Hernán Frigolett: "Recién en septiembre podríamos tener un alivio en la actividad económica"
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Si bien la Publicidad es importante para dar a conocer lo que compramos, los consumidores valoran mucho más los tiempos de entrega y los servicios de post venta.
Junto con la facilidad para comprar por Internet, prácticamente con un solo clic, los consumidores, quienes sostienen y le dan viabilidad a las empresas, después de efectuar la compra se quedan con una cierta sensación que podríamos resumir, parafraseando un antiguo refrán: “es tan corta la compra y tan larga la espera”
A mi entender, esto sucede porque la logística y servicio postventa no ha crecido a la misma velocidad que el marketing digital dedicado al E-Commerce, habiéndose tercerizado de manera indiscriminada (1) y asignándosele un valor inferior en la experiencia del cliente o “customer journey” por parte de las marcas. Esto es en la actualidad un punto crucial, producto de la pandemia en la cual estamos inmersos, del proceso de compra.
En cada Cyberday, Black Friday u otro evento online podemos ver las noticias sobre el aumento de ventas en un x % respecto del año anterior, que hay y % más de marcas que el año pasado, etc, pero lo que esconden todos estos números tan exitosos es que cada año aumenta también el porcentaje de clientes insatisfechos con los tiempos de entrega y los servicios asociados a la post venta.
Con cada éxito de estos eventos, queda como un remanente la amargura, frustración y, a veces, desesperación de más y más personas que esperan las ofertas de esta fecha para abastecerse de productos que, de otra forma, sería imposible obtener.
Todos esperamos unos E-commerce cada vez más robustos y simples, especialmente de tiendas que tienen más de 100 años de existencia, así es que cuando se presenta el primer inconveniente frente a su “satisfactoria” compra empieza otra historia, una no tan buena para ellos.
Los primeros inconvenientes vienen asociados a la demora y entrega del producto según las fechas comprometidas por las tiendas, donde 13% de las personas en Santiago y regiones ha tenido este inconveniente (2).
Otras consultas son por productos defectuosos, devoluciones engorrosas, descuentos no aplicados, cargos sin explicación, etc. Muchos de estos casos son tratados con asistentes virtuales, que hacen aún más difícil el tener una solución por su limitada capacidad de respuestas (programadas de antemano). Además, los centros de atención telefónica, tanto a través de chat como del teléfono, están saturados.
Con todo lo anteriormente expuesto podemos notar que la transformación digital llegó para quedarse, pero no a la misma velocidad en todas sus áreas, la logística y servicio post venta se han quedado atrás en este proceso en un mundo que avanza cada vez rápido y en el que los consumidores son los más importantes dentro de este ciclo.
Para finalizar, la llamada última milla es crucial para que todo el viaje del consumidor sea placentero y no se transforme en una película con final de pesadilla, que es lo que muchas veces termina sucediendo. Esto hará que las ventas online aumenten considerablemente dentro de los E-Commerce. No solo en Chile sino en el mundo entero, la dedicación y trazabilidad de las entregas son la piedra angular de las ventas en el siglo XXI.
Internet provocó una ruptura en como la comunicación se dirigía y como se creaba. Antes ésta era unidireccional y restringida a unos pocos, ahora en cambio es omnipresente y está presente en cada persona que tiene la capacidad de publicar lo que considere necesario. El poder de informar y comunicar se distribuyó entre todos los que tenían acceso a la red y, año a año la penetración de Internet en el mundo aumenta.
Debido a esto, la forma en como las empresas se comunican con sus colaboradores cambió radicalmente, ya que se han empoderado de sus marcas. Sus productos no son solo para satisfacer necesidades ni egos, sino que son parte de sus vidas y, cuando algo es parte de nuestra vida, lo cuidamos y atesoramos, sabemos sus cualidades. Lo integramos a nuestra vida en todo lo que ello implica.
El Marketing ha tenido que entender la relación con sus colaboradores. Uso esta palabra y no clientes ya que ellos son su principal activo de información. Ellos son quienes más saben sobre los productos y, ese conocimiento colectivo, es el activo de las empresas en estos momentos. Es por eso, por lo que las vías de comunicación con los colaboradores deben ser expeditas, múltiples y multidireccionales.
Las marcas, al igual que las personas, necesitan atención tanto de los consumidores actuales como de los consumidores potenciales. Para esto, deben generar interacciones con cada uno de ellos a través de sus distintos canales de comunicación: Los tradicionales (correo, cartas, llamada telefónica, buzón de sugerencias, etc.) y los actuales como son las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, Tik Tok, Blog, etc.).
Dado que las relaciones se basan en una buena comunicación, ésta debe ser bidireccional y de escucha constante para estar atento a las necesidades del otro y a los cambios en las percepciones de los consumidores. De esta forma se construyen relaciones duraderas que harán ganar a ambas partes.
1) Cámara Nacional de Comercio, CNC. Obtenida el 15 de junio de 2020 desde https://www.cnc.cl/el-e-commerce-en-chile-se-empieza-a-vestir-de-largo/.
2) Cámara de Comercio de Santiago. Obtenido el 15 de junio de 2020 desde https://www.ecommerceccs.cl/wp-content/uploads/2020/01/eCommerce_B2C_en_Chile_2020.pdf, página 16.
Según el reciente informe del Reuters Institute for the Study of Journalism de 2020, con datos de seis continentes y 40 países, entre ellos Chile, aumentó el consumo de noticias, sobre todo de la TV en tiempos de pandemia.
Las personas confían más en los medios y su cobertura sobre COVID-19 que en los políticos (los acusan de desinformar). Va en aumento el temor a la desinformación, las famosas noticias falsas, y declaran que se dan más en Facebook y Whats App que en otras aplicaciones. La desconfianza campea en todas partes, también en la red.
En Chile, una muestra de 2.005 casos de hombres y mujeres a partir de 18 años, indicaron que usan Facebook para leer noticias (63%), Whats App (40%) y Twitter (22%). De los medios de comunicación nacionales, los que superan el 50% de confianza son dos radios, un canal de TV y medios locales. Al otro extremo, la mayor desconfianza está en el canal público y otro canal privado. Cuando se les pregunta por la confianza hacia las noticias en general, los chilenos no le entregan más de un 40% de confianza, en todos los tramos de edad, ya sean hombres o mujeres.
Sabemos que el desempeño de las autoridades en torno a la pandemia ha sido muy errático. Confuso. Contradictorio. El manejo comunicacional que se diseñó en un inicio fue un fracaso, muy por debajo de lo que las personas han necesitado.
Se espera ahora que el cambio de ministro permita también una nueva estrategia. En paralelo, los medios tienen una oportunidad de prestigiar sus marcas, la reputación de sus equipos y el trabajo de investigación y educación que tienen por definición. Se requieren fuentes fiables, entrega de datos fáciles de comprender, no renunciar a la educación en torno a un virus cada día más conocido pero mortalmente contagioso.
Los medios perderán (o ganarán) reputación, dependiendo cómo enfoquen sus noticias, su investigación, los temas que privilegien y cuán independiente sean de las autoridades. Es una tarea ardua en un contexto difícil, pero hay muestras destacables de investigación a distancia que han marcado la diferencia.
Las redes sociales han aumentado su uso también fruto de la pandemia, conectando, entreteniendo e informando. Sin embargo, esto último es lo más criticado: el temor a una información parcial y mañosa que se construye en los grupos de iguales donde la persona que disiente es un traidor.
En tiempos tan exigentes e inciertos como el que nos toca vivir, la pluralidad, el respeto por las otras personas, los argumentos y la confianza marcarán la diferencia. La autoridad sanitaria debe corregir los errores y convencer al Presidente de cambiar la estrategia para enfrentar la pandemia, junto con comunicarla mejor.
La vulnerabilidad es lo que nos define como seres humanos, porque hoy nadie está protegido ante la posibilidad de contagio por Coronavirus, por lo cual, la antigua frase que señala que las crisis crean líderes, tiene más vigencia que nunca. Entonces, si estamos enfrentados, por obligación, a un escenario que exige cambios dinámicos, priorización de la salud, adaptabilidad del proceso académico y otros, necesitamos que los liderazgos se ajusten e incluyan miradas que no siempre están en el radar.
La primera sería la mirada “hacia afuera”, es decir, adelantarse a lo que va a pasar, captar más rápidamente los cambios que suceden fuera del ámbito académico, tanto los evidentes como los sutiles. Y la otra mirada es “hacia adentro”, donde diagnosticar y medir rápidamente cuáles son las capacidades que realmente tiene cada uno para identificar aquello que le falta y, desde esa toma de conciencia, anticipar acciones que sirvan para mantener las fortalezas a largo plazo, a la vez que el líder se arriesga en desarrollar otras nuevas.
Y luego, está el aspecto cultural, el que envuelve a la Institución. Ese se verá fuertemente afectado. Las culturas organizacionales se desarrollan durante largos períodos de tiempo y cada compañía tiene su propia trayectoria, con sus subculturas, por lo que también se aplicaría esta regla “afuera” versus “dentro”, y todo podría evolucionar en otros procedimientos académicos, incorporaciones de otros escenarios y otros actores, como parte del proceso de generación de conocimiento y que, antes de esta pandemia, no habían sido considerados.
Lo que sí es evidente, es que el líder deberá visualizar el bienestar colectivo, lo cual, en el ambiente universitario, significa pensar en grandes volúmenes de personas que tienen y tendrán distintas dudas y preguntas; en ese momento, el líder debe adaptar a su labor diaria la comunicación constante y la transparencia, es decir, ser un líder consciente, que se cuida a sí mismo para estar a disposición de sus colaboradores.
La toma de decisiones para salir adelante es un gran desafío para los gestores académicos, siendo el mayor reto la resistencia al cambio, ya que los estamentos estudiantiles, académicos y laborales, no estaban preparados para ajustarse a un incremento de las obligaciones. Reorganizar para trabajar desde casa y liderar equipos virtualmente, esto está replanteando los liderazgos.
Estamos a medio camino, pero hay convicción en quienes detentamos cargos de liderazgo, que deberemos ser impulsores del cambio, ser gestionadores de soluciones de reorganización poniendo al frente la salud, y priorizar la capacitación de nuestro capital humano, un activo que necesita fortalecerse para enfrentar el paso de una Universidad presencial a una virtual. El mejoramiento continuo de los equipos debe estar en las prioridades de este líder, sobre todo en tecnologías, si queremos mantener el compromiso de cada integrante de la Institución en la prueba más difícil de la humanidad en el último siglo.
El ministro de Salud, Enrique Paris, defendió el concepto de “leve mejoría” que ha utilizado el Gobierno para referirse al número de contagios de Coronavirus. El Minsal reportó este miércoles 65 decesos por COVID-19 inscritos en el Registro Civil y 2.650 casos nuevos. A su vez, determinó mantener las cuarentenas vigentes por una semana más.
No hay “leve mejoría”
El epidemiólogo y académico de la Universidad de Santiago, Christian García, rechazó interpretar los datos recientes, asociados a la situación de la pandemia en el país, como una “leve mejoría”. “Hay una baja en los casos, pero tenemos solo 10 mil exámenes PCR, aproximadamente. Es la cifra más baja que hemos tenido en casi dos meses”, sostuvo.
“No hay ningún tipo de mejoría”, insistió el doctor en salud pública de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) y ex jefe del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud. “Lamentablemente, podemos explicar la baja de casos a una búsqueda menor”, enfatizó el académico en conversación con el programa Buenos Días a Todos de TVN.
El académico del Magíster en Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach agregó que la tasa de positividad resultante de los exámenes para detectar Coronavirus sigue siendo muy alta. “La positividad se mantiene en un 25%. Es decir, una de cada cuatro personas da positivo”, explicó.
Para García, es necesario profundizar las medidas de cuarentena y enfatizar en una mejor detección de la trazabilidad de los casos. “Si no logramos trazar al 80% y aislarlos, no vamos a controlar la pandemia”, afirmó. “En regiones, los casos están subiendo como espuma y necesitamos medidas anticipatorias”, subrayó.
La situación de Chile no se compara con la de Alemania
Coincide con este diagnóstico el experto en políticas públicas en el área de la salud y académico del Magíster en Salud Pública de la U. de Santiago, Claudio Castillo. “Que se mantengan las cuarentenas significa que la situación no ha mejorado desde el punto de vista epidemiológico”, afirmó.
“Aún se mantiene una alta positividad en los test realizados y, en los últimos días, hemos visto una baja en los exámenes que se realizan”, insistió. Para el especialista, el indicador de positividad debe reducirse a un 10%, concentrando los esfuerzos en cambiar el diseño de las cuarentenas para asegurar un confinamiento efectivo.
“No es posible flexibilizar las medidas si no hay una reducción sostenida en el número de casos, con varias semanas consecutivas a la baja”, sostuvo. Además, enfatizó en que las cuarentenas dinámicas aplicadas en Chile no son comparables con la de países como Alemania o Australia, como señaló el ministro Paris.
“Australia lleva 158 días desde el primer caso y Alemania, 155. Es decir, un 25% más del tiempo que llevamos nosotros. Ellos están en desescalada y las cuarentenas dinámicas son un mecanismo a utilizar solo cuando existan brotes en dicha desescalada, no cuando estamos en pleno auge de los contagios”, criticó.
Volver a enfatizar en las medidas de prevención
Finalmente, el asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en adulto mayor y académico de la Universidad de Santiago, Pablo Villalobos, reconoció la importancia de extender la cuarentena una semana más, pero recalcó que “aunque las cifras de contagio mejoran ligeramente, estamos bastante lejos de estar bien”.
Por otra parte, el doctor en salud pública de Harvard consideró un error centrar la estrategia de control de la pandemia solo en el confinamiento. “Debiera haber un cambio de estrategia. Hay que evitar volver a cometer ese error de parte de la comunicación que transmite la autoridad”, sostuvo Villalobos.
El académico del Magíster en Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach explicó que la propagación del virus no se detiene por medidas y permisos de carácter administrativo. Sobre todo, considerando que obtener un permiso de circulación individual sería, a su juicio, “relativamente simple”.
“Todo el país está mal, independiente de la comuna donde se decrete la cuarentena”, afirmó. “La reducción de la movilidad es una estrategia que tiene un límite. Por eso, debe recalcarse en las medidas básicas de prevención: usar mascarilla, respetar el distanciamiento social y lavarse las manos”, concluyó.
La Universidad de Oxford informó que tras la fase 3 de pruebas en humanos, su esperada vacuna contra el COVID-19 estará disponible en octubre. A ese anuncio, se suman los resultados finales del proyecto impulsado por la compañía alemana BioNTech y el laboratorio farmacéutico estadounidense Pfizer.
La Dra. Ana María Sandino, señaló que “ojalá podamos tener una vacuna, pero este virus lamentablemente ha demostrado tener inmunidad a muy corto plazo. Probablemente nos va a golpear como la influenza, que provoca mortalidad, aunque tengamos vacunas y antivirales”.
Revise aquí su entrevista:
https://www.radiousach.cl/directora-laboratorio-virologia-usach-y-posible-vacuna-contra-covid-19
En el mes de enero un equipo de investigación de nuestro Plantel liderado por la Dra. Lucía Dammert, académica de la Facultad de Humanidades, dio a conocer los resultados de un estudio sobre el estado del comercio ambulante bajo el periodo de estallido social.
Ahora en pleno desarrollo de crisis sanitaria por Coronavirus y con la dificultad obvia de levantar información en terreno, la investigadora entregó su visión sobre la actualidad de este fenómeno en las calles.
Dra. Dammert, el estudio sobre comercio ambulante en época de estallido social señaló que éste se justificaba como un “mecanismo de sobrevivencia”. Ante la crisis sanitaria que hoy vivimos, ¿qué se mantiene de ese proceso y qué observa que ha cambiado?
-Una de las cosas que debo reconocer es que en este estado de cuarentena ha sido muy difícil salir a hacer relevamiento en terreno. Todo lo que estamos proyectando reside en el análisis que hemos hecho hablando con especialistas y con gente que está en los territorios.
En este sentido, efectivamente con la crisis social que viene de la mano con la situación de pandemia, lo que vamos a ver es un incremento del comercio informal, un probable aumento post-pandemia de ferias -no necesariamente legales-, un aumento del fenómeno de los coleros y eso puede traer una serie de problemas de administración, gestión, incluso violencia al interior. Ese es uno de los fenómenos que vale la pena comenzar a observar.
El estudio de enero mostró que el comercio ambulante creció debido a la baja fiscalización por el estallido social. Hoy, si bien hay restricciones de movilización y desplazamiento sigue observándose en las calles. En este sentido ¿existe mayor fiscalización hacia este tipo de comercio o es solo la cuarentena la que los mantiene al margen y son los ambulantes lo que deben quebrar la norma para seguir utilizando el espacio público?
-Si bien hoy existe una mayor fiscalización de Carabineros, también hay que decir que este tipo de fiscalización de las ventas callejeras es muy compleja, porque hay un movimiento, una mudanza, un traslado permanente de los vendedores. Ellos se concentran donde hay gente y por supuesto llegan las Fuerzas de Orden y deben desplazarse para otras zonas, esto genera que Carabineros en general tienda a tener operativos más específicos y después “dejar ser”. Ante este periodo de pandemia, lo que sí creo que puede pasar es un incremento de las investigaciones policiales que traten de vincular de forma más organizada este tipo de venta, entonces ya no solo será ir detrás del que corre vendiendo carteras o chocolates, sino que mirar donde están los centros de distribución de estos productos.
¿Qué factores exclusivos se podrían observar por el alza del comercio ambulante en época de pandemia?
En época de pandemia y postpandemia se espera que aumente considerablemente el comercio ambulante, esto producto de que mucha gente está quedando desempleada y que ven como única solución de conseguir financiamiento el salir a vender a la calle. Segundo, porque hay centros de distribución que pueden estar cediendo productos a estos vendedores en las calles, en vez de entregando a las tiendas más formales. Tercero, porque es una forma rápida, sencilla y “no engorrosa” de generar un tipo de ingreso. Cuarto, porque producto de esta crisis, mucha gente va preferir comprar un poco más “barato” y esa oferta la encontrará en la calle.
¿Qué soluciones se podrían recoger para intentar ayudar a estas personas que viven del comercio en la vía pública?
Creo que efectivamente debemos hacernos cargo que la crisis económica viene y se va a instalar por un tiempo muy largo. Una de las soluciones para muchos que quedarán sin empleo y que perderán niveles de ingreso va ser el comercio ambulante. En este sentido, creo que la peor solución es criminalizar esta situación, más bien hay que reconocerlo como una consecuencia de un fenómeno bien particular y buscar mecanismos de prevención para estos escenarios.
Una cosa es el comercio ambulante que no requiere un permiso sanitario y otra es un comercio ambulante de comida, por ejemplo, en donde podrían detectarse focos de transmisión de todo tipo de enfermedades – no solamente Coronavirus-. Uno de los mecanismos o políticas que deberían buscar las alcaldías y el Gobierno es como potenciar las asociaciones, cooperativas y los mecanismos de intercambio. Me parece imposible pensar que la ciudadanía vaya a estar sentada en su casa esperando un trabajo formal, si es que la crisis económica es del nivel del que se está hablando, sobre todo si no hay capacidad del Estado para proteger a los trabajadores que se van a quedar sin empleo. Creo que lo hay que hacer es buscar mecanismos para generar espacios de colaboración y no de competencia, porque se hace muy difícil pensar en una economía sin comercio informal, dado que los estudios demuestran que habrían casi tres millones de personas que efectivamente antes de la pandemia estaban en ese tipo de mercado.
Hace un tiempo se viene hablando de la “amenaza” del comercio ambulante por internet y la posibilidad de normalizarlo. ¿Cuál es su opinión pensando que es un mercado atractivo para quien ha quedado desempleado en esta pandemia?
-La venta por Internet tiene un factor generacional y puede que a muchos les sorprenda, pero hay un mundo juvenil que hace mucho tiempo está comprando e intercambiando productos a través de esta herramienta. Esto es lo que viene y luchar contra este tipo de desarrollo es imposible. Me da la impresión que efectivamente la pandemia ha aumentado este mercado y se nota por ejemplo, en el crecida de casi 900% de la venta de alcohol por Internet. Entonces la pregunta que nos hacemos es ¿hasta qué punto uno puede hacer que estas ventas cumplan con los registros sanitarios, paguen impuestos y más? creo que este es uno de los mayores desafíos y para ello se necesitan herramientas de big data; se requiere de un Estado mucho más sólido en términos de captación de información, pero es imposible pensar que esto se va poder hacer al 100%. Hoy día muchos jóvenes están en Instagram y desde ahí y otras redes sociales logran vender y comprar por lo que hay que ajustarse a los cambios que nos presentan los nuevos tiempos.
“De ser así, es un caso inédito, digno de una publicación científica”. Así se refirió el ministro de Salud, Enrique Paris, al caso del senador Manuel José Ossandón, quien informó que contrajo el COVID-19 por segunda vez, con síntomas “más complicados”.
Al respecto, el infectólogo del Hospital Barros Luco y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, Ignacio Silva, explicó que hasta el momento no existe evidencia suficiente para determinar si pueden ocurrir segundas infecciones de la enfermedad.
“Se han hecho algunos estudios y ninguno ha demostrado que una persona pueda infectarse por segunda vez, a menos que sea una persona con inmunodepresión, lo que le haya impedido generar anticuerpos contra el SARS-CoV-2”, afirmó.
El especialista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach señaló que, en caso de que se aplique un segundo examen PCR a una persona y que dé positivo, lo más común es que sea resultado de material genético persistente de una primera infección.
“Si hay síntomas respiratorios o algún cuadro sintomático nuevo, lo más probable es que sea algún otro tipo de infección o secuelas de la primera enfermedad”, sostuvo Silva.
Finalmente, señaló que en caso de reinfección, lo esperable es que los síntomas sean más leves que en una primera oportunidad, porque ya se habrían producido anticuerpos.
“En el caso del senador, lo más probable es que sea producto de una PCR positiva de una primera infección. Datos de sobreinfecciones o reinfecciones son muy escasos. Sería muy poco probable”, concluyó.