- El director del Departamento de Embriología Humana de nuestra Universidad, Dr. Jaime Pereda, asegura que si bien se ha ampliado el debate en torno al aborto, falta fomentar la educación reproductiva, por lo que trabaja en una guía de atención primaria, que ilustra cómo se desarrolla un ser humano desde el inicio de la gestación.
El Dr. Jaime Pereda cree que muchas mujeres que tienen la posibilidad de hacerse un aborto, descartarían esa posibilidad si conocieran cómo se desarrolla un ser humano desde el comienzo de la gestación.
Por eso, promueve informar sobre este proceso y desmitificar algunas ideas erróneas que muchas personas tienen respecto de las primeras semanas del embrión humano.
En ese contexto, se encuentra trabajando en la elaboración de una guía para la atención primaria, donde los pacientes podrán ver - a través de imágenes que él mismo ha recopilado en su ejercicio profesional - cómo semana a semana ese ser crece y se desarrolla.
Y será justamente parte de este material el que el académico presentará hoy (29) en el Seminario Construyendo un Chile Distinto, Aborto: ¿Libertad o Esclavitud?, que se realizará en el auditorio del Departamento de Matemáticas y Ciencias de la Computación, desde las 19 horas.
Respecto de la propuesta de ley que despenaliza el aborto en tres situaciones específicas, el Dr. Pereda cree que aún está ausente una política nacional sobre educación reproductiva. “Falta una propuesta acerca de la valoración de la vida, porque nunca se ha levantado un dialogo profundo sobre los procesos que ocurren durante las primera semanas del embrión. Y hasta existe una actitud de disponibilidad de la madre sobre ese ser pequeño, aún sin conocerlo”, sostiene.
El embriólogo afirma que muchas mujeres no optarían por abortar si estuvieran mejor informadas. “Hace tiempo participé en la exposición El Derecho a la Vida del No Nacido, mostrando las etapas del desarrollo in útero y en el libro de visitas, hubo opiniones que decían: ‘si yo hubiese sabido que la vida de mi hijo era así, no me habría hecho jamás un aborto’. Creo que si las personas supieran cómo se van dando las cosas, llegarían a la conclusión de que es preferible que continúe la vida”.
Periodo crítico
El médico asegura que durante el ejercicio de su profesión se ha encontrado con personas que piensan que con cuatro semanas de gestación, el embrión aún es una especie de huevo estático, sin saber que en ese momento ya es un ser pequeño que inicia un importante periodo del desarrollo (que dura hasta la 8ª semana aproximadamente), donde comienzan la morfogénesis de su anatomía y aparecen los primordios que evolucionarán hasta convertirse en órganos vitales y extremidades. Es un lapso donde suceden cambios muy rápidos y en ocasiones coincide con la fecha en que la mujer se entera de que está embarazada.
Lo importante, asegura el Dr. Pereda, es comprender que esta etapa es esencial en el desarrollo del embrión y, en el caso de mujeres que ingieren fármacos para provocar un aborto, generalmente, éstos no tienen ese efecto sino otro inesperado: alteran el proceso de formación de los órganos del embrión dando lugar a graves malformaciones.
“Si la mujer ingiere fármacos por automedicación o drogas, se pueden afectar los procesos de multiplicación y diferenciación celular en el embrión, impidiendo el desarrollo de los órganos. Mientras más temprano la madre ingiere alguna sustancia, más grande puede ser el daño para el feto. Se trata de tejidos tremendamente susceptibles al daño por agentes externos y por eso, entre la cuarta y la octava semana se denomina periodo crítico”, agrega el especialista.
Decisión de la madre
El director del Departamento de Embriología Humana de la Facultad de Ciencias Médicas explica que ya en la séptima semana (poco más de un mes y medio de embarazo), “el embrión está totalmente realizado, construido, y tiene un 97 por ciento de sus estructuras y órganos”.
Incluso, hasta ese momento, su formación ha sido autónoma desde el momento de la fecundación y recién cerca de la 8ª semana, se conecta con la madre a través de la placenta. “Hay gran desconocimiento del proceso ontogenético en el desarrollo del ser in útero y creo que falta educación para hombres y mujeres sobre lo que significa el desarrollo de la vida”, asegura.
Para el médico, la educación en este tema permitiría que algunas mujeres, hombres y familias en general descartaran el aborto con el objetivo de evitar un nacimiento, brindando acogida, ayudando y protegiendo a la futura madre o haciendo que ésta cambie de opinión y opte por su hijo. Sin embargo, comprende que en ocasiones la decisión de abortar también tiene otro sentido, sobre todo en los casos explicitados en la propuesta de ley que impulsará el Gobierno. “Creo que en el caso de fetos inviables, con severas malformaciones incompatibles con la sobrevida, es una decisión de la madre. Para evitar sufrimiento, el aborto terapéutico podría ser despenalizado, por el bienestar espiritual, psíquico y moral de ella, evitando la mortificación de saber que engendra un niño que no vivirá”.