Luego de dos años desde que se creara, en 1995 comenzó a funcionar oficialmente la Unión Matemática de América Latina y el Caribe (Umalca), organización que incluyó la participación de los presidentes de las Sociedades Nacionales de Matemática de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay y Venezuela, además de un representante de Perú.
Una decisión que se basó en la necesidad de optimizar las relaciones entre los equipos científicos de los distintos países; estimular el intercambio de investigadores, estudiantes de doctorado y postdoctorado; desarrollar programas de fomento de la matemática en los países de menor desarrollo; así como impulsar redes de información y difusión.
“Fue en una reunión en Río de Janeiro cuando se inició este proceso, instancia en la que participamos tres profesores en representación de Chile”, recuerda el decano de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago, Dr. Rafael Labarca Briones. “Durante la década del ‘90 la Unesco decidió organizar redes científicas en América Latina, por lo que convocó a sociedades de biología, química, física y matemática. A partir de eso nace Umalca, como una red de colaboración de sociedades científicas”, agrega.
Origen de las Emalcas
Una de las primeras actividades de la entidad fue la realización, en el año 2000, de un Congreso Latinoamericano de Matemática, en Río de Janeiro. “El tercero se desarrolló en la Universidad de Santiago, en 2009, siendo el Congreso de Matemática más grande que se ha realizado en nuestro país”, plantea con orgullo.
Ese mismo año, el decano Labarca asumió como coordinador del Comité de las Escuelas de Matemática de América Latina y el Caribe (Emalcas), luego de ejercer como secretario general de Umalca entre 2001 y 2008.
“Son Escuelas para estudiantes que se encuentran al final de la licenciatura e inicio de las maestrías, que permiten buscar talentos y dar posibilidades de continuar con estudios de postgrado en mejores centros regionales. Además, Umalca financia intercambios científicos entre los países de la Región”, explica la autoridad universitaria, luego de dejar el cargo el año pasado.
Descubrir talentos
Precisamente durante el periodo 2009 – 2016 se organizaron 49 Emalcas, lo que se tradujo en la realización de 200 cursos y 214 conferencias, con la participación de 2.400 estudiantes del país en el que se desarrollaron y 489 procedentes del extranjero. Entre ellos, estudiantes y académicos de la Universidad de Santiago. Esto se suma a las otras quince Emalcas realizadas a partir de 2001.
Tal como aclara el decano Labarca, la ejecución de estas Escuelas requiere el cumplimiento de algunos criterios, como por ejemplo, que se trate de lugares que presenten un bajo grado de desarrollo, respecto de temas donde exista poca o nula capacidad local, así como que la institución que la organice imparta la carrera de formación de pregrado en matemática.
“La organización de las Emalcas tiene tres puntales: México, Brasil y Chile”, destaca, añadiendo que en cuanto a sus contenidos, poseen una duración de dos semanas. “Participan 35 estudiantes en dos cursos y dos conferencias. Cada curso tiene una duración de nueve horas, mientras que las conferencias aportan otras seis. Es decir, quince horas semanales de actividades matemáticas, además de tiempo para estudiar y preparar las pruebas que se rinden”, detalla.
En ese sentido, uno de los objetivos es que los profesores y conferencistas que participan en ellas detecten estudiantes talentosos y promuevan su postulación a programas de postgrado en centros más avanzados, con la idea de que al terminar esos estudios, regresen a sus lugares de origen y participen activamente en el desarrollo de la matemática, de todas las formas que sea posible.
Nueva generaciones
“La formación del matemático es bastante académica, lo que se relaciona con el antiguo estilo de la Academia”, advierte el decano Labarca, reconociendo que si bien en Chile existe investigación en matemática, aún falta bastante. “En ese sentido, la Universidad de Santiago tiene una importante tradición”, agrega.
Asimismo, asegura que en el país el grupo más numeroso de matemáticos es el que se dedica a las ecuaciones diferenciales parciales. A continuación, sistemas dinámicos. En el caso de la Universidad de Santiago, también se trabaja en el ámbito del análisis funcional y teoría de grupo. “Si bien hoy la primera escuela a nivel de América Latina es la brasilera, la matemática chilena tiene gran reconocimiento a nivel internacional, solo por debajo de México y Argentina”, advierte.
Y es que luego de 24 años participando activamente en la cooperación a nivel de América Latina, admite que es necesario dar la oportunidad a las nuevas generaciones de académicos. “En representación de la Universidad de Santiago, el Dr. Andrés Navas integra desde enero el Comité Científico de Umalcas, periodo que debiera extenderse por cuatro años. Por mi parte, continuaré colaborando en la organización de las Emalcas”, anticipa.
Finalmente, el decano no duda en enviar un mensaje a los estudiantes. “Creo que los jóvenes sabrán hacer bien las cosas y seguirán prestigiando a nuestra Universidad y al país en general”, concluye.