- Ingeniero civil industrial titulado por nuestra Universidad, con 34 años como académico de la Facultad de Ingeniería y con un gran compromiso institucional que lo ha llevado a ocupar diversos cargos, manifiesta su orgullo por haber sido parte de la primera generación de su familia en ingresar a la educación superior. “Nuestra Casa de Estudios se caracteriza por su responsabilidad social. Por ello, todo lo que nos permita ayudar a los estudiantes con carencias e inquietudes es nuestra prioridad”, advierte.
Son 34 años los que el académico José Miguel Araya Marchant ha dedicado a la docencia e investigación en nuestra Universidad. Con una importante y reconocida trayectoria profesional como ingeniero civil industrial, dentro y fuera del Plantel, sin duda que su nombramiento como Vicerrector de Apoyo al Estudiante representa un importantísimo desafío.
“Nuestra Universidad se caracteriza por su responsabilidad social, por lo que todo lo que nos permita ayudar a los estudiantes con carencias e inquietudes es nuestra prioridad, a través de mecanismos tanto dentro de la Universidad como a nivel de Gobierno”, explica. “Nuestro interés es potenciar todo lo relacionado con el apoyo al estudiante”, añade.
A sus 60 años de edad, la nueva autoridad asume una Unidad integrada por tres Departamentos: Calidad de Vida Estudiantil, Beneficios Estudiantiles y Gestión del Deporte y Cultura. “Queremos incrementar el empoderamiento cultural universitario de nuestros estudiantes”, anticipa con entusiasmo.
Dimensión humana del trabajo a través de la Ingeniería
Desde joven participaba con sus amigos del barrio en salidas a la cordillera. Creció en la comuna de Santiago, en las cercanías de las calles Portugal y Ñuble. Pero en cuanto a su futuro académico, no tenía claridad. “Me gustaban las ciencias biológicas y el diseño, a propósito de la cercanía con uno de mis abuelos que era carpintero, especializado en diseño y construcción de puertas y ventanas. Era su ayudante”, recuerda. Finalmente decidió postular a Medicina y a Ingeniería de Ejecución en Diseño y Construcción de Interiores. Optó por esta última, en la Universidad Técnica del Estado (UTE). “Me encantó el ambiente, la amabilidad de profesores y estudiantes que me acogieron rápidamente”, asegura.
Con su papá como comerciante en venta de alfombras y su mamá dueña de casa, José Miguel Araya se convirtió en la primera generación de su familia en acceder a la educación superior. “Por supuesto que lo celebraron, pero al mismo tiempo era una incógnita por no saber qué significaba esta novedad. Mis padres siempre me apoyaron y confiaron en mí”, rememora con satisfacción.
El deporte también era parte de sus intereses. Durante la enseñanza media participaba a nivel competitivo, incluso integrando un equipo de atletismo a principios de los '70. “Fui parte de la Selección Panamericana de Chile en la posta 4x100”, advierte con orgullo.
Con muchas facilidades para los estudios lógico-matemáticos, decide trasladarse a la carrera de Ingeniería Civil Industrial. “Me interesó el diseño de los productos y, a raíz de la influencia de algunos profesores, también el de los sistemas socioproductivos y sociotécnicos. Ahí encontré la dimensión humana del trabajo”, explica.
Investigación en “Ergonomía de sistemas”
La titulación de José Miguel Araya, en 1981, se dio junto a una especialización en sistemas de información para la gestión. “En ese tiempo, en el país éramos muy pocos los ingenieros dedicados a esa línea. La computación a nivel de organizaciones recién estaba incorporándose. Teníamos muchas oportunidades de trabajo, pues incluso las empresas venían a buscarnos a la Universidad, tal como me ocurrió”, detalla.
Junto a su trabajo en una empresa de desarrollo de sistemas de información para la gestión, se mantuvo ligado a la Universidad a través de las ayudantías que realizaba y su ingreso como docente a la carrera de Ingeniería Civil Industrial. Su vocación pedagógica recibía una gran recompensa. “Como académico mantuve mi curiosidad por conocer aún más el aspecto humano del trabajo. Para eso estudié un año en el Instituto de Sociología de la Universidad Católica”, explica.
A esto se suma el grado de Magíster en Ciencias de la Ingeniería que obtuvo en 1989, en la Universidad de Chile, lo que define como un gran punto de inflexión, considerando que el profesor guía de su tesis, “Ontología del Trabajo”, fue el biólogo y Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana. “Hasta el día de hoy me declaro su discípulo”, reconoce el académico.
Desde entonces, ha incursionado en otras líneas de trabajo, como “Ergonomía de Sistemas o Macroergonomía”, que se relaciona con el diseño del trabajo y la complejidad que significa la socioproductividad, donde “la idea es armonizar lo técnico con la calidad de vida de las personas que realizan el trabajo”. Su interés siempre ha radicado en la investigación aplicada. “Me dediqué por más de doce años a estudiar el estrés laboral en las organizaciones y desarrollé una metodología que hoy se conoce como 'Ergoestrés'. Además asesoré al Ministerio de Salud, hospitales, empresas y varias instituciones”, detalla. Incluso participó como profesor invitado de postgrados en la Universidad Federal de Río de Janeiro.
“Educadores Líderes” para la pedagogía
Para el hoy Vicerrector de Apoyo al Estudiante también ha sido importante lo que llama como sus “inquietudes socioinstitucionales”, a propósito de su trayectoria en la UTE y en la Universidad de Santiago. “Junto a otros colegas fundamos la primera Asociación de Académicos de la Universidad, en la década del '80. Comenzamos en la Facultad de Ingeniería, junto al ex Rector Dr. Eduardo Morales y al actual Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi”, rememora.
Ya en democracia, se desempeñó en la entonces Dirección General de Planificación e Informática del Plantel, de la que llegó a ser su director general. Luego, en 1993, asumiría como el primer Prorrector de la nueva estructura institucional. Más adelante, por mandato del Rector Zolezzi, asume la Unidad de Dirección de Estudios. Posteriormente, tras retomar sus labores de docencia, nuevamente es llamado a colaborar. Esta vez, como Contralor Universitario, cargo que desempeñó desde diciembre de 2014.
Hoy imparte dos asignaturas: Taller de Gestión y Liderazgo, en la carrera de Ingeniería Civil Industrial, a la vez que Ergonomía y Factores Humanos, en Ingeniería de Ejecución Industrial. Su preocupación por la educación y la formación de educadores se mantiene intacta. “En 2008, cuando estaba en la Dirección de Estudios, creamos el Programa ‘Educadores Líderes con Vocación Pedagógica Temprana’, conocido como VPT. Es un gran aporte para la formación de profesores. Incluso existe una beca para jóvenes de tercer año medio que se incorporan al Programa y que luego ingresen a nuestra Universidad”, destaca.
En ese contexto, advierte que “mi objetivo como Vicerrector es promocionar en nuestros estudiantes un liderazgo juvenil universitario. Ese podría ser mi gran aporte”. Esto, junto con anticipar su idea de potenciar la identidad institucional a través de las actividades deportivas y culturales. Asimismo, valora la muy buena relación que existe con la Federación de Estudiantes del Plantel (Feusach). “Cooperación en la diferencia y apoyo extraordinario en la coincidencia”, reconoce.