Migraciones en siglos XIX y XX impulsan crecimiento económico de Argentina
- El estudio sobre las migraciones europeas hacia Argentina entre los años 1800 y principios de 1900, realizado por el Doctor Federico Droller, de la FAE, reveló que este proceso benefició al desarrollo económico y al aumento del Producto Interno Bruto (PIB). Los resultados obtenidos son contrastables y consistentes con la experiencia que tuvo Brasil, Estados Unidos, Canadá, Australia y Chile. “Este patrón se evidencia en varias regiones que recibieron migración europea”, afirma el investigador.
El académico de la Facultad de Administración y Economía de nuestra Universidad, Dr. Federico Droller, señala que la llegada de extranjeros a la zona de la Pampa, Argentina, jugó un rol preponderante en su desarrollo. Este es uno de los resultados que obtuvo a través de una investigación titulada “Migración, Composición de la Población y Crecimiento Económico: Evidencia de los Pobladores de la Pampa”, la cual fue financiada por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt).
El proyecto buscó comprender cómo las grandes migraciones afectan al desarrollo a largo plazo de una región o país, para eso el Dr. Droller se enfocó en los datos estadísticos de la Pampa, provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, lugar que posee un características geográficas similares, e instituciones en común.. Con esto, el académico indagó si los extranjeros aportaron al crecimiento del país, y si este fue positivo o no.
Migración positiva
Los resultados de la investigación develan que las zonas que recibieron de forma proporcional más europeos lograron desarrollarse de mejor forma que las que no contaron con dicha población. “Si aumenta el porcentaje de población europea en un 10% el PIB per cápita aumenta entre un 80 y 90%. Esto es un efecto muy importante”, afirma.
Al demostrar que la migración durante ese periodo fue beneficiosa tanto para los extranjeros como para los residentes, se desprendió la interrogante sobre qué fue lo diferente que aportaron los europeos. “Las personas que migraron hacia estas zonas traían más conocimiento, en economía denominamos a esto Capital Humano. Ellos posiblemente sabían organizarse mejor, desarrollaron actividades industriales, y todo esto contribuyó a que estas regiones crecieran más con respecto a las que recibieron menos europeos”, explica.
El modo de trabajo del profesor Droller se basó en un estudio empírico, utilizando datos censales históricos. “Entonces, uno tiene una base de datos, y utiliza distintas herramientas que vienen de la estadística y la econometría, estos métodos permiten entender si existe alguna relación (ya sea causal o una simple correlación) entre las distintas variables bajo análisis.”, plantea.
No obstante, el desafío de la investigación estuvo en cómo demostrar el factor causal. Ante esto, el académico logra establecer de forma empírica que el crecimiento económico proviene de los europeos.
Efecto de la migración en otros países
Si bien, el estudio se produjo con la utilización de datos provenientes de la Pampa, Argentina y la migración realizada a esa zona, es posible establecer un patrón sobre el efecto positivo de la migración europea de principios del siglo XX.
“Los resultados obtenidos en esta investigación para el rango de tiempo desde 1800 a 1900 es contrastable y consistente con la experiencia que tuvo Brasil, Estados Unidos, Canadá, Australia y Chile. Este patrón se evidencia en varias regiones que recibieron migración europea”, afirma.
Con respecto a las migraciones actuales el académico sostiene que es difícil extrapolar sus resultados y proyectar si los beneficios serán los mismos que en el siglo pasado.
Sin embargo, el profesor sostiene que las migraciones en un pasado tampoco fueron vistas de forma positiva en un principio. “En muchos de estos países ante se veía como algo negativo la llegada de extranjeros, muchos creían que les iban a quitar el trabajo, por ejemplo. Son los mismos temores de hoy, sin embargo, todas estas sociedades integraron a los extranjeros y pudieron desarrollarse de igual forma. En muchos casos incluso hubo un beneficio, como muestra mi investigación”.