Soy Usach

Español

Cristian Vilos, doctor en Biotecnología: “La Nanomedicina ya no es solo tema de libros… es una realidad”

Cristian Vilos, doctor en Biotecnología: “La Nanomedicina ya no es solo tema de libros… es una realidad”


Cristián Vilos estudió Tecnología Médica en la Universidad de Talca. Tiempo después la Universidad de Santiago le abriría las puertas para realizar su doctorado en Biotecnología, que lo llevó a perfeccionarse en el Laboratorio de Nanomedicina y Biomateriales del Brigham and Women's Hospital – Harvard Medical School.

Como investigador del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología (Cedenna) y  jefe de la línea en nanobiomedicina nos cuenta del trabajo de investigación que se realiza allí, a propósito de una columna que publicó en Diario Usach.cl, relacionada con la ciencia y el combate a distintos tipos de cáncer, como el colorrectal, mamario o el prostático que requieren de terapias de mayor precisión.

En el Cedenna estudian cómo transportar en diminutas nanopartículas biodegradables y biocompatibles, fármacos quimioterapéuticos y otros agentes terapéuticos para atacar tumores con nuevas combinaciones de moléculas que cumplan una eficaz función inhibidora no tóxica y actuar como terapia combinada de mayor eficacia con menos efectos colaterales.

El Dr. Vilos destaca que últimamente estudian terapias combinatorias, es decir que llevan más de una molécula, o un agente quimioterapéutico acompañado de inhibidores de otras rutas biológicas, de manera de potenciar lo que se llama un sinergismo farmacológico.

-En palabras simples, ¿cómo nos podría explicar el desarrollo de este tipo de investigaciones?

-Te lo explico con un ejemplo. Si con un  fármaco A el efecto es 10, con un fármaco B logras un efecto 5, cuando incorporas un fármaco A+B el efecto puede ser 25 o 30; es decir, un efecto sinérgico corresponde a un efecto mayor que la sumatoria de los efectos de A y B. Eso es sinergismo y eso lo hemos estudiado como terapias combinatorias tanto de fármacos que actualmente se ocupan en clínica, como con moléculas que no necesariamente cuando tú las proporcionas solas eliminan el cáncer. Si van combinadas pueden potenciar el efecto del fármaco A. Cuando pensamos en optimizar las terapias contra el cáncer, tenemos que partir de la base que los agentes quimioterapéuticos en si son muy buenos, y en bajas dosis tienen un gran efecto.

-¿El problema podría radicar en que esos agentes no discriminan entre células sanas y tumorales?

-Exacto. La pregunta que surge es qué hacer para que la cantidad de este fármaco que se administre al paciente que ya es bueno en sí, no sea tan alta para que su efecto no sea tan nocivo en las células sanas. Lo ideal sería dar una cantidad menor, pero se va relacionar con que va a tener un menor efecto terapéutico, por lo tanto si logramos coadyuvar esta cantidad menor con algo que por sí solo no sea toxico y lo potenciamos, estaríamos desarrollando nuevas terapias combinadas que generarían un efecto global y contribuiríamos a disminuir los efectos adversos del paciente. Si a esto le sumas que los incorporas en el interior de nanopartículas,  vas a tener que las nanopartículas van a evitar que el medio por el que viajan (torrente sanguíneo o vía oral), haga que los componentes biológicos degraden la molécula que tiene su principio activo. Esto también permite que mi principio activo pueda ser transportado protegido y a su vez llegue al lugar que yo espero. Es decir, el tema que surge es cómo modulamos que en la superficie de estas nanopartículas haya moléculas que reconozcan  otras moléculas o receptores que estén presentes en las células blancas o en las tumorales. Eso se conoce como liberación dirigida. Si bien es algo que se discute hace años, pero en la práctica aun es un tema complejo.

-Desde el punto de vista clínico, ¿una nanopartícula que incorpora fármacos con alto potencial terapéutico puede ser riesgosa al hacer contacto con la sangre?

-Justamente estamos estudiando cómo se comportan estas nanopartículas que tienen potencial aplicación con las plaquetas ; cómo es su interacción con los glóbulos rojos, ya que basta que un par de mililitros de sangre se destruyan dentro del torrente sanguíneo, para que esa hemoglobina que se libera nos produzca una insuficiencia renal aguda. Si una nanoformulación para el cáncer produce eso, podemos provocar un daño aun mayor que lo que queremos sanar. Por lo tanto, nos estamos preguntando cual es la hemocompatibilidad, es decir cómo estas nanopartículas se relacionan con la sangre, la función de las plaquetas y la cascada de la coagulación. Estamos siempre investigando como van a interaccionar en la nano-biointerface, estos componentes exógenos que van al organismo y  los componentes celulares y plasmáticos.

-Está claro que la nanociencia a la luz de estas investigaciones dejó de ser hace rato solo ficción.

-En Cedenna trabajamos fuertemente en el desarrollo de formulaciones, pero el mundo nos demanda un paso más allá, porque ciertamente la nanomedicina ya no es de libro, sino una realidad. Hemos sido vacunados con nanopartículas de carácter lipídico contra COVID -19, por lo tanto, es atingente movernos en línea con el desarrollo clínico estudiando aspectos relacionados con la farmacología. En los últimos años desde la Universidad de Santiago hemos catalizado la formación de un laboratorio de nanoseguridad. Tenemos que sentar las bases para entender desde dos miradas este tema; primero, desde aquella persona que opera nanopartículas porque pueden ser inhaladas  o acumuladas en el organismo. La otra mirada es desde la nanotoxicología. Analizando cómo identificar el potencial toxicológico del uso de estas terapias o de estas nuevas invenciones. ¿Cuántos estadios fueron fumigados con nanopartículas de cobre?, sabemos que el cobre mata la bacteria,  pero ¿sabemos cuál es el máximo de cantidad de aire con cobre que podemos respirar?- Cedenna se está transformando en un actor fundamental  para relevar este tipo de preguntas que van no solo desde la mirada en pequeño que proviene desde el laboratorio, o de la célula, sino que en un visión transversal que tiene que ver con su uso diario.

-¿Eso va de la mano también de regulaciones?

-También hemos sensibilizado a las autoridades. Necesitamos generar regulaciones en el uso de nanomateriales.  Yo pertenezco a la mesa de salud del Senado Congreso Futuro, y se discute como utilizar la nanomedicina en medicina de precisión. El desafío del Centro es cada vez más grande, no solo de desarrollar nuevas tecnologías sino hacernos responsable del uso de ellas. En la Universidad de Talca hemos formado un centro de investigación que se llama Centro de Nanomedicina, Diagnóstico y Desarrollo de Fármacos (ND3 – Center), que es apadrinado por Cedenna y justamente está orientado a dar respuesta a estas preguntas para que el conocimiento aporte las bases para nuevas invenciones que generen transferencia tecnológica.
 

Daniela Alburquenque Muñoz, Doctora en Ciencias de la Ingeniería: “Advierto más mujeres interesadas por las carreras científicas”

Daniela Alburquenque Muñoz, Doctora en Ciencias de la Ingeniería: “Advierto más mujeres interesadas por las carreras científicas”

Daniela Alburquenque Muñoz, proviene de una familia de 14 hermanos, pero ella destaca por ser la única que egresó de la Educación Superior y  además siguió un doctorado en la Universidad de Santiago. Reconoce que desde pequeña le gustó la ciencia. Fue en enseñanza media que una profesora del Internado Nacional Femenino, y que con el tiempo se transformaría en una de sus grandes amigas, la instó a estudiar en nuestra Universidad.  El contacto con la Usach se materializaría luego con su participación en las Olimpiadas de Química. “Siempre estuvo en mi mente estudiar en la Usach”, remarca.

Entró a nuestra Casa de Estudios en 2003. De hecho fue parte de la última generación que dio la Prueba de Aptitud Académica. Se tituló como Técnico Universitario en Análisis Químico y Físico de la Facultad de Química y Biología, haciendo su práctica en la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Recuerda que su profesor guía, Juan Luis Gautier, trabajaba en materiales catódicos para baterías de ion litio, haciendo estudios de composición química para aplicarlo a una pila botón.  En esa época solo se hacían estudios de ciencia básica. Ella, tiempo más tarde, buscaría sumar la ciencia aplicada.  Por prosecución de estudios  ingresó a la carrera de Química y Licenciatura en Química, hizo su tesis, el 2011 dio su examen y continuó su trayectoria con el doctorado en Ciencias de la Ingeniería mención Ingeniería de Materiales. 

-Entiendo que también el actual decano de la Facultad de Ciencia tiene mucho que ver en su vida académica

-Sí, en mi licenciatura conocí al Dr. en Física, Juan Escrig, que en esa época se había ganado un Fondecyt de Iniciación. Entré a Cedenna, al Laboratorio de Nanomagnetismo que dirigía.  Él me dio la oportunidad de trabajar en energía que era mi especialización del doctorado y con su Fondecyt se pudieron comprar todos los equipos necesarios para hacer mi estudio de materiales catódicos en pilas botón. Así comencé mi carrera académica en paralelo a lo que él se dedicaba que son materiales magnéticos y fuimos contribuyendo en ambas investigaciones. Siempre supe que quería estudiar química y hacer investigación a nivel universitario, por eso cuando tuve que decidir en el último año de licenciatura en química la parte de gestión profesional o académica, opté por la segunda. Haber  continuado el doctorado en materiales fue mi mejor decisión, porque es un campo muy amplio donde trabajo con físicos, ingenieros, matemáticos. Entiendo todos los idiomas en ciencia y eso facilita que podamos diversificar la investigación.

Daniela  hizo una pasantía en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, directamente en el laboratorio de energías renovables y sustentables de Saltillo en México, durante tres meses. En 2018 se adjudicó un postdoctorado de Fondecyt.

-En palabras simples, ¿Qué busca con esta investigación de las pilas botón de ion litio?

- Lo que yo hago es preparar químicamente el polo positivo de una pila de ion litio , modificar su estructura química y la forma de las partículas, llevándola a una pila botón comercial, aquella que llevan los dispositivos electrónicos de bajo consumo como una pesa, un reloj, juguetes…esa pila redonda que todos reconocemos.  Tengo todo el equipamiento para preparar el polo positivo y ensamblar pilas botón,  usando como polo negativo el litio metálico. En el Laboratorio de Nanomagnetismo cuento con una cámara de guantes, una especie de incubadora, donde hay una atmósfera de Argón, exento de oxígeno y humedad donde puedo cortar el litio en círculos de 13 milímetros, cortar mi cátodo ya preparado, poner un electrolito que permite la conducción iónica entre electrodos e importar las piezas para armar la pila botón. Finalmente se ensambla la pila al vacío. El litio es un metal muy reactivo, al aire se recubre con una capa de óxido o peróxido y si hay una chispa con cierto grado de humedad puede reaccionar por la presencia de hidrógeno altamente inflamable. Por eso, hay que manejarlo con precaución. Un analizador de baterías me permite saber qué voltaje tiene la pila, su corriente, y hacer testeos de curvas de carga y descargas. 

-Las pilas cilíndricas tradicionales me imagino que actualmente no llevan este material.

-Yo uso litio metálico, porque para ciencia e investigación el litio metálico es mi referencia. En las pilas comerciales no se usa este material porque es peligroso. Recordarás que antes los celulares podían explotar por su uso. Ahora usan grafito litiado u otros compuestos que tienen en su composición litio líquido como ánodo. Esas pilas comerciales además no son recargables. Las que yo hago sí, extendiendo su vida útil  al modificar químicamente su polo positivo.

-¿Qué expectativas tiene de su investigación a mediano plazo?

-A futuro con más investigación y muchas pruebas, podría llegar a ser una patente, pero son tantos los factores, que aún no estoy en una fase en que pueda competir con una pila comercial. Por eso, estoy entre la ciencia básica y la ciencia aplicada, prácticamente tomo el material y lo llevo al aplicado. Estamos en un país rico en litio, aquí nos compran la sal de litio y llega procesado como litio metálico. De hecho, tenemos que importarlo para realizar estos estudios. Si hubiera infraestructura en nuestro país para hacer litio metálico, seguramente se instalarían industrias de baterías de auto.

La Dra. Alburquenque es una apasionada de su trabajo y advierte con entusiasmo un aumento de mujeres en carreras científicas. En plena pandemia comenzó a hacer clases a estudiantes de la carrera de Ingeniería Física de la Facultad de Ciencia, donde hay cinco mujeres y una de ellas es su ayudante, Javiera Vargas Gutiérrez. También hace clases de Química para alumnos de primer año de la Facultad de Química y Biología.

Su sueño es seguir trabajando en la Universidad de Santiago. “El ambiente de trabajo es muy grato. La Usach es mi refugio. A veces la familia no entiende lo que uno hace o a lo que realmente se dedica. Mi papá quería que fuera médica. Fui doctora, pero en Ciencias de la Ingeniería. En la Usach he pasado un largo periodo de mi vida como estudiante de pregrado, postgrado y postdoctorado. Aquí tengo a mis mejores amigas. Acá soy como soy. Es mi zona de confort. He postulado a otras universidades, he perdido oportunidades…lo reconozco. No me quise ir. La calidad de las personas y el ambiente de trabajo me hacen seguir en mi alma máter. Tengo todo para hacer investigación. Ojalá que la Universidad siga incorporando mujeres a cargos académicos en los departamentos”, remarca.

Dra. Leonora Mendoza Espínola: “No existe un solo camino al éxito. La ciencia tiene múltiples desafíos”

Dra. Leonora Mendoza Espínola: “No existe un solo camino al éxito. La ciencia tiene múltiples desafíos”

Los inicios de la Doctora en Química y decana de la Facultad de Química y Biología, Leonora Mendoza Espínola, están asociados a la Escuela Experimental Artística, establecimiento donde sus padres la matricularon para estudiar música; una época que ve con nostalgia, pues en segundo año medio, sintió que era el momento de explorar otros caminos.  “Tuve que tomar una decisión bien drástica y dolorosa que significaba dejar muchos años dedicados a la guitarra clásica por buscar una pasión distinta. De hecho, seguí estudiando música hasta que la exigencia universitaria no me lo permitió más”, reflexiona.

Si bien la música pasó a segundo plano, aunque sigue presente en sus momentos de descanso, “la estricta disciplina desarrollada en mis inicios de estudiante de música, se transformó en mi mejor herramienta para enfrentar una vida dedicada a la ciencia, primero como pedagoga, luego como investigadora y hoy como decana”, sostiene la autoridad.

- ¿Cuándo fue el momento definitivo en que decidió ser investigadora?

En mi etapa de magíster. Trabajaba en el Laboratorio de Química Orgánica con el Dr. Alejandro Urzúa, mi mentor, colega y amigo. Me gustaba mucho la mezcla que él hacía entre la química y la biología. Ahí realicé mi tesis de pregrado y mis estudios de postgrado. Él me incentivó a irme un tiempo del país para realizar un intercambio de meses con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid, España, durante mi doctorado.  Luego comencé a estrechar lazos con el área de Microbiología, trabajando con las doctoras Marcela Wilkens Anwandter y Milena Cotoras Tadic. La interacción con Milena fue determinante en la línea de investigación que actualmente realizo, pues me invitó a participar como coinvestigadora permanente en el Laboratorio de Micología, en donde el  año 96, aporté mis conocimientos en productos naturales producidos por plantas. Ahí iniciamos el desarrollo de la línea de investigación sobre compuestos químicos activos contra el hongo Botrytis cinerea, que sumado a otras líneas de investigación se mantiene vigente al día de hoy. En ese sentido la investigación asociada a la formación de personas, es lo que más me apasiona.

- ¿Cuáles fueron sus investigadoras referentes para seguir esta carrera?

Había pocas mujeres en esa época, seguimos siendo pocas aún, pero dos profesoras en particular fueron muy importantes para mi decisión de continuar mis estudios de postgrado, quienes junto a mi mentor reafirmaron mi pasión por las ciencias, por su sabiduría, sencillez, seriedad, su forma de enseñar, pero por sobre todo por el cariño que demostraban por lo que hacían. Me refiero a las doctoras Elsa Abuin y Betty Matsuhiro, ambas destacadas científicas que representaban la rigurosidad, pero al mismo tiempo hacían de la ciencia algo atractivo para las personas. 

- ¿Marcaron sus ganas de liderar en el entorno académico?

Sí. Creo que la forma de llevar sus laboratorios, líneas de investigación y relaciones con las personas, fueron bien determinantes cuando uno está estudiando y dice “a mí me gustaría llegar a esto”.

-¿Cuáles son los desafíos de su liderazgo como investigadora al pasar a dirigir la Facultad de Química y Biología?

Difícil pregunta. Los desafíos dependen de la formación de cada persona y su certeza de que es capaz. Yo no tengo la receta, de verdad no la tengo, creo que el liderazgo es algo que se va adquiriendo y madurando con el tiempo. En mi caso, llegar a ser decana nació del interés de impactar en forma positiva en la gente, estudiantes, colegas, funcionarias y funcionarios. Demostrar liderazgo para una mujer en esta Facultad no es complejo, pero no me gusta la palabra demostrar, me gusta la palabra reconocer, porque demostrar significa que hay que justificar las acciones constantemente, pero ser reconocida como líder ya sea en un laboratorio, línea de investigación, en la gestión, creo que es algo que naturalmente debiese ocurrir. Un buen liderazgo también va acompañado de un buen equipo de trabajo.

Paridad de género

- En su Facultad, el ingreso y egreso en pregrado se acerca a la paridad de género y las diferencias en su comunidad académica es menor. ¿A qué cree que se debe?

Somos una Facultad relativamente joven, que se crea a partir de la Facultad de Ciencia en 1994. Surgimos en un mundo que ya había dado los primeros pasos a la integración, a la inclusión. En ese sentido, no fue un tema complejo, porque como te mencionaba ya teníamos a estas líderes académicas y otras líderes importantes, como la Dra. Irma Carkovic; en gestión la Dra. Leonor Contreras, en investigación, entre otras que silenciosamente impactaban en el desarrollo de la Facultad.  Sí había un desbalance, y sigue habiéndolo, pero no era un tema de día a día. Por ejemplo, sesgos para preferir un hombre frente a una mujer en un cargo es algo que ha ido cambiando en el tiempo, pero puedo reconocer que en esta Facultad ha primado la calidad de las personas, independiente del género al cual pertenezcan. En ese sentido, yo creo que estábamos más adelantados que a lo mejor otras unidades de la Universidad. Creo que a nivel institucional aún falta por crecer.

- ¿Le gustaría dar un mensaje a estudiantes que hoy tal vez no se sienten del todo capaces de seguir una carrera científica?

Siempre he pensado algo que creo es real: cualquier persona que fue capaz de salir de la enseñanza media y entrar a la Universidad y saltar el escollo del ingreso, es capaz de hacer cualquier cosa. Algunas personas se demoran más y algunas menos, la meta se logra igual. Mi pensamiento no es original, más bien concuerdo plenamente con los valores del Dr. Francisco Javier Gil (QEPD), los talentos están distribuidos equitativamente. No depende del nivel socioeconómico, pero es nuestra labor dar oportunidades. Cualquier persona que llega a la Usach y termina su carrera, es talentosa de por sí. Explotar ese talento depende realmente de cuánto le guste y lo que quiera hacer, darle la oportunidad es la tarea de la Universidad.   Finalmente, me gustaría señalar que no existe un solo camino al éxito, la ciencia tiene múltiples desafíos: la enseñanza, la investigación, la vinculación con el medio, entre otros. Hay tantas alternativas de cómo uno se puede imaginar y disfrutar de la ciencia. Hoy en día la oportunidad de una formación universitaria, que alguna vez fue más para una élite de la población, ha aumentado mucho, y eso permite aprovechar las oportunidades y hacer lo que más nos gusta.

Rosa Corona, Doctora en Física, investigadora del Cedenna: “Trabajamos en estudios con un enfoque futurista y ambicioso”

Rosa Corona, Doctora en Física, investigadora del Cedenna: “Trabajamos en estudios con un enfoque futurista y ambicioso”

¿Te imaginas conocer cuál es el nivel de nuestra glucosa en el cuerpo; medir los signos vitales; o administrarnos un medicamento tan solo con pasar un sensor por uno de nuestros tatuajes? Interesante, ¿verdad?. En el Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología, ya están trabajando en ello. La idea surge a través de una investigación de la Doctora en Física, Rosa Corona González.

Con doble nacionalidad, chilena y venezolana, esta investigadora y docente de nuestra Universidad se formó como Licenciada en Física Aplicada en la Usach, donde también hizo su doctorado y postdoctorado, de la mano de profesores como el actual decano de la Facultad de Ciencia, Dr. Juan Escrig y la Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019, Dra. Dora Altbir.

La profesora Corona relata que en Cedenna trabajan actualmente en estudios aplicables a las memorias magnéticas. “Vemos que tan viable es que un sistema pueda guardar, almacenar, distribuir información y, que esa información se mantenga por 20 años y más sin borrarse. Esa es la idea fundamental de las paredes de dominio, de las estructuras magnéticas; que sean lo más pequeñas posibles para guardar mucho en poco espacio y con buena calidad”, explica.

-Entiendo que no solo la informática es prioridad en la nanotecnología. ¿Están trabajando también en aplicaciones médicas, cierto?

 - Efectivamente, por ejemplo, nos gustaría que al administrarse un medicamento y cambiando el campo magnético o el sensor que lo vaya a distribuir con variaciones de campo pudiera liberarse o mantenerse. Por ejemplo, en lugar de hacer una quimioterapia peligrosa para todo el cuerpo, esta fuera localizada. La idea sería aplicar un nanotubo que en su interior tuviera este medicamento; se le administrara a la persona a una cierta hora del día, y se pudiera ir controlando en tiempos cortos para que no haga tanto daño a su organismo. Es un enfoque bastante ambicioso.

-¿Qué otros campos están abordando desde Cedenna?

 Queremos ir hacia la electrónica flexible. Estudiamos sistemas curvos, porque hay toda una rama de la electrónica que trabaja sobre qué pasaría si con tinta magnética nos tatuáramos. Tú sabes que la piel tiene propiedades de arrugarse y estirarse con facilidad. Lo ideal sería entonces que pudiéramos pasarnos un sensor y saber cuánto marca nuestra glucosa; nuestros signos vitales; administrarnos un medicamento tan solo con pasarlo por ese tatuaje. Eso es lo que aspiramos con la electrónica flexible. Vemos la parte bien básica como qué pasaría si esto se curva o se comprime, o si agregamos ciertas aleaciones y si funcionan o no, y eso quedaría registrado para que otros lo vayan aplicando.

-¿Y esto es tan futurista cómo suena?

-Mis envíos de postulaciones a ANID sobre electrónica flexible a nivel Nano llevan información respecto a eso, pero no esta tan lejano a 20 años. En ese periodo ya vamos a estar con esa tecnología de vanguardia. Es bastante interesante el tema, pese a que hay personas que aún se asustan con la incorporación de chip y un “supuesto control”. Lo que yo investigo es diferente, es tinta con nano partículas.

La Usach, su alma máter

Así como centenares de venezolanos han viajado a nuestro país buscando oportunidades laborales, la familia de esta científica se trasladó a Venezuela después del golpe militar. Sus padres estudiaron en la UTE. Rosa nació en Venezuela, pero razones económicas los trajeron nuevamente a Chile 18 años después. Tiempo después su madre volvería a pisar nuestra Casa de Estudios con la emoción de ver transformada a su hija en Doctora en Física. Es una agradecida de la Usach porque pudo estudiar en la Institución gracias a un ingreso especial para extranjeros. Su mamá y hermanas proporcionaron los medios económicos para pagar su pregrado. Recuerda que hizo una estadía de 6 meses en la Universidad de San Diego, California, con el Dr. Iván Schuller. 

“Si bien el doctorado no tiene como requisito formal que se hagan estadías en el extranjero. Se considera conveniente tener esa experiencia, conocer más personas y hacer líneas de investigación. Allá me dediqué a las simulaciones magnéticas y estudiamos nanohilos multisegmentados con aleaciones magnéticas suaves/duras”, recuerda.

Tras regresar de la pasantía terminó su doctorado y se incorporó a trabajar con la Dra. Altbir. “Es genial trabajar con ella. Tuvimos siempre una buena relación. El profesor Dr. Juan Escrig era su alumno y después él fue mi profesor guía de tesis para convertirme en Doctora en Física. Mi primer artículo fue con ambos”, relata con orgullo.

Desde su visión como investigadora estimula a que muchas más mujeres rompan con el estereotipo de que las carreras matemáticas, científicas e ingenieriles son para hombres. “Me encanta trabajar en Cedenna, es mi zona de confort. De hecho cuando pienso en que posiblemente tendré que buscar nuevos horizontes me pongo nerviosa. Soy profesora por hora también en la Usach. Hago clases de Física 1, Física 3 y Electricidad, Magnetismo y Ondas para los futuros ingenieros. Me encantaría quedarme en la Universidad de Santiago como académica e investigadora. La Usach es lo máximo para mí”, expresa sin titubeos.

Paula Zapata, Doctora en Química: “Reconozco en la Usach el soporte para postular a proyectos externos e internos de investigación”

Paula Zapata, Doctora en Química: “Reconozco en la Usach el soporte para postular a proyectos externos e internos de investigación”

La Dra. Paula Zapata Ramírez es colombiana, nacida en Ríonegro-Antioquia.  Obtuvo su pregrado de Ingeniería Química en la Universidad Nacional de Colombia, una de las más prestigiosas de Latinoamérica, con presencia habitual en el ranking QS por sus buenos resultados. De ahí proviene la formación académica inicial que recibió, para luego hacer su doctorado con una beca del DAAD en la Universidad de Chile, sobre polímeros sintéticos con incorporación de nanopartículas para mejorar sus propiedades, que pueden ser aplicados en el área industrial, en la alimentación e incluso en medicina,  y que la llevó a establecerse por 8 meses en Alemania.

Llega a nuestra Universidad a través del profesor Franco Rabagliatti, para incorporarse a un postdoctorado a cargo de Maritza Páez y Enrique Cerda en 2010. Su siguiente paso fue postularse a un proyecto de iniciación a la Academia en 2011 y desde ese año trabaja como profesora asociada de la Facultad de Química y Biología de nuestra Casa de Estudios. Aquí reconoce haberse incorporado a un excelente grupo de trabajo. Dicta clases sobre química orgánica para ingenieros civiles químicos; procesos químicos y tiene una cátedra para estudiantes del doctorado en Ingeniería de Materiales sobre caracterización de polímeros en colaboración con el profesor Julio Bruna.

Como científica su línea de investigación está orientada a  la preparación de nanocompositos de polímeros biodegradables a los que se incorporan diferente tipo de nanopartículas (Plata, TiO2, SiO2, almidón, CaCO3), aceites esenciales, con el fin de mejorar sus propiedades finales (térmica, mecánica, barrera, y biocidas) con aplicación en el campo médico y de envase de alimentos; como también la preparación de materiales compuestos para el almacenamiento y liberación de fármacos.

-Profesora, usted ha obtenido financiamiento para interesantes proyectos de investigación. Cuéntenos por favor del FIA y del Fondecyt Regular que logró.

El primero es un proyecto colaborativo destinado al desarrollo de bioenvases adjudicado en la convocatoria 2021-2022 de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, en la categoría de Proyectos de Innovación de Interés Privado. El mercado chileno genera muchos subproductos industriales que tienen como destino final los vertederos sanitarios. Además, con la normativa actual de la ley REP y ley de un solo uso, es de gran interés reemplazar los plásticos. Es esencial revalorizar subproductos para obtener materiales sustentables con el medio ambiente. En concreto, la propuesta apunta al desarrollo de un bioenvase sustentable a base de subproductos industriales cuyas características sean equiparables lo máximo posible a los envases actuales en sus propiedades, pero que a diferencia de aquellos no contamina luego de su breve uso, en comparación a los muchos años que uno tradicional se demora en degradar.

La otra línea que trabajo es un Fondecyt regular que se basa en la obtención de biomateriales para aplicación biomédica con actividad antimicrobiana y bioactividad. Hablamos de  andamios, biomateriales que permiten insertarlos dentro del cuerpo, obteniendo la aplicación que uno les quiera dar y a medida que se va degradando va regenerando el tejido óseo. El proyecto “es multidisciplinario”, ya que cuenta con la participación del profesor Pedro Orihuela del Departamento de Biología de nuestra Facultad. La adjudicación permitirá la participación de estudiantes de pregrado;  del Doctorado en Materiales; del Doctorado en Química y de los postdoctorales que son parte del Laboratorio de Polímeros. Al mismo tiempo, creo que servirá como puente para realizar interacción con investigadores de reconocidas universidades del extranjero.

-A propósito de que tocamos el tema de la investigación, usted estuvo en Alemania y su pregrado lo cursó en Colombia, ¿Cómo ve la investigación en Chile a la luz de esa experiencia?

-Yo creo que más que comparar con Colombia hay que hacerlo con los países de Europa. Chile está a la vanguardia en Latinoamérica, pero lamento que  se estén disminuyendo los fondos para los investigadores. Por ejemplo, los proyectos Fondef solo los gana un 5% de los investigadores que postulan y muchos científicos tenemos grandes ideas. Si tuviéramos más apoyo de la industria se podrían plasmar mejor. Yo  creo que para equipararnos con países como Alemania y Francia, necesitamos incentivar más la investigación e inyectar más recursos.

_Más allá de estas dificultades, ¿qué opinión tiene de nuestra Universidad y del apoyo que entrega a investigadores como usted al desarrollo de sus proyectos?

Estoy muy agradecida de la Usach porque me ha permitido un crecimiento personal y profesional. Uno se relaciona con personas y en particular con sus estudiantes que tienen un sello social muy fuerte. Hacen un gran esfuerzo por lograr un título y entregarles una mejor vida a sus familias, entonces eso para mí es lo principal: tener alumnos destacados académicamente porque presentan una buena formación y son muy sensibles en el ámbito social. Además, en los últimos años he guiado tesistas de Colombia y Ecuador del Doctorado en Ingeniería de Materiales; beneficiados con becas de apoyo de la Vicerrectoría de Postgrado. Estos alumnos han destacado por tener una excelente calidad humana y desempeño académico, generando una interculturalidad académica dentro de la Universidad.  Agradecida estoy además   porque la Usach  a través del Dicyt  nos entrega soporte para postular a proyectos internos como externos, lo que no sucede en otras universidades.

 

Dra. Claudia Ortiz, bioquímica Usach: “La investigación científica no puede quedarse solo en los laboratorios o en los papers”

Dra. Claudia Ortiz, bioquímica Usach: “La investigación científica no puede quedarse solo en los laboratorios o en los papers”

“La idea de proyectar lo que hacemos dentro del laboratorio  a la sociedad es fundamental. Llevar soluciones tecnológicas de base científica a la problemática ambiental es una motivación y nos da el empuje para seguir desarrollando tecnología y continuar  investigando”, opina la bioquímica de la Universidad de Santiago, Dra. Claudia Ortiz Calderón.

La ciencia para ella  ha sido su forma de vida. Asegura que tiene un sesgo científico que a menudo se lo indica a sus estudiantes: “Yo miro una planta o un árbol (tengo vista de rayos x), y sé lo que está pasando dentro de esa hoja. Es súper lindo porque yo veo distinto a cómo ven ustedes, y eso se transforma en una manera de ver la vida”, explica.

-Profesora, a su juicio ¿cómo debe llegar la ciencia a la comunidad?

-La ciencia tiene que ser transferida. La investigación científica no puede quedarse solo en los laboratorios ni en los papers, lo que es súper bueno, sino que además, tiene que haber una transferencia hacia la comunidad, y así aportar desde la formación científica en el laboratorio a mejorar la vida de las personas.

La Dra. Ortiz lleva 20 años dedicada a temas relacionados con la bioquímica  vegetal y la fitorremediacion. Su pregrado como Bioquímica lo obtuvo en nuestro Plantel, pero continuó sus estudios con un doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Chile y no se quedó con solo aquello. También realizó un postdoctorado en la University College London, conocida como UCL, que es una Casa de Estudios estatal del Reino Unido. En 2017 se ubicó como la séptima mejor universidad del mundo, según el QS World University Ranking.

Sus investigaciones se concentran en la minería metálica de Chile ejecutando proyectos de desarrollo que le han permitido generar tecnologías que aportan a mejorar el ambiente a través de la investigación en  laboratorio.

Uno de sus proyectos que considera emblemáticos es el Fondef realizado en conjunto con la Universidad Católica de Valparaíso, en el que participaron empresas como Enami y Codelco, y universidades francesas, donde desarrolló tecnologías para la mitigación del impacto ambiental de depósitos de relave, lo que le permitió abrir las puertas de la minería e incluso generar un emprendimiento.

La Dra. Ortiz comparte su dedicación por las investigaciones con su labor  como coordinadora del Eje de Liderazgo y Participación Femenina de la Facultad de Química y Biología.

-¿Qué opinión tiene del tema de género en la sociedad actual?

- El tema de género yo lo veo como  una barrera  importante para desarrollar muchas actividades y desarrollarse también en muchas áreas. Es transversal en una sociedad patriarcal. No basta con tener una normativa, un protocolo o una declaración de principios…es un cambio cultural y los cambios culturales son lentos, porque tienen que ver con educación y  todos sabemos lo que pasa en Chile en ese ámbito, entonces finalmente tiene que ver con las tareas sociales de las mujeres y ese es un tema que no es menor. Las mujeres tenemos muchas veces que cuestionarnos si vamos a seguir la maternidad o el camino profesional, eso jamás lo va a tener como cuestionamiento un hombre.

A juicio de la bioquímica, paridad no es equidad. “Si tenemos igual número de hombres con igual número de mujeres eso no garantiza equidad de género”, remarca. Asimismo, reconoce que ha habido cambios, pero de forma lenta. “Lo veo en que hoy tenemos más mujeres científicas en cargos de dirección, por ejemplo de decanas. En mis tiempos jamás se pensaba en directoras de departamento o rectoras como vemos hoy en día en las universidades”.

Para la Dra. Ortiz  se debe promover la equidad de género en ciencia e innovación, porque “la diversidad enriquece, y las mujeres, tanto como los hombres, tienen mucho que aportar con una mirada particular desde su propia historia, pero también desde el género”. 

Te invitamos en el siguiente video, elaborado por la Unidad de Comunicaciones de Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, a conocer la opinión y trayectoria de esta investigadora usachina:

Leonel Medina, Dr. en Ingeniería Biomédica: “el componente humano es el gran potencial de nuestra Universidad”

Leonel Medina, Dr. en Ingeniería Biomédica: “el componente humano es el gran potencial de nuestra Universidad”

A contar de esta semana Soy Usach comienza a difundir la valiosa tarea que cumplen los académicos e investigadores de la Universidad de Santiago de Chile. Iniciamos con Leonel Medina, quien  se incorporó al Departamento de Ingeniería Informática (DIINF) como profesor asistente en 2018. Había sido investigador postdoctoral en la Universidad de Valparaíso cuando decidió dejar todo y venirse a trabajar a la Usach. 

El docente del DIINF, un apasionado del futbol y de transportarse en bicicleta recuerda que desde su juventud buscó una carrera que integrara las matemáticas, pero también la biología.  Si bien ingresó a estudiar Ingeniería  al plan común de la Universidad de Chile, a los dos años se decidió por la especialidad en eléctrica, pero el destino diría otra cosa. La ingeniería biomédica se le presentaría por azar. Fue un cartel que anunciaba un Magíster en dicha especialidad que lo impulsó a terminar la carrera, inscribirse en el postgrado y armar maletas para viajar a los Estados Unidos donde gracias a la beca Fullbright Conicyt pudo obtener el grado de doctor de la Duke University. Pareciera un proceso rápido y fácil, pero detrás hay casi 15 años de estudios. De regreso en Chile y haciendo un postdoctorado en la Universidad de Valparaíso, que quedó incompleto, decidió ser académico la Universidad de Santiago de Chile, donde se integró a un área de informática aplicada a la biología y a la medicina.

Si bien la Universidad de Duke forjó su línea de investigación, fue en nuestro Plantel donde comenzó a armar equipos tras un objetivo: buscar la posibilidad de detectar el Alzheimer de manera temprana con un examen de retina. Aquí se unió al profesor Max Chacón quien le habló de la teoría de la complejidad de los sistemas biológicos y de su disminución cuando nos enfermamos o avanza la edad. Eso se podría medir en algunas variables fisiológicas. “Max sabía de esta teoría y coincidió que la Universidad de Valparaíso había hecho algunas mediciones en la retina de animales, porque querían estudiar un modelo de la enfermedad de Alzheimer. Como yo entiendo de electrofisiología del ojo se armó el equipo”, recuerda desde su oficina en el Departamento de Ingeniería Informática. “En Valparaíso se hicieron los experimentos, las mediciones, mientras que en Informática de la Usach aplicamos los algoritmos que miden la entropía de las señales electrofisiológicas. El experimento fue practicado en ratones sanos y ratones modificados genéticamente que expresan de alguna manera la enfermedad, o más bien muestran síntomas que se parecen mucho a lo que le puede suceder a una persona”. 

-Profesor, ¿es posible con este método determinar que un ser humano pueda tener Alzheimer antes que laenfermedad se manifieste?

-Hay harto que investigar, pero personalmente estoy optimista, porque la teoría de la complejidad está acumulando cada vez más evidencias a favor.  Nosotros ya lo vimos en los animales, pero en el caso de las personas hay varios desafíos. Primero no podemos llegar en el humano tan cerca como en los ratones, a los que se les saca un pedazo de retina, se le ponen los electrodos, se aplican los estímulos luminosos y hacemos la medición. Eso no lo podemos hacer en personas, pero si se puede practicar un examen clínico que se llama electroretinograma en que un electrodo se ubica muy cerca del globo ocular, ya sea en la piel o en la córnea misma, y eso captura la actividad eléctrica. Hay que ver si esa señal es suficiente para capturar esas diferencias en la complejidad.

- La investigación es un gran avance, pero ¿de qué dependen para seguir progresando en sus estudios?

-Estamos postulando a fondos de investigación para comprar los dispositivos. Uno de ellos es no invasivo, pero se necesitan los recursos para comprarlo, llevar a cabo los experimentos y hacer las mediciones en los pacientes. La empresa privada podría aportar, pero no se han motivado ni nosotros hemos ido tras ellos, pese a que esta investigación ha llamado poderosamente la atención de los medios de comunicación tras aparecer publicada en la revista Scientific Reports, de Nature.

-Parece ser una constante las trabas económicas para los científicos en Chile…

-Lamentablemente nuestro país destina muy poco de su Producto Interno Bruto a la investigación, 0,36% del PIB, muy por debajo de la media de los países más desarrollados. En el país hay investigadores que hacen ciencia de calidad.  Tenemos los Fondecyt pero siempre quedan cortos. En EE.UU el equivalente al Fondecyt es unas 10 veces más grande en monto. Allá con un Fondo de Investigación puedes financiar a un estudiante de doctorado que es súper importante  para la  ciencia, ya que es quien está día a día concentrado y desarrollando los experimentos, componentes fundamentales de la investigación.

- Hoy desde la Usach hace ciencia, ¿cómo valora el apoyo que la Universidad de Santiago entrega a sus investigadores? 

-Entré a trabajar a la Usach en 2018. Respecto a esta investigación en particular, la Universidad aportó con gente muy talentosa. Los estudiantes de la Usach son muy esforzados. Esa es una de las cosas que me gusta mucho de nuestra Casa de Estudios, de mis colegas, gente que sabe mucho de lo que está haciendo. Estoy feliz en el Plantel, quizás hay que mejorar algo la infraestructura, pero el componente humano es el gran fuerte y potencial que me hace sentir orgulloso del lugar donde estoy. La Universidad de Santiago juega un rol muy importante en la movilidad social. Muchos estudiantes son primera generación en la Educación Superior y vemos la felicidad de sus familias al presenciar cuando reciben sus títulos. Esto seguramente ocurrirá también con el primer grupo que egrese de la carrera de Ingeniería Civil Biomédica que es muy reciente y a la vez la primera que se dicta en nuestra capital; me alegra haber contribuido a su diseño. La primera generación ya está cursando el tercer año. Tengo altas expectativas de que continuarán apoyando  las investigaciones que estamos haciendo. Contribuir como profesor a la formación de los estudiantes me llena de orgullo.

Titulada de Ingeniería Metalúrgica de la Usach se transforma en la primera directora de carrera en Universidad Adolfo Ibáñez

Titulada de Ingeniería Metalúrgica de la Usach se transforma en la primera directora de carrera en Universidad Adolfo Ibáñez

Un 12,7% de los altos mandos en instituciones son mujeres, mientras que sólo un 28% entra a estudiar alguna Ingeniería. En momentos en que la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santiago de Chile está implementando mecanismos para reducir las brechas de género en sus carreras, llega la noticia de que una exalumna ha asumido una dirección de carrera de Ingeniería, por primera vez, en la Universidad Adolfo Ibáñez.

La Dra. Paula Rojas Saperas  estudió en la década del ’90 en la Usach y recuerda que, en ese tiempo, había muchos estereotipos. “Dos eran los más recurrentes; el primero era que las mujeres que estudiábamos ingeniería éramos poco femeninas y, el segundo, que buscábamos un marido. Sin embargo, no me amilané porque desde el colegio sentí admiración por mujeres, por ejemplo, por Marie Curie, pues la época en que ella vivió era muy difícil para las científicas y, a pesar de ello, mantuvo su interés en la ciencia y en su trabajo, logrando dos premios Nobel. Extraordinaria. También, en mi época de estudiante de Ingeniería, recuerdo a la profesora Stella Ordoñez, quien fue una gran influencia e inspiración para mí; no solo tenía una carrera investigativa muy relevante, sino que además, nos enseñó a mantenernos perseverantes con nuestras propias investigaciones’. 

Decidió estudiar Ingeniería en nuestro Plantel porque la malla le permitía, rápidamente, tener asignaturas con los profesores de especialidad y, además, porque en su familia ya había usachinos, por lo que el sello de la Universidad le era familiar. Así, inició una carrera que siguió al doctorado y que le ha permitido investigar el desarrollo de materiales a través del proceso de aleado mecánico, y también, en una línea más aplicada, con el efecto de la corrosión atmosférica en estructuras metálicas y sus propiedades. 

Desde 1997 integra la Sociedad Chilena de Metalurgia y Materiales (Sochim), de la que fue presidenta durante los años 2008 y 2012. Durante su trayectoria como investigadora y académica ha pasado por instituciones como University of California, Davis (Estados Unidos), la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y, actualmente, la Universidad Adolfo Ibáñez. Es en esta última, donde acaba de asumir como directora en la carrera de Ingeniería Civil Mecánica y se ha propuesto enfrentar el desafío de atraer más mujeres a las carreras de Ingeniería.

Red Mujeres Usach en Ciencia y Tecnología 

La Dra. Rojas cree que ha existido un avance en las universidades, en torno al tema de la mujer y las carreras STEM, sin embargo, considera que queda mucho por recorrer. ‘En mi opinión, hay que comenzar en edades tempranas y llevar la ingeniería a niñas y jóvenes escolares. De acuerdo a las investigaciones que he leído al respecto, algunos aspectos de la formación escolar perjudican el desarrollo STEM de las jóvenes y eso afecta, luego, su elección en las carreras profesionales’. 

Tiene claro que, como formadoras/es, las/os académicas/os deben demostrar, con ejemplos y hechos, la importancia de los equipos diversos y cómo las miradas distintas fomentan la conversación y enriquecen la visión que tenemos sobre las cosas. “En particular, los problemas en Ingeniería, en la actualidad, debemos entrenarlos en función de un trabajo que integre a diferentes personas, disciplinas y experiencias en los equipos; de este modo, podremos formar mejores profesionales, más abiertos y con capacidades de enfrentar problemas complejos y desafíos inciertos’ señala. 

Consultada sobre la iniciativa de la Facultad de Ingeniería Red Mujeres Usach en Ciencia y Tecnología’ (redmujerescyt.usach.cl) ,dice: “Me parece muy buena idea y excelente iniciativa, somos pocas y necesitamos tener conciencia de cuerpo; esta Red es una excelente forma de vernos reflejadas, mantenernos al día y conocer más experiencias, algo que siempre nos ayuda. Felicito a la Facultad de Ingeniería de la Usach y ojalá esta iniciativa impacte a las estudiantes”. A ellas les dedica un mensaje: “Nunca olviden la razón que las condujo a estar acá, eso las alentará en los momentos difíciles. Estamos para hacer y promover un cambio, resolviendo problemas complejos y mejorando los sistemas de vida de las personas, a través de soluciones científicas y tecnológicas que se implementan en las diferentes industrias. Sean siempre leales a su pasión ingenieril, si estudian y trabajan con esa motivación, llegarán lejos”.

‘Para mi Alma Mater, no tengo más que palabras de agradecimiento. Mi formación profesional me ha llenado de satisfacciones por la forma en que me prepararon y formaron; tuve excelentes profesores, a quienes agradezco infinitamente todos los aprendizajes y consejos, los que me acompañaron en momentos difíciles y me motivaron siempre. La Usach e Ingeniería Metalúrgica son un excelente y muy valioso grupo humano”, finalizó la Dra. Rojas. 

La ingeniera posee tres proyectos Fondecyt, uno de ellos como coinvestigadora, y dos proyectos Innova Corfo. Destacada en el mundo académico, con más de 50 publicaciones, ha generado un gran aporte a las ciencias y a la ingeniería en materia de agresividad atmosférica, corrosividad, propiedades mecánicas y eléctricas. En su nuevo cargo, detentado por primera vez por una mujer, espera abrir espacios, reflexiones y caminos para las mujeres, al tiempo que estampa el sello Usach cada día en su trabajo y en sus estudiantes.

 

Embajador Pedro Hernández, jefe de la División de Migraciones - MINREL: “La Universidad de Santiago es un espacio rico en debate y nuevas ideas”

Embajador Pedro Hernández, jefe de la División de Migraciones - MINREL: “La Universidad de Santiago es un espacio rico en debate y nuevas ideas”

El Embajador Pedro Hernández fue nombrado Jefe de la División de Migraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores recientemente. Es integrante del Centro de Estudios Migratorios (CEM) de nuestra Universidad y desde 2017 ha sido participe activo en los vínculos del organismo con instituciones como la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Asimismo, ha representado al CEM en la Red de Migración, Refugio y Derechos Humanos (Redlac). Cursó  el Magíster en Estudios Internacionales de IDEA y desde los inicios del Diplomado en Migraciones es profesor de este.

La División de Migraciones tiene la función de coordinar el diseño y ejecución de la política del Ministerio de Relaciones Exteriores aplicada a los procesos migratorios internacionales, en coordinación con los respectivos órganos de la Administración del Estado. De igual manera tiene la función de procesar las solicitudes de permisos transitorios que autorizan el ingreso de extranjeros al país.

“Tengo un gran sentido de pertenencia con la Usach y me siento muy de la casa”, destaca y recuerda con orgullo que en los diseños preliminares de los primeros borradores de política y normativa migratoria estuvieron presentes las ideas que surgieron desde el Centro de Estudios Migratorios. “Muchas ideas fuerza que se concretan en la nueva institucionalidad migratoria se generan a partir de los cursos y diplomados que discutíamos en la Universidad. La Usach ha sido una de las tantas entidades en la cual hemos podido reflexionar desde la Academia, lo que yo llamo el “Sistema Nacional de Gestión Migratoria en Chile” y algunos elementos como “la Gobernanza Migratoria”. Esa fue una línea donde no he estado solo; he sentido la colaboración de mis colegas y estudiantes”, expresa. 

La experiencia profesional del Embajador Hernández se remonta a la Comisión de Derechos Juveniles (Codeju) donde fue su fundador y Primer Secretario Ejecutivo; trabajó en la Pastoral del Exilio; en el Programa Retorno de los exiliados desde la Embajada de Chile en Buenos Aires; luego fue consultor, miembro y Jefe de Misión de la OIM en Chile. El 2006 ingresó a Cancillería desde donde participó en el Primer Diálogo de Alto Nivel sobre Migración de las Naciones Unidas; luego participó en el Foro Global sobre Migración y Desarrollo, y entre 2016-2017 es designado relator de Chile aportando desde la Conferencia Suramericana sobre Migraciones (CSM) a la elaboración del Pacto Mundial sobre Migraciones, y ha sido activo promotor del desarrollo de la Conferencia Suramericana sobre Migraciones (CSM) y del Dialogo Migratorio en el ámbito de la CELAC y de la CELAC-UE. 

-Profesor, desde su experiencia, ¿cómo se puede enfrentar la situación provocada por la ola migrante en Chile? 

-Los últimos datos hablan de 1 millón 400 mil personas en condición regular y unos 120 mil en condición irregular, pero pronto tendremos los datos de cierre del año 2021 y sabremos cómo se fue configurando este proceso. En los años 90 la población migrante no pasaba de las 200 mil personas. ¿Cómo se resuelve este tema?.  Como lo estamos haciendo, si bien con algún grado de demora, pero con una nueva política migratoria, que surge desde la nueva ley de migraciones. Chile tiene la tremenda oportunidad de avanzar en una gobernanza integral del proceso migratorio y así se ha ido configurando pese a los temas comunicacionales, con una nueva normativa que entró en vigencia el 12 de febrero, con nueva estructura institucional, con un sistema de gestión migratoria donde hay un consejo multisectorial de política, una entidad nacional, una autoridad en el exterior y con un creciente interés de los gobiernos regionales de asumir un rol. Entre esos también, y así lo recoge la ley, está el rol de los gobiernos locales, municipales. No es menor la Declaración de Los Ángeles donde los Jefes de Estado de casi 20 países suscribieron una línea de acción donde deciden trabajar en una respuesta dentro de los ámbitos regionales de diálogo migratorio, entiéndase la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones, la Conferencia Regional de Migraciones y el Proceso de Quito.  En ese documento se pone énfasis que cualquier agenda de trabajo que se quiera formular en nuestros países tiene que ser hecho con un profundo diálogo con la comunidad local.

-¿Cuál cree usted que el rol que debe asumir la Academia y el CEM en todo este proceso?

-Un rol fundamental. Una de las cosas que este relator en el Pacto tanto de la Conferencia Sudamericana como de Chile trató de impulsar y quedó recogido en el objetivo número 1 del Pacto Mundial, es lo que se llaman los datos y la evidencia de procesos migratorios. Eso es un logro de América del Sur en consonancia con países de Europa. La Academia nos puede ayudar a leer con objetividad el tema, poner datos cualitativos, cuantitativos, relacionamiento, diseño de políticas, mejores instrumentos y formulación de líneas de acción. La Universidad es clave en la investigación y en la docencia, en la formación de agentes y actores y en la extensión. Por eso que es tan importante que una Universidad pública como la Usach tenga y haya cubierto esos tres ámbitos. 

-Pareciera que los chilenos somos bastante prejuiciosos hoy en día con los migrantes, asociándolos al aumento de la delincuencia que se advierte en el país…

-Cuando estuve haciendo una visita de campo al norte el año pasado, conversé con las comunidades locales de la macrozona y había dos interrogantes que se hacían: no sabemos quiénes son y nunca nos preguntaron. ¿Qué quiero decir? No estoy haciendo cuestionamientos, sino que hay un tema que tiene que ver con la cultura de acogida o no. La tarea tal vez es cómo resolvemos eso trabajando con las comunidades locales; entender que el proceso migratorio no solo lo componen los migrantes y los gobiernos locales, sino también el que acoge, el que recibe. Chile tiene una experiencia interesante con los programas de reasentamiento de refugiados, los primeros que se hicieron con palestinos y en parte con la comunidad siria. Cuando se ha dado un trabajo de acompañamiento, dialogo, procesos de integración local, ha sido más fácil, el dialogo entre quien recibe y quien llega. Hay que considerar que en el fenómeno que vivimos hoy ha cruzado elementos que ninguno de los migratólogos vislumbró: el efecto de la pandemia. Ese es un tema que ha tensionado las agendas y algunos países tuvieron que buscar soluciones. Más allá que las autoridades tienen que tomar medidas para la paz y la seguridad ciudadana es indiscutible y obligatorio el hecho de cómo hacemos que la comunidad local sea parte del proceso y no solo sea espectador.

-Profesor, permítame preguntarle por su paso por la Usach como estudiante de postgrado, investigador y docente. 

-Para mí la Universidad de Santiago fue y es un espacio de excelencia y de conversación académica para la elaboración de las primeras bases de la política, institucionalidad y sistema de gestión migratoria en el país.El dialogo sostenido con estudiantes y académicos, ya sea en el mismo Centro de Estudios Migratorios; en los cursos de extensión; en IDEA; o en el Magíster, ha sido una oportunidad de actualizar miradas con respecto a los desafíos emergentes en materia de migración y movilidad humana. No por nada en el diplomado cada año vamos reactivando y actualizamos ese diálogo, estar al día de cuáles son los temas que emergen en la agenda nacional, regional y multilateral, lo que faltaría es desarrollar más la línea prospectiva migratoria, cómo vienen los escenarios en el mediano y largo plazo, para estar preparados cuando hayan sucesos como la pandemia. Tal vez no vimos sus efectos. La Usach y sus centros donde me ha tocado ser investigador, docente o estudiante de postgrado es un espacio rico en debate, aprendizaje y elaboración de nuevas ideas, que he visto plasmadas en medidas que hoy podemos implementar. La Usach es un espacio de excelencia académica a nivel nacional e internacional, por lo tanto, es importante seguir siendo parte y fomentando el debate, especialmente en materias tan relevantes para nuestro país como es la atención, gestión y gobernanza de la migración. 

 

Natasha Candia , estudiante de ingeniería comercial y embajadora global: “No cambiaría esta experiencia de vida por nada”

Natasha Candia , estudiante de ingeniería comercial y embajadora global: “No cambiaría esta experiencia de vida por nada”


¿Sabías que la movilidad estudiantil internacional es una posibilidad abierta para todas/os las/os alumnas/os regulares de la Universidad de Santiago de Chile, tanto de pregrado como de postgrado?.

Partamos por lo básico. ¿En qué consiste?  En la posibilidad, bajo ciertos requisitos elementales, de estudiar un semestre en una institución extranjera, con la posibilidad de convalidar las asignaturas cursadas en destino.

De acuerdo a la página web del Departamento de Relaciones Internacionales e Interuniversitarias de nuestro Plantel, durante la movilidad tendrás los mismos derechos y deberes que los estudiantes locales. Al momento de postular, podrás elegir entre las universidades que se publiquen en cada convocatoria. Este intercambio te permite estudiar un semestre en una universidad extranjera.

Durante ese tiempo sigues siendo estudiante regular de la Usach, pagas tu matrícula y arancel normalmente (si tienes beneficios los puedes mantener) y no pagas en el Plantel de destino. Al regresar puedes convalidar tus asignaturas para que no te atrases. El costo varía según el país al que te mueves, ya que depende del precio de los pasajes y del costo de vida local.Algunos programas incluyen beca o apoyo financiero, mientras que otros no, por eso es importante que leas atentamente el informativo de cada programa.

Natasha Candia Cofré, está en quinto año de Ingeniería Comercial  en la  Facultad de Administración y Economía. Desde pequeña le interesaron los negocios. En tercero y cuarto medio estudió administración de empresas en un liceo técnico de nivel medio. Después de dar la PSU se decidió por la Usach en 2018 ya que había escuchado de su tradición y prestigio. Es primera generación en ingresar a una Universidad estatal y reconoce que nuestro Plantel forma excelentes profesionales. “Encontré académicos con mucha experiencia y sabiduría. Ellos han sido grandes guías de vida”, reconoce.

En su quinto año postuló al intercambio con la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente realiza su tesis sobre Economía Circular. Recuerda que aterrizar en España fue según sus propias palabras un amor a primera vista. “Todo fue maravilloso desde que me trasladé del aeropuerto a casa”. Explica que allí se puede caminar tranquila todo el día y llegar de un lugar a otro sin necesidad de utilizar el transporte público. Definitivamente no cambiaría esta experiencia de vida por nada, remarca.

¿Cómo llegas a viajar de intercambio a Barcelona?

Fue siempre una meta personal realizar un intercambio académico. Comencé a informarme más por quienes ya habían vivido esta experiencia  y así llegué finalmente a hacerlo. Me gustó España por el tema del idioma, porque era un país mucho más del estilo latinoamericano. Fueron seis meses que estuve allá. La Usach me entregó un aporte económico sobre la base de la evaluación del registro social de hogares. El DRII gestiona todo el tema de la postulación y eso es de gran ayuda. La tarea restante es del propio estudiante. Europa es extremadamente caro. Una habitación cuesta entre 400 mil y 600 mil pesos una habitación. Mi familia pudo costear el gasto, pero es difícil y triste que no todas/os puedan hacerlo por motivos económicos.

¿Cómo fue la experiencia  en la Universidad Autónoma de Barcelona?

Yo te diría que en cierta medida es muy parecida a la Universidad de Santiago. Hay mucha diversidad. Advertí mucha conciencia social, pero en términos académicos, lo que me llamó la atención es que los exámenes o controles que se realizaban no buscaban una retroalimentación con los estudiantes, ya que pedían aprender todo exactamente de memoria. En la Usach es distinto, porque se aprende de manera aplicada. Allá  no se realizan pruebas o trabajos como en la Universidad de Santiago. Hacen dos controles, donde uno vale 50% que es el final y el otro de 35 a 40% que es el parcial. El restante 10% es por asistencia.

Natasha recomienda la movilidad estudiantil internacional porque es un proceso que conlleva mucho crecimiento personal.  “Viajar a un país que no conoces, con otra cultura, con otra gente, sin saber literalmente nada de España, ni los métodos de transporte, ni como es la vida allá, implica madurar de golpe. Logré habilidades personales, porque tú tienes que socializar, sumarte a grupos nuevos de amigos. El intercambio además te entrega un plus laboral que es sumamente importante”.

La estudiante de quinto año de Ingeniería Comercial espera estudiar inglés próximamente, pero antes pretende tomar un pequeño descanso académico luego de titularse. Han sido 5 años de alta exigencia en la Usach, reconoce. Vislumbra también en un futuro cercano seguir un Magíster.

Si quieres vivir la experiencia de un intercambio como lo hizo Natasha Candia, te invitamos desde ya a planificar cuál sería el mejor semestre para tu movilidad y considera que se postula 2 o 3 semestres antes del intercambio. En la web del DRII encontrarás información y consejos para tu postulación.

Luego de la selección, el Departamento te ayudará entregándote apoyo durante todo el proceso de postulación a la Universidad de destino. De antemano te adelantamos los requisitos:
Ser alumno/a regular de la Usach desde el momento de la postulación hasta el regreso del intercambio; contar con la aprobación de tu unidad académica; haber aprobado como mínimo el 20% de tu carrera al momento de la inscripción; si quieres estudiar en otro idioma, debes cumplir con el nivel mínimo que exige la Universidad a la que postulas.

Páginas

Suscribirse a RSS - Soy Usach