Académico asegura que estufas a leña no contaminan por sí mismas
César Rosas, investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica, advierte que nuevas tecnologías para este tipo de estufas, reducen drásticamente emisiones y que sólo son contaminantes en caso de que no se cumplan las instrucciones de uso.
Ante los sucesivos episodios críticos de contaminación atmosférica en Santiago y en ciudades como Temuco, junto a la posibilidad de decretar una prohibición total de las estufas a leña, el investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad, César Rosas, asegura que una medida tan extrema no será efectiva y perjudicaría a miles de personas que no tienen otra forma de calefacción a su alcance.
La experiencia del académico de la Usach, quien actualmente está diseñando un dispositivo para disminuir las emisiones de contaminantes de las estufas a leña -proyecto financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF)- le permite afirmar que "si se somete a regulaciones, tanto la calidad de la leña como la tecnología de los calefactores, se pueden minimizar significativamente los efectos de los contaminantes".
Lo primero, enfatizó, es regular la comercialización informal: "Influye mucho la calidad de este combustible, que se mide según sus niveles de humedad. Interviene en la emisión de contaminantes como en la eficiencia energética del artefacto, ya que una parte del calor debe ser usado para evaporar el agua que está presente en la leña. Se genera, también, material particulado (hollín). Todo esto hace que la temperatura dentro de la cámara disminuya, y al reducirse esa temperatura, aumenta la emisión de contaminantes en forma de gases tóxicos y particulado, incrementándose el monóxido de carbono (CO)".
Para Rosas, la solución pasa, también, por un trabajo de educación de los usuarios, para que además de usar leña de calidad, aprendan a utilizar los artefactos según las recomendaciones de los fabricantes. El ingeniero explica que el error más recurrente es abrir y cerrar la puerta de la estufa frecuentemente. "El sólo hecho de abrir la puerta produce una variación importante de la temperatura al interior de la cámara, lo que influye en la calidad de la combustión y la emisión de contaminantes", precisa.
Un detalle no menor, y muchas veces obviado, es el tamaño del leño con que se carga el aparato, cuyas dimensiones están estandarizadas para un mejor rendimiento y menor contaminación. "Debe caber en un anillo del orden de diez centímetros de diámetro. Eso permite que la combustión sea más uniforme".
Nueva tecnología desarrollada en la Usach
A toda máquina trabaja el académico en su proyecto, iniciado en 2009, y que tiene como objetivo final desarrollar un dispositivo que mitigue la contaminación del aire, quemando los gases nocivos que se generan en la combustión de leña, al interior del calefactor. Paralelamente, el investigador y su equipo han sometido a pruebas la estufa que será ocupada como base para el estudio. También se realizará una comparación con modelos de última tecnología, los de pellet (generados a partir de aserrín de madera aglomerada), que son las menos contaminantes.
Como este estudio se enmarca en un proyecto de investigación aplicada, la Usach tiene contrapartes para el correspondiente desarrollo tecnológico; se trata de la empresa de calefactores Amesti y la Corporación de Certificación de la Leña.