A partir de la inquietud y la búsqueda incesante de soluciones biotecnológicas en el ámbito ambiental, Alejandro Muñoz, bioquímico y candidato a doctor de la Universidad de Santiago, creó un llamativo bioestimulante vegetal a base de moléculas orgánicas que permite hacer crecer frutas, verduras y flores el doble de su tamaño en el mismo periodo.
Tras el descubrimiento, se sumaron al proyecto Carla Céspedes, estudiante de Agronomía de la Universidad de Chile, y Rodrigo Ferreira, estudiante de Ingeniería Comercial de la U. de Santiago, quienes se encargaron de dar proyección agronómica y comercial al producto.
Tras ver los resultados positivos de Nutrisato al aplicarlo en morrones y tomates, los estudiantes postularon al concurso Brain Chile, donde ganaron el primer lugar del prestigioso certamen, fondos que les permitieron desarrollar el proyecto alcanzando logros impensados: hoy, ya lideran su propia empresa llamada Ingeniería y Biotecnología Limitada, Atama Biotech Ltda.
Nutrisato comienza a ser comercializado
Con el premio que los investigadores recibieron en el concurso Brain Chile, continuaron con las pruebas. Fue así como descubrieron que el bioestimulante, inocuo para el medioambiente y las personas, “además de aumentar al doble el tamaño de los productos, también aumentaba en un 50% la producción de frutos y en un 30% la producción de biomasa en hortalizas”, explica el formulador del proyecto, Alejandro Muñoz.
Carla Céspedes, encargada de desarrollo agronómico en el proyecto, explica que “los primeros ensayos que realizamos en febrero fueron cosechados en abril, los que quedaron botados después del concurso en un clima cordillerano. Nos dimos cuenta que el fertilizante disminuye el estrés por frío de las plantas, y la higroscopicidad, es decir, que aumenta la retención del agua, evitando que se evapore”.
Según las últimas pruebas, los investigadores comprobaron que el fertilizante funcionaba en todos los productos a los que aplicaban Nutrisato, entre ellos, espinacas, apio, perejil, cilantro, tomates, morrones, cebollas, tomates cherry y en plantas ornamentales, como tulipanes, rosas y margaritas.
Además, están haciendo otros ensayos en hidroponía, con lechugas y tomates, y comenzaron a ensayar en berries y cítricos en Valdivia, cuenta Carla Céspedes.
Respecto a la comercialización del producto, Rodrigo Ferreira, encargado de administración y ventas de la empresa, cuenta que “debido al interés que tuvimos en redes sociales, creamos Nutrisato Hogar, enfocado en las personas que tienen huertos en sus casas, el que será comercializado prontamente. Tenemos pruebas que avalan su funcionamiento para huertos caseros, y el frasco de 250 ml duraría un año para una maceta o 3 meses para un huerto de un metro cuadrado aproximadamente, el que tendrá un valor aproximado de 6 mil pesos”.
Crean nuevo producto bioestimulante
Los investigadores aseguran que el trabajo con Nutrisato ha sido diversión para ellos, haciendo lo que les gusta, y que los ha motivado a seguir innovando. Fue así como crearon un segundo producto, que denominaron Raizato y conformaron la empresa Atama Biotech Ltda.
Según relata Alejandro Muñoz, “todos tenemos el sello medioambiental y social, nos gusta trabajar y completar nuestras actividades. En ese sentido, Raizato se convierte en un súper mejorador de suelo que agrega materia orgánica. Tiene la capacidad de potenciar el crecimiento de las raíces y de las hojas, lo que comprobamos de manera extrema, haciendo crecer una cebolla en arena que esperábamos muriera, pero sobrevivió con el producto”.
Para Rodrigo Ferreira, existe variedad de conocimientos en el proyecto. “Nuestras carreras y enfoques son totalmente distintos, contamos con competencias blandas, de tratar de vender bien el producto. Mi formación académica me preparó para la vida, y las exigencias de los profesores hicieron que este sello que tenemos de completar las tareas sea siempre cumpliendo las exigencias”, indica.
Mientras que para Alejandro Muñoz, su formación es esencial, según explica. “Si no fuera por mi profesión no existiría Nutrisato, y mi doctorado ha sido muy importante para apoyar las labores administrativas y de gestión que hoy nos permiten saber de lo que estamos hablando. La formación ha sido la base absolutamente del proyecto”, sostiene.