedar atrapados en la máquina de producción de una trama normativa que difícilmente alcanza lo humano, como vulnerabilidad permanente que va perdiendo su dignidad en los infinitos trayectos y desplazamientos sobre territorios ajenos. El cuerpo legal de esta ley es urgente y debe contener los incontables cuerpos/vidas de quienes, a veces, se desplazan sólo para sobrevivir.

Escuela Migrante Usach complementa clases virtuales con la entrega de material pedagógico físico

Escuela Migrante Usach complementa clases virtuales con la entrega de material pedagógico físico

En 2019 la Universidad de Santiago de Chile impulsó, a través de la Administración Delegada de Liceos de Educación Técnico Profesional, el Programa de Regularización de Estudios Migrantes, el que además cuenta con el acompañamiento y asesoría del Centro de Estudios Migratorios (CEM) del Plantel.

El Prorrector, Dr. Jorge Torres Ortega, creador de la iniciativa pionera en el área educativa intercultural, destacó que en su plan de estudios no solo contempla las materias que exige el Ministerio de Educación (lenguaje y comunicación, matemáticas, historia, ciencias naturales e inglés), sino que además cuenta con talleres de español, formación para el ejercicio de la ciudadanía y habilidades digitales, que le permiten a los estudiantes obtener herramientas para insertarse en la sociedad chilena tanto en lo cultural como en lo laboral.

La Escuela Migrante funciona en el Instituto Comercial Eliodoro Domínguez (Incoed), cuya administración delegada está a cargo de la Usach. Este año, a pesar de la crisis sanitaria que vive el país y el mundo, ha seguido funcionando de manera remota a través de la plataforma Google Classrroom, la cual permite subir contenidos pedagógicos por parte de los profesores y luego ser descargada por los/as alumnos/as.

Para el director del Incoed, Manuel Villegas, la adaptación a las clases virtuales no fue tan compleja, puesto que los profesores venían trabajando con Classroom y en el caso de los directivos del establecimiento fueron capacitados a principios de este año.

Sin embargo, consideró que el mayor problema ha estado en el nivel socioeconómico de los estudiantes, ya que “un tercio de ellos no tienen acceso a internet y en ese caso les hemos entregado material de manera impresa o en pendrive, de tal manera que puedan acceder a las clases”. Además, se realizó una campaña solidaria que tenía como finalidad entregar canastas de alimentos para paliar los efectos negativos de la pandemia, que en muchos casos dejó sin trabajo al alumnado.      

Pese a estas dificultades Villegas ha observado un compromiso importante de parte de los y las estudiantes. Para él la motivación que tengan las personas es primordial independiente del instrumento que se utilice para entregar los conocimientos. “Algunos piensan que  las herramientas que se utilizan es lo principal, y más que estas es la autonomía del estudiante. Nosotros vemos mayor capacidad de autonomía y responsabilidad en el desarrollo de las tareas y eso te habla que hay una motivación importante”, aseguró.  

La coordinadora del Programa de Regularización de Estudios Migrantes, Yorka Orellana, comentó que se están monitoreando constantemente a los/as alumnos/as inscritos en la escuela, y hasta el momento “no hay estudiantes contagiados con COVID-19. Algunos están con problemas económicos, pero estamos tratando de ayudar en la medida de lo posible”, aseguró.

Sobre la implementación del Programa y el apoyo que ha brindado la Corporación y el Centro de Estudios Migratorios, el director de Incoed sostuvo que sin este sustento difícilmente hubiese sido viable el desarrollo de esta iniciativa, porque “la Universidad y el CEM, de la Facultad de Humanidades, nos han dado un soporte intelectual importante. La amplia experiencia en  investigación y trabajo con migrantes nos hizo entender mejor el fenómeno desde distintos ámbitos. Eso ha permitido enriquecer a nuestros docentes que han tenido la experiencia de hacer clases a estas personas. Tenemos una formación de primer nivel y eso se logra de la mano de la Usach”.  

A juicio de la Dra. Carmen Norambuena, fundadora, integrante y ex directora del CEM, la ayuda que ha prestado nuestra Institución ha sido importante, puesto que “la Universidad no aparece encapsulada, sino que en su rol de comunitario. Me parece interesante que la academia baje, que pueda llegar a distintos medios sociales con las diversas herramientas que tiene y en el caso de los inmigrantes, es fundamental”, dijo.

Educación migrante

Expertos en migraciones del Centro de Estudios Migratorios han trabajado en conjunto con los profesores del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez en la ejecución del programa de regularización de estudios dirigido a la población migrante.

Entre los/as especialistas que han apoyado el desarrollo de la Escuela Migrante se encuentra la Dra. Carmen Norambuena, quien sostiene que “la formación del migrante en la sociedad de acogida, es fundamental, porque es la manera que éstos/as se incorporan al lugar de destino (…) Escuelas, liceos o universidades deben estar preparados para recibir personas que vienen con una distinta manera hablar, incluso el castellano”.

Agregó que “cuando se trata de recibir a personas con una lengua distinta, se complica más, puesto que es necesario un periodo de transición entre que el inmigrante acepta o aprende la lengua de destino, y el país asimila la lengua del extranjero”, comentó.

Siguiendo esa línea, Manuel Villegas, director de Incoed, expresó que “para los que trabajamos en educación y los que sabemos lo importante que es para un país un sistema educativo integral e inclusivo, entendemos que la instrucción es básica para el desarrollo humano. Para nosotros darle educación a migrantes es entregarles oportunidades, es decirles puedes más, puedes llegar a tener un mejor futuro, desarrollarte de mejor manera e integrarte culturalmente”.

Byron Duhalde, integrante del Centro de Estudios Migratorios y profesor de nuestro Plantel, fue invitado a impartir el taller Formación para el ejercicio de la ciudadanía, en donde enseña conocimientos básicos del Estado chileno, valores cívicos y formación ciudadana. Como integrante del CEM ha participado de instancias académicas en estas temáticas, pero esta es la primera vez que realiza clases a estudiantes migrantes.

El analista en Políticas y Asuntos Internacionales consideró que la recepción por parte de los estudiantes “ha sido muy buena” y que la experiencia “es enriquecedora, porque en el diseño formal está enfocado a necesidades que tienen los y las estudiantes muy puntuales. Que conozcan el aparato estatal, político, etc., pero en el camino fui conociendo sus problemas, lo que me permitió identificar elementos que van más allá de los que están el programa de estudio. Por ejemplo, licencias médicas, liquidaciones de sueldo, descuentos por salud, AFP, etc.”.

El año pasado se graduó la primera generación de la Escuela Migrante Usach. Cincuenta y cinco miembros de la comunidad haitiana residente en el país recibieron sus licencias de 3° y 4° medio. En ese grupo solo participaron personas del país centroamericano, sin embargo este año ingresaron chilenos, colombianos, ecuatorianos y venelozanos enriqueciendo culturalmente la Escuela Migrante Usach.

Proyecto pionero de la Usach gradúa a migrantes que aprobaron su nivelación de estudios de enseñanza media

Proyecto pionero de la Usach gradúa a migrantes que aprobaron su nivelación de estudios de enseñanza media

En una emotiva ceremonia desarrollada en el Aula Magna de nuestro Plantel, cincuenta y cinco miembros de la comunidad haitiana residente en Chile, recibieron el diploma que certifica su egreso de la Escuela Migrante de la Universidad de Santiago.

La iniciativa, que partió en marzo de este año, buscó asegurar su inclusión educativa a través de la nivelación de estudios en educación media.

Las clases fueron impartidas por profesores del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez Domínguez -administrado por nuestro Plantel-, más un facilitador del idioma creole y un coordinador pedagógico.
También hubo talleres de español, formación para el ejercicio de la ciudadanía y habilidades digitales, cuyos objetivos fueron permitir a los estudiantes contar con herramientas para insertarse en la sociedad chilena.

La ceremonia fue presidida por el Vicerrector de Apoyo al Estudiante, Dr. Bernardo Morales Muñoz, en representación del Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid. Estuvo acompañado de la coordinadora académica del Centro de Estudios Migratorios de nuestra Universidad, Dra. Adriana Palomera Valenzuela.

De las autoridades del Instituto, estuvieron presentes el director Manuel Villegas Gómez; Carlos Mora, Inspector General; Eva Duarte, coordinadora de formación técnica; Camila Contreras, coordinadora del plan general; Alonso Benavides, orientador y coordinador pedagógico del programa; David Charles, facilitador del programa; además de profesores y profesoras de la comunidad escolar.
Compromiso social

"Este primer Año Escolar de la Escuela Migrante constituye un hito que refuerza el compromiso social que caracteriza a la Usach, reflejando la mirada global y multicultural que esta Institución desarrolla en su quehacer”, sostuvo el Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid.

Al mismo tiempo agregó que "estamos satisfechos con lo alcanzado, ya que hemos aportado concretamente a otorgar mejores oportunidades a estos hermanos y hermanas, y así propender a una sociedad más justa y equitativa , apartando toda forma de discriminación".

En ese sentido, el Rector Zolezzi puntualizó que "hoy vemos los primeros resultados de un proyecto pionero en el área educativa intercultural, puesto que se promovió el respeto e intercambio entre culturas, se fortaleció la tolerancia entre los grupos minoritarios y mayoritarios, y se desarrolló la percepción de la diferencia como un valor y no como una falencia".

Transformar problemática en solución

El director del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez Domínguez, Manuel Villegas Gómez, reveló que "el desafío era grande, pues ni siquiera nuestro país se encuentra preparado para dar cabida a la problemática migrante".

"En este sentido, nuestro programa transformó esa problemática en solución, afrontando toda forma de discriminación y racismo, dando cabida plena a la dignidad humana y a los derechos humanos", manifestó Villegas.

Además de entregar los diplomas a los 55 estudiantes del Programa de Regularización de Estudios Migrantes, dos estudiantes recibieron la distinción a la excelencia académica: Junior Thelisfort Jean Baptiste y Michelet Cadet.

Tras la premiación, Marie Mika Fidel se dirigió a los presentes en representación de sus compañeros y compañeras. "Nuestros agradecimientos, en primera lugar, son para la Universidad de Santiago de Chile por esta iniciativa en beneficio de la comunidad migrante, que para nosotros como haitianos representa la integración a la sociedad chilena", indicó.

Por último, los estudiantes licenciados reconocieron, a través de un presente, el apoyo, cariño y entrega de las y los profesionales de la educación que trabajaron en el Programa.

Experta de nuestro Plantel sostuvo que una nueva Constitución debe proteger derechos de migrantes

Experta de nuestro Plantel sostuvo que una nueva Constitución debe proteger derechos de migrantes

En el Día Internacional del Migrante, diversas organizaciones sociales programaron reunirse en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos para exigirle al Gobierno que incluya en el Proceso Constituyente a quienes decidieron avecindarse en Chile en busca de nuevas oportunidades, además de que se considere la protección de sus derechos en una nueva Constitución.

Para la académica del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago y experta en migraciones, Dra. Daisy Margarit, es importante que esto último quede plasmado en una nueva Carta Magna.

“Cuando se habla de un ‘Estado Plurinacional’, lo “plurinacional” tiene que ver con la incorporación tanto de nuestros pueblos originarios como de los residentes extranjeros que ya se avecinan en nuestro país”, afirma la trabajadora social y doctora en sociología.

La especialista explicó que en la Consulta Ciudadana Municipal que se realizó la semana pasada, el padrón electoral se cerró en diciembre de 2017, dejando fuera algunas comunas, a aquellos que cumplieron 18 años a finales de 2018 y 2019 y, también, a las personas migrantes que cumplían los 5 años de residencia en el periodo posterior al cierre del padrón.

“El diálogo con el Servicio Electoral es necesario para actualizar el padrón migratorio”, afirmó. “Los migrantes son vecinos de nuestros barrios, son trabajadores, compañeros de escuela de nuestros hijos y, entonces, cuando los incluimos, también tienen que estar presentes tanto con el derecho a voto como con el reconocimiento de sus derechos”, explicó.

La especialista reconoció que hubo migrantes que sí pudieron votar en la Consulta Ciudadana Municipal. Sin embargo, criticó que no se incluyeran preguntas vinculadas al tema migratorio y a las garantías de derechos de los migrantes en la papeleta.

“A partir del pasado 18 de octubre, la migración dejó de ser el chivo expiatorio de los problemas. Hemos podido evidenciar que el problema de la desigualdad es de todos, transversal y también comprende a la población migrante. Es un tema que no se visibilizaba y que hoy es evidente para todos”, concluyó.

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