La noción del destino es un concepto que ha transitado durante toda la trayectoria de Daniel Saldías Meza, integrante del comité empresarial de Egresados de la U. de Santiago de Chile –iniciativa impulsada por la Fundación de Egresados y Amigos junto al Consejo de Desarrollo Social Empresarial-, como representante de la Facultad de Administración y Economía (FAE).
De acuerdo a su propia experiencia de vida, no existen espacios ni intersticios para el azar. Cada momento, circunstancia y decisión que ha experimentado a lo largo de sus 39 años, se enmarcan dentro de una explicación, un sentido coherente que proyecta y explica el curso de su devenir.
Esa filosofía de vida, sumada a su espíritu de resiliencia, liderazgo y, sobre todo, de confianza y creencia hacia la realización de sus propios sueños, lo han consolidado como un exitoso emprendedor en el área del reciclaje.
Dos libros han sido claves en la vida de Daniel, proporcionándole diversas enseñanzas a lo largo de vida. Uno de ellos es “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry. “Es una obra que lees cuando eres niño, pero cuando vas creciendo y relees los mismos capítulos, te encuentras con un sentido muy distinto. Te das cuenta que ese personaje sí estaba pensando en el bien común y en la sustentabilidad de todo el mundo”.
Junto a él, también ha sido fundamental “Volver a sí mismo” de Jan Kersschot. “A pesar de que es un libro catalogado de autoayuda, te hace detenerte en lo que estás haciendo y volver a ti mismo, a tu esencia”.
Ambas obras, le han permitido afrontar y más que todo, comprender, diversos momentos significativos durante su trayectoria.
Origen usachino
Daniel ingresó a estudiar Contador Público y Auditor el año 1995, de donde egresó el año 2000. Ahí, poco a poco, en paralelo a sus estudios, comenzó a involucrase dentro de la política universitaria a través de su Centro de Estudiantes. “Partí como tesorero. El año ‘98 ya era el presidente del Centro de Alumnos de Contador Auditor y después fui presidente nacional de la Carrera. Viajé por todo Chile, conocí gente de Arica a Punta Arenas. Me gustó mucho participar, porque conocí realidades muy distintas”, explica.
Al calificar su paso por nuestra Casa de Estudios, la define como una etapa muy enriquecedora, que a nivel de enseñanzas, no sólo se reducen a los conocimientos en las aulas. Enfatiza que aprendió mucho de inteligencia emocional a través de su rol como dirigente estudiantil y, junto a ello, también enriqueció sus conocimientos de política coyuntural y social, ya que tuvo que relacionarse con diversos actores sociales.
Recuerda con nostalgia el slogan que desarrollaron con sus compañeros, donde afirmaban que estaban “haciendo Universidad”, no reduciendo el paso por la institución sólo a lo académico, sino que enmarcándolo dentro de la noción de universalidad, del “universo en el que estás inmerso y así sentirte parte de un todo, y cómo tú puedes aportar en él”.
Al rememorar algún momento significativo, ejemplifica con su rutina diaria en la institución, en la que muchas veces, como dirigente estudiantil, le tocaba dormir dentro del Plantel, comenzando su día a las 9 de la mañana y terminando pasado las 12 de la noche.
También, desde lo académico, destaca la ética usachina inculcada por los profesores, ya que siempre “se hablaba con la verdad y se premiaba mucho la rectitud: el ser correcto”. A su juicio, esto es clave, porque somos “auditores, nos estaban formando para ser buenos empleados, donde teníamos que revisar fraudes a empresas. Y ahí, tenías que ser integro”.
Emprendimiento de reciclaje
Ya titulado, Daniel desarrolló una fructífera carrera ligada a su área de estudios, transitando por multinacionales, laboratorios farmacéuticos y reconocidas auditoras internacionales. Su último trabajo dependiente fue en la empresa “Eveready Chile”, en donde llevó a cabo diversas funciones y cargos profesionales.
Sin embargo, un encuentro inesperado con su hermano lo motivó a sumarse a un incipiente proyecto de fundición de bronce, en el que inicialmente colaboraría en la parte de finanzas.
Según relata, comenzaron como una empresa circunscrita al área metalúrgica, pero una reunión relacionada con permisos medioambientales, propició que ampliara su mirada en torno al rubro en el cual comenzaba a vincularse.
En ese momento, clave a su juicio, ante la insistencia de uno de sus interlocutores, entendió que el proceso que desarrollaba efectivamente era metalúrgico, pero su actividad era el reciclaje.
Sin embargo, la crisis subprime, que impactó con fuerza el sector de los commodities, obligó a la empresa a reinventarse, ampliando su nicho de negocios hacia residuos electrónicos e interiorizándose a fondo en torno a reciclaje y sustentabilidad.
“Cuando salieron los permisos de reciclaje nos empezaron a llamar de las empresas de telecomunicaciones, porque donde trabajaban ellos sus residuos habían cerrado: no había más. Comenzamos a aprender de reciclaje, de sustentabilidad y de residuos electrónicos. El 2008 no había nada en Chile. Con suerte una o dos empresas de compraventa de metales, pero no con un concepto sustentable”, afirma.
Midas Chile, en la actualidad, se ha consolidado como la empresa más grande en reciclaje electrónico del país, con casi 100 trabajadores, con sucursales que incluyen sedes en el norte y sur del territorio, además de oficinas de representación en Chile y Colombia.
De acuerdo a Daniel, quien actualmente se desempeña como gerente comercial de la entidad, por cada mil kilos de residuos electrónicos que se generan en Chile, quinientos kilos se reciclan y de esos, cuatrocientos kilos llegan a su emprendimiento. “Reciclamos el 80% de la basura electrónica del país”, afirma.
Reciclar: una obligación
Sobre los desafíos pendientes en materia de reciclaje, estima que a nivel país y de empresas, es fundamental que se comprenda que es “una obligación y no una opción reciclar. Y no por una sanción económica, sino una obligación moral y social”.
De acuerdo a su diagnóstico, “falta a nivel de personas y empresas entender que reciclar es una obligación, que genera empleo, que contribuye a una economía circular”, la que, según relata, propone una compenetración entre la empresa, los trabajadores y el medioambiente con la actividad que estás realizando, con la finalidad que interactúen de la manera más sustentable posible.
Ejemplifica con el caso de Suecia, “donde ya entendieron que el crecimiento sostenible de su economía es la economía circular y que la industria más importante es la del reciclaje. ¿Acá en Chile? La minería. Es otra mentalidad”.
Finalmente, exhorta a la comunidad de egresados y de futuros profesionales a creer que son capaces de cumplir sus sueños, de ser exitosos, “y que ese éxito tiene que estar asociado a la felicidad”.
“Si quieres emprender, tanto de reciclaje o cualquier actividad, si te hace feliz: hazlo. Sé el mejor en lo que haces, con el convencimiento que eres el mejor o que te puedes superar. Eso, inevitablemente, la vida lo premia”, concluye.