Soy Usach
Josefa Villarroel, administradora pública: “La Usach es mi alma máter, una Universidad viva”
Erika Martínez, Licenciada en Física Aplicada: “La Usach es mi alma máter y me siento orgullosa del legado de la UTE”
Erika Martínez, Licenciada en Física Aplicada: “La Usach es mi alma máter y me siento orgullosa del legado de la UTE”
Erika Martínez desde pequeña cuando estudiaba en el Colegio Corazón de María sentía la vocación social, pero también pensaba en su futuro profesional. Quería estudiar Física o Ingeniería. Tal vez estaba escrito que elegiría la Ingeniería Física en la Universidad de Santiago porque era una carrera nueva que complementaba ese anhelo y porque había un antecedente previo: sus padres estudiaron en la Universidad Técnica del Estado, lugar donde fueron detenidos el 11 de septiembre de 1973, su madre (clave en la investigación del crimen de Víctor Jara) fue enviada al Estadio Chile; y su padre al mismo recinto, pero luego trasladado al Estadio Nacional.
Hoy con emoción recuerda sus seis años en nuestra Casa de Estudios y su Licenciatura en Física Aplicada. Erika durante sus primeros años de Universidad ya tenía claro que quería militar en un partido político. Le iba bien en la carrera, así que esa opción fue postergándose. En tercer año ya era presidenta del Centro de Alumnos de Física e incluso fue candidata a la Federación.
“Me encanta el Campus único y la mística de la Escuela de Artes y Oficios. Antes de la pandemia, cuando estaba full estrés con el trabajo me iba a su patio a tomar un café y a pensar. La parte de Física tiene también un bello espacio, donde conocí mucha gente”, relata.
¿Qué te entregó la Universidad de Santiago en tu formación como persona y en el campo social?
La Usach es mi alma máter, es corazón. Con orgullo puedo decir que estuve trabajando en la instalación de la escultura memorial para Víctor Jara afuera de la Casa Central de nuestra Universidad, junto a Pablo Chacón que era de la Federación de Estudiantes, con el apoyo de la Corporación Solidaria UTE- Usach y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos. Es una de las cosas más bellas que he hecho en mi vida, en términos de reparación y de mantención de la memoria histórica. No podemos vivir sin lo que el pasado nos deja como lección y creo que la Usach encarna esa mística, entrega conocimiento y mantención del mismo. Seguir con el legado de la UTE me hace sentir orgullosa de ser ex alumna de la Universidad de Santiago de Chile.
Erika Martínez, tras su titulación, creó junto a unos amigos una productora de eventos. Ya militaba en las Juventudes Comunistas, y fue encargada de Relaciones Internacionales, y luego de Finanzas. Luego de tres años, trabajó como ingeniera dirigiendo una empresa familiar dedicada a la construcción, remodelación y mantención, al tiempo que se dedicaba a administrar el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, ICAL, junto al actual constituyente electo, Marcos Barraza. Sería el 2015 cuando se convierte en concejal de San Miguel, es reelecta en el cargo, gana las primarias del Frente Amplio en noviembre y se lanza a la carrera por el Municipio de San Miguel.
La primera alcaldesa de la comuna
Fue una campaña muy larga. No olvidemos que las elecciones sufrieron un cambio de fechas a causa de la pandemia. “El hecho de haber ido a primarias nos permitió constituir un equipo muy lindo del FA con los candidatos a concejales en las calles. Armamos un comando muy ciudadano con propuestas establecidas al calor de cabildos y de actividades ciudadanas, sobre todo en lo que tiene que ver con cultura, mujer y seguridad. Sentí que los pobladores reconocían mis 8 años como concejala”, recuerda Erika.
Eres la primera alcaldesa electa democráticamente en San Miguel. ¿Serán las mujeres una de tus grandes prioridades?
Nunca hubo hasta ahora una alcaldesa elegida democráticamente en esta comuna. Solo el año 57 una regidora del PC, Iris Figueroa, reemplazó a un alcalde un par de meses. Las mujeres serán una de mis prioridades de gestión. Hay una deuda muy grande con las mujeres cuidadoras así que vamos a hacer un catastro y entregarles salud a domicilio, atención psicológica, herramientas de manejo de pacientes y espacios de contención, que es muy importante porque la mujer cuidadora posterga su vida y nadie reconoce su trabajo. La otra deuda es un Centro de la Mujer. No hay un espacio de protección a víctimas de violencia intrafamiliar. Las mujeres tienen que ir a atenderse en Pedro Aguirre Cerda, donde el centro aglutina a tres comunas, con horas que pueden darte para tres o cuatro meses y en pandemia creemos que es sumamente necesario implementarlo para que nos permita ofrecer asistencia legal, psicológica, psiquiátrica, capacitaciones para reinsertarlas en el mundo laboral y que tengan un lugar donde estar, en caso que salgan de sus casas y deban llegar a un espacio de tránsito y contención no solo para ellas sino también para sus hijos.
Alejandra Zárate, Ingeniera Comercial: “Los y las profesionales de ingeniería de la Usach son todo terreno”
Alejandra Zárate, Ingeniera Comercial: “Los y las profesionales de ingeniería de la Usach son todo terreno”
Desde pequeña fue buena alumna, pero además el concepto de administración le encantaba, en especial de las farmacias, pero esto no lo asociaba a la Ingeniería Comercial. Con su mamá profesora y orientadora vocacional fue descubriendo que esa inquietud con los años sería la carrera profesional de su vida en la Universidad de Santiago.
Conocía poco de la Usach. Su ingreso a nuestro Plantel lo califica como impactante porque se crió en una comuna pequeña como San Bernardo, muy apegada a sus padres y hermanas y en un colegio religioso al que asistían solo mujeres. En la Facultad de Administración y Economía se encontró con un mundo distinto donde había diferencias religiosas y en los últimos años de su formación, una fuerte coyuntura política producto del plebiscito del Sí y el No.
Tras cinco años de estudio, solo interrumpidos por el traslado laboral de su padre, hizo su memoria en planificación estratégica, se tituló y comenzó una vertiginosa trayectoria que la ha llevado a directorios y gerencias generales. Recuerda con cariño a su profesor guía Mario de la Fuente y de quien fue ayudante. Fue a través de él que conoció a Roberto de Andraca, quien la invito a trabajar a CAP y hasta el día de hoy continúa allí en los más altos cargos. Ya han pasado más de 30 años.
Tras unos meses en la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, ingresó a Abastecimientos CAP en febrero del 90 que se dedicaba a la compra de insumos para procesos de minería y siderúrgicos. Luego se creó una sociedad filial que se llamaba Aster, dedicada a la exportación de productos deshidratados, donde fue jefa de producto. Se cerró ese negocio y se fue al Holding CAP. Nació una sociedad nueva que se denominó Invercap que recibe una serie de activos no relacionados con producción de acero ni mineral. Allí estuvo hasta el año 98, cuando decide renunciar a la compañía para estar con sus dos hijos pequeños. Se dedica paralelamente a la docencia en Inacap asumiendo la cátedra de planificación estratégica. Seis meses después vuelve a Invercap compatibilizando tiempo con el hogar gracias a una flexibilidad horaria, pero poco a poco se acerca a laborar a tiempo completo. “Es que yo disfruto de mi trabajo”, remarca.
Alejandra asume como jefa de Administración y Finanzas y posteriormente como gerenta del área. Un paso más y alcanzó la gerencia general donde hoy permanece. También es gerenta general de Energía Patagonia y Aysén S.A y fue directora de Intasa S.A.
Es tremendamente meritorio tu ascenso permanente y seguro se debe al desempeño laboral que tuviste a lo largo del tiempo, ¿pero qué importancia le asignas también a la formación que te entregó la Universidad de Santiago?
Para mí la formación de la Universidad de Santiago es todo. El perfil de profesional que tengo es resultante de lo que fue el Plantel en mi desarrollo de crecimiento como estudiante para llegar a ser un profesional en un medio tremendamente diverso, en un ambiente enriquecedor donde hay variados grupos socioeconómicos, diferentes ideas y diversas visiones de la vida. Eso hizo que yo fuera una profesional y siempre lo he destacado de la Usach.
¿Qué características dirías que tiene el Ingeniero Comercial que egresa de nuestro Plantel?
El profesional de la Universidad de Santiago tiene una amplitud de mente muy grande, porque se ve expuesto a no criarse en un grupo homogéneo de compañeros, lo que te lleva a aceptar diferencias, a ser resiliente, a ver que no todo es como tú piensas. Ya el hecho de moverte a un lugar físicamente como Estación Central es distinto y te hace ver diferentes realidades, enfrentarte a ellas. En la Usach se adquiere conciencia social. Yo defino al ingeniero de la Universidad de Santiago como un profesional todo terreno, con una resiliencia tremenda, con capacidad de adaptación para hacer lo que le pidan y trabajar con equipos muy distintos. Yo creo que eso te hace ser más fuerte. Somos todo terreno, somos aperrados, capaces de abordar los desafíos que nos pongan por delante.
Advierto un constante desafiarse en esta carrera profesional, ¿sentiste en algún momento algún tipo de discriminación?
Asumir desafíos como gerenta o integrar directorios no fue fácil, pero tampoco sentí una discriminación por ser mujer. Aunque eran temas que no se conversaban. Hoy en día se discuten más los temas, se habla del rol de la mujer, de la inclusión. Años atrás la mujer cocinaba y se encargaba de la casa y de los niños el hombre no participaba muchos en estas tareas. No había discusión sobre ello. Hoy la forma de enfrentar la vida familiar y las labores es totalmente distinta Siempre me he sentido empoderada y feliz de lo que hago y soy. Me gusta abordar continuamente temas nuevos y desafiarme; de lo contrario no le encuentro sentido a las cosas. No me enfoqué en el “llegar a ser”, sino que en hacer la pega bien hecha. Lo hago con cariño y amor a la empresa en la que trabajo y me siento muy identificada. Me encanta participar de charlas, adquiriendo nuevos conocimientos. Yo siempre me sentí orgullosa de estudiar en la FAE. Nunca me sentí menos.
Alejandra Zárate mantiene su interés por la docencia, pero el tiempo no le ha permitido volver a hacer clases. Quisiera incursionar en la realización de talleres, traspasando su conocimiento a las nuevas generaciones. En los últimos diez años ha participado en programas de mujeres empresarias y gobiernos corporativos, además de cursos de liderazgos. Es miembro del Circulo Alumni de Ingeniería Comercial de la Usach y actualmente está terminando de estudiar en el Programa PADE de la Universidad de Los Andes y la Certificación Internacional para Directores de EY, dirigido a altos cargos gerenciales.
Arlette Leal, Licenciada en Estudios Internacionales: “La Usach abrió mi mente y me enseñó el compromiso con la comunidad”
Arlette Leal, Licenciada en Estudios Internacionales: “La Usach abrió mi mente y me enseñó el compromiso con la comunidad”
Arlette Leal estudió Licenciatura en Estudios Internacionales. En 2011, la Universidad de Santiago era el único Plantel en Chile que ofrecía la carrera y no dudó en postular, impulsada también por la experiencia de un grupo de estudiantes que la recibió en la Feria de Postulación Usach y asegura que no se equivocó en tomar esta decisión. La malla curricular multidisciplinar incluía Historia, Sociología, Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, temas que le encantaron.
Su papá estudió contabilidad y su mamá quería ser profesora, pero no pudo continuar sus estudios en el ex pedagógico por problemas económicos. Luego optó por técnico en enfermería, pero el cáncer al que finalmente venció marcó una etapa difícil para la familia que hoy está felizmente superada. Arlette tiene 28 años y es primera generación en egresar desde una Universidad pública.
Desde Sao Paulo, Brasil, donde cursa hace un mes una maestría en relaciones internacionales, y donde mira con preocupación el avance de la pandemia en un país con un récord de personas muertas por Coronavirus y donde dice que solo hace semanas tomaron medidas realmente efectivas que lamentablemente han comenzado a levantar, nos cuenta su visión de haberse formado en la Universidad de Santiago de Chile.
¿Cómo fue tu experiencia en la Facultad de Humanidades?
Me gustó mucho su infraestructura. Íbamos a la biblioteca y siempre recuerdo a Olguita, quien nos atendía, también recuerdo con mucho cariño a Pía, Germina y Alejandra, quienes trabajan en la Facultad. Me hice muy buenos amigos en la Usach. Estuve cinco años estudiando. Tres acontecimientos marcaron mi etapa académica: pertenecer al modelo de Naciones Unidas, mi práctica profesional y el Centro de Estudios Migratorios, CEM Usach.
El modelo de Naciones Unidas fue un taller que nació de estudiantes para estudiantes. La idea fue conformar una delegación que pudiese participar en la Conferencia Internacional “National Model United Nations” en Nueva York, la cual busca emular las negociaciones diplomáticas que se hacen en los distintos comités de la ONU. La primera vez fuimos 20 estudiantes, y dirigió la delegación Mabel Cobos, quien fue parte de la primera generación del modelo. Estuvimos en el Sheraton de Times Square y al final de estas sesiones se terminaba en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde en esa oportunidad nos recibió Ban Ki-moon. La segunda oportunidad que participé fue en Japón. En esta ocasión junto a una compañera (Marcia Pérez) obtuvimos el premio "Outstanding Position Paper", por el mejor documento de posición que se entrega antes de ir a esa conferencia internacional. A este modelo postulan distintos planteles del mundo. En 2015 la Usach era la única Universidad del país que estaba participando. Muchos de nosotros quedamos en el grupo de coordinación y abrimos esta convocatoria para que alumnos de Ingeniería Comercial, Administración Pública, Periodismo, entre otros, se unieran al proyecto. Esa lógica de distintos saberes en un mismo Campus que tanto nos impresiona de nuestra Casa de Estudios se pudo rescatar en el modelo de Naciones Unidas.
Mencionaste también tu práctica y el CEM Usach, ¿qué importancia tuvieron en tu formación personal y académica?
Hice mi práctica en 2016 en el Ministerio de Defensa. Participé en el contenido del Libro de la Defensa y pude trabajar temáticas sobre cambio climático en esta área. Posteriormente, defendí mi tesis sobre refugiados palestinos en Chile y Brasil, a través de un modelo de análisis de adaptación. La hoy profesora emérita, Dra. Carmen Norambuena estaba dentro de la comisión revisora y tras la presentación de mi investigación me invitó a trabajar en el Centro de Estudios Migratorios, que se había conformado por esos años. Mi tesis de pregrado se convirtió en artículo y lo enviamos junto a las profesoras Norambuena y a la Dra. Adriana Palomera a una revista internacional indexada muy prestigiosa, publicación que fue en inglés. Ellas han sido un apoyo fundamental y potente para mi carrera. El CEM es como mi segunda familia, tanto por las académicas como por los compañeros que muchos de ellos también están haciendo algunas maestrías. La conexión ha sido muy amena, con una comunicación muy fluida. La Universidad de Santiago abrió mi mente y me enseñó el compromiso por la comunidad. No importa el área o profesión a la que uno se dedique, siempre seremos un aporte. Esto es algo muy potente que aprendí de mi Alma Máter.
UNESCO en Jamaica y la Universidad de Sao Paulo
Cuando egresó de la Usach su meta fue mejorar el nivel de inglés y hacer un Magíster. Trabajaba en centros de investigación y estudios para lograr dinero que le permitiera viajar al extranjero. Una de sus posibilidades era hacer un Working Holiday en Australia o Irlanda, pero un programa especial de este idioma como segunda lengua en Jamaica la cautivó; postuló a un descuento importante para estudiantes latinoamericanos y la aceptaron en la University of the Commonwealth Caribbean. Estuvo casi dos años en ese país, trabajó para la UNESCO como consultora en temas como juventud, deporte y cambio climático. Hizo una pasantía en la Embajada de Chile donde abordó temas de derechos humanos y de la Autoridad Internacional de Fondos Marinos, pero la maestría en relaciones internacionales era un tema pendiente. La pandemia interrumpió sus proyectos. Postuló a FLACSO - Ecuador y a la Universidad de Sao Paulo, para hacer su maestría donde enfrentó procesos complejos que contemplaron revisión de proyectos de investigación, pruebas de conocimiento y entrevistas. Las profesoras del CEM Usach hicieron las cartas de recomendación y quedó aceptada en ambas instituciones. La Universidad de Sao Paulo es gratuita y cuenta con alto prestigio. Estas razones pesaron en su decisión final. Estará dos años en Brasil. El segundo año es solo investigación y podría regresar algunos meses a Chile.
Hoy desde ese país ve con preocupación el control del COVID-19, pero se prepara a seguir adelante con sus estudios y por qué no más adelante seguir un doctorado. Su meta es trabajar en un organismo como Naciones Unidas o desempeñarse en el servicio público, sin dejar la investigación y sin descartar volver a su Alma Máter, esta vez como profesora para entregar todo su saber a las nuevas generaciones y aportar con su conocimiento a formar a los nuevos Analistas en políticas y asuntos internacionales.
Solange Burgos, matrona, encargada nacional VIH SIDA/ ITS en Minsal: “Llevo el sello Usach tallado en mi corazón”
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Arquitecto Eduardo Zenteno: “La Usach está muy cercana a la realidad, a la dimensión social existente”
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Fue en una clase de técnico manual que el estudiante del colegio Salesianos y hoy profesor de la Escuela de Arquitectura, de nuestra Casa de Estudios, tuvo el primer acercamiento con planos y maquetas. “El profesor de ese curso nos hizo diseñar un proyecto habitacional completo. Ahí descubrí la emoción que existe detrás del proceso de diseño; de crear algo nuevo, desde las ideas y los conceptos, hasta su consolidación formal. Inmediatamente sentí un fuerte interés por la arquitectura”, recuerda.
Antes de ingresar a la Universidad de Santiago de Chile, tuvo un paso por la Universidad Católica de Valparaíso, pero por un tema de corte familiar regresó a Santiago. Como se vino a mitad de año volvió a rendir la Prueba Aptitud Académica y descubrió que nuestra Escuela de Arquitectura estaba recién creada, situación que lo cautivó desde el primer momento. “Era partir desde el origen de una nueva escuela, como ser parte de su fundación”, reconoce.
“Vine a la semana del postulante, hablé con algunos profesores, me gustó la Universidad, el Campus. Además, tenía la referencia de la Usach por una de mis hermanas que estudió Ingeniería en la década de los ochenta. Me sentí parte de la Usach inmediatamente”.
Eduardo, ¿Qué cosas te llamaron la atención de la Universidad de Santiago desde el punto de vista de la arquitectura?
- Lo primero que me cautivó, fue la Escuela de Artes y Oficios, con su secuencia de patios rodeados por las salas clases y oficinas. Representa una época muy importante de la historia y los orígenes de la Universidad. El otro sector que captó mi atención fue la zona de la Casa Central con su sistema de edificios conectados por corredores cubiertos. Esta parte del campus, de la antigua Universidad Técnica del Estado, fue diseñada por la oficina de arquitectura Bresciani, Valdés, Castillo y Huidobro, quienes además diseñaron la Villa Portales. Ambas zona del campus son piezas de gran importancia en la historia de la arquitectura nacional.
La Escuela de Arquitectura de la Usach ha sido reconocida por su sello social ¿Sientes que eso marca a las generaciones que egresan y lo proyectan en sus lugares de trabajo?
- Creo que cada Facultad o Escuela tiene una mirada propia del mundo desde su disciplina, la que se va consolidando a través del tiempo. En este sentido, me parece que la orientación de la Escuela de Arquitectura de la Usach está muy cercana a la realidad, a la dimensión social existente.
Esto queda de manifiesto porque se trabaja habitualmente en zonas críticas de la ciudad, como áreas periféricas, que sufren abandono o que no están en el interés de la arquitectura y el urbanismo habitual. Recuerdo algunos ejercicios de pregrado en donde trabajamos al borde del Río Mapocho, en lugares alejados del centro. En el desarrollo de estos ejercicios pudimos dimensionar desde la arquitectura y el urbanismo, problemas reales y concretos de nuestra ciudad: como los vertederos ilegales, los campamentos y la vivienda informal, la contaminación del río, zonas inseguras para la población, etc. Al diseñar un proyecto a esos lugares, inmediatamente te cuestionas: ¿Qué pasa con nuestra ciudad en realidad?, ¿Cuál es la ciudad en la que vivimos, la que vemos o también esa que no logramos ver? Para mí eso fue y ha sido relevante. La Arquitectura es una disciplina que por mucho tiempo trabajó para la elite, pero desde mi punto de vista, la arquitectura debe ser necesariamente democrática y llegar a todos los ciudadanos. Podemos avanzar en tener una ciudad más justa, mejor planificada, con fácil acceso a equipamientos y servicios para todos. Y hoy más que nunca queda de manifiesto que debemos avanzar en esa dirección.
Eduardo, tú trabajas en el Serviu Metropolitano ¿Cuéntanos qué has podido realizar con este enfoque social de la Usach?
- Desde el Departamento de Gestión Inmobiliaria de Serviu, hemos trabajado intensamente en la adquisición de nuevos suelos, así como también en recuperación y factibilización de terrenos propios para el desarrollo de viviendas sociales. Con el claro objetivo de mejorar el estándar arquitectónico y urbano de los conjuntos habitacionales, le propusimos hace siete años a las autoridades de la época, crear un equipo para diseñar internamente los proyectos, para luego someterlos a concursos públicos. Después de muchas gestiones, la propuesta fue aceptada y hoy es parte fundamental del desarrollo de planes urbanos habitacionales en la región. La iniciativa creció más de lo que pensábamos y finalmente el Ministerio de Vivienda y Urbanismo lo incorporó como parte de sus ejes de desarrollo a nivel nacional.
¿Cuál es la diferencia entre el arquitecto que egresa de la Usach en comparación con otras casas de estudios?
- Creo que los arquitectos de la Usach son profesionales altamente capacitados, que pueden desempeñarse en las distintas y diversas dimensiones de la arquitectura. Además poseen un fuerte compromiso con su profesión y la realidad social, pero, sin duda, un sello particular de la Escuela, es que siempre ha estado orientada a la innovación. Sin ir más lejos, fue de las primeras escuelas en introducir el uso de computador para modelación en 2d y 3d; en instalar las temáticas de sustentabilidad y medio ambiente; y en los últimos años ha avanzado fuertemente en la creación de nuevos materiales y sistemas constructivos, patentando incluso nuevos productos.
Fuiste premiado como egresado de excelencia, ¿cómo recibiste esta distinción? y ¿por qué crees que fuiste premiado en la categoría incidencia en políticas públicas?
- En primer lugar quiero agradecer a la Escuela de Arquitectura por la nominación y a la Universidad por el reconocimiento. Realmente es un honor el premio de egresado de excelencia. Respondiendo tu segunda pregunta, creo que mi desempeño profesional en el ámbito de la vivienda social ha tenido un impacto positivo en la calidad de los proyectos de vivienda en la región. Quizás lo más relevante es que el origen de estas mejoras es la inquietud profesional por mejorar la calidad de vida de las personas desde los proyectos de arquitectura, de forma creativa e innovadora, revisando y documentándonos constantemente de los buenos proyectos a nivel internacional.
Cabe señalar que a la fecha hemos trabajado más de 200 hectáreas de suelo en distintas comunas, a través de planes urbanos habitacionales. Es una enorme cantidad de suelo planificado que recién ahora comienza a visualizar su ejecución a través de distintos proyectos, los que tendrán un positivo impacto en la ciudad en los próximos años.
¿Qué significa para ti la Universidad de Santiago?
- La Universidad de Santiago significa crecimiento desde el conocimiento a partir de los distintos ejercicios académicos pero, sobre todo, desde la conversación, el diálogo y la discusión con compañeros y profesores. En este aspecto la calidad de los profesores de la Escuela ha sido fundamental en el sello de sus estudiantes. Por otra parte, ser parte de la Escuela me permitió construir de una mirada crítica del entorno, pero siempre con una óptica propositiva, buscando constantemente la manera de hacer mejor nuestro trabajo. La Usach significa pertenencia a una comunidad, una sociedad dentro de la ciudad de Santiago.
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Pedro Landeros, doctor en Ciencias Físicas: “La Universidad de Santiago es mi alma máter”
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Patricia Jorquera, bioquímica y doctora en microbiología: “La Usach me dio bases sólidas para llevar mi carrera a este nivel”
Patricia Jorquera, bioquímica y doctora en microbiología: “La Usach me dio bases sólidas para llevar mi carrera a este nivel”
Recuerda que desde pequeña hacía experimentos, pero también rompía o desarmaba juguetes tratando de entender cómo funcionaban. Ya tenía esa curiosidad innata que se tradujo a la larga en querer saber cómo funcionan los virus respiratorios y usar esa información para generar vacunas. Hoy desde la empresa estadounidense de biotecnología, Moderna, recuerda su paso por la Universidad de Santiago donde estudió Bioquímica, en la Facultad de Química y Biología, y se transformó en una destacada doctora en microbiología, pese a que algunos le decían, cuando inició sus estudios, que los virus no le interesaban a nadie.
Su papá es corredor de propiedades y su mamá administradora de empresas. Su hermana educadora de párvulos, pero del área de la investigación es la única que buscó ese campo. Dio la Prueba de Aptitud Académica y entró el 2001 a la Usach, sin saber que años más tarde se especializaría en Estados Unidos y la pandemia haría entender a sus padres –por fin, dice- la importancia de lo que ella hace. Es doctora en Microbiología con especialidad en Virología. En Moderna se desempeña en el área de selección de antígenos que van a ir en vacunas, por ejemplo independiente del virus, su función es entender cómo funciona ese patógeno, cuál es el componente particular de ese microorganismo y si se puede ocupar en una vacuna.
¿Qué recuerdas de tu experiencia en la Universidad de Santiago?
- Me gustaban mucho las clases en la Usach. Nunca reprobé un ramo. En la Universidad de Santiago convergen personas de distintas clases sociales y conoces a gente que viene del ABC1 y otras más modestas, cosa que no ocurre tanto en otros planteles como los privados. Tuve muy buenos docentes y fueron ellos los que me motivaron a seguir la carrera de virología. Las ganas con las que trabajaban y su pasión se contagiaba.
Patricia tiene especiales palabras de agradecimiento para los académicos Eugenio Spencer y Ana María Sandino. “El profesor Spencer tenía el laboratorio de virología en aquel entonces. Yo entré a trabajar con él cuándo comencé a aprender en investigación a finales del 2004 y estuve ahí 2 años. Me interiorice en virología y así fue como postule a un doctorado, porque requería seguir en una carrera en virología. La Dra. Sandino fue mi tutora de tesis en bioquímica, es una mujer muy inteligente y proactiva y fue muy importante verla como se manejaba en el día a día. El profesor Spencer es muy respetado y gracias a él establecí contactos en Estados Unidos; terminé haciendo mi tesis doctoral acá. De hecho fue mi cotutor en mi tesis de doctorado y Ana María mi tutora de pregrado que fue sobre un virus que infectaba y se reproducía en el salmón (IPNV).
Patricia llegó al país del norte en 2008 a terminar su doctorado en la Universidad de Carolina del Norte y trabajó con virus respiratorios. Hizo un postdoctorado en la Universidad de Georgia, y después, se desempeñó como científica en el Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Facultad otros 3 años. Se perfeccionó en el estudio de virus respiratorios tales como la influenza, sincicial y Coronavirus. En 2017 se abrió una posición en el CDC (Centers for Desease Control and Prevention), entidad del gobierno en Atlanta, Estados Unidos, que se encarga de estudiar enfermedades infecciosas, donde monitoreaba los virus de influenza que circulaban en el mundo analizando si aparecía alguno que fuera distinto y si era necesario hacer un upgrade de la vacuna.
A principios del 2019 se fue a Boston e ingresó a Seqirus, una de las tres farmacéuticas más grandes de ese país que produce vacunas de influenza, donde trabajó directamente con el Coronavirus en el laboratorio. Un reclutador de Moderna la ubicó por Linkedin, ya que buscaban una persona que tuviera experiencia trabajando con más de un virus respiratorio y ya estaban produciendo una vacuna para Coronavirus. Empezó a trabajar en septiembre, cuando la firma iniciaba la fase 3 de la investigación; gran parte de desarrollo in vitro ya se había realizado y la vacuna estaba siendo probada en humanos. Ella es una de los cerca de 30 científicos que trabaja en el equipo de enfermedades infecciosas. Pertenece al grupo de diseño de antígeno, donde hay 4 expertos que investigan el genoma de los virus.
¿Qué representa la Usach en tu exitosa carrera profesional?
- La Usach académicamente me dio las bases sólidas para seguir estudiando y llevar mi carrera a este nivel. Si no hubiese aprendido a trabajar en laboratorio y en bioquímica en general no estaría donde estoy actualmente. Aprendí a relacionarme con personas de distintos lugares. Yo nunca consideré salir al extranjero, pero conversar con profesores que si lo habían hecho, escuchar sus experiencias, aprendizajes, lo rico que es salir y absorber otras culturas, me impulsó a continuar mis estudios. En la Usach recibes como un entrenamiento aparte, porque trabajar con pocos recursos te hace ser más imaginativo y encontrar fórmulas de hacer mucho con lo poco que tienes. Aquí en Estados Unidos tu compras un kit y listo .No se imaginan todo el trabajo que hay detrás. Si falla no tienen idea de cómo arreglarlo tampoco.
¿Adviertes diferencias entre la educación que se entrega en nuestra Universidad con la que observas en Estados Unidos?
- No veo mucha diferencia. Una de las ventajas de estar en EE.UU es que es un lugar donde convergen personas de todo el mundo. En el equipo con que trabajo en Moderna hay personas de Suiza, Australia, Francia y México. Comparando mi formación con la de ellos, no siento que haya una desventaja. Los doctorados en Chile siento que son un poco mejor porque acá duran 4 años, pero tu pregrado y postgrado allá en nuestro país son más largos, te preparan más en el laboratorio. Yo he conocido profesionales que sacan su título de bioquímico sin haber puesto jamás un pie en un laboratorio. Ese año extra de investigación que hacemos en Chile, acá no está. En cuanto a conocimientos, nuestro país tampoco está en desventaja. Trabajando con otros científicos no siento que mi saber sea mayor o menor que el de ellos, sino que es más bien parejo.
El Coronavirus en Chile
Hay preocupación en nuestro país sobre una eventual segunda ola. ¿Qué análisis haces del comportamiento de la población frente a este virus?
-“Mi familia y la de mi esposo están en Chile y estoy preocupada. Se viene el verano allá y la gente no está teniendo las precauciones debidas; es súper fácil relajarse. Como las vacunas han tenido buena eficacia muchos creen que van a estar disponibles a fin de año o en enero de 2021, pero eso no es así. Una cosa es que hayan terminado los estudios clínicos y otra muy distinta es su distribución y que llegue a todos. Sería conveniente que la población continúe limitando contactos, que sigan en sus casas, pero sé que es muy difícil que eso pase en verano. Acá la gente iba a las playas como que no pasara nada, se acabó el verano vino la tercera ola y tenemos más casos de los que teníamos antes.
Si bien Patricia no puede hablar mucho de la inyección de Moderna, remarca que las vacunas de RNA no son estables en el freezer normal, se requieren congelar a -70 y-80 y seguramente los hospitales en Chile no cuentan con refrigeración de ese tipo para almacenar un millón de dosis, por ejemplo. Un objetivo de Moderna fue modificar la vacuna para ocuparla idealmente a 4 grados que es la temperatura de un refrigerador.
Mientras no llega la inmunidad, la doctora en microbiología recalca que es clave usar la mascarilla y lavarse las manos.” Yo le digo a mis familiares y amigos de Chile que no relajen los cuidados, el virus aún está activo", concluye.