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Fertilizantes y estimulantes vegetales creados por estudiantes del Plantel conquistan el mercado internacional

Fertilizantes y estimulantes vegetales creados por estudiantes del Plantel conquistan el mercado internacional

  • Tras el éxito a nivel internacional de Nutrisato, un novedoso fertilizante natural que aumenta en un 50% el tamaño de frutas, verduras y plantas, sus inventores crearon una empresa de aditivos agrícolas.


 




A partir de la inquietud y la búsqueda incesante de soluciones biotecnológicas en el ámbito ambiental, Alejandro Muñoz, bioquímico y candidato a doctor de la Universidad de Santiago, creó un llamativo bioestimulante vegetal a base de moléculas orgánicas que permite hacer crecer frutas, verduras y flores el doble de su tamaño en el mismo periodo.

Tras el descubrimiento, se sumaron al proyecto Carla Céspedes, estudiante de Agronomía de la Universidad de Chile, y Rodrigo Ferreira, estudiante de Ingeniería Comercial de la U. de Santiago, quienes se encargaron de dar proyección agronómica y comercial al producto.

Tras ver los resultados positivos de Nutrisato al aplicarlo en morrones y tomates, los estudiantes postularon al concurso Brain Chile, donde ganaron el primer lugar del prestigioso certamen, fondos que les permitieron desarrollar el proyecto alcanzando logros impensados: hoy, ya lideran su propia empresa llamada Ingeniería y Biotecnología Limitada, Atama Biotech Ltda.

Nutrisato comienza a ser comercializado

Con el premio que los investigadores recibieron en el concurso Brain Chile, continuaron con las pruebas. Fue así como descubrieron que el bioestimulante, inocuo para el medioambiente y las personas, “además de aumentar al doble el tamaño de los productos, también aumentaba en un 50% la producción de frutos y en un 30% la producción de biomasa en hortalizas”, explica el formulador del proyecto, Alejandro Muñoz.

Carla Céspedes, encargada de desarrollo agronómico en el proyecto, explica que “los primeros ensayos que realizamos en febrero fueron cosechados en abril, los que quedaron botados después del concurso en un clima cordillerano. Nos dimos cuenta que el fertilizante disminuye el estrés por frío de las plantas, y la higroscopicidad, es decir, que aumenta la retención del agua, evitando que se evapore”.

Según las últimas pruebas, los investigadores comprobaron que el fertilizante funcionaba en todos los productos a los que aplicaban Nutrisato, entre ellos, espinacas, apio, perejil, cilantro, tomates, morrones, cebollas, tomates cherry y en plantas ornamentales, como tulipanes, rosas y margaritas.

Además, están haciendo otros ensayos en hidroponía, con lechugas y tomates, y comenzaron a ensayar en berries y cítricos en Valdivia, cuenta Carla Céspedes.

Respecto a la comercialización del producto, Rodrigo Ferreira, encargado de administración y ventas de la empresa, cuenta que “debido al interés que tuvimos en redes sociales, creamos Nutrisato Hogar, enfocado en las personas que tienen huertos en sus casas, el que será comercializado prontamente. Tenemos pruebas que avalan su funcionamiento para huertos caseros, y el frasco de 250 ml duraría un año para una maceta o 3 meses para un huerto de un metro cuadrado aproximadamente, el que tendrá un valor aproximado de 6 mil pesos”.

Crean nuevo producto bioestimulante

Los investigadores aseguran que el trabajo con Nutrisato ha sido diversión para ellos, haciendo lo que les gusta, y que los ha motivado a seguir innovando. Fue así como crearon un segundo producto, que denominaron Raizato y conformaron la empresa Atama Biotech Ltda.

Según relata Alejandro Muñoz, “todos tenemos el sello medioambiental y social, nos gusta trabajar y completar nuestras actividades. En ese sentido, Raizato se convierte en un súper mejorador de suelo que agrega materia orgánica. Tiene la capacidad de potenciar el crecimiento de las raíces y de las hojas, lo que comprobamos de manera extrema, haciendo crecer una cebolla en arena que esperábamos muriera, pero sobrevivió con el producto”.

Para Rodrigo Ferreira, existe variedad de conocimientos en el proyecto. “Nuestras carreras y enfoques son totalmente distintos, contamos con competencias blandas, de tratar de vender bien el producto. Mi formación académica me preparó para la vida, y las exigencias de los profesores hicieron que este sello que tenemos de completar las tareas sea siempre cumpliendo las exigencias”, indica.

Mientras que para Alejandro Muñoz, su formación es esencial, según explica. “Si no fuera por mi profesión no existiría Nutrisato, y mi doctorado ha sido muy importante para apoyar las labores administrativas y de gestión que hoy nos permiten saber de lo que estamos hablando. La formación ha sido la base absolutamente del proyecto”, sostiene.  

Efectos medicinales fueron descubiertos por Dr. Leonel Rojo: Maqui combate consecuencias adversas de los psicotrópicos

Efectos medicinales fueron descubiertos por Dr. Leonel Rojo: Maqui combate consecuencias adversas de los psicotrópicos

  • La aplicación de la planta “Aristotelia chilensis” derivada del estudio dirigido por el Dr. Leonel Rojo Castillo (en la fotografía), integrante de la Facultad de Química y Biología, permite revertir los problemas derivados del uso de psicotrópicos, entre ellos, la obesidad, diabetes y trastornos cardiovasculares.

 






Un crecimiento exponencial de personas con obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, dislipidemia y problemas cardiovasculares luego de consumir antipsicóticos durante 6 meses continuos, descubrió el investigador de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Leonel Rojo.

Clozapina y Olanzapina lideran las importaciones anuales en los últimos 10 años, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, debido a su valor accesible y efectividad para tratar a pacientes adultos que presentan cuadros de psicosis o esquizofrenia, y también a niños con déficit atencional, autistas, con asperger con trastornos bipolares, y personas que pasan por periodos de agitación.

Sin embargo, los efectos adversos que genera su consumo alertaron al Dr. Rojo, cuando descubrió que no existía solución, ya que los fármacos antidiabéticos no lograban su fin en los pacientes en que se les administraba. Fue entonces que comenzó a buscar soluciones, encontrándola el año 2012 tras pruebas de laboratorio con un producto chileno: Se trata del Maqui Berry, denominado científicamente como Aristotelia Chilensis y que crece en la zona central y sur de nuestro país.  

“Descubrimos en Estados Unidos, que uno de sus compuestos es fuertemente antidiabético, así que pensamos que el maqui puede prevenir la obesidad que es causada por antisicóticos y descubrimos que previene la acumulación de lípidos en las células en pacientes tratados con estos fármacos”, explica el experto en toxicología.

Equipo colaborador 

El Dr. Rojo posee una importante trayectoria científica, cuyas investigaciones lo han llevado a recibir distinciones de parte de la New York Society of Cosmetic Chesmits, y de la American Society of Pharmacognosy en el año 2010, luego que descubriera una tecnología anti envejecimiento en base a compuestos bioactivos de lúcuma.

En el proyecto colabora, el Dr. Ilya Raskin, de la Rutgers University, en New Jersey, quien posee reputación internacional por investigaciones en medicinas derivadas de planta, además de un equipo de la Universidad de Chile, encabezado por el Dr. Pablo Gaspar.

También colabora la Universidad Hadassah Academic College, de Jerusalén, apoyo que a juicio del investigador “pone a la Universidad de Santiago en un contexto internacional”.

La investigación denominada “Evaluation of Athocyanins from Maqui Berry in the Prevention of Clozapine-Induced Hepatic Lipid Accumulation, Activation of SREBP1c Target Genes and Obesity”, es financiada a través de un proyecto Fondecyt de iniciación en el área de los psicofármacos y metabolismo.

Contexto actual y expectativas de la investigación

Actualmente el Dr. Rojo junto a sus colaboradores continúan realizando estudios de laboratorio en el edificio de Química y Biología de la Universidad de Santiago. En esta fase, buscan resolver cómo los compuestos naturales del maqui, denominados antocianos, logran prevenir la acumulación de lípidos y el problema metabólico que trae asociado el uso de antipsicóticos.

El investigador espera que la pesquisa termine a fines del 2017, con un proyecto de continuidad que permita llevar la iniciativa a pacientes. Lo que se sabe hasta el momento, es que “el maqui ayuda a que el azúcar no circule por la sangre y se distribuya donde corresponde, se han realizado pruebas en modelos experimentales de laboratorio, las posibilidades que a una persona le haga mal son mínimas”, asegura el docente.

Según cree el Dr. Rojo el proyecto favorecerá al país, “pienso que no sería caro, y sería bueno para la economía nacional, porque la gente que colecta y comercializa el maqui, está ávida porque le ayudemos a encontrar nuevos usos”.

Actualmente el producto se encuentra en categoría Superfrut, y es comercializado mayoritariamente en Estados Unidos. En tanto, según explica el investigador, ya hay empresas interesadas en el proyecto. Instancia en que abrió las puertas a que más empresas colaboren en la materialización de la iniciativa, ya que a su juicio, “lo importante es que resuelva los problemas de los pacientes”.  
 

Investigadores del Cedenna se suman a grupo internacional que buscan cura al cáncer colorrectal

Investigadores del Cedenna se suman a grupo internacional que buscan cura al cáncer colorrectal

  • El proyecto, que reúne a quince instituciones de Chile, Estados Unidos y Europa, entre ellas, el Centro de Investigación dirigido por la Dra. Dora Altbir Drullinsky, busca crear, analizar y probar nuevas terapias para el tratamiento del cáncer colorrectal a través de nanoestructuras magnéticas. Al mismo tiempo, la iniciativa tiene como propósito promover el intercambio de capital humano, la transferencia tecnológica y la creación de nuevo conocimiento.
     


“La nanotecnología tiene un fuerte impacto en diversos aspectos de la vida de las personas. Sus aplicaciones crecen y se potencian cada vez más, alcanzando áreas como la medicina, donde la búsqueda de nuevos tratamientos contra el cáncer genera gran interés y expectativas, principalmente porque las terapias tradicionales aún son caras, complejas y ocasionan una serie de efectos secundarios de profunda huella en el organismo”, señaló Dora Altbir, directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología Cedenna, que como parte de un consorcio de instituciones internacionales, se adjudicó fondos para colaborar en la búsqueda de nuevas soluciones para esta enfermedad.

Un total de 15 organizaciones, entre ellas el centro de nanotecnología chileno, se unieron para conformar el consorcio Magnamed y responder a la convocatoria realizada por el programa de becas de investigación de la UE, que financiará el proyecto por al menos cuatro años. Entre los participantes también se cuentan la Universidad Complutense de Madrid, la U. del País Vasco, la Universidad de California San Diego e IMG Pharma. El objetivo es colaborar para encontrar nuevos métodos contra el cáncer colorrectal, utilizando nanoestructuras magnéticas de última generación, que puedan ser dirigidas directamente hacia células tumorales para destruirlas, evitando los efectos colaterales de tratamientos como las radio y quimioterapias.

El desafío es crear estructuras de tamaño nanométrico, con forma de disco, que puedan introducirse en el organismo y que, gracias a sus propiedades magnéticas, destruyan por medio de reacciones físicas las células malignas sin afectar a las demás. Este tipo de terapia se está estudiando desde hace algunos años, sin embargo, la dificultad para fabricar nanopartículas magnéticas que no provengan de materiales biotóxicos y que interactúen de manera eficaz con biosensores, ha impulsado a la Unión Europea a promover la cooperación internacional entre universidades, centros de investigación y laboratorios alrededor del globo para encontrar nuevas soluciones y reducir la mortalidad por cáncer.

“Para el Centro de Investigación en Nanotecnología Cedenna, participar en este proyecto representa no sólo una oportunidad de aportar una posible solución a una de las enfermedades más catastróficas y mortales, sino también de aprender y trabajar en conjunto con investigadores de distintas instituciones, con diversos grados de avance en estas indagaciones, lo que nos da la posibilidad de transferir ese nuevo conocimiento y compartirlo con científicos y desarrolladores nacionales”, indicó la Dra. Altbir.

Tratamiento selectivo

Un tratamiento eficaz durante la fase temprana es clave para reducir la mortalidad en algunos tipos de cáncer, como el de colon y recto.  La dificultad de los estudios clínicos para detectar las células cancerígenas radica en que los biomarcadores tumorales se encuentran en pequeñas concentraciones y se hacen perceptibles en etapas ya avanzadas. Pero los tratamientos más recomendados son agresivos y no selectivos.

Las  nanopartículas magnéticas (MNP) se adhieren a células malignas contribuyendo a una pronta detección del cáncer.  Además, proveen la posibilidad de desintegrar tumores a través de la hipertermia, una técnica que utiliza campos magnéticos para calentar las MNP y con ello, aniquilar a las células cancerígenas cercanas, que son poco tolerantes al aumento de temperatura. Sin embargo, su utilización presenta limitaciones y es en este ámbito donde Magnamed explorará el potencial de tecnologías emergentes basadas en nanoestructuras magnéticas MNS, que debido a su diseño mejoran las posibilidades de respuesta en relación a las MNP.

Así lo revela estudio del profesor asociado de la FAE, Dr. Damian Clarke: La educación incide en disminución de la mortalidad materna

Así lo revela estudio del profesor asociado de la FAE, Dr. Damian Clarke: La educación incide en disminución de la mortalidad materna

  • El profesor asociado de la Facultad de Administración y Economía de nuestra Universidad y doctor en Economía por la Universidad de Oxford, Damian Clarke, en conjunto con Sonia Bhalotra, Professor of Economics por la Universidad de Essex, realizaron un estudio que vincula la mortalidad materna con la educación; en concreto la investigación se interroga si  la educación reduciría la muerte de las mujeres en el parto.

 






El profesor asociado de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago y doctor en Economía de la Universidad de Oxford, Damian Clarke, en conjunto con Sonia Bhalotra, Professor of Economics en la Universidad de Essex, realizaron la investigación “La mortalidad materna y educación: ¿Reduce la educación de las mujeres el tipo de muerte en el parto?”, en la que establecieron la relación empírica entre la mortalidad materna y la educación, trabajo que fue plasmado en un video del World Institute of Development Economics Research, de Naciones Unidas en Helsinski.

La Organización Mundial de la Salud estimó, en el año 2015, que diariamente morían 830 mujeres al momento de dar a luz. Esta cantidad de muertes eran posibles de prevenir con el acceso oportuno a los anticonceptivos y a la atención obstétrica, como resultado de las políticas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La meta era, a 30 años, poder reducir en un 75% las muertes maternas en el mundo. Pese a todos los avances en este tema, la meta otorgada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio no se logró.

Debido a este hecho es que los ODS se destinaron a reducir para el 2030 las tasas de muertes maternas a 70 por cada 100 mil nacidos vivos y a 210 por cien mil en la actualidad. Para cumplir estos objetivos se requieren nuevas políticas y urgencia en su implementación.

Ante esta realidad, el doctor en Economía de la Universidad de Oxford, y profesor asociado de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago, Damian Clarke, decidió investigar junto a Sonia Bhalotra, Professor of Economics  en la Universidad de Essex, la reducción de la muerte materna gracias a la educación.

Junto con esto, el World Institute Development Economics Research (UNU-WIDER), de Naciones Unidas en Helsinski, realizó un video en el que se resume esta importante investigación para darle difusión a nivel mundial a través de los distintos medios de comunicación.

El UNU-WIDER es una mezcla única de laboratorio de ideas, instituto de investigación, y la agencia de la ONU que proporciona una gama de servicios de asesoramiento a los gobiernos, así como investigaciones originales de libre acceso coordinado por un grupo de residentes y los investigadores no residentes llevado a cabo por una red global de colaboradores.

El estudio

En su estudio “La mortalidad materna y educación: ¿Reduce la educación de las mujeres el tipo de muerte en el parto?”, el investigador propone que junto con la típica política  de la atención del parto, la atención prenatal y el estado de los servicios de salud, el aumento de la educación de la mujer reduce causalmente la probabilidad de morir durante el alumbramiento.

“Los documentos de política sobre la mortalidad materna rara vez indican a la falta de educación como una de las causas de la mortalidad materna. La literatura, tanto académica  como de las políticas públicas tiene muy poco que decir sobre este mismo tema. Hay una literatura viva en economía que documenta una correlación positiva entre la educación y otros indicadores de la salud”, argumenta Clarke.

En el estudio de mortalidad materna y educación, se analizaron las reformas educativas realizadas en Kenya, las que  permitieron aumentar en 1,8 años el nivel de instrucción de las jóvenes, lo que significó una reducción del 34% de la tasa de mortalidad materna.

El investigador del Plantel agrega a estas cifras que en Nepal, el 49% de las madres alfabetizadas cuentan con una matrona calificada para la atención de sus partos, frente al 18% de las madres analfabetas. “Los beneficios de estar alfabetizada por lo que respecta a la asistencia de una partera calificada pueden ser mucho mayores para las madres de los hogares pobres. En Camerún, el 54% de las madres alfabetizadas de hogares pobres se benefician de la atención de una partera calificada, frente al 19% de las analfabetas”, dice Damian Clarke.

La premisa que estudian los investigadores es ¿por qué la educación reduce la mortalidad materna? La respuesta se debe a que las mujeres que han recibido educación tienen más probabilidades de evitar complicaciones durante el embarazo, como la preeclampsia, las hemorragias y las infecciones, adoptando prácticas sencillas y poco costosas para mantener la higiene reaccionando ante síntomas como hemorragias o hipertensión, asegurándose la asistencia de una partera calificada en el alumbramiento.

Además, las mujeres que han recibido más educación tienen más probabilidades de utilizar los servicios públicos de atención de salud, han podido dar a luz siendo mayores de edad (no adolescentes) y han logrado tener menos hijos.

Principales resultados

Estos resultados sugieren, en primer lugar, que incluso cuando se controla por explicaciones alternativas, el nivel de educación de las mujeres en un país, este tiene efectos considerables sobre las tasas de muerte materna. “Curiosamente, cuando se estima el efecto condicional de la educación de los hombres y de las mujeres, además de la educación en conjunto, son los incrementos en la educación de las mujeres en un país las que reducen las tasas de mortalidad materna, y no aumentos en la educación de los hombres”, añade el académico.

En segundo lugar, los resultados sugieren que existen importantes no linealidades en la relación entre la educación y muerte materna. Mover un por ciento adicional de las mujeres en la educación primaria (de ninguna educación) reduciría las tasas de muerte materna por entre 5-8 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, la cual es 4% del valor medio de la muerte materna durante el período en estudio. “El efecto adicional de mover las mujeres en la educación secundaria es significativa, pero menor en magnitud, mientras que el efecto de mover las mujeres en la educación terciaria no es significativamente diferente de cero”, agrega Clarke.

Estos resultados sugieren que la consecución de conocimientos básicos de salud a niveles bajos de educación, puede tener efectos importantes en un individuo que tiene probabilidad de morir en el parto. “Estimamos que una desviación estándar del aumento de las mujeres en la escuela primaria y una desviación estándar del PIB per cápita,  tendría una efecto de magnitud similar en las tasas de muerte maternal”, concluye el investigador.

Investigadores crean biofiltro que captura cobre de aguas utilizadas en procesos mineros

Investigadores crean biofiltro que captura cobre de aguas utilizadas en procesos mineros

  • Liderados por la Dra. Claudia Ortiz Calderón, un grupo de científicos de la Facultad de Química y Biología desarrolló un instrumento elaborado sobre la base de algas pardas chilenas y piedra pómez capaces de adsorber al metal rojo desde soluciones que tengan concentraciones del mineral que provengan de esta industria extractiva.

 



Coincidentemente con el bajo momento que atraviesa la minería del cobre en nuestro país, un grupo de investigadores de la Facultad de Química y Biología, liderados por la Dra. Claudia Ortiz Calderón, crearon un biofiltro elaborado sobre la base de algas pardas chilenas y piedra pómez, capaz de absorber cobre desde soluciones que tengan concentraciones del mineral que provengan de la industria minera.

La Dra. Ortiz, responsable del Laboratorio de Bioquímica Vegetal y Fitorremediación, destaca que la investigación se enmarca en lo que habitualmente realizan, que es el uso de organismos vegetales para la remediación o mejora ambiental.

Mediante esta herramienta es posible absorber cobre desde efluentes que contienen este metal para así recuperar iones, devolverlos a los procesos de producción minera  y limpiar las aguas en que están disueltos para reutilizarlas. La Dra. Ortiz adelanta que ya se está estudiando la efectividad del biofiltro con otros metales, lo que podría redundar en el interés de nuevas industrias.

El biofiltro es básicamente una columna de flujo vertical que contiene tres tipos de algas pardas de amplia distribución en las costas de Chile, entre ellas, cochayuyo y piedra pómez, en una disposición que es capaz de capturar el mineral rojo.

“Recopilamos el alga, la lavamos, la secamos, la picamos y la tamizamos a un tamaño específico, y se empaqueta junto a pomacita o piedra pómez, lo que permite que el alga no se comprima”, puntualiza la académica.

A su vez, la investigadora recalca que para la elaboración del biofiltro no se requiere colectar biomasa viva o cosechar algas, a diferencia de lo que hacen los algueros que se dedican al acopio de biomasa.

“Hablamos de desechos, que es cuando existe varazón de estas algas y, de hecho, generan un problema ambiental: hay que limpiar las playas porque se descomponen y generan mal olor”, enfatiza la científica.

Por este motivo, aclara la investigadora, el biofiltro es de muy bajo costo de producción, porque, además, tampoco existe un pretratamiento de la biomasa.

“La biomasa, o la masa que proviene de material vivo de origen biológico, es más fácil de reproducir y en este caso la obtención de la materia prima es de bajo costo. Además, la materia prima la usamos cruda, es decir, no hay un pretratamiento, que es lo que ocurre normalmente con resinas u otros materiales de origen más químico”, subraya la Dra. Ortiz.

Solicitud de patente

La iniciativa, que partió en 2012, fue financiada por Corfo y actualmente está en etapa de protección tras ser presentada una patente que corresponde al sistema empaquetado.

El siguiente paso es ambicioso, porque se mantienen los análisis para determinar la efectividad del biofiltro con otros metales, lo que podría manifestar el interés de otras industrias.

“Sabemos que el biofiltro funciona muy bien para cobre, también tenemos algunas aproximaciones con otros cationes equivalentes cono zinc, cobalto o cadmio, y, en general, funcionan bastante bien”, recalca la Dra. Ortiz.

Y agrega que “entonces cualquier industria o proceso industrial que genere este tipo de elementos que puedan o ser recuperados o necesiten ser removidos para limpieza, también es un nicho interesante para el filtro”.

También se han llevado a cabo varias tesis de trabajo en el ámbito de la desalación con resultados interesantes “aunque muy preliminares”, y con arsénico. “El biofiltro funcionó bastante bien, pero los resultados hay que trabajarlos más”, puntualiza la Dra. Ortiz.

En ese contexto, manifiesta la académica, la empresa canadiense Good Harbor, que apoyó el proyecto -como subcontrato- en el estudio hidráulico de las columnas, manifestó su interés en adquirir los derechos del biofiltro.

La Dra. Ortiz también destaca la formación de capital humano tras la realización de este trabajo investigativo.

“El estudiante del doctorado Héctor Cid, que realizó su tesis a partir de este proyecto, viajará a la Universidad de Durham, Inglaterra, para visitar uno de los centros más importantes del mundo en investigación de cultivo y producción de biomasa en macroalgas”, comentó la académica.

Las propuestas del proyecto fueron acompañadas por otros académicos del Plantel, entre ellos el profesor Jaime Pizarro, de la Facultad de Ingeniería del Departamento de Ingeniería Geográfica y en la misma Facultad, hubo vinculaciones con otros grupos de laboratorio. En el proyecto mismo también fue importante la participación del profesor Patricio Navarro, del Departamento de Ingeniería Metalúrgica.

Desarrollan concentrado basado en la quinua como alternativa alimenticia

Desarrollan concentrado basado en la quinua como alternativa alimenticia

  • Las investigadoras de la Facultad Tecnológica de la U. de Santiago, Dra. Silvia Matiacevich, y la profesora Rosa Navarro Lisboa, lograron concentrar las proteínas de la quinua en emulsiones líquidas y tras ello, deshidratarlas para convertirlas en un ingrediente en polvo que podría ser alternativa a ingredientes de origen animal.

 




Tras dos años de investigaciones, un equipo de científicas de la Facultad Tecnológica de la U. de Santiago, concluyó que las proteínas de la quinua se pueden concentrar generando emulsiones en un estado líquido y luego, al deshidratarlas, mediante un proceso específico, se pueden convertir en un nutritivo y saludable ingrediente en polvo.

La académica del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Dra. Silvia Matiacevich, y la docente de la Facultad Tecnológica, profesora Rosa Navarro Lisboa, encabezan esta investigación que ya evidencia importantes resultados.

“Logramos hacer unas emulsiones líquidas a base de proteínas de quinua estables en el tiempo, donde sin ningún aditivo, solamente las proteínas y un aceite con propiedades activas, se pueden mantener prácticamente estables por 25 días, sin que se contaminen y de buena apariencia”, destaca la profesora Rosa Navarro.

Tras ello, se logró avanzar hacia una nueva línea de la investigación, que buscaba crear un ingrediente en polvo a base de estas emulsiones, enfocado a las personas que no consumen productos de origen animal.

“Logramos deshidratar estas emulsiones que tienen un alto contenido proteico, porque también queríamos ofrecer un ingrediente en polvo, que pueda ser incorporado a cualquier alimento, para enriquecer sus propiedades”, recalca Rosa Navarro.

Este ingrediente en polvo además incorpora un elemento bioactivo rico en propiedades antioxidantes y que también es antihipertensivo.

“De esta manera tenemos las dos versiones, líquida y en polvo para ofrecer como un producto funcional y saludable, porque incluso si alguien es alérgico a la quinua no necesariamente lo es a sus proteínas, porque no se está consumiendo el grano entero”, subraya la Dra. Silvia Matiacevich.

El origen de la idea

En 1996 la quinua o quínoa, como se conoce en algunos países de habla inglesa, fue catalogada por la FAO (Organización de Las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) como una de las semillas con mayor potencial para la humanidad, ello por sus múltiples beneficios nutritivos, diversos usos y, sobre todo, por la posibilidad de combatir los problemas de desnutrición en el mundo.

Los cultivos de quinua predominan en la Cordillera de los Andes, principalmente en Perú y Bolivia. En Chile las plantaciones están comenzando a masificarse tanto en las regiones del norte como del centro del país.

A raíz de ello, nació la inquietud las investigadoras del Plantel de estudiar cuidadosamente las propiedades de este pseudo-cereal.

“La idea de investigar la quinua parte porque esta se caracteriza por tener un alto contenido proteico, de hecho es calificada como un superalimento. Sin embargo, aún las personas no consumen tanta quinua como se esperaría, por lo mismo queríamos saber si las proteínas de estos granos tenían la misma funcionalidad que las proteínas de la soja o de la leche”, subraya Rosa Navarro.

Entonces, las científicas se centraron en la idea de sumar al mercado un producto como alternativa a los lácteos, incluso la carne, dirigido a personas que por creencias rechazan alimentos que provengan de animales, como los “veganos”.

“Ellos tienen que consumir otro tipo de productos en demasía para poder obtener la misma cantidad de aminoácidos que se obtendría con carne y con leche, y acá obtienen un concentrado de proteínas y no se tiene que consumir alta cantidad de lentejas o de soja, por ejemplo”, señala la Dra. Silvia Matiacevich.

Una vez que el proyecto tomó forma, a la U. de Santiago se sumaron otros profesionales para colaborar en la investigación, como el Dr. Rommy Zuñiga de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), el Dr. Javier Enrione de la Universidad de Los Andes y las Dras. Carolina Astudillo y Fanny Guzmán de la Pontificia U. Católica de Valparaíso.

La investigación es parte del proyecto doctoral de la profesora Rosa Navarro, el que deberá concluir en marzo del próximo año y está enmarcada en un anterior proyecto Fondecyt Regular de la Dra. Matiacevich que estaba asociado a obtención de ingredientes activos y de emulsiones.

El financiamiento ha sido a través de colaboraciones y las becas Conicyt para gastos operacionales, obtenidas por la docente.

Investigadores buscan posicionar al teluro como elemento fundamental entre las energías renovables

Investigadores buscan posicionar al teluro como elemento fundamental entre las energías renovables

  • El Dr. Claudio Vásquez Guzmán, académico del Departamento de Biología, junto a su equipo comprobó que las bacterias antárticas expuestas al estrés oxidativo son resistentes a este componente químico.

 






Comprobar si bacterias antárticas expuestas a estrés oxidativo son resistentes al teluro fue lo que realizó el Dr. Claudio Vásquez, académico del Departamento de Biología, junto a su equipo gracias a un proyecto Fondecyt Regular que finalizó este año.

El teluro (Te) es uno de los tantos elementos de la Tabla Periódica y se encuentra en el mismo grupo de elementos que se consideran esenciales para la vida, como el oxígeno, azufre y selenio. Sin embargo, hasta hoy no se sabe bien si este elemento tiene alguna función biológica. Por esta razón, el equipo del Laboratorio de Microbiología Molecular de la Facultad de Química y Biología, liderado por el Dr. Claudio Vásquez, lleva años investigándolo y dedicando gran esfuerzo a entender las bases moleculares de su toxicidad.

El académico, junto al  Dr. José Manuel Pérez, de la Universidad Andrés Bello, trabajaron en el proyecto Fondecyt Regular (N°1130362) “Tellurite-resistant antarctic bacteria: Unveiling new toxicant resistance mechanisms” desde 2013, el cual finalizó recientemente.

De acuerdo al investigador, “la hipótesis del proyecto es que las bacterias que viven en la Antártica, como son resistentes y están adaptadas al estrés oxidativo, deberían ser resistentes a  telurito. La idea fue encontrar bacterias superresistentes que ayudaran -entre otras cosas-- a definir si el  teluro puede ser de utilidad para la célula”.

El proyecto surgió de la observación de muestras aisladas de distintas localidades de la Antártica chilena, que contempló visitas a las bases Prat y Escudero, un recorrido por la isla Decepción y Península Fildes, así como viajes en el Rompehielos Almirante Óscar Viel, de la Armada de Chile, que contenían microorganismos resistentes al estrés oxidativo y a  telurito.

El resultado  fue  el aislamiento y caracterización de microorganismos que se sometieron a estrés oxidativo (durante la exposición a telurito), se evaluó  la respuesta celular al estrés y se concluyó con la búsqueda de potenciales -nuevos- mecanismos de resistencia al tóxico. Estos tres objetivos fueron abordados usando estrategias experimentales de tipo bioquímico, genético-molecular y fisiológico, dando como producto siete Tesis de Doctorado y ocho de Licenciatura, además de una serie de publicaciones y participaciones en congresos nacionales e internacionales.

El teluro se usa fundamentalmente en la fabricación de celdas solares. Según explica el Dr. Vásquez, “es una parte importante de las celdas fotoeléctricas que captan la luz del sol y que las convierten en electricidad”.

Lo anterior, perfila a este elemento como una posible fuente energética. Por ejemplo, “si el día de mañana se acaban los combustibles fósiles -como va a pasar-vamos a depender entre otras cosas, de la luz del sol o el viento, y para sembrar un desierto de celdas solares vamos a necesitar teluro. Para obtenerlo tenemos que crear un sistema que nos permita extraerlo  del ambiente, porque este elemento  es muy escaso ( 0,052 partes por millón en la corteza terrestre)”, explica el investigador de nuestra Universidad.

En este país, el teluro se produce como un subproducto de la refinación del cobre y se deposita en los  llamados barros anódicos, desde donde no es recuperado, abunda el académico. “Al conservarlo y manejarlo bien (para evitar desecharlo sin regulación en el medio ambiente), estaríamos contribuyendo a evitar su posible efecto tóxico sobre la flora y fauna, disminuyendo de este modo la creciente  polución por este elemento”, aclara el Dr. Vásquez.

Del punto de vista académico, el Dr. Vásquez señala que nuestra Universidad tiene gran relevancia a la hora de realizar investigación y las proyecciones que se tienen de las mismas. “La Universidad de Santiago es la que mejor me ha tratado académicamente hablando. Acá he tenido ciertas facilidades que no he tenido en otras partes, y cuando esas cosas funcionan, todos vamos hacia adelante”.

Investigación de académicos del Plantel: Crean innovador dispositivo LED para comunicarse en minas subterráneas

Investigación de académicos del Plantel: Crean innovador dispositivo LED para comunicarse en minas subterráneas

  • Se trata de un sistema que permite enviar información de texto, audio y video a alta velocidad y cubriendo largas distancias en el contexto de la minería bajo tierra. El proyecto es encabezado por el director del Laboratorio Getic del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Dr. Ismael Soto Gómez, y la directora alterna del proyecto, Dra. Carolina Lagos Aguirre.


 



Un dispositivo del tamaño de un teléfono celular que permite una fluida comunicación en faenas mineras subterráneas, al transmitir datos de texto, audio y video a alta velocidad y cubriendo largas distancias. Todo esto, a través de la luz.

Se trata de Tech-Lifim (Tecnología de Comunicación por Luz Visible en la Minería), un aparato que mediante pulsos y sobre la base de luz LED transmite y decodifica información. El proyecto es parte de uno de los tantos trabajos de investigación que desarrolla el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago de Chile.

Específicamente, el trabajo pertenece al equipo del Laboratorio Getic, destinado al procesamiento digital de señales para comunicaciones inalámbricas, encabezado por su director, el Dr. Ismael Soto, además de la Dra. Carolina Lagos Aguirre, directora alterna del proyecto, y un grupo de estudiantes de pregrado y postgrado de esta Casa de Estudios.

Investigar sobre nuevas necesidades

El proyecto se inicia en 2010, al establecer vínculos con la División Chuquicamata de Codelco con el objetivo de realizar investigación en la minería del cobre. “Se realizó un levantamiento de necesidades, donde uno de los puntos que nos plantearon fue la falta de dispositivos de comunicación, específicamente para la minería subterránea”, explica la Dr. Carolina Lagos.

En su caso, la relación era directa. Se encontraba desarrollando su tesis de doctorado en investigación energética, precisamente en ese lugar. “Nos pidieron generar un dispositivo capaz de transmitir datos a alta velocidad y en condiciones adversas, como son las altas temperaturas, la elevada humedad, el polvo y el humo”, dice.

A partir de una alianza estratégica con la empresa Control & Logic, y particularmente con su gerenta comercial Lucía Pinto, el equipo comenzó a trabajar en el dispositivo, que ya suma un año y medio de investigación, pruebas y presentaciones en Chuquicamata. “Puede instalarse en los cascos de los mineros, en la superficie del túnel subterráneo y también en los camiones, para asegurar una comunicación simultánea”, detalla la académica.

Proyección de alcance mundial

Tal como explican los investigadores, se trata de un sistema de comunicación sumamente eficiente y en sintonía con la seguridad que requieren los trabajadores, cuyo proceso se encuentra en etapa de fabricación.

Además, el dispositivo ya cuenta con una solicitud de la Universidad de Santiago de Chile para patentarlo a nivel nacional. El siguiente paso debiera ser la patente internacional, a propósito del proyecto de minería subterránea de carácter mundial que encabeza Codelco. “Es un proyecto que se iniciará en 2019, a partir de los sistemas que se están implementando en Chuquicamata”, explica el Dr. Ismael Soto.

Además, destaca la iniciativa de haber creado una empresa, como parte de una incubadora de Innovo Usach. “Nos proponemos instalar el producto en el mercado, cuya comercialización se iniciaría en enero de 2017, por lo que si bien hemos trabajado con Chuquicamata, el dispositivo estará disponible para todos quienes quieran adquirirlo”, advierte el investigador.

Nuevas líneas de investigación aplicada

El dispositivo de comunicación aparece como una de las tantas investigaciones en las que el equipo de académicos de la Universidad de Santiago de Chile proyecta participar. “Estamos desarrollando el sistema de iluminación para la minería subterránea que comenzará a funcionar en los próximos años”, anticipa el Dr. Soto.

En ese contexto, valora que por primera vez se está haciendo investigación aplicada desde una universidad para la División Chuquicamata de Codelco. “De esta manera estamos rompiendo con los esquemas establecidos hasta el momento”.

Incluso, como parte del trabajo de colaboración con la Universidad Northumbria de Inglaterra, Universidad Ploiesti de Rumania, Universidad de Lorraine de Francia y Universidad de Florianópolis de Brasil, los académicos se han planteado como objetivo compartir conocimientos y fomentar el intercambio de estudiantes.

Junto a ello, la posibilidad de crear varias líneas de investigación aplicada. “Nos proponemos pasar a una fase más avanzada que es crear varias patentes que demuestren lo que es la aplicación de la investigación para resolver problemas en cualquier proceso a nivel nacional”, concluye la Dr. Carolina Lagos.

Investigadores de la Universidad desarrollan compuesto para enfrentar enfermedades neurodegenerativas

Investigadores de la Universidad desarrollan compuesto para enfrentar enfermedades neurodegenerativas

  • El Dr. Bernardo Morales Muñoz, director del Laboratorio de Neurociencia de esta Casa de Estudios, encabeza el proyecto que propone revertir los efectos de estos males fortaleciendo el proceso de memoria y aprendizaje. La sustancia química derivada de la sauroína sintetizada por la planta huperzia saururus permitiría combatir patologías como el Parkinson y la enfermedad de Huntington.

 




Las enfermedades neurodegenerativas se caracterizan por la vejez celular y la muerte neuronal, lo que ha llevado a los especialistas a investigar diversas posibilidades para revertir o, al menos, aminorar sus efectos en las personas.

Como parte de las investigaciones que se desarrollan en el Laboratorio de Neurociencia de la Universidad de Santiago de Chile, hay una que apunta precisamente en ese sentido, tal como lo explica su director, el Dr. Bernardo Morales Muñoz.

Se trata de un compuesto químico que ayuda a potenciar el proceso de memoria y aprendizaje y que tendría un gran uso terapéutico para revertir los efectos de las enfermedades neurodegenerativas. “Por ejemplo, en el caso del Alzheimer, con las pocas neuronas que quedan, estos compuestos pueden activar esas neuronas y lograr contrarrestar esa pérdida de memoria”, detalla el Dr. Morales.

Específicamente corresponde a un alcaloide derivado de la sauroína que es sintetizada por la planta huperzia saururus, popularmente conocida como cola de quirquincho y que crece en la Cordillera de los Andes, por el lado argentino, cuyos beneficios abarcarían otras patologías como el Parkinson –trastorno degenerativo del sistema nervioso central que afecta el movimiento y genera temblores del cuerpo– y la enfermedad de Huntington –alteración genética que provoca la destrucción de neuronas cerebrales.

Evitar daños colaterales y medioambientales

La investigación es parte de un trabajo conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba, donde dieron los primeros pasos, respecto de las modificaciones químicas del compuesto. “Desde Argentina, siendo un grupo muy bueno en química, nos eligieron a nosotros para desarrollar la siguiente etapa investigativa, considerando que somos especialistas en memoria y aprendizaje”, destaca el académico.

Como parte del proceso, aclara que uno de los principales problemas que existe para generar los fármacos es la necesidad de una gran cantidad de materia prima, lo que deteriora el medio ambiente. “La idea es aislar los compuestos, entenderlos y ser capaces de modificarlos químicamente, de tal modo de potenciar el efecto. Esto conlleva a que seremos capaces de sintetizarlos, lo que además nos permitirá dejar de lado toda la problemática medioambiental”.

Incluso, agrega que la gente prefiere condiciones más naturales ante un fármaco completamente artificial, como lo es, por ejemplo, el metilfenidato, conocido como ritalin, considerando que se piensa que los efectos colaterales de estos compuestos pueden ser más dramáticos que otros derivados de la naturaleza.

Patentes a nivel nacional e internacional

En el ámbito nacional, la Universidad de Santiago de Chile ya solicitó la patente para resguardar los derechos de una futura comercialización del producto. “Nuestra intención es solicitar la patente también en el extranjero, particularmente en Inglaterra, donde hay empresas interesadas en el proyecto”, anticipa el Dr. Morales.

Esto, como asegura el académico, producto de que en general los países desarrollados están interesados en este tipo de investigaciones como parte de la búsqueda de compuestos que sean aplicables a la farmacología y tratamiento de las enfermedades.

Como consecuencia, el experto destaca que a nivel mundial se han creado centros de investigación que ven en la naturaleza la posibilidad de encontrar estimulantes del sistema nervioso central que sean capaces de contrarrestar el deterioro que implican las enfermedades neurodegenerativas.

Próximos pasos de la investigación

Si bien reconoce que siempre será necesario realizar más pruebas, el Dr. Morales asegura que la investigación se encuentra bastante avanzada. “En ratones hay modelos de Alzheimer, por lo que el siguiente paso es probar nuestro compuesto en ellos”.

Posteriormente, se pasará a la aplicación del compuesto en humanos, anticipando que se trataría de un medicamento para consumirse por la vía oral. “Todo lo que implique evitar el estrés en las personas es lo mejor. Quizás no sea relevante, pero también podría producir efectos no deseados, alterando la efectividad del fármaco”.

Inédito modelo de seguridad cibernética busca combatir nuevos softwares maliciosos

Inédito modelo de seguridad cibernética busca combatir nuevos softwares maliciosos

  • Investigación del magíster de la universidad, Juan Mejía Calle, apunta a que empresas identifiquen automáticamente las características de archivos que por su sofisticación no son reconocidos mediante antivirus comunes. Así se podrá gestionar paso a paso el problema para tomar acciones correctivas y enfrentarlos mejor en el futuro.

 





Un funcionario abre un archivo desde el computador de su trabajo y, sin querer, termina afectando todas las bases de datos de su empresa. ¿Cómo determinar que este archivo es, efectivamente, malicioso? Aunque algunos de estos softwares se pueden establecer solo en base al antivirus, los códigos maliciosos evolucionan continuamente hasta hacerse irreconocibles, lo que dificulta su prevención.

Por eso, un modelo que permite reconocer automáticamente las características de un software malicioso o malware para luego seguir acciones paso a paso con el fin de combatirlo, tomando acciones correctivas, es el resultado de la investigación del magíster en seguridad, peritaje y auditoría en procesos informáticos de la Universidad de Santiago, Juan Fernando Mejía.

El trabajo, titulado ‘Modelo de proceso para análisis, caracterización y clasificación de archivos ejecutables potencialmente maliciosos en un entorno organizacional con sistema operativo Windows’, busca aportar tanto a las empresas que son víctimas de estos ataques como a las entidades encargadas del peritaje cibernético.

La investigación propone un proceso para capturar la evidencia de malware, el cual se basa en la extracción de las características de todo tipo de programa, entregando “un listado donde se puede saber si el archivo se conectó a un sitio en otro lado, si envió archivos, si ejecutó otros programas, si se hizo autoejecutable, si se encriptó, etcétera”, explica Mejía. Posterior a esto, los archivos analizados pueden ser clasificados como limpios o maliciosos y en qué porcentaje.

“De acuerdo a lo que se ha estudiado, no existe un modelo estándar para estos fines. Cada autor propone un patrón de acuerdo a su experiencia”, asegura el investigador responsable del estudio. Para realizar este trabajo, Mejía revisó bibliografía sobre malware y extrajo las características que consideró más pertinentes para definirlo.

De acuerdo al experto, el modelo presentado arrojó un 92% de efectividad según validación cruzada –método para evaluar los resultados de un análisis estadístico a fin de especificar cuán precisos son en la práctica-.

“Además, lo llevamos a la práctica una vez realizado, ya que tuvimos una incidencia de una empresa que fue atacada con un ransomware -programa malintencionado que encripta o restringe el acceso a los archivos que infecta, para luego pedir un rescate a cambio de quitar la restricción-. Fuimos con todo y la situación nos permitió seguir el proceso, aplicando el modelo de manera exitosa”, complementa.

Mejía advierte que los ataques cibernéticos en Chile son cada vez más sofisticados. “Los ataques de malware nuevos, de ‘día cero’, pueden infectar porque todavía no han sido reconocidos. Un ataque de este tipo no se puede prevenir, pero sí analizar para tomar correctivos a futuro”, indica.

“Si un juez solicita un peritaje sobre ese malware –añade Mejía-, es necesario seguir un plan de acción. Este modelo también está pensado para esa aplicación: que el analista o el perito pueda seguir una serie de pasos para tener un marco de referencia”.

El profesor guía de la investigación, Juan Ignacio Iturbe, no descartó que el estudio posibilite la creación de un manual y cursos de capacitación para poder entender y aplicar correctamente este modelo.

De Ecuador a Chile

Juan Fernando Mejía Calle es un experto ecuatoriano becado por el Gobierno de su país para cursar el Magíster en Seguridad, Peritaje y Auditoría en Procesos Informáticos que imparte el Departamento de Ingeniería Informática.

El investigador se graduó la semana pasada y valora la experiencia de realizar este estudio en la Universidad de Santiago. “Fue una experiencia muy interesante”, señala el extranjero, que este sábado vuelve a su país con un miembro más en su familia: un hijo chileno, nacido hace tan solo cinco meses.

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