Investigadores del Plantel se suman a iniciativa científica mundial que medirá cambios climáticos
Radiosondas y globos meteorológicos serán lanzados en la península Antártica a partir de noviembre 2018 y hasta marzo 2019 para caracterizar la variabilidad de la humedad a diferentes altitudes. Estas son las algunas de las contribuciones de Chile al proyecto de alcance mundial ‘Año de la Predicción Polar’ (YOPP, por su sigla en inglés), que presentó este martes 15 de mayo el líder del equipo de investigación antártica de la Universidad de Santiago, Dr. Raúl Cordero, en la Fundación Imagen de Chile.
YOPP es una iniciativa patrocinada por la Organización Meteorológica Mundial (WMO) que involucra decenas de países con el objetivo de estudiar la atmósfera de ambos polos. Se espera que las mediciones atmosféricas que este proyecto genere ayuden a mejorar los pronósticos meteorológicos y además permitan entender mejor la interacción entre las regiones polares y las latitudes tropicales y ecuatoriales, y en la definición del clima global.
En este proyecto tiene además un destacado rol otras dos instituciones nacionales. La Dirección Meteorológica de Chile pondrá en marcha un modelo de predicción regional para la península Antártica y sus alrededores, mientras que el Instituto Antártico Chileno (INACH) proporcionará la infraestructura y financiará el apoyo logístico necesario para llevar a cabo las mediciones.
De acuerdo al Dr. Cordero, caracterizar la atmósfera antártica es relevante porque es una zona especialmente afectada por el calentamiento global y el agujero de ozono. “En las últimas décadas, anomalías en la atmósfera antártica han inducido en todo el hemisferio sur cambios significativos en los patrones de vientos, en la nubosidad y en las precipitaciones. Estos cambios han afectado significativamente a Chile, por lo que su predicción futura requiere una mejor caracterización y comprensión de la atmósfera antártica”, explica.
En el marco del proyecto también se contempla el uso de un sistema de detección remota basado en un laser visible (LIDAR) para la medición de la nubosidad y, en particular, para la determinación del contenido de hielo en las nubes. Las mediciones se realizarán en una plataforma científica de la Universidad de Santiago, anexa a la base “Profesor Julio Escudero”, del Instituto Antártico Chileno, en la isla Rey Jorge en la península Antártica.
El Dr. Marcelo Leppe, director de Instituto Antártico Chileno, destacó además la importancia de realizar estudios en la Antártica, “un lugar que muchos ven lejano, pero que influye en el resto del planeta en formas que estamos comprendiendo
cada vez con mayor precisión. Existen teleconexiones sorprendentes como las que está descubriendo el grupo de la Universidad de Santiago liderado por el Dr. Cordero y que se suman a otras que ya conocíamos, como la relación de la corriente marina
circumpolar con la productividad de los mares chilenos y la aridez de la región de Antofagasta.
El Dr. Leppe agrega que estos estudios se facilitarían con una red de fibra óptica que una la Antártica con Sudamérica, “pues nos permitiría enviar cantidades enormes de datos en tiempo real sobre diversas variables del medio ambiente y del ecosistema polar y así tener una imagen más acabada del cambio climático en esa zona, por dar un ejemplo”.
Efectos en Chile
El agujero de ozono en la Antártica ha producido, desde 1980, efectos más importantes en el clima del hemisferio sur que los gases de efecto invernadero. Esta es una de las conclusiones a las que llegan diversos estudios presentados ayer.
De acuerdo a Cordero, las precipitaciones en la zona centro-sur de Chile (que incluye ciudades como Valdivia, Puerto Montt y Temuco) han disminuido un 7 % por década en los últimos 40 años, como consecuencia de anomalías en la composición atmosférica de la Antártica. En particular, por el agujero de ozono.
“La aguda reducción del ozono que ocurre anualmente en primavera sobre la Antártica contribuye a enfriar la atmósfera en esa zona, aumentado el gradiente de temperatura ecuador-Antártica. Por tanto, induce cambios en los patrones de vientos, nubosidad y, por consiguiente, en las precipitaciones. Estos cambios han generado aumentos de lluvias en latitudes australes en el Cono Sur y disminuciones en las latitudes del centro-sur del país”, explica el experto en cambio climático.
Los estudios liderados por la Universidad de Santiago se basan en un análisis integrado, que combina mediciones en superficie, mediciones de satélites y modelos climáticos globales. “Nuestros resultados confirman que la Antártica es un agente climático global, por lo que alteraciones en las condiciones climáticas en la Antártica repercuten a nivel global y pueden acelerar el cambio climático”, concluyó el académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile.