En doce horas, más de diez mil personas revisaron ayer las imágenes que reflejan en parte las deplorables condiciones en las que encontraron su lugar de trabajo quienes laboran en la Casa Central de nuestra Universidad. ( https://youtu.be/S4mQRwuRtOE(link is external) ).
Con innegable tristeza, damas y varones están a la espera de que concluyan las reparaciones y les lleguen los equipos necesarios para retomar sus funciones, las que fueron interrumpidas hace cinco semanas.
En esa oportunidad, el edificio fue tomado por estudiantes, lo que les obligó a salir de manera imprevista. Así, algunos elementos fueron guardados en muebles (computadores portátiles, impresoras, scanners, cámaras fotográficas, respaldos digitales y archivadores), medidas habituales de cada día, pero que esta vez no sirvieron, porque en las semanas siguientes fueron rotos los seguros.
El rechazo a los destrozos y demás acciones ha sido absoluto y transversal, sobre todo por la pérdida de importante información contenida en los computadores portátiles y discos duros de los equipos de escritorio hurtados, datos relevantes para cumplir con las altas responsabilidades que allí se concentran (Rectoría, Vicerrectoría Académica, Unidad de Admisión, entre otras instancias superiores de nuestra organización educacional).
Lamentablemente, quienes residieron en esas dependencias durante cinco semanas, olvidaron la sólida tradición (heredada de la Escuela de Artes y Oficios, EAO, y la Universidad Técnica del Estado, UTE), la excelente evaluación internacional de nuestra Corporación, los eficientes planes de apoyo a miles de estudiantes y la siempre presente preocupación por mantener el prestigio en investigación, docencia y extensión, junto al reconocido aporte a los temas país y el compromiso con los desafíos nacionales, como institución estatal y pública, por mencionar parte de lo que representa la Universidad de Santiago para Chile y el mundo.
Un primer recuento
Las primeras impresiones que les dejaron los destrozos, fueron seguidas por las evidentes pérdidas materiales (antes de iniciar el proceso completo de chequeo con los respectivos inventarios).
La secretaria de Rectoría, Gisel Alarcón, expresó: “Hoy día no podemos hacer nada. Lamentablemente, mi computador no estaba. No tenemos ningún insumo. Se llevaron todo: resmas, lápices. Ni siquiera un clip nos dejaron. Te da impotencia, te da rabia. Y uno piensa, ¿Cómo? ¿Estos son los alumnos que tenemos? Lamentablemente, uno se pregunta eso”.
A su vez, la jefa de la Unidad Admisión, Paula Guerra, manifestó: “Nos sentimos un poco agredidos porque nos quitaron gran parte del material con que nosotros trabajamos y atendemos a todos los colegios que visitamos. Son más de 250 colegios que atendemos directamente desde la universidad. Y nos dejaron sin notebooks, sin cámaras fotográficas, sin tablet. Llevo 15 años en esta Universidad y es primera vez en que siento que hay una agresión a los funcionarios, que tanto dicen que tenemos que protegernos entre nosotros. Yo siento que nos han faltado un poquito el respeto”.
La diseñadora gráfica de la Unidad de Admisión, Macarena Cárcamo, enfatizó: “De mi escritorio falta el Mac. Y de la unidad se robaron la cámara, los notebooks, los proyectores. Bueno, y abrieron unos computadores y sacaron la memoria, los discos duros. Es terrible, porque se supone que los estudiantes estaban, también, defendiendo a los funcionarios, y con esto nos sentimos totalmente violentados los funcionarios”.
Carmen Leiva, secretaria de la Vicerrectoría Académica, resumió: “Teníamos tres computadores notebooks y se los robaron. Teníamos dos grandes y también se los llevaron. Nos molesta porque es como que te tocaran algo de tu casa”.
La comunicadora audiovisual de la Unidad de Admisión, Natalia González, expresó: "Se robaron la cámara, el micrófono, el disco duro de mi compañera con cinco años de trabajo de admisión. Se perdió todo. Hay cinco años robados de trabajo”.
El Jefe del Departamento de Estudios, Jorge López, indicó: “Nos faltan cinco notebooks, de los cuales dos utilizábamos todo el tiempo”.
La supervisora de aseo, Pamela Murillo, relató lo que ocurrió con las auxiliares: “Reventaron sus casilleros, se les extravió ropa de recambio de la empresa y dinero que ellas ahorraban y que tenían en su casillero”.
Informe de Rectoría
Fue el rector de nuestro Plantel, Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid, quien informó a toda la comunidad universitaria lo ocurrido.
En parte, la autoridad expresó en el comunicado que “a menos de 24 horas que se procediera a la entrega de la Casa Central por parte de la Federación de Estudiantes de la Universidad, instancia que la mantuvo en toma durante cinco (5) semanas, encontramos un panorama que, guardando las proporciones, no se observaba desde el 11 de septiembre de 1973, día del golpe militar”.
Añadió que toda la tradición histórica fue denigrada y violentada, tanto en la intimidad de los funcionarios y funcionarias que aquí trabajan, como en su infraestructura.
“A raíz de la “toma” y merced de una acción delictiva se descerrajaron cajones y anaqueles donde se guardaban efectos personales. También se destruyeron y sustrajeron archivos y documentación propia de la Universidad, como certificados de títulos y diplomas de grado que quedaron inutilizados; una gran cantidad de computadores, impresoras y notebooks, scanners y otros fueron intervenidos, desarmados, dañados o robados”, puntualizó el Dr. Zolezzi.
Expresó que, en lo que respecta a los daños físicos a la infraestructura, éstos son cuantiosos puesto que varias puertas fueron arrancadas de cuajo, así como vidrios de puertas, mesas, escritorios y sillones, totalmente destruidos.
“A raíz de estos gravísimos daños es que interpelo a la Federación de Estudiantes para que se responsabilice de lo ocurrido y repudie -de la manera más enérgica- este tipo de acciones que nada tienen que ver con las demandas y petitorio presentados durante la movilización estudiantil, respaldando las acciones legales y disciplinarias ante los ilícitos cometidos”, añadió.
Enfatizó la autoridad que “al ver la destrucción ocasionada al patrimonio, la desazón y el dolor de los funcionarios violentados en su intimidad por esta acción, cabe preguntarse si esto tiene algo que ver con la participación y la democratización por la que han alzado sus voces. ¿De este modo esperan hacerse escuchar?; ¿de esta manera, quieren decidir los destinos de nuestra Institución?”.
Anunció que como máxima autoridad de esta Institución de Educación Superior del Estado tiene el deber de ejercer las acciones disciplinarias, civiles, penales y administrativas que correspondan para el resguardo del patrimonio universitario, conforme a las disposiciones legales y reglamentarias vigentes.
“Al finalizar, hago llegar mi apoyo a todos los funcionarios y funcionarias, a las trabajadoras de empresas externas, afectados/as por este vandalismo, muy alejado del espíritu universitario. Vayan para todos ellos(as) mis disculpas por lo sufrido y espero que este triste episodio de carácter delictual no se repita nunca más, en nuestra querida Universidad”, concluyó la autoridad.
Federación de Estudiantes
La Federación de Estudiantes de nuestra Corporación, Feusach, emitió un comunicado, que en parte expresa que “como representantes del estamento estudiantil hoy somos enérgicos en repudiar los destrozos ocurridos en la Rectoría, los cuales no afectan únicamente el patrimonio universitario, sino a nuestros propios compañeros con sus títulos, y más grave aún, violentaron a funcionarios y trabajadores con los cuales establecimos lazos de confianza y apoyo a la demanda estudiantil. Repudiamos hoy y siempre, cualquier acción que implique el daño a cualquier trabajador y miembro de esta comunidad”.
En otro de sus párrafos, la organización, enfatiza que “aunque comprendemos que las responsabilidades individuales por delitos recaen en quienes se prueben son culpables, como Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago nos hacemos responsables políticos de este proceso al ser quienes encabezamos las últimas movilizaciones. Siendo así, nos haremos cargo de solucionar los daños causados con esta toma mediante cualquier acción o actividad que se considere necesaria”.
Profesionales y académicos
Por su parte, la Asociación de Profesionales del Plantel, ADP, declaró que “expresa su apoyo y solidaridad a los Profesionales y Administrativos que sufrieron pérdidas y el deterioro de sus lugares de trabajo, así como a quienes se sintieron vulnerados por acciones que no se condicen con el valor del respeto que debe prevalecer en nuestra institución”.
“Los perjuicios ocasionados al patrimonio universitario y las situaciones informadas por algunos de nuestros profesionales (hurtos, daño a infraestructura y pérdida de información institucional entre otros) deben ser denunciadas, investigadas y sancionadas a través de los mecanismos que la ley establece”, agregó el documento.
Añadió la asociación: “Lamentamos estos hechos que han venido a enlodar la legítima lucha por la democratización universitaria, una lucha que valoramos y compartimos plenamente, pero que en ningún caso se relaciona con situaciones de violencia o de menoscabo de las condiciones laborales de las personas que integran nuestra comunidad universitaria”.
A su vez, la Asociación de Académicos también se pronunció, expresando que “según información entregada por rectoría y ratificada en la declaración de la ADP y de la propia Feusach, poco antes de la entrega del edificio de casa central que se encontraba tomado se produjeron actos de vandalismo que no sólo afectaron el patrimonio universitario, sino que además violentaron el espacio vital de funcionarios, profesionales y académicos que allí laboran”.
“Felicitamos a la dirigencia de la Federación de Estudiantes por su valentía en rechazar y repudiar públicamente actos vandálicos de carácter delictual llevados a cabo por un minoritario grupo de exaltados que en nada representan los valores levantados por el movimiento estudiantil. (…) Sin perjuicio de lo anterior, para que dichos actos no queden en la impunidad, es imprescindible identificar a sus autores y se hagan las denuncias que corresponda”, añadió la Asociación de Académicos.