Un millonario fraude y la reciente acusación de montaje por parte del Ministerio Público tras la fallida “Operación Huracán”, mantienen a Carabineros en una profunda crisis institucional desde la semana pasada. En medio del escándalo, el jefe de la policía, General director Bruno Villalobos, inició sus vacaciones en Miami, lugar al que arribó la madrugada del domingo. No obstante, el Gobierno le solicitó suspender su feriado legal y retomar sus funciones a la brevedad.
La experta en seguridad ciudadana y académica de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Lucía Dammert, afirma que aún se espera una reacción fuerte por parte del Gobierno. “Es evidente que el Ejecutivo está impactado con la noticia y que su respuesta ha sido poco contundente para el nivel de las problemáticas que se enfrentan”, detalla.
Según la socióloga, la decisión de la Fiscalía de hacer pública la investigación por supuestas irregularidades en las pruebas presentadas por la policía uniformada contra 17 comuneros mapuche en La Araucanía, generó un nuevo golpe al alto mando de la Institución.
Sin embargo, a juicio de la académica, lo “insólito de este caso no es sólo que el Gobierno nuevamente diga poco, sino que además el jefe de la institución cuestionada abandone el país para hacer uso de sus vacaciones. Está en su derecho, pero en esta coyuntura parece especialmente extraño”.
A juicio de la experta en seguridad ciudadana, los hechos se vinculan con una realidad evidente: que el Ministerio del Interior enfrenta enormes dificultades para tomar decisiones políticas de forma eficiente “y se encuentra permanentemente tratando de dar explicaciones que la opinión pública no reconoce como viables. Además, desnuda una distancia bastante efectiva con el alto mando de la institución policial”, asegura la experta.
“Pésima señal”
Sobre la solicitud del Gobierno a Villalobos para que suspenda sus vacaciones, la Dra. Dammert cree que el motivo del llamado del Ejecutivo es la pésima señal que da en el marco de la crisis que enfrenta la institución que dirige. “Podrían hacer que retorne al país para removerlo de su cargo, pero eso no resolvería el problema y hay que cuidar a la Institución”, puntualiza.
Para la analista, esto es el resultado de una serie de decisiones poco estratégicas entre el alto mando y el Ministerio del Interior. “Cuesta pensar en qué minuto el general director y el Ministerio creyeron que era un buen momento para vacaciones”, sostiene.
Pese a la crisis que enfrenta Carabineros, la experta manifiesta que el desprestigio es resultado del actuar de los cabecillas de la Institución, por tato no existe una opinión negativa de la ciudadanía hacia los efectivos que, por ejemplo, realizan patrullajes.
De acuerdo a la Dra. Dammert, ahora es tiempo que los altos mandos realicen bien su labor, aumentando los niveles de transparencia y vigilancia de su quehacer. En la misma línea, agrega, que el Ministerio del Interior debe fortalecer sus capacidades para revisar los procedimientos, además de establecer mecanismos rápidos para controlar los niveles de poder de la institución uniformada.
“Lo que sucedió es de extrema gravedad y requeriría una respuesta muy ágil para asegurarnos que están los incentivos puestos para no utilizar el monopolio del uso de la fuerza y, sobre todo, el del uso de la inteligencia en beneficio propio. El Ministerio del Interior está al debe con eso”, concluye.