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Decano Jaime Bustos por admisibilidad de proyectos de ley: "El Gobierno no ha querido asumir el costo político de recurrir al TC"

Decano Jaime Bustos por admisibilidad de proyectos de ley: "El Gobierno no ha querido asumir el costo político de recurrir al TC"

La autoridad universitaria señaló que hay dos puntos de vista a analizar, el jurídico y el político. “En el punto de vista político, hay una situación compleja dentro de los mismos partidos políticos afines a la actual administración, y por otro lado, el Gobierno no ha querido asumir el costo político de recurrir al Tribunal Constitucional (TC), en situaciones confusas o discutibles, de iniciativas exclusivas del Presidente de la República que se han presentado por parte de diputados y senadores al Congreso”.

El decano Bustos recordó que “el Presidente cuenta con las herramientas jurídicas como es recurrir al TC y no lo ha hecho”.

Señaló que también parte de la oposición “ha tenido actitudes que llaman la atención al decir que en aras de solucionar muchos problemas no respetamos la Constitución. Todo esto nos lleva pensar en reconstituir lo que es una democracia”, precisó.

Jaime Bustos comentó, por otra parte, que discrepa de lo que plantean algunos legisladores al decir que la acción del Ejecutivo es una intromisión, ya que la discusión de la Ley Orgánica del Congreso va a ser una ley más que se va a discutir en el mismo parlamento.

Escuche aquí la entrevista

https://www.radiousach.cl/decano-bustos-por-admisibilidad-de-proyectos-de-ley-el-gobierno-no-ha

Fernanda Carreño, psicóloga clínica: “Desde Bachillerato, la Usach marcó mi conciencia social y ética profesional”

Fernanda Carreño, psicóloga clínica: “Desde Bachillerato, la Usach marcó mi conciencia social y ética profesional”

Fernanda era una de las tantas y tantos alumnos que en enseñanza media no tienen claro su futuro laboral.  Por eso, tras dar una buena PSU se decidió a ingresar a Bachillerato en la Usach.

¿Qué visualizaste en Bachillerato Usach que los hace diferente al de otros planteles de Educación Superior?

-No se enfocaba principalmente en las Ciencias, en las Humanidades…era integral porque te enseña todas las disciplinas. Entonces, adquirí una visión más amplia de cuales podían ser mis propios intereses. Eso me llevo a conocer un grupo de personas que tenían visiones diferentes. Esa diversidad, siento que la aprecié mucho y al final fue el reflejo de lo que fui viviendo en la misma Universidad.

¿Ya al interior de Bachillerato, se perfiló de inmediato tu vocación por la psicología o hubo un proceso de mayor análisis en tu elección?

-Me gustaba más el lado humanista y tenía varias opciones enfocadas hacia el trabajo con las personas. Mis abuelos eran médicos. En primera instancia, elegí Estudios Internacionales. Estuve un año estudiando esa carrera, pero durante su desarrollo y si bien las materias son muy interesantes, me di cuenta que no estaba tan enfocado en lo que yo quería. Entonces, a final de segundo semestre fui a Bachillerato y pedí la posibilidad de incorporarme al ranking de los estudiantes de ese año y volver a postular a otra carrera. Psicología estaba dentro de mis opciones, incluso desde el colegio y quizás la estaba evadiendo porque me asustaban con que hay muchos psicólogos en el mercado laboral. Después me di cuenta que no me importaba, porque sentía que tenía esa vocación y quedé en psicología desde Bachillerato nuevamente y me gustó desde el principio. Estudié con Fondo Solidario y la diferencia la pagaban mis padres. La mayoría de mis compañeros tenían Beca Bicentenario.

¿Fue un cambio muy notorio salir del colegio e integrarte a la comunidad universitaria de la Usach?

-Para mí fue una nueva experiencia porque venía de un colegio particular subvencionado, con personas que tenían una condición económica distinta. Aquí conocí a otros compañeros con una situación distinta, con otra realidad, que me gustó mucho porque entendí el verdadero Chile. Venía de una burbuja.

Tras egresar de la carrera de Psicología, Fernanda decidió tomarse unos meses de descanso y luego comenzó a explorar el mundo laboral. Un profesor le consiguió trabajo de docente en talleres de autocuidado y trabajo en equipo  en la Universidad Santo Tomás. Luego supo de una oferta laboral en la Municipalidad de Maipú, que buscaba un psicólogo organizacional. Pese a que ella es psicóloga clínica, decidió postular de todas formas, con su interés por conocer esa área.

¿Cómo lograste obtener este puesto si los requisitos eran distintos?

-La verdad es que me recibieron muy bien, porque ellos eran también titulados de la Usach. Y me dijeron si tú eres de la U de Santiago es altamente probable que seas una buena profesional y me dieron la oportunidad de aprender, de cumplir con las expectativas que tenían y sigo trabajando allí.

¿Qué significó la Universidad de Santiago para ti en términos académicos?

-Cuando me titulé pensé en un principio que no estaba lista para enfrentar el mundo del trabajo, no porque lo que me enseñaron no fuera suficiente, sino por la inseguridad que uno siente al insertarte laboralmente. Me di cuenta en mi primer trabajo que no tenía por qué sentir ese miedo, que tenía muchas competencias que la Usach me proporcionó y que me confirman que soy una excelente profesional. La Universidad me entregó muchos valores. No solo aprendí en el aula, sino al compartir con la comunidad universitaria. Aprendí de compañerismo, de conciencia social. Siento que los estudiantes de la Usach tenemos un legado histórico, que nos moviliza a ser conscientes en torno a las demandas sociales y nos hace desarrollar un pensamiento crítico que me lo llevé al campo profesional. Hoy puedo cuestionar cuando estimo que algo no se está haciendo bien y en el mismo campo de la psicología me di cuenta que puedo validar el dolor que tienen las personas frente a una sociedad que a veces es dura y genera consecuencia en la salud mental de las personas. La Universidad de Santiago marcó mi ética profesional y he sido capaces de comunicar que no estoy de acuerdo frente a situaciones particulares.

COVID y Municipalidad

Fernanda debe lidiar a diario con la pandemia desde su trabajo en Recursos Humanos en la Municipalidad de Maipú. Debe hacer turnos. El municipio no puede detener su ritmo,  pese a que – muchas veces- siente temor de contagiarse

-Sabemos que estamos también arriesgando a nuestras familias, pero entendemos también que debemos seguir funcionando por los habitantes de la comuna. Hoy ya no veo tanto el clima laboral porque muchos de mis compañeros no están presentes en sus puestos de trabajo por la contingencia y turnos, pero por teléfono hago contenciones, trato de derivar cuando necesitan otro tipo de acompañamiento. Las denuncias de acoso laboral o sexual siguen atendiéndose desde mi área, que está muy activo por el apoyo a los vecinos con la entrega de las cajas de alimentos, insumos de seguridad al personal municipal. En el fondo estamos ayudando a que el resto de los funcionarios siga haciendo su trabajo. Recursos Humanos no puede desatenderlos, ni menos a los habitantes de nuestra comuna en estos momentos tan difíciles.

Académicos de la Facultad de Derecho abordan el mal uso de permisos colectivos por empresas no esenciales

Académicos de la Facultad de Derecho abordan el mal uso de permisos colectivos por empresas no esenciales

Esta semana el Ministro de Salud advirtió que, desde la Subsecretaría de Prevención del Delito, comenzarán intensas fiscalizaciones para detectar las empresas que no estén cumpliendo con la categoría de “servicios esenciales” y continúen operando bajo el contexto de confinamiento en la Región Metropolitana. Esto, luego que a través de redes sociales, se denunciaran diversas irregularidades de este tipo. 

Al respecto, el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago y Máster en Derecho Penal, Jorge Boldt, advirtió que esta situación puede darse ya que la normativa, que sanciona a los empleadores que exigen a sus trabajadores asistir a sus empresas en tiempos de pandemia, es lo “suficientemente amplia” y dejaría un espacio para que actos como estos sucedan.

“Esa normativa no hace referencia expresa a los salvoconductos falsos, ni a la falsificación de estos, sino que contiene una prohibición general de hacer trabajar a los trabajadores en sus lugares de trabajo en circunstancias prohibidas” explicó, y agregó que la “eventual adulteración de un instrumento público o privado corresponde a otro delito”.

Luis Bobadilla, especialista en Derecho Público y académico de nuestro Plantel, coincidió en este punto, y agregó que la normativa es clara al momento de referirse a cuáles son los servicios considerados esenciales, por lo que cada empleador de estas empresas deben  seguir un protocolo estricto al denominar los trabajadores que acudirán a la empresa en tiempos de pandemia.

“El instrumento que fue renovado en junio, el instructivo de desplazamiento, enumera de forma clara cuáles servicios son considerados esenciales. En base a este existe el permiso único colectivo, al que cada empleador debe adjuntar la nómina de trabajadores, especificando la jornada en que se desempeñará y hasta por un máximo de siete días. Asimismo, se aumentó la pena que correspondería al empleador en caso de obligar a un trabajador a desempeñar funciones, no correspondiendo a un servicio calificado como esencial. Eso en el ámbito penal, pero siempre en sede laboral y se puede hacer una denuncia a la Inspección del Trabajo”, explicó Bobadilla.

Por otro lado, el Máster en Derecho Penal, Jorge Boldt enfatizó en que, si bien debería haber mayor fiscalización a las empresas que no cumplan con la normativa, hay canales suficientes para denunciar las irregularidades al interior de la empresa y agregó que “dar aviso de estas, es el deber cívico del trabajador”.

“En principio, nadie debería tener el temor de denunciar irregularidades que están ocurriendo al interior de su empresa, y hay distintos canales para dar el aviso y realizar las denuncias. Se puede hacer denuncias en la Inspección del Trabajo para que fiscalice, o al Ministerio Público si ven derechamente que están falseando información, al igual que dar aviso en Carabineros para que se tomen medidas”, expuso.

Responsabilidad individual

Ante la necesidad de mayor fiscalización, para el abogado y académico de nuestro Plantel Luis Bobadilla, sería más bien una “utopía” pensar que todas las empresas puedan someterse a una vigilancia masiva, por lo que apunta a que, si bien hace falta más precisión, también “faltaría un discurso sincero por parte del Gobierno y la responsabilidad de cada individuo en cuidar su vida y la de los demás”.

“Es una utopía pensar que, con el escaso personal de orden y seguridad que existe, pueda y deba abordarse una fiscalización masiva a todas las empresas. Estamos en una situación de emergencia que implica la necesidad de que la población asuma una responsabilidad individual de cuidarse y cuidar a los demás. Lo que falta, en mi opinión, es un discurso sincero y directo del Gobierno; y que cada individuo asuma con responsabilidad que la vida, bajo estas circunstancias, es difícil y peligrosa”, indicó.

En la misma línea, la académica y magíster en Derecho del Trabajo, Cecily Halpern, coincidió en la imposibilidad de una fiscalización generalizada. 

“La norma ya está. Incluso este fin de semana se agravaron las penas que establecía el artículo 318 del Código Penal para aquellas personas que salen a la calle sin el salvoconducto correspondiente, pero de ahí a que se pueda fiscalizar a cada persona, es tremendamente difícil. No hay fiscalizadores suficientes para esto. La ley, la norma o reglamentos, tienen que ser cumplidos en forma espontánea por las personas; si no, no hay fiscalizador que pueda cumplir esta tarea”, sostuvo la abogada. 

En tanto, el académico y Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Ernesto Ravera, consideró que, si bien, la norma está bien planteada, "primero debería hacerse un catastro más exhaustivo de las empresas que se consideran cruciales para evitar problemas de interpretación".  

“Yo creo que (la norma) está bien redactada. El problema es el estado de necesidad que tiene hoy el país. Ninguna sociedad aguanta un grado de inactividad como el que llevamos nosotros desde marzo”, sostuvo el experto y agregó que, “a una persona que no tiene qué darle de comer a sus hijos, por mucho que tú le impongas normas restrictivas, si ve que sus hijos se están muriendo de hambre en la casa, va a salir de cualquier manera”.

Presidente Ejecutivo de Espacio Público por alta movilidad: "Entreguen ingreso de emergencia y luego limiten permisos”

Presidente Ejecutivo de Espacio Público por alta movilidad: "Entreguen ingreso de emergencia y luego limiten permisos”

Pardow  sostuvo que la falta de información es la razón del por qué no se estaban respetando las cuarentenas, existiendo dos grandes explicaciones preliminares: que la gente no las cumple y que el sistema no está funcionando bien.

Consultado sobre cómo abordar las medidas sanitarias, dijo que deben existir dos estrategias distintas, un para el trabajo formal y otra para el informal.

“La gente se está movilizando para trabajar.  La política es la suspensión laboral para los trabajos formales con el seguro de cesantía. (…Pero) el mundo informal es otro problema y si se reducen los permisos se infringe la ley pero no restringe la movilidad. Lo que se tiene que hacer es que el Ingreso Familiar de Emergencia sea implementado lo más rápido posible, y una vez que esté funcionando se tienen que limitar los permisos. La secuencia es muy importante, hay que hacerlo en el orden correcto, primero dar los recursos y luego reducir los permisos”, precisó.

Revise aquí la entrevista:

https://www.radiousach.cl/noticias/lo-mas-reciente/diego-pardow-por-trabajo-informal-en-pandemia-la-secuencia-es-muy

Exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés expone ante Círculo de Café Alumni organizado por la FAE

Exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés expone ante Círculo de Café Alumni organizado por la FAE

El Círculo de Café Alumni tuvo como invitado al exministro de Hacienda del segundo gobierno de Michelle Bachelet y expresidente de BancoEstado, Rodrigo Valdés, ante una audiencia vía streaming de más de 400 participantes.

En la actividad, organizada por la Unidad de Vinculación con el Medio del Departamento de Administración de la FAE y el Círculo Alumni de Ingeniería Comercial, el también PhD en Economía por el MIT, se refirió a los efectos económicos del Coronavirus, destacando en su ponencia cuatro puntos fundamentales para comprender la situación actual: la macroeconomía del COVID-19, la pandemia y la economía global, Chile hoy y mañana y la política fiscal.

Con respecto al primer ítem, Valdés explicó que la economía produce cierto PIB que, por razones sanitarias, se ha visto afectado por la paralización de industrias y la ausencia de trabajo por la cuarentena. “Parte de los inputs ya no están disponibles, entonces este shock se propaga y se desencadenan efectos adicionales”, dijo.

Ante esta realidad, agregó el exministro, las condiciones externas cambian, se deterioran, la demanda interna disminuye, se contrae el crédito porque cada agente es más riesgoso. Ante esto, se preguntó cuánto se puede aplanar la curva de la recesión, explicando que la única escapatoria es Testear, Trazar y Aislar (TTA). “No hay mucho que hacer con la política keynesiana en el corto plazo”, aseveró Valdés.

A su juicio, lo que determina que la normalización de este proceso- es decir, volver a la situación que se tenía hasta antes de marzo- sea bueno o malo, va a depender de factores como que las empresas sobrevivan gracias a apoyos, que el vínculo empresa-trabajador se mantenga, y que exista un apoyo macro en políticas sociales y económicas.

Otro de los puntos que Valdés desarrolló en su charla, fue el análisis de lo que pasa en el mundo. “Esta amplitud sectorial de paralización, desde peluquerías, restaurantes, retail, etc., no se había visto, lo que produjo una distribución del shock a distintos sectores. Esto es muy intenso porque la caída del PIB es muy fuerte, es un proceso muy rápido, es simultáneo y causa mucha incertidumbre sobre extensión y gravedad”, señaló.

Valdés ejemplificó la incertidumbre en Estados Unidos con dos portadas del The New York Times, una del 27 de marzo y otra del 9 de mayo. En ellas se observó un gráfico en la portada que indicó los niveles de desempleo en el país. “A pesar de la abrupta caída en el desempleo, el último mes EE.UU subió el nivel de empleo, por lo que se ve un escenario favorable”, puntualizó.

Con respecto al escenario en China, el economista indicó que en el sector manufacturero la crisis es intensa, pero se ha recuperado muy rápido, aunque no completamente. Sin embargo, en el sector de servicios, prosiguió, hubo una caída profunda. “Con la crisis del 2009 este sector no tuvo una caída tan profunda como en la actual”, precisó.

El mundo para Chile

El crecimiento del comercio mundial durante la crisis del 2009 se desplomó, pero las cifras indican que, a marzo de este año, no ha caído demasiado. “Las exportaciones chilenas han caído menos de lo que cayeron en el 2016. Ahora, se espera que los números sigan precipitándose pues, queda mucho aún para que esta crisis decline”, dijo el exministro , agregando que el precio del cobre ha resistido bastante bien. “Estas son condiciones desfavorables, pero no dramáticas”, sentenció.

“En Chile veníamos desestabilizados con la crisis social de octubre de 2019. El nivel del PIB venía creciendo poco, desde el 2016, pero el 2017 comienza a crecer más y pierde fuerza hacia 2019, hasta que llega la crisis de octubre, que comienza a afectar al PIB y en febrero, con el escenario del COVID-19, el PIB cae abruptamente. “Con mucha suerte, podría comenzar a recuperarse en julio, pero muchos sectores no podrán normalizarse”, dijo.

La tasa de desempleo es un índice que se verá alterado. Hasta el momento se han perdido cerca de dos millones de trabajos. “Hay un aumento en los desempleados, pero será marginal, pues no están buscando trabajo, porque no pueden en estas condiciones de cuarentena, por lo tanto, la tasa de desempleo no mostrará los niveles reales”, señaló Rodrigo Valdés.

Con respecto a la política fiscal, el economista indicó que la propuesta del Fondo COVID va a crear una nueva estructura legal para implementar un programa fiscal adicional, hasta un máximo de 12 mil millones de dólares en 24 meses. “El ministro de Hacienda dará cuenta del uso de este fondo mensualmente y se financia con fondos soberanos que, si no se usan, se devuelven”, explicó.

El PIB potencial se ve afectado, porque no hay inversión. “Para 2024 se proyecta que el PIB va a ser 3 o 4% más bajo de lo que esperábamos, pero por suerte la economía chilena tiene hartos colchones”, sentenció.

Proyecciones

Valdés fue enfático en indicar que la deuda fiscal seguirá aumentando y en tres años llegará al 43% del PIB. El economista agregó que será en ese momento cuando se tendrá que determinar si se estabiliza la deuda o se sigue gastando como en los últimos años.

“Este año se podría ver una caída del PIB entre el 5 y 6%, con un rebote de 5% para el próximo año, pero esto puede ir cambiando  y tener una caída aún más grande para este año. Este es el déficit fiscal más grande que tendrá la economía desde 1973”, explicó.

Expertos Usach entregan claves para evitar que muertes por COVID-19 lleguen a 70 mil

Expertos Usach entregan claves para evitar que muertes por COVID-19 lleguen a 70 mil

Una carta firmada por representantes de las ciencias, la investigación y sociedades médicas alertó que Chile podría lamentar 70 mil muertes al final de la pandemia del Coronavirus si no detiene su actual ritmo de contagios. Los autores de la proyección emplazaron al Gobierno a mejorar las políticas para impedir esta situación.

Una de las firmantes de la misiva y decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, Helia Molina, señaló que las cuarentenas por sí solas no bastan para reducir la movilidad de las personas, si algunas empresas cometen irregularidades para permitir que sus trabajadores se sigan trasladando de un lugar a otro.

“No se saca nada con ofrecerle cárcel a la gente por salir de su casa si, por otro lado, hay una cantidad de personas que no debería estar haciéndolo, pero parece perfectamente avalada por el Estado”, criticó la ex ministra de Salud en entrevista con Chilevisión.

“El doble estándar es demasiado fuerte y creo que si el ministro Enrique Paris no se pone suficientemente firme, no vamos a parar esta pandemia”, aseguró. “Esto debe abordarse de manera intersectorial. Salud puede hacer una parte, pero también deben hacerlo los ministerios de Desarrollo Social, del Trabajo y del Interior”, agregó.

Medidas anticipatorias

Otro de los firmantes de la carta, el epidemiólogo y académico del Magíster en Salud Pública de la Usach, Christian García, enfatizó en la urgencia de cambiar el enfoque de las políticas a fin de evitar lo que, a su juicio, podría provocar la peor situación a nivel social de los últimos 50 años.

“La estrategia de inmunidad de rebaño, aunque el Gobierno ha dicho que no es la que están implementando, es lo que en la práctica hemos visto: potenciar hospitales y ventilación mecánica en vez de tratar de reducir la cadena de transmisión en la comunidad”, afirmó. “Aún estamos a tiempo de evitar muertes, a través de medidas anticipatorias”, enfatizó.

El ex jefe del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Minsal señaló que apuntando a cortar la cadena de contagios se pueden reducir de manera significativa las hospitalizaciones y los decesos. Además, llamó a poner urgencia a las medidas de apoyo económico a la población, para evitar que salga de casa a buscar sustento.

Mayor disposición al diálogo

El infectólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, Ignacio Silva, valoró una nueva disposición de parte del Ministerio de Salud a acoger observaciones y recomendaciones realizadas por voces científicas. “Creo que esto tendrá consecuencias favorables en la evolución de la pandemia”, aseguró.

Sin embargo, advirtió que tanto las cifras de contagio por COVID-19 como las de fallecimientos por el virus contienen un desfase, ya que muchos estabilizados pueden presentar complicaciones que terminan haciendo que se queden más tiempo en recintos de salud.

“Las complicaciones de los casos se verán traducidas en las cifras de dos semanas más”, explicó. “Por lo tanto, si estimamos que en septiembre veremos números favorables, en octubre o noviembre todavía habrá consecuencias en cuanto a ocupación de camas y mortalidad”, afirmó.

Finalmente, concordó en que las medidas de prevención deben ser más estrictas, pero con acompañamiento del Estado para cubrir necesidades básicas.

Especialista del Hospital Johns Hopkins: “Las personas con enfermedades asociadas tienen mayor probabilidad de agravarse”

Especialista del Hospital Johns Hopkins: “Las personas con enfermedades asociadas tienen mayor probabilidad de agravarse”

Sobre los pacientes de cuidado, y la decisión de conectarlo a un ventilador mecánico, el doctor Checkley  precisó que “todo depende de la habilidad de oxigenar y ventilar los pulmones. Medimos la tasa respiratoria, el nivel de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre y si el paciente tiene problemas cognitivos, no puede pensar o presenta signos de alarma al no poder respirar. Ahí se toma la decisión de conectarlo para prevenir que los pulmones estén expuestos a niveles altos de volumen y presión”.

Refiriéndose a  la diferencia  entre los tipos de pacientes y qué dice la ciencia, el especialista sostuvo que, “hay varios factores que juegan un rol, existen componentes del mismo cuerpo de cada uno. Hay personas que tienen un sistema inmune debilitado o con enfermedades como diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, alguna falla renal, o insuficiencia cardiaca, todo esto puede fomentar un cuadro grave”.

Escucha aquí la entrevista

https://www.radiousach.cl/dr-william-checkley-especialista-en-cuidado-intensivo-del-hospital

Opinión del Doctor en Salud Pública, Christian García: Chile y su “día de la Marmota”

Opinión del Doctor en Salud Pública, Christian García: Chile y su “día de la Marmota”

Cada 2 de febrero los ojos de EE.UU. se centran en la pequeña localidad de Punxsutawney, Pennsylvania donde se reúne la comunidad en torno una marmota de nombre, Phil.

¿Qué tiene de especial este roedor? La tradición dice que Phil es capaz de predecir si el invierno continuará por otras seis semanas o si una primavera temprana está a la vuelta de la esquina.

Esta fiesta se retrata en la película de culto de Harold Ramis, El Día de la Marmota(también Hechizo en el tiempo, 1993), donde el protagonista Phil, un arrogante periodista del noticiero local de la ciudad de Pittsburgh, tocayo del roedor y representado de forma magistral por el genial Bill Murray,  queda atrapado mágicamente en el pueblo, reviviendo ese día de fiesta una y otra vez.

Producto de la pandemia, Chile vive su propio “día de la marmota”. Las personas de comunas en cuarentena se encuentran desde hace semanas en una rutina a la que no estábamos acostumbrados, una tediosa repetición diaria de encierro, bombardeo de información, teleeducación, teletrabajo y labores del hogar, cuya combinación afecta más a las mujeres.

Como Phil en la película, nos vemos transitando por distintas emociones en un ambiente monótono y que a más de alguno le ha hecho perder la noción del tiempo. Cuantas veces se ha preguntado: ¿Qué día es hoy?
Seguimos confundidos, escuchamos desde hace tiempo. “Las próximas dos semanas son clave, serán duras”; como Phil esperando que al despertar al día siguiente todo sea distinto, pero no, todo vuelve al inicio.

Nadie se salva del mágico ciclo de la marmota, nuestras autoridades tampoco. Nadie duda de lo exigente de la misión encomendada y del duro trabajo, pero el ciclo de vienen ventiladores, están llegando, se distribuyeron y finalmente están disponibles, lo hemos visto varias veces, con los mismos resultados.

Día a día, más casos, hospitalizados y lamentablemente, más personas fallecidas.

Traer ventiladores no es algo negativo, todo lo contrario, pero este ciclo se nutre de una estrategia que busca, en palabras de las mismas autoridades, “gestionar la pandemia” o que “las personas se enfermen progresivamente”; sinónimo de la inmunidad de rebaño o de grupo que asume que muchos se contagiarán, se hospitalizarán y morirán.

A este círculo se agregan los contagios: cada día más diagnósticos, más test y más personas diagnosticadas en relación a los test hechos. Es sabido que el que busca encuentra, sin embargo los porcentajes de positividad en torno al 30% (1 de cada 3 PCR son positivos) reflejan una circulación activa del virus y sin señales de baja a más de 100 días desde su llegada.

¿Confundido? Claro. Phil, que no entendía la razón de ser elegido para esta peculiar experiencia, comenzó a insultar, a aprovecharse de las circunstancias, engañó a los locales del humilde pueblo y tergiversó la realidad en beneficio propio día a día.

Finalmente, al confirmar que su plan no solucionaba el problema cambió el rumbo, dejó su arrogancia de citadino y comenzó a conectarse con la comunidad local, a conocer cómo vivían. Aprendió piano, salvó de la muerte a un niño y a un adulto de morir asfixiado, día tras día, en ese mismo ciclo mágico.

Phil cambió su estrategia, como nosotros debemos cambiarla para salir de este loop eterno de contagios masivos, hospitalizaciones y pérdidas humanas. Como el personaje de Murray, el llamado es a enfrentar los errores, asumir el fracaso del plan, partir de nuevo y establecer medidas que corten la cadena de transmisión.

La pandemia de Coronavirus en Chile no es ficción, pero hacer un giro es hoy la única alternativa que tenemos para proteger y salvar vidas. Curar las heridas y salir del ciclo, fortalecidos, distintos y, mejores, como Phil, con Transparencia, Honestidad y Humanidad, así, con mayúscula.

Opinión de la Dra. en Filosofía, Diana Aurenque : ¿La muerte con cifras y sin llanto?

Opinión de la Dra. en Filosofía, Diana Aurenque : ¿La muerte con cifras y sin llanto?

La pandemia del Coronavirus nos confronta con la muerte como una paradoja desgarradora: como bullicio numérico y como silencio afectivo. Durante los últimos días, la controversia en torno a la metodología del Ministerio de salud (MINSAL) para informar los casos de  fallecidos por Covid-19, se escuchaba fuertemente en todos los medios. Y, sin embargo, ese mismo conteo escandaloso y disputado contrasta con el silencio fúnebre que les rodea, y debe rodear, a las víctimas siguiendo protocolos sanitarios.

La pandemia que nos afecta hace más de 100 días, y que es motivo para extender el Estado de Excepción en nuestro país por 90 días más, ha logrado intervenir todos los ámbitos de nuestra vida. Desde luego en el ámbito de lo público (teletrabajo y  teleducación, por ejemplo), así como en el terreno de lo privado (la teleamistad y la conectividad social digital). En particular, ha llegado a invadir incluso una de las prácticas privadas y públicas más delicadas: el rito fúnebre.

Debido a la urgencia sanitaria, la autoridad estableció protocolos sanitarios para la realización de funerales de personas fallecidas por COVID-19. Evidentemente, estos protocolos son necesarios para resguardar la salud pública y evitar la propagación del virus.

A diferencia de otras enfermedades más contagiosas post mortem como la malaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no mandata ni la cremación de cadáveres, ni la prohibición de sus ritos fúnebres. Sin embargo, si se ve la necesidad de establecer requerimientos sanitarios para evitar el contagio, pero que dificultan aún más el ya de suyo complejo proceso de duelo que viven cientos de personas.

Las indicaciones son conocidas; entre ellas cuenta el no tocar al cadáver, ni sus pertenencias; que sólo sea vestido por personal capacitado y, en caso de fallecer en hospital, luego de que el cadáver sea sanitizado es trasladado a la morgue en una bolsa hermética. Luego de ello, es puesto en un sarcófago donde los familiares no podrán ver más al difunto y en el funeral sólo podrán ser acompañados por un número limitado entre 10 y 20 personas.

La muerte corresponde, sin duda, a uno de los asuntos más difíciles de asumir; sea afrontar la posibilidad del propio fin, sea aceptar la muerte del otro. La pandemia nos confronta cotidianamente con la posibilidad de la muerte; todos los días representada en cifras más altas. No obstante, mientras más estadística se vuelve la muerte, menos parece que la honramos, pues la muerte, ya nos decía Heidegger, nos individualiza radicalmente. Pero los protocolos sanitarios, necesarios en pandemia, parecen obligar a despersonalizar la muerte. Se homogeniza el ritual bajo un paradigma sanitario; todos mueren igual, silenciosos y más solos que nunca. ¿Cómo abordar esta complejidad sin poner en riesgo la salud pública, pero dando el debido respeto a los difuntos?

La muerte ha tenido siempre una interpretación y significado no solo individual, sino profundamente cultural e histórica. Dependiendo de las culturas, los ritos mortuorios involucran distintos tipos de acciones, concretas o simbólicas, para rendir tributo y acompañamiento al difunto y brindar apoyo y consuelo para quienes sufren la pérdida. Si bien existen diversos ritos fúnebres, convengamos que el funeral se presenta como una ocasión profundamente social.

Los asistentes a un funeral se sienten obligados moralmente a asistir, sin ser invitados, bien sea para despedir al difunto, bien sea para darle consuelo a sus familiares. Los funerales son espacios naturalmente abiertos, centrados en la persona difunta y el acompañamiento de las familias; ocasión muchas veces de reencuentro familiar y de revitalizar lazos. No obstante, es la participación de los otros, ajenos al grupo familiar cercano lo que permite que la perdida sea también un hecho a lamentar colectivamente.

Hoy los funerales y los entierros no pueden ser concurridos por aglomeraciones ni para homenajear, ni para acompañar; mucho menos para abrazar a quien llora desconsoladamente; tampoco parece que se da espacio a que la muerte se lamente y se visibilice aquel dolor a través del cuerpo. Los cadáveres están ocultos, no hay despedida contemplativa, ni táctil con el cuerpo muerto; solo el llanto y el grito de tristeza parece ser lo que queda al que duela. Pero, ¿podrán llorar tan libres y gritar tan fuerte como necesitan sin una comunidad de otros que acompaña?

Ponerle límites a las ceremonias fúnebres no es nuevo. En el medioevo, los muertos (de sectores privilegiados) eran localizados en sectores comunes con los vivos, enterrados en los patios de las iglesias; los pobres, por el contrario, arrojados en fosas comunes, sin nombres. Esta pandemia extrema la tendencia de separar lo vivo de lo muerto que aparece al menos desde el siglo XIX en adelante, como resultado del desarrollo de conocimientos médicos e higiénicos. Ahora bien, estos conocimientos si bien restringen provisoriamente el rito fúnebre, se debe resguardar su significado simbólico.

Ciertamente, la muerte está cada vez más localizada en sectores específicos; quienes preparan los cuerpos son las funerarias, y ellos también son los que ofrecen muchas veces los espacios velatorios. Las prácticas fúnebres en su concreción se ven obligadas a cambiar, por diversas razones, pero no por ello debe perder su sentido. Por ejemplo, encontramos cada vez más frecuentemente formas individuales de conmemorar, ritos propios que individualizan y personalizan al difunto e incluso alertan a los vivos; por ejemplo las animitas en carreteras o a ciclistas. Eso demuestra que el ser humano encuentra sus formas, incluso no institucionalizadas y privadas, de rendir tributo y lugar a los muertos.

En el contexto de esta pandemia es preciso buscar nuevas formas simbólicas de despedida con los difuntos y de darle espacio al duelo de quienes lo necesitan. Esto ha llevado ha incorporar recursos digitales para actualizar rituales y modernizarlos, por ejemplo, mediante la transmisión de ceremonias fúnebres y entierros vía streaming en Alemania e Italia, o enviar mensajes de condolencias vía redes sociales o, incluso, optar por los cementerios online que buscan fortalecer el recuerdo de las personas fallecidas sin apego a un lugar geográfico específico.

Las opciones pueden parecer frías en tanto digitales, pero permiten darle un lugar simbólico, ojalá transitorio, a un rito fundamental para los seres humanos como lo es la despedida y dar cabida así a un duelo con consuelo y con las menores consecuencias psicológicas posibles.

El desafío es claro: la protección de la salud de los vivos debe ser prioridad, pero no por ello olvidando a nuestros muertos. Una cultura de la memoria con los difuntos exige respetarles individual y socialmente. En el plano individual implica respetar al máximo la voluntad post mortem de los fallecidos, limitado sólo de ser necesario por la normativa sanitaria. Si alguien deseaba ser cremado, exhumado o donado a la ciencia, esos deseos deberían ser vinculantes. Respetar los últimos deseos de un difunto expresa reconocerle, devolverle un último determinar justo ahí, donde no podemos determinar más.

La tarea social, por su parte, es proporcionarle reconocimiento y visibilidad a la muerte en el espacio público. No olvidar a los muertos por COVID-19 exige que seamos capaces de representar arquitectónica o simbólicamente ritos de duelos colectivos que nos unifiquen, sin credos particulares, a conmemorarlos contribuyendo desde ya a generar una cultura que recuerda. Eso le haría muy bien a nuestro país.

Opinión del economista, Gonzalo Martner: El Gobierno y parte de la oposición firman un avance insuficiente frente a la crisis

Opinión del economista, Gonzalo Martner: El Gobierno y parte de la oposición firman un avance insuficiente frente a la crisis

El acuerdo al que llegaron el Gobierno y parte de la oposición en la madrugada del domingo 14 de junio es un avance en varios aspectos, pero, además de ser tardío en al menos dos meses,  se queda corto habida cuenta de las capacidades económicas del país contrastadas con las necesidades urgentes de la mayoría de las familias.

Desde marzo venimos argumentando que se requiere mantener la capacidad de consumo de las familias para que puedan enfrentar las cuarentenas necesarias y para que la economía no entre en una depresión. Se requiere, además, ampliar el crédito con garantías públicas a las empresas (con conversión en acciones en el caso de las grandes) y subsidiar la planilla de salarios y costos fijos de las micro y pequeñas empresas. El Gobierno sigue lejos de un enfoque de este tipo.

El ingreso de emergencia pasa con el acuerdo de los 65 mil pesos iniciales (y 45 mil finales) a 100 mil pesos por persona por tres meses prorrogables (hasta un máximo de 4 por familia y para el resto rige el IFE actual). La cobertura pasó de 1,2 millones de hogares en mayo a 2,1 millones de hogares, es decir todos los que están inscritos en el Registro Social de Hogares y tienen ingresos inferiores a 400 mil pesos con 4 integrantes.

Se extendería por tres meses, o más si las condiciones sanitarias lo exigen. Pero el monto sigue por debajo de la línea de pobreza oficial, lo que es inexplicable. Y será ahora un subsidio complementario de los otros ingresos, con un piso mínimo de 25 mil pesos por persona.

Un buen acuerdo hubiera sido que el Ingreso Familiar de Emergencia complementara hasta 171 mil pesos para una persona sola y 451 mil pesos para una familia de 4 personas, si lo que se busca es cubrir al menos la línea de pobreza, como venía planteando la oposición. Ahora una parte de ella ha cedido ante el Gobierno y aceptado un monto menor.

El tramo de subsidio de cesantía establecido en el acuerdo es de 55% de la remuneración mientras dure el IFE, lo que es menos que el 70% del primer mes y superior al 30% para los meses finales hoy vigente,pero sigue siendo de cargo de la cuenta de cada trabajador. Solo una vez agotados los recursos de esa cuenta, se aplicará el subsidio del Fondo Solidario con recursos fiscales. Un buen acuerdo hubiera sido que el seguro de cesantía y por suspensión de empleo fuera subsidiado en un 70% del salario mientras dure la emergencia y que se suspenda la cotización obligatoria a las AFP.

El anuncio de ampliar la garantía de créditos a las pequeñas empresas es positivo, no obstante, sin que se especifique cuánto ni cómo. Un buen acuerdo hubiera sido establecer el mecanismo utilizado en Estados Unidos en esta crisis: un crédito especial a las pequeñas empresas que, cuando se utiliza para mantener la planilla salarial y los costos fijos, se transforma en un subsidio para mantener el empleo y el funcionamiento de la empresa.

Extender en tres meses la suspensión del Pago Provisional Mensual del impuesto a las utilidades de las empresas es una política que favorece a aquellas que mantienen o amplían sus ventas.

Ampliar a 2022 la depreciación instantánea al 100% para las nuevas inversiones es una medida ya existente para las Pymes, por lo que favorece a las grandes empresas en un período en el que el actual Gobierno ya no estará en ejercicio.

Se anuncian, además, subsidios indiscriminados al empleo para la postpandemia, en circunstancias que estos subsidios no crean empleo, sino que son un complemento de ingresos a la empresa y sus dueños. En el mejor de los casos sirven para formalizar empleos.

Un buen acuerdo debiera haber incluido la creación de programas subsidiados de empleos de apoyo a las personas de edad, con capacidades diferentes y a la infancia y de más amplios programas de mejoramiento urbano y ambiental, que crean empleos nuevos de utilidad colectiva.

En materia de inversiones para reactivar la economía, nada se dice sobre un necesario vuelco hacia inversiones verdes. En especial, las inversiones en materia de vivienda y recursos hídricos anunciadas debieran tener un fuerte énfasis en un urbanismo y un desarrollo rural amigables con el medio ambiente y capaces de contribuir a mitigar los efectos del cambio climático.

El marco presupuestario acordado es de 12 mil millones de dólares para dos años (poco más de 2% del PIB al año). Las reservas fiscales, constituidas con ahorros previos, suman mucho más : 20,9 mil millones de dólares a fines de abril en el Fondo de Estabilización Económica y Social y el Fondo de Reserva de Pensiones, sin considerar el fondo para adquisiciones militares. Además, la capacidad de endeudamiento a bajo costo permanece intacta.

El Gobierno sigue sin hacer lo suficiente dadas las capacidades del país, mientras una parte de la oposición sigue sin hacer valer el hecho de que el gobierno no tiene mayoría en el parlamento. Se resigna inexplicablemente a medidas tardías e insuficientes.

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