- El profesor del Departamento de Ingeniería Informática, Dr. Sergio Velastín, con el apoyo de entidades internacionales, realiza en Londres una investigación sobre las conductas de las personas en el transporte público, mediante la instalación de un laboratorio cerrado al interior de un bus, provisto de cámaras de vigilancia.
A través del sentido de la visión, el ser humano ha debido interpretar su entorno para sobrevivir y desarrollarse, estando atento a los cambios en el ambiente, sus amenazas y oportunidades. En este escenario, adquiere relevancia la visión artificial, sub área de la inteligencia artificial, que además de captar imágenes digitales, permite analizarlas.
Debido a la importancia que ha suscitado este nuevo campo de estudio, el académico del Departamento de Ingeniería Informática de nuestra Universidad, Dr. Sergio A. Velastín, se encuentra desarrollando el Fondecyt Regular: “Vigilancia a bordo para una respuesta eficaz en entornos de vehículos”, proyecto que tiene como objetivo interpretar la acción de una o más personas dentro de un contexto de transporte público, a través de un software.
El proyecto nace a raíz de los numerosos estudios del investigador, sobre visión artificial y transporte público. Respecto a esto último, el Dr. Velastín consideró significativa la observación de este ámbito, debido a las altas tasas de delincuencia y evasión que se registran en trenes y buses en las grandes ciudades.
“La idea es captar una imagen para luego analizarla o interpretarla en un computador, gracias a un sistema de algoritmos, con un software con el que se busca dilucidar lo que sucede en esa imagen”, indica el académico. Para lo anterior, en colaboración con el University College London, dispone de un laboratorio en Londres instalado en un bus y provisto de una serie de cámaras de vigilancia. El equipo también contará con el apoyo de la Universidad de Kingston (Londres), Universidad de Los Andes (Chile) y el Institut National de Recherche en Informatique et en Automatique, INRIA (Francia).
En la actualidad, la visión artificial se ha enfocado en la identificación de objetos o de actividades simples realizadas por una persona, como correr o saltar, sin embargo, en el presente trabajo el investigador desea analizar la interacción entre sujetos (dos o más).
“Nos interesa estudiar situaciones donde haya más de una persona involucrada, por ejemplo, si hay una discusión o una situación de violencia dentro de estos ambientes. Obviamente, no podremos atacar los problemas de violencia o vandalismo, pero sí podremos identificarlos”, cuenta el académico, agregando que trabajarán en la identificación de gestos, movimientos y posiciones de los individuos para caracterizar los posibles escenarios de riesgo.
De esta manera, el proyecto pretende aplicar mejoras en la seguridad de diversos entornos, como calles, plazas públicas e incluso espacios privados. Además, en el caso del transporte, se podrá estudiar cuál es la mejor disposición de asientos, el número de personas que circula en determinados períodos de tiempo e incluso, en el caso de Chile, monitorear la evasión que se produce en el sistema de transporte público Transantiago, donde casi el 20 por ciento de los viajes se realizan sin pagar el pasaje.
La duración del proyecto es de tres años, período en el que se estudiará la literatura existente, la realización y prueba de algoritmos y, finalmente, la interpretación de gestos y conductas.
Para el Dr. Velastín, la importancia del proyecto radica en la consolidación del estudio de la visión artificial en el país y el posicionamiento de la Universidad en este ámbito. Además del beneficio para la comunidad al “garantizar un ambiente seguro donde las personas se puedan desenvolver, brindando con la tecnología, un sistema de monitoreo más benigno, porque la máquina puede tener mucho menos prejuicios a la hora de vigilar”, sentencia.
“Por último, queremos contribuir a que en Chile, como en Europa, todos los sectores de la población quieran usar el transporte público o complementarlo con los medios privados, ya que el aumento significativo del uso del automóvil, que se duplica cada diez años, es algo que es insostenible desde un punto de vista ambiental”, dice el académico.