Magíster en Educación Matemática: un aporte a la labor de las educadoras y educadores
Hasta el próximo 13 de marzo estarán abiertas las postulaciones para el Magíster en Educación Matemática de la Universidad de Santiago de Chile, que consta de cuatro semestres lectivos.
Según la directora del programa, Lorena Espinoza, las clases se desarrollarán presencialmente en la medida que la situación sanitaria lo permita. Sin embargo, no descarta la idea implementar la virtualidad como una totalidad en el futuro.
“Este año vimos que realizar el Magíster de manera remota fue súper bien recibido. Este programa se enfoca en profesores, especialmente de enseñanza media, que por lo general están llenos de pega, entonces para ellos la virtualidad se convierte en una oportunidad”, asegura.
Entre los objetivos de este postgrado destaca la entrega de elementos de diseño, estructuración y coordinación que, posteriormente, pueden ser aplicados, tanto en su forma de enseñar matemáticas en educación media, como también en la participación en equipos multidisciplinarios de investigación en educación matemática.
“Nuestro Magíster tiene el propósito de contribuir a la mejora de las competencias profesionales. Es decir, está pensado en que el profesor de matemáticas pueda dar mejores clases, asimismo, incluye aspectos característicos de la Universidad, tales como el pensamiento crítico y el enfoque social”, añade.
Testimonio
Camila Acevedo, egresada del programa en abril del 2020, relata los argumentos que la llevaron a escoger este plan de estudios, además de los conocimientos que le aportó en su rol de educadora.
Recuerda que ingresó al Magíster en 2015, y durante los primeros dos años se dedicó a los ramos teóricos.
Explica que, entre otras razones, eligió este postgrado de la Usach porque sintió la necesidad de saldar una deuda, ya que anteriormente había cursado un año de Ingeniería Matemática.
“Además, soy profesora de Matemáticas y Física, y sentí que estaba muy débil en la didáctica de las matemáticas. Nosotros en didáctica de la física hacemos cosas lúdicas, entretenidas y tangibles. En cambio, en la didáctica de las matemáticas todo es súper volátil y muy desde la teoría”, afirma.
No fue hasta el comienzo de la pandemia cuando comenzó a desarrollar la tesis. Ya en ese proceso se dio cuenta que en su formación de pregrado nunca tuvo la instancia de aprender las estructuras tradicionalmente utilizadas en la investigación. “Fue un proceso complejo. Nunca había creado, entonces tuve que aprender a hacer algo desde cero”, comenta.
Sin embargo, destaca el aporte del programa a su formación que abarcó muchas áreas: “Es muy amplio. Me acompañó en muchos de los procesos más importantes de un docente, que son justamente los primeros años. Durante el tiempo que comencé a ejercer, estuve siempre acompañada de la profesora Lorena Espinoza, además de otros colegas del Magíster con quienes compartí muchas experiencias”, explica.
Desde el plano más teórico, revela que fue como dar una segunda mirada a lo que ya había aprendido en su carrera de pregrado, pero con una madurez que hace ver las cosas de manera diferente.
“Encontré las didácticas que yo esperaba y necesitaba, que fue la razón principal por la que ingresé: un lineamiento entre las didácticas y la disciplina”, concluye.