Erika Martínez, Licenciada en Física Aplicada: “La Usach es mi alma máter y me siento orgullosa del legado de la UTE”
Erika Martínez desde pequeña cuando estudiaba en el Colegio Corazón de María sentía la vocación social, pero también pensaba en su futuro profesional. Quería estudiar Física o Ingeniería. Tal vez estaba escrito que elegiría la Ingeniería Física en la Universidad de Santiago porque era una carrera nueva que complementaba ese anhelo y porque había un antecedente previo: sus padres estudiaron en la Universidad Técnica del Estado, lugar donde fueron detenidos el 11 de septiembre de 1973, su madre (clave en la investigación del crimen de Víctor Jara) fue enviada al Estadio Chile; y su padre al mismo recinto, pero luego trasladado al Estadio Nacional.
Hoy con emoción recuerda sus seis años en nuestra Casa de Estudios y su Licenciatura en Física Aplicada. Erika durante sus primeros años de Universidad ya tenía claro que quería militar en un partido político. Le iba bien en la carrera, así que esa opción fue postergándose. En tercer año ya era presidenta del Centro de Alumnos de Física e incluso fue candidata a la Federación.
“Me encanta el Campus único y la mística de la Escuela de Artes y Oficios. Antes de la pandemia, cuando estaba full estrés con el trabajo me iba a su patio a tomar un café y a pensar. La parte de Física tiene también un bello espacio, donde conocí mucha gente”, relata.
¿Qué te entregó la Universidad de Santiago en tu formación como persona y en el campo social?
La Usach es mi alma máter, es corazón. Con orgullo puedo decir que estuve trabajando en la instalación de la escultura memorial para Víctor Jara afuera de la Casa Central de nuestra Universidad, junto a Pablo Chacón que era de la Federación de Estudiantes, con el apoyo de la Corporación Solidaria UTE- Usach y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos. Es una de las cosas más bellas que he hecho en mi vida, en términos de reparación y de mantención de la memoria histórica. No podemos vivir sin lo que el pasado nos deja como lección y creo que la Usach encarna esa mística, entrega conocimiento y mantención del mismo. Seguir con el legado de la UTE me hace sentir orgullosa de ser ex alumna de la Universidad de Santiago de Chile.
Erika Martínez, tras su titulación, creó junto a unos amigos una productora de eventos. Ya militaba en las Juventudes Comunistas, y fue encargada de Relaciones Internacionales, y luego de Finanzas. Luego de tres años, trabajó como ingeniera dirigiendo una empresa familiar dedicada a la construcción, remodelación y mantención, al tiempo que se dedicaba a administrar el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, ICAL, junto al actual constituyente electo, Marcos Barraza. Sería el 2015 cuando se convierte en concejal de San Miguel, es reelecta en el cargo, gana las primarias del Frente Amplio en noviembre y se lanza a la carrera por el Municipio de San Miguel.
La primera alcaldesa de la comuna
Fue una campaña muy larga. No olvidemos que las elecciones sufrieron un cambio de fechas a causa de la pandemia. “El hecho de haber ido a primarias nos permitió constituir un equipo muy lindo del FA con los candidatos a concejales en las calles. Armamos un comando muy ciudadano con propuestas establecidas al calor de cabildos y de actividades ciudadanas, sobre todo en lo que tiene que ver con cultura, mujer y seguridad. Sentí que los pobladores reconocían mis 8 años como concejala”, recuerda Erika.
Eres la primera alcaldesa electa democráticamente en San Miguel. ¿Serán las mujeres una de tus grandes prioridades?
Nunca hubo hasta ahora una alcaldesa elegida democráticamente en esta comuna. Solo el año 57 una regidora del PC, Iris Figueroa, reemplazó a un alcalde un par de meses. Las mujeres serán una de mis prioridades de gestión. Hay una deuda muy grande con las mujeres cuidadoras así que vamos a hacer un catastro y entregarles salud a domicilio, atención psicológica, herramientas de manejo de pacientes y espacios de contención, que es muy importante porque la mujer cuidadora posterga su vida y nadie reconoce su trabajo. La otra deuda es un Centro de la Mujer. No hay un espacio de protección a víctimas de violencia intrafamiliar. Las mujeres tienen que ir a atenderse en Pedro Aguirre Cerda, donde el centro aglutina a tres comunas, con horas que pueden darte para tres o cuatro meses y en pandemia creemos que es sumamente necesario implementarlo para que nos permita ofrecer asistencia legal, psicológica, psiquiátrica, capacitaciones para reinsertarlas en el mundo laboral y que tengan un lugar donde estar, en caso que salgan de sus casas y deban llegar a un espacio de tránsito y contención no solo para ellas sino también para sus hijos.