Mil 560 millones de dólares anuales. Esa sería la recaudación fiscal adicional generada, en un plazo de dos décadas, por la eventual mayor demanda de cobre y litio para fabricar automóviles eléctricos. La conclusión es parte del "Estudio de Movilidad Eléctrica en Chile" de la Agencia de Eficiencia Energética, desarrollado por la consultora suiza EBP y patrocinado por el Ministerio de Energía. El trabajo concluye que si el país implementa medidas para impulsar la electromovilidad, estos vehículos podrían llegar a constituir entre el 25 y 40% del mercado de automóviles.
Al respecto, el experto en electroquímica y académico de la Universidad de Santiago, Dr. José Zagal, considera que los pronósticos podrían ser mucho más optimistas si el país se industrializara en esta materia. “Estas proyecciones están basadas en importaciones de litio y de cobre, pero lo que sería más interesante para lograr esos objetivos es impulsar las exportaciones con mayor valor agregado”, apunta.
Para el académico del Departamento de Química de los Materiales del plantel estatal, lo que Chile exporta actualmente es salmuera, con mínimo valor agregado y en circunstancias que el litio que se usa para baterías es el metálico. A su juicio, el país está en condiciones para refinar el mineral no metálico tal como Argentina, que ya estaría construyendo una planta piloto para producir esto.
“Se está dejando de ganar plata. El problema de no darle valor a la exportación es que no se crea riqueza ni trabajo altamente calificado. Hacerlo activa la economía en torno a la tecnología, pero en Chile, estamos bastante detenidos en torno a eso”, lamenta.
Finalmente, el especialista insiste en que la tecnología debiera impulsarse más de lo que se hace actualmente, para evaluar la posibilidad de fabricar carrozado para vehículos eléctricos o transporte público de estas características.
“Me encantaría que Chile fuera líder en el Cono Sur, Latinoamérica o a nivel mundial en este aspecto, pero nos falta mucho todavía. Sin embargo, hay países que hoy hacen de todo y antes no hacían nada, como Corea del Sur”, concluye.