Sky Airlines se convirtió en una aerolínea 100% “low cost”. Desde el jueves pasado, la empresa iniciará la tarifa permanente más baja de lo que se conoce hasta el momento, con cerca de un 30% de descuento para destinos nacionales, logrando pasajes que incluso llegan hasta los $6.990 por tramo. Al respecto, Latam indicó que espera sumarse a la tendencia a mediados de año, periodo en el que Jetsmart anunció su arribo con precios “ultra rebajados” cuyo descuento podría alcanzar hasta un 35% respecto de la oferta actual.
El economista y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Orlando Balboa, reconoce que el primer efecto de este fenómeno es positivo para los consumidores. Sin embargo, es escéptico respecto a la posibilidad de que esta situación se mantenga en el tiempo.
“El primer efecto con la entrada de competidores son rebajas de precios, pero también lo que se observa es que son rebajas temporales. Hay una guerra de tarifas y luego tienden a estabilizarse, porque también tienen que cubrir costos”, plantea.
Aunque reconoce que “la evidencia indica que cuando entró Continental Airlines en 1998, con vuelos de Santiago a Nueva York a tarifas mucho menores de lo que existía en ese momento en el mercado, obligó a Lan y Delta a bajar los precios”, subraya que “todo depende de que los costos de las aerolíneas no se eleven”.
“Hay muchas razones de por qué los precios podrían subir, además de los costos”, agrega. “En otros mercados, por una guerra de precios, se da colusión, como ocurrió con las farmacias, y los precios suben”, advierte.
Aunque reconoce que existe la posibilidad de que esto ocurra, señala que los entes fiscalizadores “no pueden poner trabas desde un principio. Se debe observar. Siempre existe ese riesgo, de una colusión en el cobro de las tarifas”.
Efecto marginal en los pasajes de buses
El director del Departamento de Economía de la Universidad de Santiago señala que los bajos precios que presentan estas aerolíneas pueden impactar reducidamente en las tarifas de los pasajes que ofrecen los buses.
“Sería un efecto indirecto”, afirma. “El tema es que las aerolíneas tienen una cierta capacidad”, argumenta.
“Puede ser que los buses rebajen los precios, pero marginalmente, porque puede ser tal la demanda sobre los vuelos low cost que, finalmente, no haya plazas disponibles”, agrega.
El economista señala que esta situación obligaría a quienes no alcanzan a embarcarse en estos aviones a buscar otras alternativas, como los buses que, en este escenario, no necesariamente se verán presionados a bajar sus tarifas.
“Puede que tenga un efecto sobre los nodos de transporte, pero es un tema más empírico”, sostiene.