Expertos Usach afirman que COVID-19 expone precarias condiciones de vida de los migrantes en Chile
Decenas de ciudadanos haitianos que vivían en un cité en la comuna de Quilicura fueron trasladados a residencias sanitarias, a raíz de un brote de Coronavirus registrado en el sector en el que habitan. Dentro del grupo, 33 personas dieron positivo en el examen de COVID-19. En tanto, un segundo caso en un cité de Estación Central activó otra alarma, esta vez entre ciudadanos de origen peruano.
Para la experta en migraciones y académica del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, Daisy Margarit, estas situaciones dejan al descubierto las malas condiciones de habitabilidad que padece la población migrante en Chile.
“De acuerdo a la Encuesta Casen de 2017, el 21% de los hogares de migrantes presenta condiciones de hacinamiento. Para los nacidos en Chile, esta cifra es de solo un 5,8%. El 22,3% de los hogares en condiciones de hacinamiento de migrantes está en la Región Metropolitana”, detalló.
Por otra parte, la especialista criticó las declaraciones del Intendente Felipe Guevara. El jefe regional señaló que “hay un entendimiento de lo que es la higiene, la salud, lo que es el cuidado de la salud, lo que es ser portador de un virus como este. Fue complejo hacerlos entender”.
Para la trabajadora social y doctora en sociología, “el Intendente solo contribuye a los prejuicios. Se sitúa a los migrantes en una posición de subordinación a un mercado de la vivienda caracterizado por el avanzado deterioro y condiciones abusivas de arriendo”.
El Director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, Rodrigo Aguilar, concordó en que la crisis sanitaria ha terminado evidenciando con mayor intensidad los problemas del diseño y planificación de Santiago.
“Estos problemas están ligados a la inequidad socio-espacial, segregación urbana y hacinamiento que no han sido resueltos”, criticó el arquitecto. “Las condiciones de hacinamiento hacen casi imposible que se respeten las medidas de prevención”, insistió.
“Será necesario prever qué pasará cuando no sea posible disponer de espacios adecuados, desde el punto de vista de la salubridad, para mantenerlos a resguardo. Quedan pendientes tareas de más largo aliento para solucionar estos problemas”, concluyó.