Especialista en educación e interculturalidad participa en proyecto ministerial en pro de los niños de Isla de Pascua
La académica Elisa Loncon, miembro del Departamento de Educación, viajó a Isla de Pascua en su calidad de miembro de un proyecto para generar una propuesta educativa de fortalecimiento lingüístico y cultural, desde una perspectiva de derecho y con participación de la comunidad isleña.
Loncon participó durante los días 10, 11, y 12 de junio en la iniciativa, que es ejecutada por el Ministerio de Educación (Mineduc), con apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), más un equipo técnico que integra la académica como lingüista experta en educación bilingüe e interculturalidad.
El proyecto consiste en sistematizar los diferentes estudios existentes sobre la lengua, cultura y educación. El objetivo es complementarlos con información técnica específica por identificar, como son la definición de estándares para la enseñanza de la lengua rapa nui y un diagnóstico lingüístico transversal de la comunidad isleña, que considere no sólo a los rapa nui sino también a los continentales residentes, de diversas edades.
Además, se apunta a proponer un programa de revitalización de la lengua rapa nui con foco en la escuela pero con las variables sociales, políticas y de derechos que van más allá de la escuela.
Contacto con educadores
En esta primera misión se tomó contactó con varios actores, como la comunidad educativa (apoderados y profesores) del Colegio Lorenzo Baeza, los profesores del liceo Aldea Educativa, la municipalidad de Isla de Pascua y con la gobernadora de la isla, Marta Hotus Tuki. “También se contactó a personas relevantes, sabios de conocimientos ancestral, koro y nua -ancianos y abuela- y gestores culturales”, cuenta Loncon.
Según la especialista, entre las grandes preocupaciones recogidas se encuentra el exceso de estudios en la isla, realizados por personas externas, y que según los isleños sólo satisfacen intereses de los investigadores.
“El rapa nui dice esta es ‘la isla de los estudios’ y que ellos no quieren otro estudio más, necesitan soluciones concretas que evite el desplazamiento del rapa nui, por ejemplo”, relata Loncon.
“También hay una percepción instalada y que afecta profundamente al uso y aprendizaje del idioma, de considerar que ‘la lengua sirve hasta el aeropuerto’, visión que no ayuda a la mantención del rapa nui”, lamenta. “Los datos existentes sobre el uso del rapa nui, aunque son parciales, muestran que los niños ya no hablan la lengua originaria como lengua materna”.
No al SIMCE
Respecto a la educación bilingüe castellano rapa nui, el colegio Lorenzo Baeza inició un programa de inmersión en lengua rapa nui el año 2000, de primero a cuarto básico, que tiene el apoyo del Ministerio de Educación. Sin embargo, según Loncon, hasta la fecha el programa no cuenta con una evaluación integral de sus logros en cuanto a la mantención y desarrollo de la cultura y lengua.
“Los datos obtenidos del SIMCE muestran bajo resultados en lenguaje, y no son distintos a los obtenidos en zonas de alta concentración indígena y de práctica del idioma nativo como en el Alto Bío Bío, de comunidad pewenche”, dice Loncon.
Como en el resto del país, el SIMCE se aplica en castellano, aun cuando los niños no tienen la proficiencia en castellano para responder a esa prueba, si bien manejan un castellano básico de comunicación diaria. Por eso hay docentes que demandan su no aplicación en la isla.
En términos generales, los isleños consideran necesario cosas tan elementales como un técnico rapa nui que apoye el trabajo educativo desde el Mineduc.
Falta de estandarización del idioma
Otra gran preocupación que manifiesta la comunidad rapa nui es la falta de estandarización del idioma y falta de consenso de un alfabeto.
Por ejemplo, una palabra como taŋata (“hombre”) se escribe “tangata”, “tagata” o “ta¨gata”, lo que provoca confusión en el aprendiz.
“Aunque hay muy buenos profesores hablantes que además escriben en rapa nui, ello no es suficiente para abordar los problemas de la recuperación lingüística”, advierte Loncon. “Esto requiere de especialistas en la enseñanza de las lenguas, formados académicamente, curriculistas expertos en educación intercultural bilingüe, metodólogos y lingüistas que contribuyan en la estandarización del idioma”.
El proyecto Mineduc-Unesco se hará cargo de las criticas presentadas por los rapa nui, asegura Loncon. “Para ello propone una metodología activa y participativa, con una contraparte técnica compuesta por personas rapa nui en la isla y un trabajo participativo con la comunidad, de manera de generar co-construcción y co-respondabilidad en el trabajo y en las propuestas”.
Mantención de tradiciones
En los aspectos positivos, la académica destaca entre otros los logros y mantención de las tradiciones. “Entre ello es notorio el respeto y cuidado a los ancianos, niños que se emocionan con su cultura, tallando maderas o piedras”, relata. “Nos comentó una joven de 15 años que ella lloró al ver el baile rapa nui en la televisión en la Copa América”, comenta.
Además la vida comunitaria es intensa, según Loncon. “Mientras íbamos a una reunión, en el camino nos encontramos con un curanto comunitario. Una familia, como pago a San Lorenzo, por favores concedidos, ofreció comida gratis para todo el pueblo, incluyendo a los turistas, así que probamos curanto en rapa nui”, cuenta.
Otro ejemplo es el liceo Aldea Educativa. Se trata de una escuela de educación media, que prepara a técnicos agrícolas, talladores, expertos en turismos. “Recuperan saberes y valores ancestrales. Año tras año se realiza el Koro Nui Tupuna, una fiesta con juegos tradicionales, con canto, baile, pinturas de cuerpo, para conmemorar el saber ancestral”.