Cuatro académicos de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago consideraron que la medida “podría tener un efecto hasta negativo” si se relaciona con el estallido social, ya que las personas esperarían reformas más estructurales y menos improvisadas.
Un proyecto de ley para entregar un bono de 100 mil pesos a 1.336.000 familias chilenas anunció el Presidente Sebastián Piñera. “Yo sé que los bonos no resuelven los problemas, o no resuelven todos los problemas, pero también sé que significan un importante alivio en momentos que tantas familias chilenas lo necesitan”, sostuvo.
Para el ex Tesorero General de la República y académico de la Universidad de Santiago, Hernán Frigolett, la medida intentará apuntalar la demanda y generar mayor consumo. Sin embargo, advirtió que “relacionado con el estallido social, podría tener un efecto hasta negativo, como una solución populista que no ataca los problemas de fondo”.
El economista y académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Usach, Víctor Salas, concordó con que el gasto estatal buscará recuperar la actividad económica, pero explicó que esto puede provocar endeudamiento en personas que saben que recibirán la ayuda en enero.
Además, dijo Salas, “si los negocios atienden solo la mitad de la jornada, dudo que se fortalezca la demanda. No se va a expresar de manera neta si la gente no puede gastar ese dinero”, sostuvo.
Por su parte, el doctor en ciencias económicas y académico de la FAE, Gonzalo Martner, criticó que el bono no se anunciara junto al paquete económico de medidas por US$5.500 millones y calificó la ayuda como una “medida de adhesión política”.
Martner estimó que “el problema es que no se ve una estrategia económica clara, sino que una improvisación cotidiana”.
Por su parte, el doctor en geografía económica y experto en finanzas internacionales, Francisco Castañeda, concluyó que “la demanda ciudadana tiene que ser compatibilizada con un estímulo al crecimiento económico y confianza para los inversionistas pequeños y medianos, para que vuelvan a invertir y recompongan el tejido productivo”.
Autor:
Cristóbal Miranda Ríos
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