Bloque 3

Día 41 del estallido social

Día 41 del estallido social

La revolución ucraniana duró 93 días, gatillada por un grupo de estudiantes que protestaron por la decisión política de no integrarse a la Unión Europea. Las y los ciudadanos querían otra cosa y se tomaron Maiden (una plaza en Kiev) y pasaron el invierno (- 7 grados) luchando cuerpo a cuerpo contra las balas y la brutalidad de una policía decidida a matar con tal de mantener un orden ficticio. La clase política de Ucrania no lograba entender, andaban siempre en la retaguardia, y tenían menos valor que sus representados. Cuando comunicaban los resultados a las bases, eran alentados a volver a las negociaciones con el Gobierno de manera urgente, porque el frío congelaba la paciencia. El Presidente dimitió, la revolución se sofocó a medias, la herida quedó y el país retomó un camino de transición lleno de complejidades. El documental está en Netflix, se llama “Winter of Fire”, y es estremecedor.

Plaza de Curicó, ciudad en calma, mañana del día 37 desde el llamado “estallido social”. Me invitan a un conversatorio sobre mujer y política. Hay 2 hombres y varias mujeres, entre los 17 y 75 años. Profesionales, trabajadoras, estudiantes, independientes, militantes. Hablamos de discriminación, de desigualdad, de derechos diferenciados dependiendo si naciste mujer u hombre. De colegios y liceos donde nunca les enseñaron educación cívica, pero sí les enseñaron a obedecer porque sí, sin aprender a pensar críticamente o a respetarse por ser personas en vez de imponer la discriminación por ser hija de madre soltera, o hijo de padres separados.

Una de las dirigentes estudiantiles critica a los partidos políticos, pero no a la política. Critica la manera como los grupos se adueñan de los partidos, y no hacen las cosas de manera transparente ni participativa, y menos con equidad de género. Ella tiene 19. Y quiere llevar el apellido de su mamá porque su papá nunca ha estado. Es dulce y luchadora, firme en sus convicciones y dispuesta a conversar para encontrar zonas comunes.

A todas esas mujeres les gusta la política, pero no la lógica de los partidos. Tienen interés en sus territorios, pero no tienen espacios para participar. Están atentas al acuerdo suscrito por los partidos, pero no les creen porque no las consideran, ni como mujeres ni como independientes. ¿Puedes participar en el proceso constituyente si eres mujer, joven, de región e independiente? ¿Y si además perteneces a un pueblo originario? ¿O tal vez puedes participar, pero nunca saldrás elegida? ¿Estas reglas del acuerdo actual son estructuras antiguas intentando resolver problemas nuevos?

En Ucrania la clase política iba como 100 metros atrás de las personas, temerosos y sin conducta. Aquí seguimos discutiendo unas verdades que sirvieron en los ’90, pero que ahora necesitan renovarse y abrirse a una real participación, sin condiciones ni frenos, ni amenazas de lecturas simplistas. Tenemos una fractura como país de una complejidad mayor, que no se arregla con un acuerdo basado en creencias de grupos políticos que les ha costado tanto modernizarse.

Usach inicia proceso de construcción de nueva Política Universitaria de Actividad Física y Deportes

Usach inicia proceso de construcción de nueva Política Universitaria de Actividad Física y Deportes

Comenzó la elaboración de la nueva Política Universitaria de Actividad Física y Deportes, que se llevará a cabo a través de un proceso de construcción participativa y vinculante entre todos los estamentos.

La iniciativa tiene como finalidad crear nuevas orientaciones y objetivos en el quehacer del Deporte y la Actividad Física a mediano y largo plazo en nuestra Universidad, con miras al periodo 2020-2030, lo que convierte a nuestra Casa de Estudios en una de las instituciones pioneras en el desarrollo de políticas deportivas de este tipo.

Para empezar el proceso, se llevarán a cabo distintos diálogos técnicos y abiertos con convocatorias específicas a los actores del sistema deportivo universitario, que también incluirá convocatorias a la comunidad del Plantel y personas externas que quieran participar a través de una metodología de cabildos ciudadanos.

Este miércoles, se inició el primer diálogo abierto con el tema “Deporte Competitivo y de Representación Institucional”,  que contó con la participación de estudiantes de ramas deportivas, funcionarios/as y académicos/as de la Universidad.

En la actividad, el jefe del Departamento de Gestión del Deporte y Cultura, Marcelo Bernal, señaló que “el principal propósito de esta iniciativa es que podamos hacer un trabajo participativo, representativo y vinculante para modificar la actual política deportiva de nuestra Universidad, a través de un prisma democrática, construida con todos los estamentos de la Institución, en concordancia con el nuevo Estatuto Orgánico y con el Pacto Social a nivel país”.

Próximos pasos a seguir

Este proceso se llevará a cabo en distintas instancias de participación colaborativa donde se conversará sobre Deporte de Participación Social (actividades de libre asistencia), Deporte y Actividad Física de Formación Integral (cursos deportivos) y el Desarrollo del Deporte Inclusivo y Adaptado, diálogos que se irán realizando durante los próximos meses con un llamado a participar a toda la comunidad universitaria.

Lo que entró en crisis: una mirada retrospectiva

Lo que entró en crisis: una mirada retrospectiva

La rebelión social de fines de 2019 ha sorprendido por su intensidad y duración. Aunque a algunos no nos resulte tan inverosímil ni se aleja completamente de análisis previos, es necesario iniciar un esfuerzo de comprensión retrospectiva para intentar explicar lo que ha pasado en Chile. Esto, sobre todo si se considera que las élites dominantes se veían a sí mismas a cargo de una economía próspera que otorgaba más o menos espacios a todos en el camino de “llegar a ser un país desarrollado”, especialmente con la expansión de la educación de mercado, y de una política que producía arreglos estables y una competencia electoral periódica acotada y sin sobresaltos mayores.

Hasta que la mayoría de las certezas convencionales volaron por los aires por la fuerza de los hechos.

Aventuramos la hipótesis según la cual en primer lugar ha entrado en crisis el soporte económico de la vida social, y lo que denominamos el “modelo híbrido de mercado concentrado y de regulaciones débiles”. Ponemos el acento en el concepto de “hibridez”, pues nuestra estructura económica no es el resultado de un diseño abstracto de algún agente todopoderoso, interno o externo, sino de situaciones de poder relativo entre grupos sociales asimétricos que configuraron en las últimas décadas la esfera económica en un contexto internacional cambiante.

El actual modelo de crecimiento tiene su origen en la imposición violenta desde la dictadura de un sistema de asignación de recursos basado en mercados imperfectos que han tendido a una extrema concentración y que se extendieron hacia los servicios básicos, la educación, la salud y las pensiones, como en ninguna otra parte del mundo.

Desde 1990 se produjo un cuestionamiento inicial a parte de la herencia dictatorial, con la idea del “crecimiento con equidad” de Aylwin y luego del “crecimiento con igualdad” de Lagos, incluyendo reformas tributarias, laborales y territoriales junto a aumentos del gasto y coberturas sociales y el reforzamiento de algunas regulaciones.

Persistió el desarrollo de actividades estatales directas en parte de la banca (Banco del Estado y Corfo), minería (Codelco y Enami), energía (Enap) y transporte (Metro) que los economistas neoliberales siempre contendieron, esta vez sin éxito. Pero, ese contramodelo en ciernes, morigerado sistemáticamente por la ausencia de mayoría parlamentaria, perdió fuerza por el acomodo y en algunos casos creciente conversión al neoliberalismo de la coalición de gobierno y algunos de sus máximos líderes.

Resultó emblemática la expansión de la actividad minera transnacional y la captura privada de su renta, la mantención de un oligopolio en la pesca y la privatización de parte de los servicios sanitarios (en Santiago, Valparaíso y Concepción y la licitación de la operación en el resto del país) y de la infraestructura de transporte a partir de los años 90.

Este modelo híbrido produjo resultados de crecimiento generalizado de los ingresos y de mejoría sustancial de algunos indicadores sociales (baja mortalidad infantil, alta esperanza de vida, baja criminalidad relativa), los que generaron la autocomplacencia de economistas antes críticos del neoliberalismo.

Se dejó de lado como algo molesto, pero no determinante la muy alta desigualdad de ingresos y la estructura de propiedad hiperconcentrada que multiplicó e hizo cotidianos los abusos de mercado frente a un Estado mínimo, crecientemente capturado por el capital corporativo y sus grupos de presión en detrimento de los intereses de la mayoría social. Esto fue lo más grave del proceso político post-90, aunque una minoría nos opusiéramos desde dentro.

La prevalencia del maridaje de intereses con el gran empresariado preparó lentamente la rebelión actual. La etapa dulce del alto precio del cobre y del resto de las exportaciones primarias, empujadas por la demanda china, alimentó la ilusión de que no eran necesarias reformas estructurales ni un proceso intensivo de diversificación económica. El desdén por la inversión en investigación y desarrollo y por la recuperación del control sobre la renta de los recursos naturales fue tal vez la ceguera mayor de los arrogantes economistas del modelo que hoy entra en crisis, y no por falta de advertencias suficientes.

Cito el siguiente diagnóstico: “Considerando la poca complejidad económica de Chile, el crecimiento económico de largo plazo se proyecta a solo 1.9% entre el 2013–23. Estas proyecciones de crecimiento están muy por debajo de sus pares, incluyendo Canadá (2.7%), Perú (2.8%), Colombia (3.0%), y México (4.4%)”.

Y agrega: “La segmentación de la prestación de servicios en educación, cuidado de la salud y seguridad social (...) ha generado una importante disparidad en el acceso a servicios de calidad. Las limitaciones en el acceso a una educación de calidad se traducen en desigualdades en el mercado laboral, lo que también influye en la participación en el sistema de salud y contribuciones al régimen de pensiones. Considerando el segmentado mercado laboral, solo una pequeña proporción de la fuerza laboral percibe niveles sostenidos de ingresos, crecimiento de ingresos, y una participación y tasa de aportes constantes en el sistema de pensiones”.

¿Otro diagnóstico heterodoxo más que no reconoce las virtudes del “modelo chileno” y de los logros de sus economistas y defensores políticos? No, se trata de un informe del Banco Mundial de 2017.
También entró en crisis en 2019 la sociedad del 10-50-40, estable por largo tiempo, pero estructuralmente polarizada. Se consolidaron las fronteras entre el 10% más rico (y en su seno el 1% cada vez más rico, articulado en grupos económicos con control de buena parte de los recursos naturales, una amplia base financiera y alianzas con el capital internacional), el 50% constituido por grupos intermedios tradicionales y emergentes (con empleos formales pero con un tercio más cerca de los bajos ingresos que de los medios) y el 40% de menos ingresos, con empleos precarios, poco calificados y todavía mal pagados, aunque hayan aumentado sus ingresos promedio más que el resto.

Este 40% de menores ingresos incluye un 20% en estado de "pobreza multidimensional" y del orden de un 5% en situación de exclusión y marginalidad. No considerar la “heterogeneidad estructural” de la estructura socioeconómica chilena fue otro de los grandes errores de los economistas del modelo, así como desdeñar que su utopía básica, la movilidad social, simplemente en Chile existe apenas.

Finalmente, languideció una economía que desde 2014 crece poco, reduce la creación de empleo y lleva a perspectivas de aumento de ingresos que se esfuman y aceleran el endeudamiento de los hogares para sostener su consumo. El trabajo informal es de un 30% de los asalariados y el trabajo precario con rotaciones constantes de empleador es la realidad cotidiana de la mayoría de los asalariados y sus familias.

Pero, también existen factores culturales y generacionales en la crisis. Aventuramos la hipótesis de que terminó por difuminarse la pretensión de reemplazar la construcción –siempre necesaria y en continua reformulación– de un destino común por la idea neoliberal según la cual la sociedad no existe, en la que la única utopía posible no es algún proyecto de significado colectivo sino la mera movilidad social personal.
Del orden de 500 mil jóvenes no estudian ni trabajan y la deserción escolar adolescente aumenta. Hay hoy 1,2 millones de jóvenes en una educación superior que no ofrece para la mayoría un destino de inserción con un mínimo de certeza y genera en muchos casos aún amplias deudas. Esto se traduce crecientemente en la ansiedad colectiva y más bien en el cuestionamiento del orden social antes que en la confianza en un destino de movilidad social ascendente.

Parece, asimismo, haber entrado en tensión el sustrato solidario que se expresa ancestralmente en las familias y los grupos de pertenencia con la cultura individualista negativa, la descalificación de lo público vehiculada por los grandes medios (el Estado es ineficiente, los pobres reciben demasiados subsidios, nadie apoya a la clase media, etc.) y la representación de la sociedad como una supuesta cadena de oportunidades de mercado a lo largo de la vida, con la correspondiente ideología “emprendedorista”.

Parece haber perdido capacidad hegemónica el incentivo sistémico a la prevalencia del yo, en vez de la tríada del yo y mi mundo, pero junto al nosotros social y el nosotros del género humano en la tierra y su comunidad de destino, siguiendo las distinciones de Edgar Morin. Y aumentó el rechazo al ancestral clasismo y discriminación social ("los flaites") y de género –con inéditas movilizaciones feministas masivas– que proviene de la cultura patriarcal y de la herencia de la hacienda.

La demanda por más protección social y estatal ha recuperado, poco a poco, derechos de ciudadanía frente a la sociedad de consumidores individuales y de supuesta movilidad social. Según la OCDE, en Chile nacer en un hogar de ingresos bajos puede afectar negativamente el salario en cerca del 40% en relación con el promedio, mientras las personas provenientes de familias con una mejor situación económica ganan un 50% más. Solo un 4% de jóvenes cuyos padres no habían completado la educación básica pudo obtener hacia 2015 un título profesional, en comparación con el 25% en el caso de hijos(as) de al menos un padre-madre profesional.

Desde el sistema político, las fuerzas que habíamos protagonizado los esfuerzos de retorno a la democracia no pudimos/supimos transformar el Estado mínimo, mientras terminaron prevaleciendo los que optaron por "hacer de necesidad virtud" y se resignaron y adaptaron al modelo híbrido de mercado concentrado y regulaciones débiles a cambio de espacios en la esfera pública y burocrática, degradando todavía más la capacidad estatal con muchos miles de puestos públicos clientelares.

Todo esto provocó desde al menos 1997 el desplome progresivo de la legitimidad de las fuerzas democráticas y una primera victoria electoral de la derecha –sociológicamente minoritaria– en 2009 y luego en 2017, cuando la coalición de gobierno se transformó en un campo de acciones incoherentes con un amplio espacio para el boicot interno a las reformas institucionales, sociales y económicas comprometidas.

Una parte mayoritaria de esa coalición ya no estaba dispuesta a salir del modelo descrito, defraudando a sus electores, provocando su molestia o su abstención, y constituyéndose en contramodelo de conducta política para las nuevas generaciones, que construyeron su propia expresión política. Resultó emblemático que la demanda por gratuidad y educación pública terminara transformándose en un capitalismo educativo subsidiado de alto costo fiscal y en la mantención de un mercado de la educación escolar y superior en vez de un servicio público republicano.

También entró en crisis un sistema político en el que las opciones mayoritarias permanecen cercenadas por los quorum supramayoritarios y el Tribunal Constitucional, el gran guardián del orden neoliberal (con los casos de la gratuidad educacional para los privados y de la desprotección del consumidor como emblemas de decisiones por encima de las leyes aprobadas por el Parlamento). Y que fue crecientemente condicionado y financiado legal e ilegalmente de manera corrupta por el poder económico.
La acción política mutó poco a poco desde ser la expresión de valores, visiones, proyectos e intereses colectivos a ser un mecanismo de acceso al poder estatal (y en ocasiones privado) y a ser una fuente de acceso a privilegios y prebendas clientelares.

Esto provocó la frustración de una parte de la militancia –la tradicional y sobre todo de la más joven– movida por valores y proyectos comunes e inserta en el tejido social. Y terminó en la descomposición interna de los partidos y la pérdida de vínculo con el mundo social y territorial más allá de aparatos electorales clientelares.

Buena parte de la izquierda absorbió mal la crisis final del socialismo burocrático en 1989, la necesaria renovación de ideas y la sintonización con el mundo contemporáneo. Y sobre todo abandonó la representación del mundo del trabajo y de la cultura y prefirió ser un canal de acceso a cargos burocráticos y de ascenso social mediante la lucha electoral.

Con este trasfondo estructural, cultural y político se desencadenó desde el viernes 18 de octubre, a los dos años del gobierno de Piñera II, una rebelión social masiva y con altas dosis de violencia urbana, no inducida ni dirigida por nadie en particular. Ya el movimiento estudiantil de 2011 había sido un prolegómeno de la incapacidad de la derecha para generar gobernabilidad suficiente en la sociedad chilena actual. La rebelión de fines de 2019 es el fracaso de la representación política y parlamentaria de los intereses de la mayoría social y la respuesta más global y autónoma de la mayor parte de la sociedad a la desigualdad de ingresos y de trato, a los abusos contractuales, al Estado arbitrario en lo económico, judicial y represivo y a la cultura del individualismo negativo.

El rechazo al orden existente se condensa en la figura de Sebastián Piñera, que encarna la idea del privilegio y del abuso de las minorías dominantes, aunque su representación del mito del "emprendedor exitoso que gestiona con eficiencia" le haya permitido ganar dos elecciones presidenciales en medio de una amplia abstención y de la adhesión de sectores medios y populares conservadores o "aspiracionales".

En cinco semanas se han movilizado millones de personas. Este es el dato fundamental: una sociedad que reconstruye y resignifica su propio discurso y que no acepta más el orden desigual existente. Y que reivindica la dignidad como valor fundamental a consagrar y mantener frente al abuso de las minorías dominantes en la economía y el sistema político.

Pero el partido del orden, sus medios de comunicación y sus seguidores de todo el espectro ponen el acento en la parte minoritaria pero persistente de los movilizados que provoca condenables destrucciones (incluso de la infraestructura pública que sirve a la mayoría social) o reacciona con destrucciones frente a la violencia policial. Y que resalta hasta el paroxismo, dado el explicable rechazo y temor que provoca, el saqueo por parte de grupos de delincuencia común u ocasional, que suelen colarse en las revueltas sociales inorgánicas. Recordemos que existe además un micronarcotráfico relativamente extendido, que controla ciertos territorios en las urbes. Hay 80 mil enjuiciados por narcotráfico en Chile.

Pero no nos equivoquemos: el partido del orden busca negar o minimizar las intolerables violaciones de Derechos Humanos y sus respectivas responsabilidades políticas y anular la rebelión social masiva y legítima tratando de asimilarla a las estrucciones y al saqueo, generando el mayor pánico posible. El peligro de una salida autoritaria a la crisis basada en el temor a la delincuencia que justifique derivas represivas crecientes está muy presente, y existe una alta probabilidad de que Sebastián Piñera adopte ese camino.

También está en curso la búsqueda de una salida gatopardista, en la que todo cambie para que todo siga igual. Es lo que parte de la derecha intenta y parcialmente ha logrado con un acuerdo parlamentario para un plebiscito en abril 2020 que permita la elaboración en 2021 de una nueva Constitución en una convención constituyente elegida para el efecto, lo que es un gran logro y un desafío a ser ganado mediante una amplia movilización electoral.

Sin embargo, funcionará con el veto de 1/3 sobre los otros 2/3, lo que anulará con una alta probabilidad su potencialidad democrática, con un alto riesgo, mediante el bloqueo mutuo, de que termine colapsando el nuevo proceso constituyente, al estilo de la disolución sin pena ni gloria del proceso constituyente de Bachelet II. Algunos consideran esto inexplicablemente como un gran avance, con una especie de "emoción de la página en blanco" que, a otros, centrados en los resultados institucionales que se debe obtener como respuesta a la crisis y sus causas, no nos conmueve mayormente.

La lucha política dirá si se produce alternativamente una salida con participación y representación social, territorial, de género y de los pueblos originarios, más allá del pacto parlamentario. Y si esa salida es capaz o no de promover un nuevo orden político que consagre una democracia sin veto de la minoría dominante. Y que, por tanto, permita de una vez al pueblo chileno dotarse, mediante una Constitución que no sea una camisa de fuerza y sucesivas legislaciones de futuros gobiernos, de un Estado de bienestar en forma y de un modelo de economía dinámica pero equitativa y sustentable.

¿Estará en el horizonte el pleno control público de los recursos naturales, la desmercantilización de los servicios sociales, un ingreso mínimo universal, los derechos efectivos de los trabajadores en la empresa, las ciudades más integradas, los servicios públicos en todo el territorio y una economía social y cooperativa que provea espacios de cohesión social, de disminución de las desigualdades y de acción persistente contra la exclusión y la marginalidad?

Construir un modelo de funcionamiento social de este tipo no es imposible y tendría el mérito de dar una respuesta más eficaz que la salida autoritaria o aquella gatopardista a la crisis social y política y a las demandas de la mayoría popular. Estas respuestas parecen no lograr detener la crisis o bien incubar su repetición en un horizonte cercano.

Existe una alternativa a la inestabilidad y la violencia. Pero un nuevo arreglo institucional y social requiere, entre otras cosas, dejar atrás con firmeza la idea de que los problemas sociales y políticos se resuelven con represión indiscriminada contra los que se manifiestan y que se debe atacar la delincuencia, pero no sus causas. Requiere cosas como que se asuma una tributación progresiva sustancial. Y que el empresariado dispuesto a vivir en y con la sociedad, y no a expoliarla mediante múltiples abusos de mercado, debe ser objeto de regulaciones fuertes y efectivas y adaptarse a un nuevo modelo inclusivo. Y también requiere de un Estado probo y crecientemente desburocratizado al servicio de la ciudadanía y del interés general.

Un nuevo modelo democrático equitativo y sostenible no es fácil de construir, y requiere de tiempo, consistencia y persistencia, junto a las repuestas inmediatas que la ortodoxia bloquea con notable ceguera. Pero tendría una mucho mayor capacidad de dotar al país de la estabilidad política, económica y social sin la cual ninguna actividad económica puede prosperar en el largo plazo y sin la cual la búsqueda de un mayor bienestar progresivo de la mayoría social no resulta posible.

Usach aporta al diálogo con la segunda versión del exitoso Glosario Constituyente Abreviado

Usach aporta al diálogo con la segunda versión del exitoso Glosario Constituyente Abreviado

Asamblea Constituyente, Convención Constituyente, Comisión Técnica, entre otros, son algunos de los conceptos que se pueden encontrar en la segunda versión del exitoso Glosario Constituyente Abreviado; guía de vocablos que la Universidad de Santiago de Chile, a través de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VIME) y Editorial Usach, dispuso para toda la comunidad de forma gratuita.
 
El documento fomenta la participación informada de todos los actores de la sociedad en la discusión preconstituyente; por lo mismo, no está restringida solo a conceptos que aparecen en la normativa actual, sino a aquellos que van surgiendo en el debate sobre esta temática.
 
Para la Dra. Karina Arias, Vicerrectora de Vinculación con el Medio, como Universidad pública el Plantel tiene como objetivo contribuir al desarrollo del país y por lo tanto su rol es fundamental en este momento.
 
En esa dirección nuestra Casa de Estudios Superiores debe “entregar todo el conocimiento que tiene y ponerlo a disposición para mejorar la actual situación de Chile; sea generando y proveyendo de información disponible en un lenguaje que sirva para la construcción de un diálogo ciudadano, como también investigación más especializada sobre políticas públicas que van a requerir ponerse en la mesa en momentos similares”. 
 
Esta vez fue la Facultad de Derecho del Plantel, a través de un grupo de académicos, que tuvo una participación fundamental. Para el docente de la Unidad Mayor y colaborador del texto final, Cristóbal García-Huidobro, la participación de nuestra Universidad en el debate nacional es fundamental por dos aspectos. Primero por sus 170 años de historia (EAO-UTE-Usach) y segundo por ser uno de los planteles más grandes del país, situación que la obliga a dar una mirada a la realidad del país. 
 
Por lo tanto, “el aporte de las distintas actividades que se realizan en la Institución nos obliga a ser actores relevantes. Representando a las distintas voces de la comunidad universitaria que pueden ser muy disonante entre sí (…) precisamente desde esa diversidad cada uno puede aportar de forma individual, pero al mismo tiempo aportar colectivamente”, sostuvo García Huidobro.

La segunda versión del Glosario Constituyente Abreviado se puede descargar de forma gratuita. Viene con instrucciones para imprimir, y está disponible para su impresión a color o en blanco y negro. Ambas versiones están colgadas en el siguiente link: bit.ly/DescargarGlosario

Investigadores de la Usach buscan comprender movimientos del fondo marino que generan un tsunami

Investigadores de la Usach buscan comprender movimientos del fondo marino que generan un tsunami

Un tsunami se identifica como consecuencia de un movimiento telúrico. El efecto de la ola en la superficie terrestre se puede estudiar mediante el análisis de ondas de gravedad las que, según el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), se pueden clasificar en cuatro tipos de tsunami: instrumental, menor, intermedio y mayor. Dependiendo del tamaño de las olas que generan e interacción con el territorio que abarcan.
 
Con el objetivo de estudiar el comportamiento de estas ondas, un equipo de investigación liderado por el académico de la U. de Santiago, Dr. Leonardo Gordillo, busca comprender los movimientos que debe realizar el fondo marino durante un terremoto para generar olas de tsunami con características determinadas.
 
El proyecto Multi-point programmed forcing of water beds: wave generation and tsunami in-lab experiments, ha puesto a prueba de forma teórica y experimental su funcionalidad para comprender la formación de olas de tsunamis. “Uno de los resultados más bonitos que hemos obtenido es que existe un mecanismo de resonancia en la generación”, dijo el Dr. Gordillo.
 
“Cuando optimizas la transferencia de energía desde el fondo hacia la superficie, si lo haces bajo ciertas condiciones, las de resonancia, puede generar una onda muy grande arriba, aunque haga un movimiento chico en el fondo”, explicó Juan Marín, investigador postdoctoral que colabora con Gordillo, siendo este fenómeno similar a lo que comúnmente se conoce como efecto mariposa.
 
El Doctor en Física, con la colaboración del Ingeniero Narek Halsdorfer, miembro de la Escuela Nacional Superior de Mecánica y Microtecnología (ENSMM, Francia), ha diseñado un sistema experimental de generación de ondas a escala, que busca comprender el mecanismo de resonancia.
 
El modelo desarrollado en el Laboratorio de Estructuras Delgadas del Departamento de Física Usach, permite hacer oscilar el fondo de un canal de agua simulando un movimiento telúrico. “¿Cómo diseñar ondas u olas con la forma que uno quiera?”, con esa pregunta el Dr. Gordillo recordó que surgió la investigación.
 
Un modelo único
 
El simulador está construido sobre la base de 64 unidades actuadoras, ubicadas de manera circular, que imitan un pequeño coliseo. Cada unidad opera individualmente por pistones regulables que mueven cada segmento del fondo del canal. La base que simulará el lecho marino, y que creará el tsunami en el laboratorio, se está construyendo con silicona.
 
El desarrollo del proyecto se contrasta con los modelos de wavemaker, los cuales agitan una pared lateral (de una piscina, por ejemplo) para generar olas. “El problema es que este tipo de generador de olas, es bueno para generar ondas que tienen longitud de onda corta, pero si quieres generar longitudes de onda larga, este modelo se vuelve muy ineficiente”, aclaró el académico.
 
Es por esto que, inspirándose en la naturaleza, el experto en física de fluidos encontró junto a su equipo que “una forma muy eficiente de generar olas de gran longitud de onda no es moviendo una pared, sino moviendo el fondo”.
 
Terremotos chilenos como pieza clave
 
La gran variedad de aplicaciones que tiene este tipo de estudios van desde la entretención (creación de olas deportivas en piscinas), el testeo de estructuras como embarcaciones o plataformas petroleras y conocer la interacción de las corrientes marinas con la gravedad y el viento.
 
“Hay un tipo de onda generada que es muy importante para el caso de Chile, para otros países también lamentablemente: los tsunamis” comentó el académico, explicando que “son ondas de longitud de onda larga que se generan durante grandes desplazamientos producto de los terremotos”.
 
Es por esto que el equipo también está utilizando simulaciones numéricas del tipo Smoothed-particle hydrodynamics (SPH), y también colaboran con el Ingeniero australiano Bruce K. Cartwright, de la compañia Pacific Engineering Systems International (Pacific ESI, Australia), empresa que ofrece servicios de ensayo de estructuras bajo condiciones de oleaje con simulaciones numéricas.
 
Cartwright, de manera independiente, ya utilizaba la técnica de generación de ondas por movimiento del fondo para sus ensayos empíricos cuando contactó a Gordillo para comprender el fenómeno. En ese momento a empezó la colaboración.
 
Por su constitución geográfica, Chile es una pieza clave para estudiar el comportamiento de tsunamis y el equipo de investigación Usach busca analizar los fenómenos registrados en 2014 durante la seguidilla de terremotos ocurridos en la Región de Tarapacá y las ondas de gravedad que se registraron en el mar posteriormente.
 
Luego de dos años de investigación, iniciada en 2017, el Dr. Leonardo Gordillo junto al equipo de investigación prepara una publicación con los resultados teóricos recopilados. Además, se encuentran terminando el ensamblaje de la unidad de generación de movimiento para la reproducción del tsunami de 2014 en las costas del Norte de Chile.
 
Sobre la investigación
 
El proyecto Fondecyt de iniciación “ Multi-point programmed forcing of water beds: Wave generation and tsunami in-lab experiments” busca estudiar la generación de tsunamis a través de experimentación en laboratorio.
 
El equipo es integrado por los investigadores de la U. de Santiago Dr. Leonardo Gordillo (investigador responsable) y Juan Marín (postdoctorando VRIDEI); además de la colaboración de los estudiantes de Ingeniería Física de la Universidad:  Isis Vivanco, Lucas Martínez, Francisco Olea, Franco Álvarez; y los colaboradores internacionales: Ing. Narek Halsdorfer (ENSMM, Francia), Ing. Bruce K. Cartwright (Pacific ESI, Australia)

Los papers científicos y publicaciones de sus avances se pueden leer en https://scholar.google.es/citations?user=LxxO4CoAAAAJ&hl=es

Psicóloga Usach, Cristel Pérez: “Vivimos un quiebre a nuestra cotidianidad que impactó a cada uno, de una forma distinta”

Psicóloga Usach, Cristel Pérez: “Vivimos un quiebre a nuestra cotidianidad que impactó a cada uno, de una forma distinta”

Una conversación en torno al bienestar sicológico y la prevención de riesgo en salud mental se realizó en el auditorio de la Facultad de Química y Biología.

La charla, como ha sido la característica del resto de las actividades organizadas por esta Unidad Mayor, contó con la asistencia y participación de funcionarios, académicos y estudiantes, quienes tuvieron la posibilidad de compartir sus experiencias frente a lo acontecido en este último mes en nuestro país.

"Es importante señalar que lo que estamos viviendo es una experiencia que es de crisis y que no todas en general, como la que estamos en evidencia hoy a nivel país, van a generar un trauma. Lo que estamos viviendo ahora es un quiebre a nuestra cotidianidad que impactó a cada uno de una forma distinta”, indicó Pérez durante su charla.

En cuanto a las recomendaciones, la psicóloga explicó el concepto de “Primeros Auxilios Psicológicos” los que consisten una serie de consejos que abordan la escucha activa, el re-entrenamiento respiratorio, la categorización de necesidades, la derivación a redes de apoyo y, por último, la protección y la psicoeducación con el otro.

“Lo primero que tenemos que hacer antes de poder aplicarlo es hacernos la pregunta: ¿Estamos nosotros en la capacidad emocional de realizar los primeros auxilios psicológicos? ¿Me irrito fácilmente? ¿Me voy a poner a llorar con la otra persona?,porque si nosotros no podemos reconocer nuestras propias emociones es mejor que no ayudemos y que nos ayudemos a nosotros mismos”, aclaró la profesional.

Por último, en cuanto a los estudiantes, la psicóloga recordó la disposición y la ayuda que puede brindar la Unidad de Promoción de la Salud Psicológica presente en nuestra Casa de Estudios, y que depende de la Vicerrectoría del Apoyo al Estudiante.

Orquesta Clásica Usach retoma sus conciertos con dos obras chilenas y un concierto de violín de Mozart

Orquesta Clásica Usach retoma sus conciertos con dos obras chilenas y un concierto de violín de Mozart

“Para nosotros entregar música es la forma de compartir con la gente, abrazarla y ayudarla a sanar un poquito en medio de todo lo que está pasando”, dijo Oriana Silva, concertino de la Orquesta Clásica Usach, que mañana miércoles 27 de noviembre retomará sus conciertos en el Teatro Aula Magna, haciendo un llamado especial a participar a la comunidad universitaria, de la Villa Portales y por supuesto a todos los vecinos de Estación Central y otras comunas circundantes.

“Creo que una de cosas más bonitas de este movimiento social ha sido el hecho de conocernos y reconocernos con el de al lado y en ese sentido, la música es una herramienta clave para que se produzca ese encuentro, independiente del repertorio escogido”, añadió la violinista, quien también ha participado de conciertos externos, como el Víctor Jara Sinfónico que realizó la primera generación de las Orquestas Juveniles en el GAM y luego en Recoleta.

“La unión que puede generar la música es impresionante y por eso esperamos que muchos vecinos y estudiantes se acerquen al Aula Magna a escucharnos”, destacó

El concierto, programado en un horario especial a las 16 horas, es organizado en conjunto a la Unidad de vinculación con el mundo público social de la Universidad.

El repertorio está compuesto por obras de dos autores chilenos: “Chanson triste” del compositor Enrique Soro, precursor de la música orquestal en nuestro país y autor de la primera sinfonía local, y “Músicas retocadas” del compositor y baterista Sergio “Tilo” González, quien en 2018 estrenó por encargo de la Orquesta Usach, dentro de sus conciertos de extensión, las reversiones orquestales de tres canciones históricas de su banda Congreso:  “Andén en el aire”, “Viaje por la cresta del mundo” y “Danza de la Gallina”, las que hoy suenan por primera vez en el Teatro Aula Magna

En tanto, la pieza central será el Concierto n° 5 para violín de W. A Mozart, que será interpretada por el solista argentino invitado Xavier Inchausti (1990), quien fuera un niño prodigio de la música, debutando con esta misma pieza a los 12 años en el Teatro Colón de Buenos Aires, para luego en 2011, a los 21 años, ganar el prestigioso premio local Dr. Luis Sagall, transformándose en el primer latinoamericano en recibirlo tras 40 años.

“Es un concierto maravilloso, compuesto por Mozart cuando tenía sólo 19 años, con innovaciones muy osadas sobre todo en cómo desarrolla la entrada del violín al inicio y también en la inspiración en la música turca de los movimientos finales”, comentó el director de la Orquesta Clásica Usach, Nicolás Rauss.

“Xavier es hoy un músico maduro que conserva el virtuosismo que lo hizo brillar de niño. El concierto estaba agendado desde inicios de año y tras el estallido social Xavier quiso venir de todas maneras a tocar con la orquesta”, agregó.

Durante este mes de movilizaciones, las y los músicos de la Orquesta han participado de conciertos ciudadanos espontáneos en diferentes comunas de Santiago y algunos también tocaron en el frontis de la Universidad, el pasado 23 de octubre, cuando se presentó a la comunidad de Estación Central el mural “Primavera Insurrecta” inspirado en el contexto actual chileno y realizado por el artista Inti Castro en la fachada principal de la casa de estudios. En la ocasión, los músicos interpretaron frente a un improvisado público de 200 personas “El derecho de vivir en paz” de Víctor Jara y “El pueblo unido”, de Sergio Ortega.

“Los músicos nos hemos sumado a distintas iniciativas de apoyo al movimiento, y ahora queremos seguir aportando desde nuestra sala de conciertos con un repertorio que modificamos para incluir a dos autores chilenos, por supuesto esa decisión no es casual”, comentó el director de orquesta de origen suizo, pero radicado en Santiago desde 2015.

“Lo que he visto en Chile ha sido muy emocionante, ha habido una toma de conciencia de la gente sobre los problemas propios y ajenos y se han atrevido a hablarlos. Más allá de los hechos trágicos y de la violencia, es fundamental que las personas se han dado cuenta que no están solos, que comparten malestares, se han creado nuevos lazos entre los chilenos”, concluyó.

Buscan detectar síntomas tempranos del Parkinson mediante el uso de inteligencia computacional

Buscan detectar síntomas tempranos del Parkinson mediante el uso de inteligencia computacional

Cerca de 7 millones de personas en el mundo sufren la enfermedad de Parkinson, según la revista Journal of Parkinson Disease, y se calcula que en el 2040 esta cifra aumentará a 12 millones. En Chile, alrededor de 40 mil personas padecen del trastorno degenerativo del sistema nervioso central, y un 30% no lo sabe. Por ello, la importancia de un diagnóstico temprano y preventivo se ha vuelto fundamental.
 
La enfermedad de Parkinson (EP) es progresiva, y si bien existen algunos signos de alerta temprana como temblores en las manos y dificultad al caminar, es complejo diagnosticarla porque no hay un estudio exacto para determinar este estado. Los síntomas de la EP no son iguales en todas las personas, tienen variaciones. A su vez, otras enfermedades presentan señales semejantes.
 
Por ello, investigadores del Departamento de Ingeniería Informática de la U. de Santiago buscan identificar marcadores biológicos que puedan entregar mayores antecedentes para su detección. "Sabemos que las enfermedades neurodegenerativas no tienen cura, pero sí se pueden detener o ralentizar y mantener en ese estado por bastante tiempo", señaló el Dr. Max Chacón, líder del Grupo de Investigación de Modelamiento Fisiológico, del Departamento de Ingeniería Informática de la Usach.
 
El doctor en Ciencias de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en Brasil, afirmó que el objetivo del proyecto también considera aumentar los diagnósticos en etapas tempranas de la enfermedad de Parkinson (EP). "Mientras se detecte más pronto es mejor, eso es lo que estamos tratando de buscar", indicó.
 
Una investigación en desarrollo
 
"Nuestra hipótesis postula que, cuando existen enfermedades neurodegenerativas el sistema de autorregulación de flujo sanguíneo cerebral, se ve deteriorado. Si nosotros detectamos un desgaste, puede que sea producto de este tipo de enfermedades. Para eso analizamos el flujo de las arterias del cerebro con un ultrasonido doppler transcraneal", señaló el Dr. Max Chacón.
 
El estudio tiene una duración de tres años, llevándose a cabo desde el 2018 hasta fines de 2020. Al realizar el análisis, primero, se buscaron dos tipos de voluntarios: Un grupo de personas sanas y otras diagnosticadas con EP, además de tener similar edad y sexo. Mientras los datos correspondientes a personas sanas ya están completos, aún falta concluir los estudios de pacientes con Parkinson, es por esto que una colaboración con el Centro de Estudios de Trastornos del Movimiento Humano (Cetram) ha sido vital, ya que la institución es el principal nexo para continuar con los estudios.
 
Los datos se preprocesan computacionalmente y luego ingresan a un modelo matemático de inteligencia computacional. Ahí es donde se diferencia, los sujetos sanos y enfermos. "Creemos que el estudio de la enfermedad de Parkinson (EP) es vital para contribuir en la calidad de vida de las personas porque se podría diagnosticar o prevenir algunas enfermedades, mucho antes de que aparecieran los síntomas. Además, con estas máquinas, no sería tan costoso", señaló Natalia Pérez, candidata a magister de la U. de Santiago e integrante del Laboratorio de Informática Aplicado a la Biología y Medicina Usach.
 
Pérez destacó la importancia que tiene la participación ciudadana en este proyecto de investigación: "Por un lado siempre estamos necesitando voluntarios para los estudios ya que, en base a los datos, podemos generar buenas investigaciones y buenos resultados. Entonces la invitación siempre es a que participen en los experimentos que hacemos en la toma de muestras", dijo. Las personas que deseen colaborar en el proyecto, pueden comunicarse al siguiente correo: lbiomedica.informatica@usach.cl
 
Según cifras del Ministerio de Salud, 1 a 2% de la población mayor de 65 años padece EP, cifra que se eleva a entre 3% a 5% en aquellos mayores de 85 años. El estudio se realiza gracias a una colaboración entre el Laboratorio de Informática Aplicada a la Biología, la Facultad de Ingeniería de la U. de Santiago, y el Centro de Estudios de Trastornos del Movimiento Humano (Cetram), de la Facultad de Ciencias Médicas, iniciativa del área de Responsabilidad Social Universitaria (RSU-Usach), que trabaja en conjunto con la Liga Chilena contra el Mal de Parkinson y la Fundación Distonía.

La calle no ha firmado ningún acuerdo

La calle no ha firmado ningún acuerdo

Muchos han entendido que los acuerdos alcanzados en el Parlamento de Chile, en la madrugada del 15 de noviembre, constituyen una traición al pueblo y a sus movilizaciones. Pero, este juicio es equivocado. Los honorables parlamentarios han sido consecuentes con el mandato que las clases dominantes les han entregado (no en balde les financian sus campañas), en cuanto a darle continuidad al régimen político heredado de la dictadura y reafirmado por los sucesivos gobiernos civiles. Efectivamente, tras la masiva y radical movilización popular del 12 de noviembre el gobierno norteamericano, el empresariado, los mandos de las FFAA y la cúpula de la Iglesia Católica, le representaron al Gobierno y a la casta política (en diferentes tonos y con variados argumentos), la necesidad de contener definitivamente el alzamiento popular. El mandato fue claro, había que cerrar filas a objeto de impedir la caída del gobierno y, junto con ello, la del parlamento y el sistema político en su conjunto. No debe sorprender, en consecuencia, que pese a eventuales diferencias, desde la UDI hasta el Frente Amplio, hayan alcanzado el “histórico acuerdo” (nos van a repetir esta monserga hasta el hartazgo), de cambiar la Constitución Política del Estado, pero mantenido el requisito de quorum de 2/3 de los constituyentes y permitiendo la formación de la Convención con sujetos provenientes de los mismos partidos políticos que han administrado el sistema de dominación hasta la fecha. De hecho, da exactamente lo mismo el quórum que se exija al articulado que formará parte de la nueva Constitución, si quienes constituyen y luego legislen continuarán siendo los mismos testaferros del capital. No hay traición en esto; por el contrario, hay coherencia. Es más, se puede esperar en los próximos meses que estos acuerdos iniciales luego se traduzcan en acuerdos permanentes que permitan reforzar la estrategia represiva del Gobierno, ajustar la agenda social a los requerimientos de la reanimación de la economía y reducir al máximo la participación popular en una eventual Convención Constituyente.
 
Siendo así, el problema no radica en quienes representan o defienden el sistema y mucho menos en los porcentajes o quórums en que ello se exprese. El problema está instalado en quienes nos movilizamos a objeto de llevar a cabo las transformaciones profundas que la sociedad exige en las calles, y por las cuales ya muchos han entregado sus vidas, mientras que otros han sido detenidos, torturados, violados, mutilados o vejados. Es necesario, por lo tanto, instalar en las asambleas territoriales y sectoriales el debate sobre nuestro proyecto político, sobre las estrategias de lucha y respecto de nuestras formas de organización. Sólo ello garantiza alcanzar de forma autónoma aquellos objetivos que el pueblo ha trazado en las calles a través de sus movilizaciones y registrado profusamente en sus pancartas. No basta con marchar cientos de kilómetros, como ya lo hemos hecho hasta la fecha; ni siquiera es suficiente con enfrentarse violentamente contra la represión o recuperar desde supermercados y farmacias aquellos recursos que el capital nos niega. Estas manifestaciones han sido, hasta la fecha, sólo la expresión de un estado de ánimo de la población (descontento, rabia, repudio) y como tales no se han convertido en una estrategia de acumulación de fuerza social y política para el cambio. Por el contrario, se están ritualizando peligrosamente y, al hacerlo, corren el riesgo de desgastarse en el corto plazo.
 
Desde el año 2006 (Revolución Pingüina) el Programa del Pueblo se ha venido afinando. Es un programa anticapitalista que exige la nacionalización de las riquezas básicas y de la banca, el control obrero sobre los procesos productivos, una efectiva redistribución de la riqueza, la protección del medio ambiente y una creciente inversión de recursos públicos en educación, salud, pensiones y vivienda. Estos elementos han aparecido sistemáticamente en las movilizaciones de los trabajadores subcontratistas, forestales, pesqueros y portuarios, pero también en las demandas de los movimientos regionales (Aysén, Calama, Freirina, Punta Arenas, Caimanes), en las movilizaciones estudiantiles y en múltiples expresiones sectoriales.
Pero no habrá Programa del Pueblo si las organizaciones sociales y políticas populares no avanzan decididamente hacia la realización de una Gran Constituyente Popular, que coloque en el centro de la discusión y del rediseño institucional la construcción de una sociedad fundada en relaciones económicas y sociales solidarias. Las mismas que afloran en contextos de crisis, cuando el Estado abandona a los sectores populares y estos se autoconvocan y desarrollan de forma autogestada las estrategias paliativas que les permiten resistir y sobrevivir. La solidaridad está en la base de la cultura popular, precede al Estado y a su legislación social y ha sido la estrategia más socorrida por los pobres en contextos de precariedad. Es el momento, en consecuencia, de convertirla, además, en un precepto de rango constitucional.
 
Experiencias históricas al efecto tenemos y debemos mirar a ellas, no a objeto de replicarlas, pero sí de aprender de sus aciertos y también de sus derrotas. La asamblea constituyente de asalariados e intelectuales, realizada en Santiago a comienzos del mes de marzo de 1925, e impulsada por el Partido Comunista y por la Federación Obrera de Chile, estableció las bases de un régimen político federal y reivindicó los derechos sociales y políticos de trabajadores, mujeres y niños, en pleno contexto de crisis del régimen oligárquico. Cuarenta y cinco años después la experiencia de la Unidad Popular y en particular la construcción del poder popular desde la base, en centros industriales y barrios obreros, abrió camino a la alternativa revolucionaria, en el marco de la crisis de la sociedad burguesa. Ambas experiencias fueron derrotadas, cuando la burguesía retomó la iniciativa estratégica, sumó a las FFAA, neutralizo al reformismo y aplastó a los revolucionarios. Hoy la burguesía y sus representantes encontraron el oxígeno que necesitaban en el Parlamento y se aprestan a retomar la iniciativa estratégica. De sus acuerdos espurios no podemos esperar nada nuevo y nada bueno, y las razones son claras. Éstos que nos invitan a sumarnos a su “acuerdo histórico” son los mismos que hasta hace semanas, desconocían que en Chile existían desigualdades, son los mismos que le entregaban las riquezas nacionales al capital transnacional, son los mismos que se negaban a mejorar los salarios de los trabajadores y las pensiones de los jubilados, son los mismos que lucraban con la salud, las pensiones y la educación. Son los mismos que envían a su jauría represiva cuando sienten la ira del pueblo desplegada en las calles. Sólo una Constituyente Popular, convocada, organizada y protagonizada por los trabajadores y el pueblo, garantizan la consecución de nuestros objetivos y la construcción de una sociedad efectivamente democrática y solidaria.
 
Pero, no se puede desconocer que en estas semanas de lucha popular los avances y los aprendizajes han sido muchos. Una de las consignas más tempranas y más recurrentemente agitadas señala: “Chile despertó” y ya no les será posible volver a sumirlo en el sopor. Ni la represión más brutal, ni la desinformación sistemática, ni los intentos por fracturarnos, ni sus ofertas de última hora, han logrado aplacar la protesta popular. El pueblo se reúne, dialoga, se organiza y combate. Reconoce las condiciones en las cuales se desenvuelve su existencia, identifica con claridad a los responsables de la mismas y define demandas y estrategias de transformación.
 
Es un pueblo despierto que avanza de manera sostenida hacia crecientes niveles de organización. Expresión de ello, son los comités de derechos humanos que acompañan las manifestaciones, identifican a los detenidos, organizan la asistencia legal, presentan denuncias y señalan a los represores. También están los comités de salud que han levantado verdaderos hospitales de campaña para atender a los compañeros heridos durante las manifestaciones y que distribuyen información y recursos para combatir el armamento químico utilizado por la represión. Están los grupos artísticos y culturales que crean y recrean una estética profundamente comprometida con el pueblo y con los cambios que se necesitan. Están los colectivos de logística que proveen de agua y alimentos a los manifestantes. Y están los que combaten a la represión, los que defienden los territorios, los que protegen la manifestación, los que con su radicalidad abrieron el camino de la protesta y relevaron con sus acciones las miserias del sistema.
 
Pero no nos confundamos, no pertenecen a este grupo los delincuentes que asaltan a pequeños comerciantes o roban en los establecimientos educacionales de nuestros barrios. Este grupo fraccional es, sin lugar dudas, un producto residual del sistema, pero a la vez, funcional al mismo. Para ellos, protestar es de “giles” y no trepidan en convertirse en “domésticos” cada vez que la oportunidad se los permite. En Centroamérica y Colombia, durante la etapa más álgida de la lucha armada contra la burguesía, la delincuencia devino en “sicariato” al servicio de los aparatos armados del Estado. Pero, respecto de ellos no corresponde la denuncia y mucho menos su entrega a la policía; si su neutralización en nuestros territorios. Sus objetivos no son los nuestros y si se ponen al servicio del enemigo deben asumir las consecuencias.
 
Nos encontramos en una nueva fase en el desarrollo de la lucha popular. El Estado y sus lacayos han ordenado sus filas, han explicitado su oferta y se aprestan a redoblar la estrategia represiva para neutralizar a la franja más radicalizada del movimiento popular. Pero los trabajadores y el pueblo ya los reconoce y ya no acepta sus migajas. Es la hora de afianzar nuestros niveles de organización, de sistematizar los contenidos de nuestras demandas y de vertebrar y escalar nuestras formas de lucha. Es hora de construir un Polo Anticapitalista que se ponga a la vanguardia de la lucha popular.

Segunda temporada de programa ¿Qué pasa si olvido? se enfoca en actualidad y crisis social del país

Segunda temporada de programa ¿Qué pasa si olvido? se enfoca en actualidad y crisis social del país

Tras su exitosa primera temporada, vuelve a  Radio Usach y a las pantallas de STGO.TV el programa  ¿Qué pasa si olvido?, espacio colaborativo entre el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y nuestros medios de comunicación universitarios.

Entre las novedades de este periodo, se encuentra la orientación a los temas que se abordarán. Si en 2018 el foco estaba puesto en las biografías de las personas –víctimas de la dictadura, detractores del gobierno civil-militar, etc- este año los sesenta minutos de programa se alinearán con temas que estén marcando la agenda del país.

En esa dirección, el director del Museo de la Memoria y Derechos Humanos, además de conductor del espacio, Francisco Estévez, comentó que “la segunda temporada está enfocada al momento actual de Chile. Es un perfil distinto, tendremos temas presentes y urgentes. Tenemos un gran interés en mantener un diálogo más directo con los que están siguiendo el programa”, recalcó.

Con respecto a lo relevante de que existan programas que inviten a reflexionar y repensar la actualidad, en un contexto mediático cuestionado debido a la cobertura que le han dado a las movilizaciones, el historiador consideró que el espacio “será un diálogo abierto con quienes son los actores reales”.

Para Estévez el objetivo es sacar el debate de los que están en la esfera del poder- dijo- y abrirlo hacia los académicos, jóvenes, mujeres y actores sociales en general. Por lo tanto, “creo que (el programa) contribuye a un análisis de lo que está sucediendo y a la construcción de una alternativa con participación y desde la ciudadanía”.

En el estudio

En el segundo capítulo de esta temporada de ¿Qué pasa si olvido? Carlos Margotta, abogado y presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDH), y la Dra. Cristina Moyano, Directora del Departamento Historia del Plantel, reflexionaron en torno a los DD.HH y al proceso preconstituyente.

Consultado sobre las características de este periodo, visto desde su expertiz, Margotta sostuvo que el Estado, a través de las fuerzas policiales, ha violado sistemáticamente los DDHH; así lo han demostrado los informes del INDH, recalcó el abogado. Por lo tanto, dijo,  los apremios ilegítimos “no son como los han denominado los voceros de Gobierno y el propio Presidente: abusos, excepciones y excesos. Eso es impresentable desde el punto de vista de los estándares de los derechos humanos y la normativa vigente”.

Respecto a la solución propuesta por parlamentarios en el Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución, documento en el cual quedó pactado el mecanismo con que se llegará a redactar una nueva Carta Magna, la Dra.  Cristina Moyano lo consideró restrictivo, porque está hecho por un poder del Estado con poca legitimidad y no están incorporados actores sociales organizados.

Para la historiadora lo que estamos presenciando “es una profunda crisis de las élites políticas; de la manera de hacer política; de los lenguajes políticos; de la imaginación política; y eso no se va a resolver a corto plazo si es que no hay actores nuevos que se sumen al sistema", aseguró.

Siguiendo ese argumento el académico de la Universidad Bolivariana, parafraseó un informe de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, que sostiene que "el principal derecho colectivo que hay que recobrar para el pueblo, es el derecho a la libre determinación".

Sin embargo, Margotta  se mostró escéptico frente a la  salida emanada desde el Congreso. "Valoro que se esté discutiendo sobre nueva Constitución y asamblea constituyente; creo que es un gran paso, pero todavía es insuficiente (…) desde la perspectiva de los DD.HH no se ha ganado nada", sentenció.

El espacio es transmitido todos los jueves, a mediodía, por las distintas plataformas de nuestros medios de comunicación. 

94.5 FM bit.ly/Radiovivo
48.1 Tvd bit.ly/StgoVivo
Programa completo: bit.ly/QPO21Nov

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