El precandidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, dio a conocer sus principales ejes programáticos. Uno de los que más llamó la atención fue el anuncio del “fin del Transantiago”, iniciativa que se realizaría en un plazo de ocho años y que contempla una serie de modificaciones al servicio.
Para el especialista en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, presentar la iniciativa como un término del sistema puede resultar peligroso para su funcionamiento. “Plantearlo de esa manera me parece inadecuado si tenemos una situación de evasión y estamos planteando un plan a 8 años plazo, es decir, dos periodos presidenciales completos”, advierte.
“En una situación de evasión alta, si al sistema le generamos una percepción más negativa de la que ya tiene, lo único posible es que se empeore su relación con la gente”, explica. “Hablar del fin del Transantiago es peligroso porque se puede incentivar una forma de usarlo mal, considerando que estaría muriendo”, agrega.
Por eso, insiste en que “instalar una percepción negativa del Transantiago, reforzada en los mismos candidatos presidenciales, producirá un mal ánimo el próximo año, y hay que considerar que esto no va a estar resuelto en un año, va a demorar un tiempo más. Es muy peligroso hacer afirmaciones tan fuertes”.
“Se debe tener cuidado con la percepción de los usuarios cuando las mismas autoridades generan la desesperanza y refuerzan una sensación negativa respecto de algo que inevitablemente funcionará el próximo año”, complementa.
Evolución del Transantiago
Para Martin, sería más oportuno plantear una mejora en términos de “evolución del Transantiago hacia un nuevo sistema de movilidad”.
Esto, ya que “partir desde cero resulta ilógico y echa por la borda una gran cantidad de hábitos, costumbres y procesos que han ido mejorando, además de sistemas que se han ido utilizando”, argumenta. El académico destaca el funcionamiento de la Tarjeta Bip!, por ejemplo.
“Hay que plantear una evolución del Transantiago reforzando su sistema de Metro, y no un borrón y cuenta nueva”, enfatiza.
Evitar concesionar el Metro
El académico califica los cambios que plantea el precandidato como “sensatos”, en el sentido de que todos –buses alimentadores flexibles y un sistema de rieles- contemplarían el reforzamiento de la red de Metro.
No obstante, advierte que se deben “buscar sistemas de financiamiento” que eviten que el servicio aumente su cobertura en base a concesiones.
“Un modelo a concesiones en el Metro hará que terminemos igual que como sucede con el Transantiago, con distintos operadores”, indica.
Por eso, el experto señala que se deben establecer mecanismos que capturen el aumento del valor de uso de suelo que genera el ferrocarril metropolitano cuando se instala en un nuevo sector de la capital.