Apenas tuvo la oportunidad de entrar a la Universidad, Marco Antonio Sánchez, lo hizo y pidió espacio para estudiar en el nuevo edificio de la FAE. Siguió las instrucciones del sistema de reserva tal como se explicó en un webinar y “por fin pude asistir como universitario”, dijo reconociendo que ha sido una de las novedades de este segundo semestre que más lo ha motivado.
Este 2021, Marco Antonio es cachorro por segunda vez, ya que ingresó el año pasado al Plantel como alumno de Terapia Ocupacional, pero la pandemia y las restricciones de movilidad frustraron esa primera experiencia; así que gestionó cambio de carrera y ahora está en primero de Enfermería.
Al ingresar esta vez, le costó orientarse en el vasto campus. Había entrado la primera vez que se matriculó en marzo de 2020, pero con todo lo que trajo la pandemia, sintió la tristeza de no poder vivir la vida universitaria que había esperado. Con esta modalidad, siente que de a poco las cosas van mejorando el rumbo la experiencia de asistir le resultó muy satisfactoria: “fue súper bueno venir. Me concentré más acá que en la casa, presté mas atención. Fue agradable y cómodo”. Comenta además que el clima de silencio y respeto fue muy bueno y que también sintió el cariño de las funcionarias y funcionarios con quienes interactuó al ingresar, desde guardias, auxiliares de aseo a supervisoras/es de salas.
Ese mismo día, hubo más estudiantes que se motivaron por ingresar por fin al campus. Bryan Soto, de primer año en Ingeniería Civil en Obras Civiles, también vio el webinar y quiso probar el sistema para ver cómo le iba con esta modalidad. “Siento que uno puede estar más cómodo para estudiar y me siento más en el ambiente universitario, más enfocado, no como en la casa en un computador”, señaló.
Bryan vio el webinar en directo y en algunas partes en que se le hizo complejo, acudió al contacto que aparece en el sistema de reserva y solucionó todo: reservó sala y acudió a la Universidad. Le pareció una buena experiencia y se puso de acuerdo para venir esta semana con una compañera de carrera.
Y aunque era la primera vez que el estudiante de Obras Civiles estaba en el campus, se encontró con Marco Antonio Sánchez, a quien había conocido a través de Instagram el año pasado. “La vida y la amistad virtual fue el boom del año pasado cuando no podíamos salir y había mucho estrés. Había que adecuarse a la socialización que uno podía tener”, explicó el estudiante de Enfermería, quien posteó su visita para estudiar en su cuenta y ya contaba con varios comentarios de compañeros entusiasmados por asistir.
Nuevos espacios
El viernes pasado el prorrector, Dr. Jorge Torres, recorrió los edificios habilitados y pudo conversar con las y los estudiantes acerca de esta nueva iniciativa.
"Junto al Comité Campus Seguro hemos preparado espacios como una forma de responder a las necesidades de estudiantes que han visto afectada su experiencia universitaria no sólo desde el punto de vista de la presencialidad, sino también porque posiblemente no contaban con espacios adecuados para garantizar una rutina de estudio silenciosa que les permitiera concentrarse bien”, señaló.
“Durante esta pandemia hemos aprendido a cuidarnos y tomar las medidas necesarias para realizar nuestras labores y continuar avanzando. El sistema de reserva de espacios de estudio autónomo busca facilitar a los estudiantes, un entorno para focalizar su atención e ir encontrando la forma de continuar sus procesos de vida universitaria", aseguró el prorrector.
Postpandemia en un campus integrado
“Hace más de un año que no entraba a la U”, contó Marcela Ríos de 4º año de Ingeniería Ambiental que dejó de entrar al campus en marzo de 2020.
El día que volvió a entrar, había estado inquieta pensando en que debía lavarse las manos u ocupar alcohol gel, mantener la distancia con compañeras/os y no quitarse la mascarilla. “Pero fue muy bonito reencontrarme con el espacio universitario en el nuevo edificio. Me gustó”.
Fue recuperando la confianza a medida que entraba al campus: “estoy nerviosa, pero también me da seguridad ver que la Universidad se está preocupando por las y los estudiantes, que en las entradas hay lugares sanitización, eso me baja la ansiedad inicial que tenía al venir”.
Cuando se anunció la posibilidad de ingresar al campus, Marcela, que vive en El Monte, quiso hacer un ensayo de asistencia calculando cuánto de demoraba en el trayecto y cómo debía tramitar el pase de acceso como estudiante, porque este semestre tendrá clases presenciales de laboratorio. Se había imaginado que serían cubículos como los de Biblioteca Central, pero al llegar se encontró con espacios en edificios nuevos y las medidas de autocuidado claras, con las distancias demarcadas en el piso y todos con mascarilla siempre. “Fue una buena experiencia, es muy bueno habilitar estos espacios, porque probablemente algunas compañeras o compañeros en el mismo caso que yo, tendremos que asistir a laboratorio pero con clases entre medio”, explicó.
También aprendió a reservar viendo el webinar sobre acceso a salas de estudio autónomo. “Ahí supe que estaba esta modalidad y qué cuidados hay que tener: lo del curso, del salvoconducto, el pase de movilidad. Fue bastante rápido. revisaron mis datos y a las horas me llegó el aviso que mi pase estaba validado y en la noche me llegó el correo con el salvoconducto”, señaló.
Marcela conocía la vida universitaria prepandemia y valora la interacción entre personas de diversas carreras en el gran campus. “Eso es lo que me gusta de la Usach, el campus integrado, porque se conocen las otras instancias, personas de otras carreras que quizá en otras universidades no se da con tanta facilidad. Es un bonito intercambio”. Ahora, el sistema de reserva de espacios de estudio autónomo permite que estudiantes de distintas carreras puedan conocer distintos edificios y entrar a otras salas, para seguir conociendo el campus universitario.