Paridad de género

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Paridad y nueva Constitución, el proceso democratizador que viene

Paridad y nueva Constitución, el proceso democratizador que viene

“Participación política de las mujeres, camino a una nueva Constitución paritaria” fue el título del  conversatorio que organizó la Dirección de Género, Diversidad y Equidad de la Universidad de Santiago. La actividad giró alrededor de tres grandes temas: El primero, acerca de cómo garantizar los derechos de las mujeres en la nueva Constitución: cómo se reconoce, garantiza y protege el derecho a vivir una vida libre de violencias y cómo se resguarda que el trabajo reproductivo y de cuidado sea una responsabilidad colectiva entre Estado, sector privado, comunidades y familias. 
 
El segundo, el reglamento de la Convención Constitucional como mecanismo que resguarde la participación diversa de la ciudadanía en el proceso, como instrumento que otorgue legitimidad, salvaguardando la incidencia de territorios, de las comunidades organizadas y de la sociedad civil que demanda derechos colectivos, incorporando un enfoque de género para su funcionamiento.
 
Finalmente, la paridad como eje rector de una apertura democrática que debiese permear a todos los órganos políticos, poderes del Estado e instituciones como la Educación Superior; una paridad de género que permita una mejor representación de las actorías políticas y sociales, que reconozca la interseccionalidad, es decir, las múltiples identidades y discriminaciones que habitan y viven las personas.
 
Participaron en este conversatorio, Elisa Loncon Antileo y Pamela Figueroa Rubio, ambas académicas de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile y Tatiana Hernández, investigadora del Observatorio de Género y Equidad. 
 
Las palabras iniciales estuvieron a cargo del prorrector Dr. Jorge Torres Ortega quien recordó que el proceso constituyente que transita Chile genera expectativas a nivel global.
 
 “Estamos a menos de un mes para las elecciones de constituyentes, en un contexto muy desafiante por el COVID-19; desafiante además porque la nueva Constitución será escrita en paridad, un reto para nuestra Institución de Educación Superior porque nos convoca a acelerar los procesos de cambio en materia de igualdad de género e inclusión trazados en el Plan Estratégico Institucional 2020-2030. Entre ellos, una política de igualdad de género que valore la diversidad de quienes integran la comunidad universitaria, que nos configure otro marco de convivencia, potenciando los valores institucionales. Todos y todas debemos participar en este proceso transformador”, remarcó. 
 
Para la Dra. Elisa Loncon Antileo “las mujeres y los pueblos indígenas son quienes han resistido la crisis”, la crisis política y sanitaria. Por ello espera que la participación, en particular de las mujeres indígenas, permita que los pueblos incidan en la nueva Constitución. “Nuestra participación va más allá de los feminismos, tiene que ver con la relación que construimos con la tierra y la naturaleza. La lucha de la mujer mapuche es interseccional y por derechos colectivos; es una defensa a nuestra tierra para evitar la muerte de los territorios y la sobrevivencia de las familias. No entramos como intrusas al debate constitucional”.
 
Desde su experiencia como coordinadora del proceso constituyente iniciado en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet y como integrante del Observatorio Nueva Constitución, la Dra. Pamela Figueroa Rubio apuesta porque esta etapa sea un proceso movilizador e inclusivo que siente las bases para un Estado social de derechos, plurinacional.
 
Recalcó que ello depende de la participación electoral en la próxima elección de constituyentes, de la capacidad deliberativa y de la incidencia de la ciudadanía organizada. “Una Constitución paritaria, con enfoque de género, que consagre el derecho de igualdad y no discriminación, nos debiera conducir a la redistribución del poder, a un cambio político y cultural, que nos permita un bienestar común”, dijo.
 
Tatiana Hernández Comandini, investigadora del Observatorio de Género y Equidad ha trabajado de cerca con las organizaciones de mujeres y feministas, diseñando herramientas para la acción en torno al proceso constituyente. En su participación en el conversatorio, recordó que el único trabajo que no se ha detenido “nunca” es el reproductivo, que por el contrario, en medio de la crisis sanitaria este se acrecentó.
 
 “La crisis de los cuidados, el costo que ha tenido para las mujeres, es un llamado a desfamiliarizar los cuidados en el debate constitucional, a detener la mercantilización de los derechos sociales.” Enfatizó que el reglamento que guíe el funcionamiento de la Convención Constitucional debe reflejar la diversidad del país para su legitimidad.
 
El cierre del conversatorio “Participación política de las mujeres, camino a una nueva Constitución paritaria”, estuvo a cargo de  la profesora y directora de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad, Karin Baeza Vásquez. “Tenemos por delante un proceso de retejido social. Este proceso constitucional tiene que ser un espejo de la diversidad y de las complejidades que tiene el país. Tiene que ser satisfactorio para la vida cotidiana de las personas, para relevar los cuidados, la corresponsabilidad y valorar el trabajo reproductivo. Este mismo desafío lo vamos a vivir en la Universidad de Santiago de Chile a través del cambio al Estatuto Orgánico, que recientemente aprobó incorporar la paridad en todos sus órganos colegiados”, concluyó. 
 

“No basta salvaguardar la paridad al inicio del proceso constituyente, también hay que hacerlo a posteriori”

“No basta salvaguardar la paridad al inicio del proceso constituyente, también hay que hacerlo a posteriori”

Esta semana, las dos cámaras del Congreso  aprobaron la paridad de género en cualquiera de las convenciones que redacte una eventual nueva Constitución, en caso que dicha opción se imponga en el plebiscito del próximo 26 de abril.

Al respecto, la directora de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad de la Universidad de Santiago, Karin Baeza, consideró que el hecho constituye un primer paso, pero no el definitivo hacia la igualdad de derechos. 

“No basta con salvaguardar la paridad al inicio del proceso, sino que es necesario también hacerlo a posteriori”, afirmó. “El tema de la igualdad de género ha sido difícil hacerlo transversal en el país”, argumentó.

Karín Baeza consideró que el tratamiento que se le ha dado a las denuncias formuladas por mujeres –por violencia de género o por acoso, por ejemplo-, ha sido insuficiente. Además, criticó la baja representación de estas en espacios de toma de decisiones.

“Una nueva Constitución tiene que ser paritaria, plural y contemplando a todos los actores que componen el país”, sostuvo. “No tendría sentido hacer una nueva que no reflejase la realidad. Sólo reflejándola vamos a lograr una Carta Magna legítima, que nos represente”, concluyó.

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