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Gabriel Reyes, Licenciado en Estudios Internacionales: “La Usach te permite ser un agente de cambio a partir de experiencias como Servicio País”

Gabriel Reyes, Licenciado en Estudios Internacionales: “La Usach te permite ser un agente de cambio a partir de experiencias como Servicio País”

Estudió Licenciatura en Estudios Internacionales titulándose como analista en políticas y asuntos internacionales, pero Gabriel Reyes tiene una veta social, que lo llevó a integrarse a la legión de profesionales de Servicio País, que administra la Fundación Superación de la Pobreza. Gabriel remarca que es una experiencia absolutamente recomendable y que ojalá que muchos estudiantes de la Usach pudieran vivir.
 
Justamente el pasado 2 de noviembre se abrieron las postulaciones para más de 200 profesionales que trabajarán y aprenderán durante un año en las comunas más vulnerables, rurales y aisladas del país, con el levantamiento de iniciativas dirigidas a  la comunidad y la búsqueda de soluciones innovadoras y sustentables a problemáticas de pobreza.
 
Gabriel Reyes recuerda que desde la enseñanza media su intención fue ingresar a la Universidad de Santiago, ya que su colegio estaba en Exposición con Toesca. Proveniente de una familia de esfuerzo liderada por su madre, asesora del hogar, desde joven trabajó para pagar su matrícula. Contó con la Beca Bicentenario y tuvo que tomar un crédito complementario. La situación socioeconómica por la que pasaba su grupo familiar y el rol social que tiene nuestro Plantel lo impulsaron a llevar su saber y conocimiento a sectores poblacionales donde los profesionales no llegan, con el fin de visibilizar, valorar y activar los recursos en las comunidades para mejorar sus condiciones de vida.
 
“Reflejo con lo que estoy haciendo en Servicio País, lo que yo hubiese querido tener también; ayudar a las personas con más complicaciones, para que no dejen de creer en sus capacidades y sus metas, que siempre se pueden lograr. Doy fe de ello. Yo quise ser un agente de cambio a partir de mi experiencia al adquirir herramientas y conocimientos para surgir, que la Universidad de Santiago las potenció totalmente”, remarca.
 
¿Cómo te enteraste del Programa Servicio País?
 
- Por la prensa. En ese tiempo trabajaba como ayudante de investigación del profesor Mauricio Olavarría, quien también guió mi tesis. Me interesó mucho porque reflejaba realidades de las cuales me sentía interpretado. Postulé en octubre del 2018. Etapa tras etapa iba entusiasmándome por el aporte que uno puede hacer como profesional fuera de la región donde vives. No solo se trata de que haya una descentralización de los recursos económicos sino que también del capital humano.
 
Actualmente vas a cumplir dos años en Servicio País, trabajando en la comuna de Fresia, en la Región de los Lagos. ¿Podrías contarnos de tu experiencia?
 
- En Chile el voluntariado es conocido como un trabajo no remunerado, pero la lógica del Programa es brindarte el sustento necesario para vivir en una región, dándole un significado más potente al trabajo voluntario. Las localidades donde acudimos tienen altos niveles de vulnerabilidad y aislamiento, entonces el sueldo que recibimos busca capear nuestras necesidades de transporte, alimentación y vivienda. Yo estoy en una pensión y trabajamos acá en Tegualda junto a Lukas, mi compañero de intervención. Yo soy profesional de segundo ciclo. Me pidieron quedarme un año más para continuar con el trabajo en el territorio. Nuestra labor fue hacer un reconocimiento de la estructura de oportunidades de la localidad; caracterizar los grupos humanos que existen y realizar una proyección de soluciones innovadoras para la problemática que la misma comunidad reconoce y considera prioritarias.
 
¿Se trabaja entonces en torno a proyectos que la comunidad se adjudica? 
 
- Así es. Actualmente estamos desarrollando con ellos dos proyectos. Uno es de Sercotec con las socias de la Feria Rural Tegualda y otro del Fondo de Fortalecimiento de Organizaciones de Interés Público, dependiente de Segpres, con un Taller Laboral de Mujeres. Nosotros pusimos a disposición de la comunidad nuestro conocimiento para levantarlos; los ayudamos en los procesos técnicos y se los adjudicaron. Permíteme decirte que no dudaría ningún segundo en recomendarle a los profesionales egresados de la Usach ingresar a Servicio País, porque es una instancia enriquecedora tanto personal como profesional, porque el trabajo con la comunidad que es más directo es una posibilidad de desarrollo en varios ámbitos. Conocer la problemática de la gente es sumamente importante para el desarrollo de las políticas públicas, sobretodo en estos sectores tan aislados. Tras esta experiencia me encantaría quedarme acá en labores relacionadas con el servicio público.
 
A la luz del proceso que estás culminando, ¿cómo relacionas este voluntariado con el aporte que entregó tu formación en la Universidad de Santiago?
 
- Aparte de la contribución académica que fue de excelencia, yo creo que hay un espíritu de los usachinos y usachinas de ponerse al servicio de la comunidad  y que se demuestra en la vocación de servicio público y en el rol de responsabilidad social que muchos reconocemos en nuestra alma máter y que da cuenta del legado y la historia que tiene la Usach al abrir sus puertas a la comunidad y al ponerse al servicio de ella, formando profesionales que contribuyan a su desarrollo no solo económico, sino también social, apoyándolos en las dificultades que puedan enfrentar. Esa es una responsabilidad que asumimos también como estudiantes al ingresar al Plantel y que tratamos de defender y potenciar. 

Cerca de 4 mil descargas logra en pocos días nueva aplicación Soy Usach

Cerca de 4 mil descargas logra en pocos días nueva aplicación Soy Usach

La Universidad de Santiago de Chile lanzó el pasado miércoles su nuevo canal de comunicación digital. A casi una semana de su lanzamiento, la respuesta ha sido muy favorable, ya que se registran cerca de 4 mil descargas tanto nacionales como internacionales.
 
Se trata de la aplicación Soy Usach, una herramienta de descarga gratuita y abierta a todas y todos los miembros de la comunidad universitaria: académicos, estudiantes, funcionarios y egresados. También la pueden instalar las personas que visiten nuestro Plantel. 
 
La plataforma digital disponible en Google Play, para dispositivos con sistema Android, y en el Apple Store para equipos con sistema iOS, ha sido descargada en España, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Colombia, Perú y Chile.
 
La iniciativa de desarrollar esta herramienta tecnológica surgió en el marco del plan de modernización y fortalecimiento de los canales de comunicación de la Universidad de Santiago.
 
En esta aplicación, nuestra comunidad universitaria podrá encontrar una serie de secciones y servicios acordes al perfil de cada usuario.
 
La APP Soy Usach será escalable en el tiempo. Esta primera etapa es principalmente informativa. En un mediano plazo se espera agregar más funcionalidades.
 
Pasos para inscribirte
 
Una vez descargada e instalada la aplicación, debes ingresar tu RUT y la clave soyusach2020. Luego de cambiar y personalizar tu contraseña, ya serás parte de la comunidad virtual de nuestro Plantel.
 
En caso que no aparezcas en el registro, debes completar el formulario que aparecerá en la pantalla para inscribirte y validarte en el sistema. 
 
Por otro lado, las visitas que instalen la App deberán inscribirse rellenando un formulario simple, donde tendrán que colocar su nombre, apellido paterno, apellido materno, mail y password. Los nuevos usuarios registrados se sumarán automáticamente a la base de datos de visitas.  
 
Una de las novedades de esta herramienta es que cada perfil tendrá secciones diferenciadas, de acuerdo a sus intereses y estamento al que pertenezca. Entre aquellas con las que cuenta la App están: Facultades, Acreditación, Actividades, Cultura, Deporte, Gobierno Central, Guía Universitaria, Multimedia, Noticias, Radio Usach, Stgo TV, Contacto, Campus, Redes Sociales, Transporte, y Perfil. 
 
Si tienes dudas, envíalas a [email protected]

José Manuel Palacios, alcalde y arquitecto: “Mi paso por la Usach me llena de orgullo. Marcó y definió mi camino profesional”

José Manuel Palacios, alcalde y arquitecto: “Mi paso por la Usach me llena de orgullo. Marcó y definió mi camino profesional”

“Ingresar a la Escuela de Arquitectura de la Usach  era llegar a un mundo distinto al que estaba acostumbrado,  pero fue una etapa muy enriquecedora  de mi vida”. Así recuerda el actual alcalde de La Reina y arquitecto de la Universidad de Santiago, José Manuel Palacios, sus primeros días como estudiante de nuestro Plantel. Comenta que en esta Casa de Estudios aprendió muchas más cosas que aquellas meramente académicas. “Me siento profundamente usachino”, remarca.
 
“Hice en la Universidad de Santiago una gran cantidad de amigos que todavía mantengo; comencé a ver la vida de otra forma porque convives con distintas realidades en término de personalidades, de tipologías de seres humanos, aparte que efectivamente sobre todo en Arquitectura, las características de los compañeros son bien particulares, porque tienen una carga creativa importante que ayuda a generar una sinergia personal y a ponerte desafíos mucho más exigentes que los mismos que te da la carrera y los originales que traías del colegio”, sostiene.
 
¿Por qué eligió a la Usach como su alma máter?
 
- Ingresé a la Escuela de Arquitectura el año 1993. Dos amigos que estudiaban allá me la recomendaron. Desde la perspectiva de lo que yo viví dentro de la Escuela, la carrera de Arquitectura en la Usach tiene ciertas particularidades vanguardistas, en el sentido de ir buscando  nuevos caminos de experimentaciones arquitectónicas a través de la tecnología y otras herramientas que nos fueron enseñando. Recuerdo mucho que nos inculcaban que no había que darle bajada inmediatamente a  lo arquitectónico, sino que debíamos mantenernos en una lógica bastante abstracta hasta tercer año, para no apresurar un proceso que de forma natural debía darse. Cuando ya comenzamos a hacer un poco de arquitectura te das cuenta que el proceso de diseño ya no es forzado sino más bien natural. Es ahí cuando notas que aprendiste el lenguaje arquitectónico.
 
Se advierte en la carrera de Arquitectura  un fuerte sello social, y me llama la atención que muchos egresados se desempeñen en el sector público a diferencia de los titulados en otras universidades. ¿A qué lo atribuye?
 
-Yo conozco y he trabajado con distintos excompañeros de carrera que están en cargos estatales y municipales. Efectivamente, he notado que hay una cantidad importante de egresados de la Usach que entran al mundo público. Me imagino que tiene que ver con la lógica más social de la Universidad. Esto se ve reflejado también en la etapa laboral de sus alumnos, pero pienso que tanto en el mundo público como privado se requieren las mismas competencias. Es más, quizás en el Estado se necesitan aún más y yo creo que las herramientas que te entrega la Universidad son lo suficientemente contundentes para que cualquier egresado se pueda desenvolver en la vida laboral donde le toque estar. Eso a mí me enorgullece de mi carrera porque he visto que eso no pasa con todas las Universidades.
 
Palacios recuerda que cuando ingresó a la Universidad de Santiago,  los profesores le decían que si quería hacerse rico con alguna profesión  la Arquitectura no era el camino,  por lo difícil  que es su campo laboral. “Me di cuenta que la vuelta iba a ser larga para lograr el objetivo que me había propuesto que era el desarrollo de proyectos  de impacto. Trabajé en el ámbito del diseño vinculado al mundo inmobiliario y a la tecnología. De rebote llegué a lo político. Ahí fui moldeando la veta para conseguir mi objetivo que era el desarrollo de proyectos,urbanismo y qué mejor que estar a cargo de una comuna para ejecutarlos y que son los que impactan en  el día a día de las personas. Fue una suerte llegar a ser alcalde, pero también de mucho esfuerzo, con algunos costos, pero valió la pena”, enfatiza.
 
Alcalde, usted se considera un usachino de corazón, ¿qué opinión le merece el trabajo que nuestra Universidad realiza en el campo de la salud por el COVID-19 y el fin de la externalización que promueven nuestras autoridades?
 
- Es súper importante darle dignidad a cada uno de los integrantes de esta familia de la U. de Santiago. Apoyar a los menos acomodados dentro de la cultura de la Universidad siempre va a ser elogiable y destacable.  Hay distintos mecanismos y fórmulas, pero lo más importante es  que eso tenga una llegada real y eficiente con los trabajadores que necesitan sobre todo en este tiempo de un apoyo mayor de sus empleadores.Respecto al rol de la Universidad  en pandemia lo considero muy positivo. Te cuento que en la municipalidad tenemos un convenio de colaboración con la Usach. He estado trabajando con Rodrigo Martin respecto a temáticas viales, como Américo Vespucio 2; el Parque Mahuida que estamos postulándolo a ampliarlo al doble.  Yo noto en el fondo que más que un compromiso, hay una vocación y una ansiedad por satisfacer esas temáticas dentro de la estructura docente de la Usach. Eso siempre se agradece porque si está esa inquietud, ese trabajo se hace con los mismos alumnos, desde los que están partiendo hasta los egresados y empiezan a conformar equipos con los profesores seniors. Estamos trabajando con varias Universidades, pero siempre la Usach ha destacado desde sus investigaciones y por sus plazos. Me llena de orgullo y satisfacción que con el tiempo la Universidad de Santiago se siga prestigiando y eso no pasa con todas las Instituciones; está peleando la punta y no se queda en una zona de confort, donde se encuentran la mayoría.
 
¿Qué es para usted la Universidad de Santiago?
 
- El paso por la Usach me cambió la vida. Entré siendo una persona y salí otra. No tengo más que agradecimientos a la Usach. Fue una etapa de mucha alegría, de muchos sueños, sacrificio y esfuerzo, pero esas son parte de las herramientas que te deja este proceso educativo.  Esos trasnoches y meses continuos de trabajo con poco tiempo para sociabilizar con los amigos, se tradujeron en una valoración mucho mayor y resultados concretos. Producto de ello hoy puedo estar en un cargo que me llena de orgullo, porque fue parte de un trabajo de 15 años de forma continua de mucho sacrificio. La enseñanza que recibí en la Usach, más allá de lo técnico, fue fundamental para que mi labor de alcalde sea bien valorada por los vecinos en las próximas elecciones. La Usach es mi alma mater, marcó y definió mi camino profesional. Me siento usachino y profundamente orgulloso de haber tenido las condiciones para desarrollar proyectos y lograr mi realización personal, con variables como el trabajo de equipo y el apoyo familiar.

Javiera González, Ingeniera Civil Industrial: “Estudiar en la Usach te entrega competencias humanas y sociales para ser profesional de excelencia”

Javiera González, Ingeniera Civil Industrial: “Estudiar en la Usach te entrega competencias humanas y sociales para ser profesional de excelencia”

Javiera, fue ganadora en la categoría Emprendimiento de 100 Mujeres Líderes 2020, premio otorgado por El Mercurio y Mujeres Empresarias,por su labor con la empresa Inclusiv Chile, de la cual es cofundadora y que nace el segundo semestre del año 2019,con la intención de promover, generar y apoyar nuevos trabajos para personas con capacidades diferentes.
 
La ingeniera civil industrial de nuestra Universidad recalca que, desde el momento en que decidió qué estudiar y dónde estudiar, siempre supo que su carrera sería una herramienta para cumplir con su vocación de ayuda al más necesitado.  “Desde pequeña quería cambiar el sistema. En enseñanza media fui a todas las charlas y ferias del postulante, buscando aquella carrera con la que cumpliera mi anhelo”. Un ingeniero en construcción le recomendó la Ingeniería Civil Industrial.
 
El mismo año que rendía la prueba de selección universitaria, su madre padecía un cáncer muy invasivo. Conversaron en familia y recuerda que decidió sacar primero la Ingeniería de Ejecución, para que su hermano menor también tuviese la oportunidad de ingresar a la Educación Superior, ya que las condiciones económicas se habían complicado.
 
Tenías las condiciones para entrar a estudiar directamente la Ingeniería Civil Industrial y se entienden las razones que te hicieron optar por la Ejecución, pero ¿por qué te decidiste por la Universidad de Santiago para ir tras ese sueño?
 
- Porque entré al Proyecto Explora de la Usach e hice los cursos de monitora en física experimental. Siempre dije que la U. de Santiago era la Universidad del pueblo. Mi mamá es profesora de Física y mi papá, si bien pasó por la Educación Superior, no terminó su carrera. Ambos trabajan en el área de la educación. Mi mamá durante mi primer año  de carrera estaba ya con el cáncer. Yo no tenía becas y gracias al esfuerzo económico de ellos pude pagar.
 
Siempre he sentido a la Usach como mi casa. Todos los años regreso a ver a la gente que trabaja allá. Son muy importantes. He establecido muchos lazos, especialmente con los administrativos del Departamento de industria. Tengo mis hadas madrinas allá.
 
Y en lo profesional, ¿qué te dejó la Universidad de Santiago para tu proyecto de vida?
 
- Tengo la suerte de haber estudiado lo que yo quise y donde yo quise hacerlo, que es algo que no todos pueden cumplir. Soy una agradecida de mis padres por el sacrificio que hicieron, porque si bien yo tuve las notas y el puntaje para ingresar, fueron ellos los que no me cortaron las alas, pese al difícil momento económico por el que atravesaba la familia. Elegí la Usach porque no solo te da las herramientas técnicas. En el fondo en cualquier Plantel tú consigues esas habilidades, pero a mí me importaba la parte social que es lo que me ha movido toda la vida, y aquí las encontré. Yo quería cambiar el mundo y aun persigo ese sueño.
 
Inclusiv Chile: la búsqueda del cambio
 
Javiera cuenta que mientras estudiaba Ingeniería Civil Industrial, trabajó en el Ministerio de Desarrollo Social en la puesta en marcha del Ingreso Ético Familiar. Hizo su tesis en Kidzania sobre procesos de mejora continua y rediseño de procesos. Viajó a México donde estuvo un año en ese país gracias a un proyecto sobre herramientas de administración femenina que ella misma creó. Luego fue voluntaria de América Solidaria en Colombia en un proyecto para apoyar la pacificación de esa nación. De regreso en Chile, trabajó en la multinacional española, IDOM, hasta que decidió formar, junto a su hermano Ramiro, Inclusiv Chile, basada en el “Good bussiness”, pues tiene como eje la inclusión social de personas con capacidades diferentes. “La pobreza y la desigualdad se ve aún más acentuadas en personas y familias en situación de discapacidad”, expresa.
 
Has sido distinguida con este premio de El Mercurio y Mujeres Empresarias en el área Emprendimiento, ¿qué importancia le asignas en este logro a tu paso por la Usach? 
 
- Este reconocimiento ha sido un gran respaldo al trabajo desarrollado en Inclusiv Chile y ahora solo queda trabajar más fuerte y generar más redes de apoyo para seguir avanzando en nuestro propósito de visibilizar las competencias de las personas en situación de discapacidad. Hay que ser también referente para muchas otras mujeres, más en el contexto de pandemia que estamos viviendo. La Usach es considerada una de las mejores en la formación de Ingeniería. Tenemos grandes profesores que me permitieron jamás olvidar mi veta social y desarrollarla permanentemente. Estar en la Usach te entrega competencias humanas y sociales y estudiar en el Departamento de Ingeniería Industrial te entrega las competencias profesionales de excelencia.
 
Javiera González, se suma a la Dra. Ana María Sandino, directora del Laboratorio de Virología, en la categoría Ciencia y a la Dra. Carla Hernández, de la Facultad de Ciencia, en la categoría Educación, que recibieron este año el importante reconocimiento de El Mercurio y Mujeres Empresarias.
 

Carlos Henríquez, Ingeniero Comercial mención Economía: “La Usach es mi alma máter y un espacio de formación y encuentro para aportar a la sociedad“

Carlos Henríquez, Ingeniero Comercial mención Economía: “La Usach es mi alma máter y un espacio de formación y encuentro para aportar a la sociedad“

Estudió Ingeniería Comercial mención Economía, en la Facultad de Administración y Economía, FAE, porque veía en esta carrera la posibilidad de dirigir proyectos que permitieran transformar las organizaciones y aportar a la comunidad. “Siempre fue un medio para aportar a lograr ese objetivo”, puntualiza.

Carlos Henríquez proviene de Putaendo, y sabía de la tradición de la Universidad de Santiago, “una de las mejores Casas de Estudios del país, que tiene un sello de diversidad y una mirada social que aporta al desarrollo. Por eso me vine a estudiar a la capital. Di la Prueba de Aptitud Académica. Si no quedaba en la Usach me iba a estudiar a Valparaíso, pero siempre fue mi primera opción”, recuerda.

Hijo de un profesor normalista y su madre dueña de casa, además de secretaria en parte de su tiempo, con una hermana enfermera, él fue primera generación en ingresar a la Universidad, pero fue toda una aventura instalarse en la capital siendo provinciano. Sus seis años de Ingeniería Comercial, que los vivió en la residencia universitaria Cardenal Caro con 100 estudiantes de otras carreras y universidades, los pagó con parte importante del Fondo Solidario.

“Más allá de que encuentro un gran paso  la educación gratuita para los que tienen menos, yo cancelé 12 años mi crédito y creo que es una retribución generacional hacia los que vienen. Yo soy un agradecido de esas posibilidades”, sostiene.

Carlos Henríquez dice tener lindos recuerdos del día 1 de ingreso al Plantel; de amigos muy diversos, que provenían de lugares muy distintos, de Santiago, de regiones, con espacios de encuentro y aprendizaje. “Me gustó mucho la Facultad. Fui presidente del centro de alumnos de Ingeniería Comercial, participé de grupos de acción social en trabajos comunitarios. Terminé vinculado también como presidente de la Feusach y Consejero Académico. Recibí una formación universitaria integral donde debatíamos, conversábamos y aprendíamos de la diversidad, construyendo Universidad y pensando en una sociedad con bienestar para todos.

¿Adviertes diferencias entre el Ingeniero Comercial de nuestro Plantel y el de otras Universidades?

- Yo creo que hay una fuerte formación en habilidades y contenidos que uno tiene que desarrollar, pero esta impronta de una vinculación más con la sociedad y aportar desde la Ingeniería a proyectos públicos y privados, como también crear valor hacia la comunidad, diferencia a la Usach de otras universidades; además de ser un espacio de encuentro social que es muy importante donde si bien necesitamos tener identidad local, también debemos ser ciudadanos globales. Ambas ayudan a que los proyectos se implementen y también tengan el sello de un trabajo en equipo.

Carlos sacó su carrera en seis años porque dedicó un año a la Federación de Estudiantes el 2001, tiempo que, a su juicio, fue un aporte y un servicio que quiso brindar a la Universidad. “Todo ese proceso fue un gran aprendizaje para mí, en debatir, conversar y liderar, que te ayudan a crecer y desarrollarse plenamente cómo profesional más adelante, en lo público o en lo privado. Son habilidades que adquieres para adoptar rasgos distintivos que te apoyan para aportar más valor a la organización donde estés”, destaca el ex presidente de la Feusach.

Recuerda que la Federación de entonces compartía tres intereses: “Venir a la Universidad no solo a sacar su carrera, sino que a aportar a la transformación, con conversaciones desde las mallas curriculares, pasando por el tema social, político y una línea de profesores y estudiantes que trabajaban en esa dirección. Un segundo objetivo era atender las demandas para que nadie dejara la Usach por razones económicas; y tercero, la proposición de propuestas hacia la Universidad y el sistema educativo, que corrió la línea para dar un poco de aire, transformar la educación en un derecho y por otro lado la responsabilidad social de todo profesional de retribuir desde donde esté a la Universidad y al país”.

Carlos tras egresar, fue docente en la FAE, hizo un diplomado en Gerencia Pública y un Magister en Gestión y Políticas Públicas de Ingeniería Industrial en la Universidad de Chile. Fue consultor, pero la pasión por lo público y lo educativo, lo llevó a la Seremi de Educación en Valparaíso; fue gerente general de la Corporación de Educación Municipal de Maipú; arribó luego al Ministerio de Planificación, dirigió el Centro de Evaluación de la Universidad Católica, MIDE UC y lideró durante casi seis años la Agencia de Calidad de la Educación.

Actualmente tienes el privilegio de aportar desde la Unesco a las transformaciones educativas con un sentido más ciudadano y un mundo más inclusivo.

- Sí, estoy a cargo del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación, LLECE. Es una instancia de cooperación sur-sur hace más de 25 años. Tiene una evaluación que es el ERCE, más antiguo que PISA y que nace con un sentido que no es el de hacer ranking entre países, sino que entregar información de qué estamos haciendo bien y en que mejorar. No es igual a calidad, pero busca aportar a la toma de decisiones para la mejora en todos los niveles.

El próximo año vamos a lanzar los resultados del estudio aplicado, y nos sentimos privilegiados de haber sido los últimos en recoger información antes de la pandemia, para saber dónde están los aprendizajes y establecer una caracterización para que, sobre la base de eso, le haga sentido a los países y a los gobiernos y distintas entidades, qué decisiones priorizar para avanzar. Por otro lado buscamos liderar espacios, encuestas e intercambios de información para caracterizar hoy día las demandas del sistema escolar, las cosas que apremian a estudiantes y profesores, como también ayudar a movilizadores de la agenda educativa y de equidad para nadie se quede atrás.

En esta trayectoria profesional, ¿cómo ves a  la Universidad de Santiago de hoy?

- Es difícil decirlo en pocas palabras porque yo tengo una muy buena experiencia de lo vivido. La Usach es un espacio de formación, de encuentro, de desarrollo para aportar a una sociedad con proyectos, pero también transformarlos en microespacios. A mí me gusta la mirada social de la Usach, porque además si tenemos que meter los zapatos al barro nadie se resta, en todas las carreras y en equipo.  Lo que ha hecho la Usach en el último tiempo permite ir profesionalizando, para seguir dando pasos en esa dirección.

En esa misma línea, nuestra Universidad ha recibido el reconocimiento de sus pares y de la ciudadanía por su gestión de poner fin al subcontrato. ¿Has seguido este proceso?

- Yo tengo el mejor recuerdo de la gente de servicios generales, que nos ayudaba mucho a cuidar los espacios porque son para todos. Muchas veces la externalización hace que sus derechos sean menoscabados y la posibilidad de relevarlos es un avance muy sustantivo. En su momento se veía muy inviable. Creo que es un avance importante para que se pongan al servicio de la Usach, y que reciban este realce es muy merecido, pero por cierto creo que es necesario hacerles un llamado a cuidar estas iniciativas para que sean sustentables en el tiempo. Que lo público sea sinónimo de derechos para los trabajadores, pero también de servicios bien prestados. Este es un sello imprescindible que debemos cuidar y  tener todos aquellos que hemos trabajado en organizaciones públicas, para generar valor público al servicio de los ciudadanos.

 

 

Alejandra Izquierdo, profesora de Estado para la Educación Técnico Profesional: “En la Usach adquirí un gran crecimiento personal y profesional”

Alejandra Izquierdo, profesora de Estado para la Educación Técnico Profesional: “En la Usach adquirí un gran crecimiento personal y profesional”

Fue segunda generación de egresados del Bachillerato en Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Chile, pero le gustaba la naturaleza y el medioambiente. Siguiendo esa orientación decidió hacer un giro y estudiar ecoturismo durante tres años y medio. Luego se inscribió en un diplomado sobre gestión de empresas sostenibles de la Pontificia Universidad Católica; postuló a las becas Técnicos para Chile y partió a una pasantía en tendencias del turismo y marketing de destinos a Alemania. Pese a todo, quería volver al país y dedicarse a lo que ella con el tiempo consideraría su gran pasión. Todavía en Europa y ya cerrando su experiencia formativa, postuló a un liceo comercial de Santiago y fue invitada a hacer clases de marketing turístico; tomó el avión de regreso y se instaló en el aula.
 
Fue la primera experiencia en una institución formal como profesora que tuvo nuestra entrevistada de este Soy Usach, Alejandra Izquierdo, y se enamoró de la educación. A poco andar hizo un postítulo para docentes técnicos que dictaban clases, pero que no contaban con título de profesores. Estuvo un año y medio en la Universidad Católica de Valparaíso, y quiso formalizar su recientemente descubierta vocación en un Plantel tradicional, de reconocida trayectoria, con historia pedagógica y un sello social.
 
Fue así como se enteró que la Universidad de Santiago contaba con un Programa de Regularización para obtener el título de Profesor de Estado. Se dirigió al Departamento de Educación de  la Facultad de Humanidades y desde ese instante se convirtió en usachina de corazón y cursó el plan de estudios de cinco semestres académicos. De su familia nuclear,  Alejandra fue primera generación de ingresar a la Universidad.
 
¿Qué te impulsó a continuar tus estudios en la Universidad de Santiago?
 
-Trabajaba en el Liceo Comercial A-24 Presidente Gabriel González Videla de la comuna de Santiago, donde hasta hoy permanezco. Me llamó la atención la preocupación que tenían los académicos por el sello Usach. Yo tenía claro que no estaba en cualquier Plantel. A diferencia de mis colegas tuve una experiencia universitaria antes, pero no me marcó. No me siento de la U. de Chile pese a haber estado allí. Me siento de la Usach. La calidad humana y profesional de los docentes y administrativos con los que tuve contacto esos dos años y medio fue increíble.
 
¿Cuál es, desde tu área de formación, el sello Usach que nuestro Plantel brinda a sus egresados?
 
- El sello Usach que me marcó fue lo social, quizás por ser pedagoga. Antes no miraba mi entorno como lo comencé a percibir ingresando a mi alma máter, porque venía de otro mundo. Un mundo que en las aulas de la Usach se amplió. Cambió mi mirada social. Ese sello se vio plasmado también en mi seminario de título que se orientó a una investigación de cómo un Liceo Técnico Profesional dentro de la cárcel de Colina 1 es una oportunidad de reinserción para los internos. 
 
Alejandra se tituló como profesora de Estado para la Educación Técnico Profesional el año 2018 y hoy es docente por derecho y no de hecho. Dice sentirse orgullosa de pertenecer a un establecimiento educacional dependiente de la Municipalidad de Santiago, que recibe a  estudiantes vulnerables y donde a diario entrega todo de sí para sus alumnos. “Desde mi primera experiencia cuando ingresé al colegio y me di cuenta que me gustaba ser profesora, quería ser un aporte real. La beca de pasantía implicaba que tenía que poner al servicio de mi país durante dos años lo que aprendí en Alemania. Educar es para mí también un aprendizaje y sigo aprendiendo de mis alumnos”. 
 
¿La Universidad de Santiago sigue presente en tu vida?
 
- La Usach significó para mí un gran crecimiento y desarrollo personal y profesional. Me dio la oportunidad de conocer a grandes pedagogos y obtener de ellos sus experiencias replicables. Hice entrañables amigos en el Plantel. Ha significado una forma mirada distinta de ver mi entorno y plantarme sobre lo que quiero para mí y para mis estudiantes. 
 
La Usach sigue presente.  El Liceo Comercial A-24 Presidente Gabriel González Videla de la comuna de Santiago, en el que trabajo, es centro de práctica de nuestro Plantel y me siento orgullosa cuando recibo y convivo con los futuros profesores que provienen de mi Universidad, porque sé que se convertirán en excelentes profesionales. El año pasado inicié un Magíster en Currículum y Evaluación que por razones de salud no pude continuar, pero tengo la esperanza de retomarlo pronto. Desde mi labor como profesora recomiendo día a día a mis alumnos ser constantes en su aprendizaje y si su objetivo es transformarse en un profesional de excelencia tengan como horizonte la formación de la Universidad de Santiago de Chile.

Patricio Nayan, Ingeniero en Agronegocios: “La Usach es un oasis dentro de la educación chilena; una Universidad de calidad que innova y evoluciona con los tiempos”

Patricio Nayan, Ingeniero en Agronegocios: “La Usach es un oasis dentro de la educación chilena; una Universidad de calidad que innova y evoluciona con los tiempos”

Patricio Nayan recuerda sus años de enseñanza media en un colegio municipal de Chiloé. Como muchos jóvenes de la isla que deben emigrar a Valdivia, Temuco, Concepción o Santiago, dejó a su familia y cargado con una maleta de sueños se vino a la capital. Tras rendir la Prueba de Aptitud Académica el 2001, ingresó a la Facultad Tecnológica de la  Universidad de Santiago de Chile que reconoce es su alma máter y la Casa de Estudios que lo proyectó como profesional y persona.
 
Siempre tuvo facilidad para la matemática y quería estudiar Ingeniería, pero al mismo tiempo le gustaba todo lo que tenía que ver con su tierra y el sector rural. La Ingeniería en Agronegocios le permitía trabajar en gestión y con el mundo campesino. Esa fue su apuesta y formó parte de la primera generación de estudiantes que egresó de la carrera.
 
¿Por qué elegiste la Universidad de Santiago?
 
- Sabía de la Usach por su historia y tradición humanista. Me interesé  por la malla curricular de la carrera que me gustó mucho y lo comprobé en la práctica. El primer año estaba ansioso por aprender. Fui ayudante de cálculo. Me gustaba este Campus donde todos estábamos juntos, vivíamos la diversidad estudiantil que te permitía interactuar con muchas personas de distintas carreras y diferentes miradas. Esa dinámica de intercambio interno fue muy enriquecedora.
 
Entiendo que tus padres son profesionales universitarios, profesores de básica y de música. Tu papá también es psicólogo. ¿Te interesó la docencia?
 
- Hice clases en la Facultad Tecnológica el 2010 durante un semestre. Fui profesor por hora en la carrera  de Ingeniería en Agronegocios. Me gusta hacer clases. En mi trabajo también tengo que aplicar mucha pedagogía porque hago capacitaciones para campesinos, viajo por Chile con el tema de las cooperativas. Siempre estoy en ese rol de capacitador o profesor. En mi experiencia en la Usach pude adecuar los contenidos. Me dieron bastante libertad que me permitió innovar en algunos temas de la malla. He vuelto a la Universidad de Santiago para realizar charlas y sigo ligado al Ciescoop, como también a mi Facultad, y al Departamento de Gestión Agraria, manteniendo los vínculos regularmente. Vuelvo al menos una vez al año a hacer charlas. Me han invitado como profesor para revisar tesis.
 
El agro en su horizonte
 
Patricio estaba en tercer o cuarto año  de su carrera cuando comenzó a trabajar en proyectos de la misma Universidad que se ganaban para terceros. Al egresar siguió en esa misma línea, estableciendo su empresa consultora y se relacionó con las organizaciones campesinas, porque siempre ha trabajado relacionado con la agricultura familiar campesina.“Si bien nuestro perfil profesional de Ingeniero en Agronegocios calza en una empresa agroexportadora o en una viña, siempre he trabajado con los pequeños productores y las cooperativas. En eso me especialicé también. Realicé proyectos, postulé a fondos y seguí independiente”, recuerda.
 
Se especializó en España en temáticas de cooperativas rurales con una beca del Ministerio de Agricultura de ese país. Luego hizo un diplomado en género, políticas públicas y derechos humanos y realizó un master online en innovación y emprendimiento otorgado por la Universidad de Barcelona.
 
El  año 2016 ingresó a Fundación Prodemu, entidad que nació bajo el Gobierno del expresidente Aylwin, donde hoy está encargado del Programa Nacional de Mujeres Rurales, uno de los más antiguos que financia el Indap del Ministerio de Agricultura. Las mujeres del área rural postulan y durante tres años se les entrega capacitación y recursos para inversiones.
 
Tu formación te ha permitido alcanzar logros que proyectaste cuando te viniste a Santiago, pero entiendo que hay reconocimientos nacionales e internacionales a tu labor.
 
- El Mercurio y la Universidad Adolfo Ibáñez entregan un reconocimiento a cien líderes jóvenes de distintos ámbitos y me postularon a esa nómina. Me entregaron el premio el 2012 por mi aporte a la agricultura y al desarrollo social del sector rural, dentro del ámbito agrícola. No me lo esperaba. Fue sumamente gratificante. También la FAO me otorgó un año más tarde la medalla de plata por el aporte a la agricultura familiar y cooperativismo.
 
¿A la luz de tu trayectoria, qué papel juega la Usach en tu desarrollo profesional y humano?
 
- La Universidad de Santiago fue el lugar que me potenció. Agradezco a los académicos del Departamento de Gestión Agraria, en especial al profesor Luis Saez, con quien aún tengo contacto y  que me llevaron a descubrir mis capacidades y expandirme en conocimientos. Adquirí habilidades blandas que no se aprenden necesariamente en la sala de clases. Formé el primer centro de alumnos de la carrera con mucho apoyo de los docentes. La Usach es diversidad y la posibilidad de intercambiar experiencia con gente de mundos distintos. La Universidad de Santiago es un oasis dentro de la educación chilena, porque sigue siendo una Universidad estatal, de calidad, bien rankeada a nivel mundial, que ayuda innovando y evoluciona de acuerdo a los tiempos. Que las  carreras estén en un solo campus genera un enriquecimiento para los propios estudiantes;eso debiese traspasarse a la sociedad chilena completa, porque hace mucha falta esa mirada transversal, sin distinción social. 
 
Patricio Nayan  destaca la enorme capacidad del profesional Usach de adaptarse,  de resolver problemas sobre la marcha y buscar alternativas. ”Tenemos una ductilidad que se nota. Somos aguerridos en lucha contra cualquier adversidad. Es fundamental el sello humanista que nos entrega nuestra alma máter, de pensar en el otro como un igual; más allá del cargo que tengas el usachino establece un vínculo con su equipo de manera horizontal”, concluye.

Cecilia Iriarte, Bachiller en Ciencias y Humanidades. Licenciada en Enfermería: “Donde voy digo con orgullo que soy de la Usach. Soy promotora de cambios”

Cecilia Iriarte, Bachiller en Ciencias y Humanidades. Licenciada en Enfermería: “Donde voy digo con orgullo que soy de la Usach. Soy promotora de cambios”

Cecilia Iriarte estudió su enseñanza media en el Liceo 7 de Providencia. Sus profesores las guiaban para que sus próximos pasos académicos fueran en la Universidad, sin embargo en su caso eran tantas las áreas de interés que no tenía mucha claridad de su decisión: profesora, psicóloga o enfermera. Por eso fue tan importante para ella ingresar al Programa de Bachillerato de la Universidad de Santiago. Si bien no le fue mal en la PSU, el puntaje no le alcanzaba para estudiar enfermería en la Universidad Católica, que era su primera opción. Había un antecedente que sería potencialmente poderoso para ingresar a nuestro Plantel. Sus padres se conocieron en la Universidad Técnica del Estado,  pololearon allí y tras estudiar las carreras de Pedagogía en Mecánica Industrial en Herramientas y Pedagogía en Ciencias Naturales con mención en Química, se casaron. Recuerda que en su hogar era frecuente ver fotografías de ellos en los jardines de rosas o en el casino de la Universidad donde nació el amor, así que fue emocionante para ella ingresar al Programa de Bachillerato y caminar por esos mismos lugares donde sus papás orgullosos sacaron adelante sus carreras y donde surgieron los cimientos de una bella familia.

Bachillerato su primera estación

Cecilia, ¿Cuál es la importancia que le asignas al haber ingresado al Programa de Bachillerato?
-Tras rendir la PSU mis deseos eran estudiar enfermería o psicología. Entrar a Bachillerato me permitió tomar una decisión consciente; vivir la experiencia académica universitaria y elegir desde adentro.  Estudié con Fondo Solidario y con la Beca Hijo de Profesor, que era un aporte al arancel.  Lo que tiene de especial la Usach es que su Bachillerato es en Ciencias y Humanidades, entonces no lo divide. A uno lo educan en filosofía, en pensamiento matemático, en desarrollo del lenguaje y en el área científica. En el segundo semestre escoges electivo y comienzas a diferenciarte. Con las notas del primer año uno ya postula y los mejores van quedando. En segundo año puedes tomar los créditos de la carrera y es como si estuvieras cursando las dos carreras. Por ende, tú sales como Bachiller en Ciencias y Humanidades, y luego como Licenciada en Enfermería en la Facultad de Ciencias Médicas con el título de Enfermera, en mi caso.

Tú provenías de un liceo emblemático con una base más sólida de la enseñanza media, pero me imagino que también tenías compañeros en Bachillerato a quienes les costaba un poco más.
-Sí, observaba que había diferencias de comprensión propias de la enseñanza que te ha dado el colegio. En el año que ingresé, también fue el primero del Propedéutico, que tomó a estudiantes de colegios de nivel técnico de colegios rurales, de comunas más alejados que pudieron sumarse a Bachillerato. La hipótesis era que los talentos estaban igualmente repartidos, independiente de donde provenías. Yo tenía compañeros de estudios cercanos que venían del Propedéutico, pero en el fondo el esfuerzo y la constancia en el estudio ayudó a que saliéramos todos adelante. Esa mixtura fue positiva para ambas experiencia.

Me comentabas que la Universidad de Santiago no era tu primera opción para seguir tu Educación Superior. ¿Cambió tu opinión con el paso de los días?
-Debo reconocer que una vez adentro no pude haber estudiado en mejor Universidad que en la Usach. Realmente uno ve la universalidad en nuestra Casa de Estudios. Somos partícipes de una ciudad universitaria donde están todas las carreras juntas. Eso enriquece mucho el compartir. Al final con Bachillerato terminamos todos  repartidos por la Universidad y generando contacto entre  las carreras después. Se amplía mucho el pensamiento y uno se transforma en un agente y promotor de cambio. Creces mucho mentalmente. Se hace la diferencia entre ser estudiante hijo de obrero y ser cliente. Yo no iba a la Usach solo a estudiar, sino que a ser una promotora de cambios, que tú aprendes no solo en el aula, también en los pasillos del Plantel. Eso es muy importante en tu formación.

¿En qué momentos decides que Enfermería será tu profesión?
-Va a sonar infantil tal vez, pero desde niña quise ser un poco súper héroe y la búsqueda de mi profesión iba por ese lado; quería ser un aporte a la sociedad; quería ser profesora o psicóloga. En Bachillerato distintos profesionales nos hablaban de sus carreras. Cuando fue la enfermera a explicarnos lo que hacía, yo casi me puse a llorar de emoción. Eso era lo que quería para mí, la profesión englobaba todos los talentos que poseo. Me preguntaba por qué tenía que decidir entre lo científico y lo humanista si no están separados. Enfermería integraba ambos mundos. Fueron  cinco duros años estudio, donde si bien había falta de recursos, por ejemplo no teníamos sala de simulación, en el aula nacía el criterio y el arte. Para practicar punción lo hacíamos entre nosotros. No había muñeco. El hecho de prestar el brazo al compañero para que te pinchara, hacía que viviéramos en carne propia, en la práctica, lo que siente un paciente temeroso. Son 4 años de teoría y práctica. A partir del segundo año comienza ya la labor al interior de los hospitales. Íbamos desde las 8 de la mañana hasta el mediodía a los hospitales, para después volver a la Usach a clases hasta las 7 de la tarde. En cuarto año hice la tesis y en quinto año los internados. Mi generación no hizo examen de grado.
 

¿Cómo fue tu primer internado?
-Mi primer internado lo tuve en oncología infantil. Trabajar con niños con cáncer es fuerte, pero es una especialidad en que aprendes tanto que al final uno crea facilidades. El Instituto Nacional del Cáncer es para adultos (donde trabajo hace seis años), está orientado a personas mayores de 15 años en adelante. El cáncer también tiene su lado especial. Es duro, pero los niños tienen mejor resiliencia que los adultos. Generalmente son ellos los pilares que soportan a sus padres. En mi trabajo siempre he querido demostrar con conocimiento y con mi presentación que soy una profesional íntegra. Nuestros académicos nos inculcaron desde el internado que somos los mejores. Cuando compartíamos con compañeras de otras universidades, las mismas profesoras guías, las enfermeras clínicas nos decían que a ellas podían pedirles cierto límite, pero a nosotras que veníamos de la Usach nos exigían el doble o el triple porque nosotros dábamos mas, rendíamos más. Es que el usachino y la usachina se notan en la parada. Saben  lo que quieren. Mis colegas en el Instituto que provienen de nuestra Universidad generalmente son más resueltas, mas proactivas, siempre innovando. Son jefaturas o son subrogantes. Por eso siento que la Universidad de Santiago es mi alma máter. Fue una gran experiencia estudiar allí. Hasta el día de hoy, con mucho orgullo digo que soy egresada de la Usach, porque se nota el sello de mi Universidad.

Dr. en Biotecnología, Cristián Vilos: “La Usach me abrió las puertas para iniciar mi carrera científica y descubrir nuevos horizontes”

Dr. en Biotecnología, Cristián Vilos: “La Usach me abrió las puertas para iniciar mi carrera científica y descubrir nuevos horizontes”

Cristián Vilos proviene de Romeral donde fue declarado hijo ilustre en 2015. Es que su vida representa un camino inspirador para muchos estudiantes que pese a nacer en una zona rural, con esfuerzo y tenacidad se abren paso en la vida. Visita regularmente su comuna natal para estar con su familia, y también colegios dando charlas de nanotecnología para hacer difusión de la ciencia. El doctor en Biotecnología de la Facultad de Química y Biología de la  Universidad de Santiago fue primera generación de su familia en ingresar a la Educación Superior.  Tiene tres hermanos. Su papá falleció cuando él era muy pequeño, su mamá como dueña de casa sacó adelante la familia, siendo hasta el día de hoy un pilar en su vida. Reconoce que de ella heredó el chip de la tenacidad y del trabajo. “Yo estudiaba y leía mientras otros dormían”, recuerda.  Fue justo leyendo una revista sobre biotecnología cuando se interesó por el doctorado de la Universidad de Santiago. Era una entrevista en que la Dra. Ana María Sandino, entonces directora del Programa de Doctorado de la Usach, describía las potencialidades de su programa recientemente acreditado.

Cristián sentía el llamado de la ciencia y estaba buscando posibilidades. Dio las pruebas y veía pocas posibilidades de quedar, “porque el perfil de las personas que entran a estudiar ciencias está enfocado en alguien que tiene experiencias en publicaciones y haber pasado por laboratorios de investigación, no clínicos. Yo tenía las puras ganas. Me aceptaron, pero me enviaron a hacer nivelación con varios cursos de pregrado, entre ellas biología molecular. Tomé el desafío. Fue un cambio personal, viniendo de región decidí quedarme en Santiago. Solo tenía una beca que me daba la Universidad. No era mucho dinero, pero afortunadamente ya  instalado, me llamaron de la Clínica Alemana para hacer un reemplazo por un año y las cosas cambiaron. Tuve que compatibilizar el trabajo y el estudio”, destaca.

¿En qué momento aparece el Cedenna y Harvard en su trayectoria académica?
-Entré al doctorado el 2006, al año siguiente postulé a una beca de Conicyt y junto a un compañero ganamos el proyecto de financiamiento de tesis en la industria. Mi tutor de entonces fue uno de los investigadores que postularon al Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología en esos años. Yo automáticamente pase a ser alumno de doctorado del Cedenna y la línea de investigación que estaba trabajando estaba enfocada en hacer un sistema de liberación lenta de antibiótico para aplicarlo en la industria de producción animal, pero no había laboratorio en Chile dedicado a ello. Revisando artículos, encontré a un profesor del MIT y le pedí que me aceptara 6 meses en su laboratorio. Le dije que quería hacer nanopartículas para liberar fármacos porque su fundamento fisicoquímico era muy similar a lo que estaba desarrollando en la tesis, y me dí cuenta que el mundo ya llevaba varios años en este emergente dominio de investigación.

En ese contexto recibí apoyo de Cedenna, de la Universidad y me fui a una pasantía a Boston derivando en un laboratorio de Harvard. Retorné a la Usach a terminar mi doctorado y terminé mi tesis en el 2012. Meses antes firmé con la Universidad Andrés Bello porque mi profesor tutor había migrado a ese Plantel para hacer un centro de investigación y me ofreció trabajo. Allí estuve como docente. Ese año postulé a un proyecto postdoctoral y fui nuevamente a Estados Unidos para reencontrarme con mis profesores de Harvard y del MIT.

Fue investigador bastante joven, ¿siguió vinculado a la Usach?
-Volví el 2015 a la Universidad Andrés Bello. Luego de haber sido investigador jóven pase a ser investigador asociado del Cedenna. Actualmente soy investigador titular y jefe de la Línea-4 en NanoBioMedicina. Llevo dos años en esta función. Soy un profundo admirador del trabajo que realiza la Dra. Dora Altbir, Premio Nacional de Ciencias Exactas, una distinción tremendamente merecida. También soy profesor asociado a la Universidad de Talca en la Escuela de Medicina, pero no olvido que también hice docencia como profesor instructor en la Usach  durante el periodo que estudiaba mi doctorado.

La investigación en Chile

Doctor, ¿coincide usted  que en nuestro país estamos al debe con el presupuesto destinado a la investigación?
-Gracias a que siempre han existido programas formales del Gobierno en apoyo a la investigación tenemos una data de excelencia y calidad. El problema es que la globalización ha generado un crecimiento tecnológico explosivo yo diría que los últimos 15 años, pero el Gobierno se ha estancado en materia presupuestaria. No hay las plazas suficientes para los investigadores, no hay recursos incrementales y eso genera un loop de financiamiento solo para ciertos sectores que son más experimentados, más vinculados o con mayor apoyo institucional, lo que impide a los investigadores incipientes se establezcan. Si usted analiza en EE.UU los investigadores jóvenes tienen oportunidades en estapas iniciales de su carrera científica, por lo cual en pocos años están generando investigación de frontera. El apoyo no es suficiente para estar a la altura. Hoy aparecemos bien posicionados, pero gracias a la astronomía y a los cielos que tenemos.

El panorama parece sombrío, pero pese a ello las universidades han jugado un tremendo papel en la lucha contra el Coronavirus.
-Así es, pero por ejemplo si hubiésemos contado con mayor financiamiento en todos lados existiría un PCR y de 20 mil exámenes al día estaríamos haciendo un millón o dos millones. Hacer 20 mil exámenes al día es insuficiente. En una condición más robusta habríamos sido capaces de detectar a tiempo los focos  y haber prevenido el contagio masivo de la población. Se tiende a dejar de lado las ciencias básicas y sin ellas no hay ciencias aplicadas. Además nuestros empresarios no tienen cultura de apoyar la investigación. Aportan tres pero esperan que en menos de 6 meses recuperen 12. No entienden que la ciencia en el área de la biología toma tiempo y no están dispuestos a invertir en ciencia básica.

La Usach como referente

Profesor, a  la luz de su trayectoria ¿qué representa en su vida profesional la Usach?
-Cuando conocí la historia, el significado social entendido en las personas que componen esta Casa de Estudios a través de sus académicos y estudiantes, se fue moldeando una nueva visión que me hace sentir orgulloso de ser parte de la Universidad de Santiago. En este Plantel  convergen sueños, problemas  sociales, tenemos grandes pensadores, hay espacio abierto para expresarse, para la integración. La Usach es líder en hacer que haya igualdad de género, en cambiar sus estatutos para que los funcionarios y los administrativos sean parte de la cadena de toma de decisiones y está presente en cada una de las encrucijadas del último tiempo, donde se transforma en líder. Es un orgullo ver cómo ha protagonizado la discusión sobre cambios constitucionales. Por meses he sido testigo de cómo se levantan propuestas solidas en todos los ámbitos. En la Universidad de Santiago encontré la oportunidad de hacer que mi ciencia, trabajo y esfuerzo dieran frutos, trasladar estos saberes a otra Universidad Pública pero regional, como la U. de Talca y que no se transformara en solo números, sino que se enfocaran en generación de conocimiento y contribución a la sociedad. Eso nació con mi doctorado en la Usach, el fundamento de las bases de mi compromiso científico-social.

Miguel Bezares, Magíster en Ciencias, mención Matemática y Doctor en Física: “La Usach me dio la oportunidad de cambiar mi vida, de romper la brecha social”

Miguel Bezares, Magíster en Ciencias, mención Matemática y Doctor en Física: “La Usach me dio la oportunidad de cambiar mi vida, de romper la brecha social”

Miguel Bezares estuvo a punto de no pasar a primero medio, curiosamente porque la matemática hasta ese momento no era lo suyo. No entendía nada de porcentajes, ni proporciones - reconoce-.  Gracias a una prueba especial lo logró y fue un profesor cubano que conoció en el Colegio Oratorio Don Bosco Salesiano, quien se transformó en su mentor.  Afirma con humor que aún le cuestan las operaciones básicas, pero para eso están las calculadoras, dice.

Miguel rindió la PSU lleno de sueños como todo joven que desea mejorar la situación económica de su familia, aunque sus aspiraciones iban más allá. Quería estudiar Ingeniería Civil Industrial y ser gerente. Le fue bien en la prueba de Matemática, pero el puntaje total se transformó en un nuevo obstáculo. Sin embargo, optó por Ingeniería Matemática, porque esa carrera le transmitía una sensación de mayor dificultad que se transformó en su plus de la elección, para cumplir sus metas.

“El perfil laboral del Ingeniero Matemático de la Usach me gustó mucho porque te da la oportunidad de ser científico o ser ingeniero; científico en el sentido de seguir la academia, que es el camino que tomé yo al hacer el Magíster en Ciencias mención matemática y luego el Doctorado en Física de la Universitat de les Illes Balears, con el fin de transformarme en académico. Y está el otro camino que es ser Ingeniero, estar en una oficina, abrir tu consultoría y trabajar como un ingeniero en modelos matemáticos o cosas así”, explica desde Trieste-Italia donde realiza su postdoctorado.

¿Qué fue lo primero que te llamó la atención de la Usach?

-Lo grande que era. Lo linda que es por dentro, pero también lo feo que es el entorno de Alameda. Como anécdota me correspondió en un curso de Introducción a la Ingeniería exponer sobre la estructura superior de la Estación Central. En la Usach la carrera era más bien machista, muchos hombres y pocas mujeres, pero me llamó  la atención la diversidad. Había gente del Instituto Nacional que era muy buena, pero  otros como yo que no entendíamos qué hacíamos sentados allí, unos con dinero y otros más pobres, pero no había distinción de clases. La diversidad social que tenemos en la Usach es lo mejor. Te encuentras con el joven becado en todo y con el que su papá  le paga la carrera. Es algo de nosotros. Cien por ciento social.
Como la carrera era nueva te permitía con los años ir inventando cosas. Por ejemplo con cuatro amigos incorporamos a la Ingeniería Matemática la mención en modelos astrofísicos, porque nos gustaba mucho en general la teoría de la relatividad general de Einstein y la astrofísica. Hablamos con 4 académicos y le propusimos la idea al jefe de Carrera, quien aceptó. En ese entonces la última etapa de la carrera – no sé si la han cambiado- tenía algunos ramos libres, depende de lo que tú quieras hacer.

Cuéntame como fuiste armando tu perfil profesional en la Universidad, que permitió transformarte en docente, posteriormente.

-Yo estudié con la Beca Bicentenario y como siempre hay un delta que hay que pagar, para el resto tuve que optar al Fondo Solidario. Fui ayudante de cátedra desde segundo año hasta que terminé. Fui profesor por hora de la Usach siendo estudiante. Con cuarto año de la carrera rendido puedes sacar la Licenciatura en Matemática y ser docente. Fui profesor de cálculo 1 para los Ingenieros.  El  currriculum en la Usach me permitió hacer ayudantías en las privadas. Hice clases en las Universidades Finis Terrae, del Pacifico y Andrés Bello.  Fui un profe taxi, mientras terminaba la carrera y hacía el Magíster. Me casé joven, queríamos comprar una casa y había que esforzarse.

Tus aspiraciones eran altas y ya mirabas en esa época hacia el extranjero. ¿Cómo lo lograste?

-Llevamos 9 años casados. Ella siempre me ha apoyado en todo y cuando tomé la decisión de estudiar en Europa se vino conmigo. Es técnico en imagenología. Yo siempre quise estar en la Academia, quería ser científico y para ello debes tener un Doctorado. Quería irme a hacerlo a Alemania, pero se me cerraron las puertas. Sin embargo, tuve una oportunidad en Mallorca, España. Postulé a la Beca Conicyt para un doctorado en ese país que duró tres años y medio. Soy experto en relatividad numérica, simulaciones numéricas de las ecuaciones de Einstein. Terminar el Doctorado en Física  fue uno de los momentos más felices de mi vida, pero aún tenía metas que cumplir para llegar a mi objetivo final. Para ser académico, tengo que demostrar mi experiencia acumulada que se mide en publicaciones, citas, congresos,  etcétera. Estas carreras pequeñas de dos o cuatro años son los postdoc que añades a tu curriculum. Yo ahora en Trieste, Italia no tengo que rendir exámenes ni nada, sino que solo investigo. Mi jefe se ganó un proyecto muy bueno que se llama ERC, un proyecto gigante que obtienen científicos reconocidos y pueden armar equipo contratando para sus investigaciones a  postdoctorados y estudiantes de doctorado. Somos nueve.  Ahora estamos viendo la  viabilidad de las teorías alternativas  a la gravedad de Einstein. Lo que hago yo es importante para ellos por las simulaciones. El proyecto es de ondas gravitacionales.

¿Tienes pensado volver a Chile para entregar esos conocimientos a nuevas generaciones de Ingenieros Matemáticos?

-Sí, mi beca es de retribución, tengo que regresar. Conicyt te entrega el aporte económico para que seas un científico y tú tienes que volver a buscar una posición de académico en Chile. Mi retribución será enseñar todo lo que aprendí acá.

A la luz de todo este extenso curriculum que has alcanzado con esfuerzo y tenacidad, ¿qué papel cumplió la Universidad de Santiago en tus aspiraciones?

-Fue la que me dio la oportunidad de cambiar mi vida, de romper la brecha social. Me dio todo. Gracias a sus profesores soy quien soy. Soy científico por ellos. No soy inteligente, soy un tipo  esforzado, pero a la Usach le debo mi curriculum, mis valores. Somos diferentes a otras universidades. Se nota quienes somos de la Usach. El sello distintivo de sus estudiantes es la conciencia de clases. No se nos olvida de dónde venimos. Me siento preparado para competir con cualquiera, gracias a una formación de alto nivel. La diferencia la hace uno. Depende de las personas. Yo tuve la oportunidad de cambiarme a la Universidad de Chile en primer año y no lo hice porque me enamore de la Usach.

Tienes que regresar al país a enseñar. ¿Cuáles son tus planes?
-Creo que volvería a una región. En Europa conocí esa paz de localidades que no existe en la urbe como Santiago. Buscaría trabajar en una universidad regional para descentralizar el conocimiento, entregar todo lo que la U. de Santiago me dio a las nuevas generaciones y aportar además con todo lo que aprendí en Europa. No me veo viviendo nuevamente en la capital con el ritmo tan agitado que implica.

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