Doctora en sociología de la U. de Santiago aspira a que chilenos dejen de ver a migrantes como problema
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Al respecto señaló que "hay mucha gente que está como viuda del estallido, lo que es absurdo. Se generaron nuevos sentidos comunes, pero sigue en juego la discusión cultural", precisó.
Mayol agregó que "en el escenario actual no hay que sentir que el estallido social murió, tomó una forma más silenciosa, pero con una capacidad o eficacia que sigue siendo la misma o mayor".
Escucha aquí su entrevista https://www.radiousach.cl/alberto-mayol-el-estallido-social-no-murio-tomo-una-forma-mas
El texto nos ayuda a pensar el país que deseamos construir y las bases que deben estar presentes en la nueva Carta Fundamental, comentó Lucía López. “Espero que de la crisis aprendamos las ideas del futuro que queremos, y con este libro les invito a la reflexionar sobre ello”, concluyó.
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Estado de Catástrofe, fase 4, dos muertos ,y el Ministerio de Salud estima que el peak de contagios recién se produzca a mediados de abril; el coronavirus se tomó la agenda pública, instando a las personas a quedarse en sus casas o salir con mascarillas, solo para cumplir obligaciones o asegurar sus medios de subsistencia.
Si bien la mortalidad se concentra en adultos mayores de 65 años, lo cierto es que el grupo de riesgo también lo componen las embarazadas, los enfermos crónicos y los niños y niñas. Por lo último, el psicólogo social y académico de la Universidad de Santiago, Sergio González, llamó a los padres a no esconder la situación que vive el país a sus hijos, sino que entregarles “información veraz y simple”.
“Los padres deben hablar de que hay una situación de emergencia, que hay que protegerse y tomar medidas como quedarse en casa, pero enfatizar que esto representa una gran oportunidad de estar juntos, pasarlo bien y hacer cosas entretenidas”, recomendó.
El también antropólogo advirtió que deben dejar en claro que no se trata de un periodo de vacaciones, ya que tienen que mantener rutinas de aprendizaje. No obstante, “los adultos no debemos volvernos locos tampoco. Es importante que los niños estudien, pero, al mismo tiempo, es importante dejar espacios lúdicos donde los niños puedan realizar actividades distendidas”.
El académico de la Escuela de Psicología enfatizó que los padres deben buscar, en la medida de lo posible, un espacio para que los niños se diviertan solos y reconocer que no saben cuándo se solucionará el problema.
Mientras eso no suceda, se debe educar a los más pequeños en nuevas formas de expresar afecto y cariño a los amigos, ya que “cuando pase la situación de confinamiento, las normas y medidas para relacionarse con otros niños van a seguir vigentes, por lo que hay que prepararlos”, concluyó.
Expresar, acompañar y contener
Por su parte, la psicóloga, magíster en psicología clínica infantojuvenil y miembro del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago, Cecilia Aretio, llamó a los padres a expresarles a sus hijos lo que sienten, pero “sin perder la templanza”, para que ellos también se motiven a hacerlo.
En ese sentido, la especialista recomendó acompañar y contener a los niños. “Valida el susto.Escucha, observa, atiende y transmite respeto ante la respuesta temerosa. No la niegues (evita frases como ‘hijo, no hay por qué tener susto, tranquilo, todo está bien’. No minimices.(‘no es para tanto, ¡qué dramática!, todo va a pasar) ni te burles de sus temores (‘qué guagualón, mamona, ya estás grande para eso’)”, aconsejó.
Además, enfatizó en la importancia de brindar la información que el niño requiera “sin negar, como adultos, nuestras propias debilidades. Vale decir, asume que también pasamos susto, que no somos infalibles y que, a pesar de ello, queremos y podemos protegerles, ofreciéndoles una base de seguridad”.
También, hizo hincapié en la importancia de normalizar los miedos de los hijos, transmitirles esperanza y ayudarles a salir de su experiencia de temor, “por ejemplo, desarrollando rituales relajadores, participando con ellos en juegos que le distiendan y le permitan pasarlo bien. En ningún caso hacer bromas que provoquen temor”.
Finalmente, advirtió que “en caso de que los temores deterioren la calidad de vida de una persona o familia, afectando ritmos y rutinas diarias apropiadas a la edad, su alimentación, salud física y relaciones interpersonales, es preciso pedir orientación a especialistas”.
La Universidad de Santiago de Chile, en conjunto con la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) y la empresa de investigación de mercados Sargon dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional 2019, titulada “Legitimidad, Miedo y Esperanza en el Chile post estallido”.
El sondeo consultó a 3.198 casos desde el 18 noviembre hasta el 5 de diciembre, respecto a hechos surgidos desde el inicio del movimiento. El objetivo fue profundizar en el conocimiento y comprensión de estos hechos.
Emociones del estallido
De acuerdo a la encuesta, las emociones más intensas que ha experimentado la ciudadanía ante los acontecimientos registrados desde el 18 de octubre en adelante son tristeza (54%) y esperanza (48%).
La esperanza se concentra en el segmento C2 (50%), mientras que la tristeza es más intensa en el segmento ABC1 (63%) y en quienes tienen más de 50 años (61%).
Para el investigador del estudio, sociólogo y académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Usach, Alberto Mayol, la tristeza está asociada a la idea de que “parte de lo que se vivió en el pasado habría sido una mentira” y de que se permaneció “demasiado tiempo con algo que había que destruir”.
En ese sentido, consideró que la esperanza de los sectores medios se explica porque creen que “el futuro va a ser mucho mejor que el pasado y estos hechos podrían conducir a algún cambio”.
Mayol agregó que todo ese cuadro genera “un clima político-social y moral permanentemente ambivalente, de desolación y de máxima excitación por las posibilidades que se presentan”, lo que impide a la política responder con eficacia.
Por otra parte, la indiferencia respecto al estallido es más intensa en los segmentos D (34%) y E (41%). “Que los sectores de menores ingresos sientan mayor indiferencia ante los hechos acontecidos puede estar refiriendo a una desesperanza aprendida”, señala el estudio.
El segmento E, junto al ABC1, es el que más expresa miedo, lo que el estudio considera “sociológicamente normal” en este último grupo, “por tener más que perder en un proceso de cambio social. Pero es interesante que sus datos sean tan parecidos al segmento E, que no tendrían ‘nada que perder’”.
“Esto implica que el segmento E sencillamente considera que nada de lo que pueda pasar, ni el statu quo ni el cambio, le conviene”, enfatizó Mayol.
Por último, la encuesta señala que la sorpresa es más intensa en los santiaguinos (48%), en el segmento ABC1 (49%) y en el segmento C3 (48%).
Posturas constituyentes
De acuerdo al estudio, un 46% de los consultados estimó que el proceso que comenzó el 18 de octubre se verá en el futuro como un cambio muy positivo y un 37%, como relativamente positivo. Solo un 17% consideró que será percibido como relativamente negativo o muy negativo.
La consulta arroja además que un 67% de la población está totalmente de acuerdo o muy de acuerdo con que “Chile despertó”, uno de los principales lemas de la movilización.
Respecto al cambio constitucional, un 83% aprueba una nueva Constitución Política; un 60% desea una Convención Constituyente; y un 67% considera que el cambio constitucional es lo más importante que ha pasado desde el año 1990.
Finalmente, consultados sobre su intención de votar en el plebiscito de abril de este año, un 79% de las personas asegura que votará, un 11% señala que es probable que vote, un 5% aún no lo ha decidido, un 4% sostiene que no votará y un 12% indica que es improbable que sufrague.