- Así lo afirma el sociólogo y académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE), Alberto Mayol, quien advierte que las medidas restrictivas con respecto a la venta de alcohol, en algunas comunas de la Región Metropolitana, no dan solución al problema de fondo. Mientras no se reconozca que el alcoholismo es un problema de salud pública, “cualquier medida será parcial”, afirma el profesional.
Hace pocos días entró en vigencia la ordenanza municipal que fija nuevos horarios para el expendio de alcohol en bares, discoteques y botillerías de la comuna de Providencia. Según la alcaldesa Josefa Errázuriz, la medida surgió porque los vecinos de algunos sectores plantearon “como una necesidad, que se restringiera el horario”. En zonas como el barrio Bellavista -según la autoridad vecinal- hubo más reclamos de los residentes, pues la actividad comercial produce altos niveles de ruido e inseguridad en la calle.
La decisión en Providencia, ha tenido eco en comunas cercanas como la de Santiago. Durante toda la semana pasada se realizó una consulta pública donde se preguntaba a la población sobre temas relacionados con residuos domiciliarios, vehículos mal estacionados en la vía pública, el nombre del cerro Santa Lucía y el horario de venta de alcohol en las botillerías locales.
Según la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, los problemas con el alcohol dentro de la comuna surgen porque hay distintos horarios de venta. Por eso, -señala- se produce una migración de personas a los lugares donde se expende hasta más tarde. “Y frecuentemente, como es muy tarde, llegan ya bebidas. Entonces, suelen tener conductas complicadas al llegar, pero especialmente al salir, al quedarse tomando en la calle”.
Para el investigador de la Facultad de Administración y Economía (FAE), Alberto Mayol, las restricciones con respecto al consumo del alcohol son siempre legítimas “si son consideradas razones de carácter público”.
Cree el sociólogo de la U. de Santiago que las decisiones restrictivas alrededor del alcohol están más bien emplazadas desde una mirada discontinua del problema. “Se han adoptado medidas contra la conducción en estado de ebriedad; ahora contra la venta de alcohol. Pero mientras no se tomen medidas considerando que es un problema de salud pública, serán parciales, lo que me parece que no es lo más adecuado”.
“Chile es un país donde el consumo de alcohol está muy legitimado”, opina el experto. Agrega que el problema de fondo es más bien respecto a la sociedad en su conjunto y como ésta asume los problemas del consumo. “A mí no me parece mal -afirma Alberto Mayol-que haya una restricción. Lo que me parece importante es que las que se hagan, sean en concordancia con una política pública general”, por eso agrega: “que lo hagan sólo dos comunas, no aporta mucho”, refiriéndose a las medidas llevadas a cabo en Providencia y Santiago.
Estima Alberto Mayol, que “tematizar el asunto del alcohol en Chile debiera ser relevante”. Sin embargo, frente a los cierres anticipados de locales que venden este tipo de sustancia, admite que el problema es mucho más profundo. “Las políticas de prevención son siempre relevantes. La prevención no necesariamente está en cerrar los locales. Es un tema mucho más profundo, puede incluir cerrar el local, pero no sólo eso basta”, reconoce.
“La medida en sí misma puede estar correcta, si es que va inspirada en una mirada más amplia”, afirma el sociólogo. Añade que el asunto se debiera tratar como un tema de salud pública. “Chile tiene un problema en esta materia. Siempre está en el segundo, tercero o cuarto lugar en el mundo en consumo de alcohol. Ésta es una droga, que tiene muchas consecuencias a nivel hepático, a nivel neurológico”, señala el académico. Además, agrega el especialista, que en nuestro país “hay una cultura fuerte de consumo de alcohol entre los jóvenes”. Por eso, es enfático en recalcar que “el problema tiene todo los rasgos de un tema de salud pública”.
No es fácil reacomodar costumbres
Para Alberto Mayol, el problema de las medidas edilicias partió, cuando fueron traducidas como “violencia en la calle” y no concomitantes al estado de salud de las personas.
La alcaldesa Errázuriz declaró hace algún tiempo, que la población puede acostumbrarse a comprar más temprano alcohol, pues el horario de expendio no es un obstáculo para disfrutar de un momento agradable. “Salgamos a comer antes; las mejores fiestas son las que terminan más temprano”, expuso.
Sin embargo, para el Alberto Mayol reacomodar las costumbres de la población no es tan fácil. Cree que hay, desde aquel enfoque, un contrasentido. “Cuando tú dices que se puede tomar lo mismo, para qué vas a restringir el consumo, si el problema es la riña callejera”. Por eso agrega, que lo interesante “sería que las autoridades dijeran claramente que lo que están atacando es el consumo del alcohol y no las externalidades negativas de éste”.
Finalmente señala el especialista, que hay un error de concepto tras las medidas. Cree que, en general, la medida es correcta. No obstante, al ser aislada “no tengo claro que haya sido tomada por las razones correctas”.