Quiero agradecer a todas y todos ustedes que han entendido que votar sin miedo fortalece la democracia universitaria (cosa que no es fácil por estos días); a quienes entienden que la Universidad de Santiago se construye desde la fraternidad, con una visión académica y no partidista, con entusiasmo, con señales que verdaderamente buscan y piden la necesidad de un cambio en la forma de gobernar. Sobre todo con más pasión, con más innovación, pero también con más compromiso entre quienes sentimos a la USACH como nuestra casa.
Nuestro compromiso es recuperar la capacidad de crecer, de pensar libremente, proyectando al Plantel como un espacio de diálogo ciudadano y fraterno entre quienes trabajamos en esta comunidad. Debemos ser nuevamente un ejemplo de transparencia y probidad. Por eso yo les pido que confíen en mí, que me apoyen con su sabiduría, que pensemos juntos la posibilidad de cambiar la Universidad de Santiago, llevándola nuevamente a la altura que todas y todos nos merecemos.
Desde el primer día trabajaremos en optimizar los recursos públicos y la gestión universitaria, lo que incluye el seguimiento real de los planes de mejoramiento de las unidades académicas, una reflexión profunda sobre la idea de calidad que nos han instalado en los últimos 6 años y con una Prorrectoría dedicada a resolver oportunamente los problemas de la comunidad.
Por eso, cuando llegue el 6 de julio, cuando estén solos frente al momento de decidir, quiero que recuerden estas convicciones, que en la intimidad de sus conciencias piensen en que las cosas las podemos hacer mejor, con más transparencia, con menos altanería, con mucho respeto, pero también con mucha esperanza.
Desde aquí les quiero pedir que nos den una oportunidad. No para quedarnos en las quejas y las promesas sin cumplir, sino que para trabajar en un proyecto de Universidad mejor; una oportunidad para fortalecer la importancia de pensar libremente, mirando al otro como otro legítimo y no como como un enemigo; una oportunidad para construir una Universidad más justa y más participativa; una oportunidad para elevar los estándares de calidad sin perder la esencia fraterna que nos caracteriza; una oportunidad para sentar las bases de una institución líder en América Latina, SIN MIEDO y llena de coraje por el futuro que nos espera.