- Con 45 años de trayectoria académica en el Plantel, la máxima autoridad de esta Unidad Mayor destaca que las 13 carreras de la Facultad se encuentran acreditadas con un promedio de 5,2 años desde 2014, lo que aspira se supere en este nuevo proceso.
Fue en 1969 cuando el Consejo Superior de la Universidad Técnica del Estado (UTE) decide crear nuevas carreras de carácter tecnológico. ¿El objetivo? Formar profesionales técnicos en respuesta a las demandas que existían en el país. El naciente Instituto Tecnológico daría paso, en 1974, a la Escuela Tecnológica.
Es en esos años que se integra al Plantel un nuevo académico, Gumercindo Vilca Cáceres, luego de estudiar Ingeniería de Ejecución en la sede de Antofagasta e Ingeniería Civil en Mecánica en la sede de Santiago, siendo protagonista directo del nacimiento, en 1995, de la nueva Facultad Tecnológica.
Es el mismo docente que, además de hacer clases, ha desempeñado en sus 45 años en esta Casa de Estudios labores como jefe de carrera, director de Departamento, Vicedecano de Docencia y, desde 2011, como decano.
Ofrecer soluciones tecnológicas
Hoy la Facultad imparte 13 carreras para 2.200 estudiantes, además de un magíster, un doctorado y varios diplomados. “Nuestras carreras se encuentran acreditadas con un promedio de 5,2 años desde 2014, lo que aspiro se supere en este nuevo proceso”, proyecta el decano, quien no duda en felicitar el aporte de los académicos y del equipo de colaboradores del decanato.
Y si se trata de grandes logros, uno de sus orgullos es el proyecto de Giras Tecnológicas. “Yo le llamo la Facultad en terreno, donde buscamos que nuestros académicos conozcan los problemas que experimentan las empresas para colaborar y ofrecer soluciones”, explica. De hecho, en mayo de este año realizaron una gira al norte del país en alianza con la Universidad de Atacama, lo que luego se replicó en Santiago.
Ahora en agosto, realizarán un nuevo viaje al norte para estudiar en terreno el trabajo de generación de energía solar y eólica. “Debemos mantenernos en contacto con el desarrollo tecnológico y sus cambios, tanto en los servicios como en los procesos de manufacturas”, agrega la autoridad.
A sus 69 años de edad, no sólo agradece sus 45 años de matrimonio, con cinco hijos y cuatro nietos. También la posibilidad de seguir impartiendo clases en las asignaturas de Introducción al mantenimiento y Mantenimiento predictivo, donde reconoce “buscar que nuestros estudiantes produzcan cambios, pero en un contexto ético, a propósito de cómo la tecnología influye en ellos”.
Economía del conocimiento
Fundamental resulta el nuevo modelo académico sustentado en la vinculación con el medio, en función de un cambio de paradigma. Así lo plantea el decano respecto de pasar de un capital humano para la industrialización a otro que exige la economía del conocimiento, basado en la formación para la innovación y el emprendimiento.
“Debe existir un compromiso con el conocimiento, donde el académico juegue con él y lo ame, y no aquél que simplemente usa el conocimiento como una herramienta”, detalla Gumercindo Vilca, añadiendo que “el activo más importante para generar los cambios son nuestros académicos, pues son ellos los primeros que deben innovar”.
De hecho, en los cinco Departamentos de la Facultad interactúan 58 académicos y 250 profesores. Esto, considerando los catorce grupos de investigación multidisciplinarios que, respondiendo a las necesidades sociales, desarrollan un activo proceso de transferencia tecnológica al ámbito empresarial. “Desde que somos Facultad hemos solicitado 55 patentes, por lo que productivamente me siento conforme”, reconoce el académico, valorando de paso el trabajo de la Dirección de Transferencia Tecnológica Facultad–Empresa (Factem).
Vinculaciones con la sociedad
Entre 2012 y 2016, la Facultad ha suscrito diez convenios de colaboración con instituciones educacionales, relacionándose directamente con 44 establecimientos de enseñanza media, especialmente en el ámbito técnico profesional, con el objetivo de promover el talento y las capacidades tecnológicas.
“En los últimos cuatro años hemos ayudado a estudiantes en su preparación de la PSU, de manera gratuita, como parte de nuestra Responsabilidad Social”, resalta el decano, lo que se suma a los Seminarios Tecnológicos, donde “nuestros académicos asisten a los colegios para colaborar en temas tecnológicos en los que estén trabajando los estudiantes, lo que nos permite fortalecer la vinculación”.
Además, convenios con empresas que facilitan que la Facultad acceda al uso de artefactos. “Un diálogo que permite instalar capacidades tecnológicas para la innovación”, aclara. Incluso relaciones de colaboración con instituciones educativas y de investigación de México, Cuba y Colombia. Todo ello, de la mano de las revistas TeknoRev, Posibilismo Tecnológico, un anuario de Vinculación con el Medio y otra de carácter institucional, además de espacios de participación para los académicos en las revistas Vías Especiales y Gestión Minera.
Proyectos y desafíos
A mediados del próximo año Gumercindo Vilca concluye su segundo periodo como decano. En esa fecha también debiera inaugurarse un nuevo edificio de 2.500 metros cuadrados, como complemento al actual. Se trata de dos subterráneos y cinco pisos con equipamiento de última generación, en concordancia con las necesidades académicas, científicas y tecnológicas de la Facultad.
“Un edificio tecnológicamente equipado para la economía del conocimiento”, destaca el académico, a lo que se suma otro gran desafío: terminar la tesis del Doctorado en Procesos políticos y sociales en América Latina que estudia actualmente.
En lo inmediato, el próximo 7 y 8 de septiembre, organizarán el Primer Congreso Internacional en Formación Tecnológica para la Economía del Conocimiento, mientras que el 19 y 20 de octubre será el turno para la cuarta versión de la Expo Tecno. Ambas actividades, dentro de la Universidad de Santiago de Chile.
Incluso, anticipa la inauguración oficial de una radio digital de la Facultad, denominada “Pausa”, protagonizada por integrantes de esta Unidad Mayor con el objetivo de generar mayor comunicación interna. “Necesitamos conversar más sobre temas tecnológicos que le interesan al país y sobre cómo seguir generando más trabajo aplicado”, concluye el decano.