El docente de la Universidad de Santiago destacó que “las últimas dos décadas ha habido una mejora significativa, pero este año la disminución de 30% en la circulación hizo que en un porcentaje similar bajara la concentración de material particulado. La única manera de mejorar (los índices) a largo plazo es mantener el esfuerzo por mejorar la calidad de vehículos que circulen en Santiago”, declaró.
Para Cordero esta evidencia debería cerrar el debate respecto a la influencia de los vehículos particulares -incluyendo los con convertidor catalítico- en la calidad del aire de la capital. “Este año acaba de quedar claro que representan un porcentaje muy significativo de las concentraciones de material particulado que desafortunadamente matan a cientos de santiaguinos cada año. Disminuir la circulación de vehículos salva vidas, por ello se debe potenciar el transporte público, ojalá eléctrico”, sentenció.
Consultado respecto a la serie de preemergencias ambientales registradas durante este invierno, pese a las cuarentenas, el académico apuntó al uso de la leña, que se encuentra prohibida en la provincia de Santiago. ”Necesitamos mejorar la fiscalización”, concluyó.
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